06/05/2024

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Cambios en la historia

01/01/2003
Las sombras se proyectan sobre las paredes de la Escuela de Secundaria de Tamkang, construida por misioneros en Tamsui, una ciudad portuaria con una larga historia de influencia occidental.

ir Vidiadhar Surajprasad Naipaul, conocido comúnmente como V.S. Naipaul, tenía treinta y cuatro años cuando aprendió el nombre de su lugar natal Chaguanas en Trinidad. Tras haber vivido en Inglaterra durante dieciséis años, Naipaul, quien estaba escribiendo un libro sobre la historia de su tierra natal, fue al Museo Británico en Londres para leer documentos de origen español sobre la región. Una carta con fecha del 12 de octubre de 1625, del Rey de España al Gobernador de Trinidad llamó su atención. La carta mencionaba un grupo de aborígenes llamado Chaguanas. “La pequeña tribu de poco más de mil... desapareció completamente de modo que nadie en el pueblo de Chaguanas o Chauhan sabía algo sobre ellos”, dijo Naipaul al aceptar el Premio Nobel de Literatura en 2001. “Supongo que quedé asombrado por este descubrimiento en 1967 sobre mi tierra natal porque jamás tuve ni idea sobre ese lugar”.

El asombro de Naipaul ante su descubrimiento de un pueblo que no era más que “un nombre extraño para deletrear y pronunciar” ha recibido la simpatía de Chou Wan-yao, una investigadora asociada en la Oficina Preparatoria del Instituto de Historia de Taiwan de la Academia Sínica. A mediados de los años setenta, cuando era estudiante de historia en la Universidad Nacional de Taiwan, Chou experimentó una reacción similar cuando oyó las conferencias de Kang Ning-hsiang, un pionero del movimiento opositor en esa época y ahora viceministro del Ministerio de Defensa Nacional.

En sus conferencias, Kang habló de la resistencia desarmada en Taiwan contra el régimen colonial japonés (1895-1945), en particular los esfuerzos de Chiang Wei-shui (1890-1931) y la Asociación Cultural de Taiwan, una organización que él fundó en 1921. Entonces, así como las históricas “áreas de oscuridad” se convirtieron en el tema de los escritos de Naipaul, Chou decidió investigar el antes “desconocido” territorio de la historia de Taiwan. “Quedé sorprendida por la continuidad histórica y sublimidad insinuadas en los discursos de Kang”, dice. Ella se vio movida por una fuerza que emanaba de una conexión con el pasado.

Cambios en la historia

La cerámica prehistórica excavada en las Islas Pescadores en las cercanías de la costa occidental de Taiwan. Alrededor de veinte grupos distintos de extracción austronesia existían en Taiwan antes del asentamiento a gran escala de los chinos han.

Para la gente de Taiwan, esa conexión con la historia se había perdido por más de un siglo. Durante el régimen colonial japonés, los estudiantes aprendieron historia japonesa. Cuando llegó el gobierno del Kuomintang a la isla en 1945, las lecciones de historia se centraron en el Reino del Medio. La situación cambió en 1997 con el comienzo de un programa llamado “conociendo a Taiwan”, que incluía lecciones, exclusivamente, sobre la historia, geografía y sociedad de la isla.

La introducción de un currículo basado en la historia de Taiwan fue un avance importante en el sistema educativo del país, dice Chou. El programa dio lugar a controversia porque algunos objetaron lo que ellos consideraban descripciones exageradas de las contribuciones coloniales japonesas, y algunos profesores de secundaria superior expresaron preocupación sobre la coordinación del programa con cursos sobre historia china. Pero al final, ofreció a los estudiantes una base desde la cual podían desarrollar un entendimiento de la historia de Taiwan, afirma Chou.

a existencia de dos “versiones” separadas de la historia de Taiwan, una desde la perspectiva de China y la otra desde la de la isla misma, desafió la manera en que la historia había sido enseñada. La historia de Taiwan no fue reconocida como una disciplina académica hasta hace dieciséis años, apenas coincidiendo con la derogación de la ley marcial en 1987, indica Chou. “Los dos puntos de vista están compitiendo por legitimidad”, explica. “La coexistencia de diferentes perspectivas es un avance importante, frente al dominio de una única e incuestionable opinión”.

Aún así, la historiadora cree que sería fructífero para los residentes de la isla pensar nuevamente el desarrollo y las condiciones históricas. En la enseñanza de la historia de Taiwan, por ejemplo, la prehistoria y la información sobre los aborígenes podría enseñarse en un curso previo, en vez de servir meramente como antecedente para la aparición de los chinos han en la isla.

Durante siglos, antes de que un número importante de chinos han se estableciera de forma permanente en Taiwan, alrededor de veinte grupos diferentes de extracción austronesia existían en Taiwan y en sus islas adyacentes. La primera mención de estos pueblos en los documentos chinos apareció en Account of an Eastern Savage Land (1603) escrito por Chen Ti, quien había perseguido a los piratas desde la costa sudoriental de China hasta la isla de Taiwan. “En esa época, la isla no se hallaba ligada a reclamo territorial de ningún tipo”, dice Chou.

Cambios en la historia

La Ciudad Eterna, un fuerte en Tainan construido durante el régimen de la Dinastía Ching. Hasta hace poco, la historia de Taiwan había sólo servido como antecedente a la de China.

Hoy, Taiwan reconoce oficialmente diez grupos indígenas, en total alrededor de cuatrocientas mil personas, o menos del 2 por ciento de la población total. Algunos descendientes de las tribus de las llanuras, quienes por lo general se cree que han perdido sus características étnicas tras su asimilación con los chinos han, están también buscando restaurar su identidad étnica, y el estudio histórico podría ayudarles a lograr su meta. Sin embargo, el número de investigaciones históricas sobre los pueblos aborígenes, ha sido eclipsado por las del pueblo han, indica Yin Chang-i, profesor de historia de Taiwan en la Universidad Católica Fu Jen en el Distrito de Taipei. “Hemos logrado grandes resultados de la investigación antropológica y sociológica en este campo”, dice. “Pero todas son sobre situaciones actuales de los aborígenes. Existen pocos documentos sobre condiciones históricas”.

Para compensar esta deficiencia, Yin sugiere que aquéllos que estudian la historia aborigen utilicen información obtenida en otras disciplinas académicas, una opinión que también apoya Chou Wan-yao. Yin habla de la necesidad de formar historiadores entre los aborígenes, “porque ellos pueden superar las diferencias de idioma y los tabúes culturales mucho más fácilmente que la gente han”. En octubre de 2002, en una solicitud para ampliar el estudio de la historia aborigen, Yin publicó un artículo en la revista Historical Monthly una publicación académica en idioma chino subrayando la importancia de este campo en vista del creciente movimiento entre los aborígenes de reclamar su territorio ancestral y establecer autonomía política y cultural.

Ya sea que se le haga caso o no a este asunto, Yin está entre los primeros intelectuales especializados en historia de Taiwan. Aunque él critica a aquéllos que estudian la historia con el fin de encontrar apoyo para el asunto político de la soberanía de Taiwan. “Tenemos abundancia de documentos antiguos, tales como contratos de terreno y registros genealógicos, que no están disponibles en ningún otro lugar”, explica. “El estudio de campo puede realizarse también a fin de complementar el estudio de los materiales escritos”. Un historiador verdadero debe ser competente en ambas tareas, asevera el profesor.

En un contexto más amplio de historiografía china, Yin indica que existe una sólida tradición en historia local escrita. La primera obra destacada en la isla fue la de Chin Hung, quien escribió sobre Taiwan como una parte de la Provincia de Fukien en 1684 bajo la Dinastía Ching. El ejemplo más prominente de su tipo es Chulo County Annals, escrito por Chen Meng-lin en 1717, que trata sobre el centro y el norte de Taiwan. “Esta maravillosa obra alcanza el nivel de los estándares académicos modernos”, dice Yin, “porque distingue conscientemente la información objetiva de los hechos y las perspectivas personales”. Ahora, entre 309 municipalidades de distrito, pueblos rurales, y pueblos urbanos de la isla, alrededor de dos tercios tienen sus propios anales oficiales. “En términos de cantidad y calidad, ni siquiera China continental puede jactarse de tener mejores registros”, señala.

Cambios en la historia

El Colegio de Medicina de la Universidad Nacional de Taiwan, construido durante el régimen colonial japonés. En esa época, los estudiantes aprendían historia japonesa.

in espera que el interés en la historia local conduzca al establecimiento de departamentos y escuelas de postgrado en universidades dedicadas al estudio de la historia de Taiwan. De hecho, la historia de Taiwan como un tema académico válido está ganando el apoyo de muchos intelectuales, incluyendo a Chang Yen-hsien, presidente de la Academia de Historia (AH) de la Oficina del Presidente, que es responsable de editar la historia nacional y preservar los documentos de importancia nacional. Chang indica que a pesar del énfasis de los gobiernos locales en la historia de Taiwan, el estudio histórico chino ha tomado la delantera en círculos académicos. Mientras que casi la mitad de las tesis de postgrado en historia se basan en los temas relacionados con Taiwan, la proporción disminuye considerablemente entre las tesis de doctorado. “Aquellos con doctorados tienden a enseñar en universidades y poseen una larga carrera académica”, dice Chang. “La renuencia entre los intelectuales de historia china a apoyar los estudios avanzados de historia de Taiwan, se debe al temor de poner en peligro sus trabajos o a la percepción de la historia de Taiwan como un tema que no vale la pena investigar”. Mientras que los estudiantes pueden estudiar literatura de Taiwan en la Universidad Aletheia en el Distrito de Taipei y en la Universidad Nacional Cheng Kung en el sur de la ciudad de Tainan en Taiwan, el ex profesor de historia de Taiwan está dispuesto a ver también que su disciplina elegida eche raíces.

Se ha logrado cierto progreso en este aspecto. En enero de 2002, la antigua Comisión de Investigación Histórica de la Provincia de Taiwan en el Distrito de Nantou fue colocada bajo la jurisdicción de la AH. Para Chang, este ajuste institucional es parte de la integración de la historia de Taiwan en la tradición nacional. Como primer presidente de AH después de la victoria electoral del año 2000 del Partido Democrático Progresista, Chang cree que este cambio significativo de poder ha ampliado los horizontes de la interpretación histórica. “Lo que fue suprimido y negado en los libros de texto y en el discurso principal, ha adquirido legitimidad, y la fuerza anterior poco estimada en la historia, conocida por su atractivo democrático, puede verse representada de manera apropiada”, dice. “El resultado de eliminar tabúes innecesarios ha sido una renovación en la secuencia natural de la historia de Taiwan, la cual ha sufrido por las divisiones”.

Cambios en la historia

Aunque los intelectuales de historia china se han negado a apoyar el estudio de la historia de Taiwan, la situación puede que cambie como lo indica la publicación de libros de historia, exclusivamente sobre Taiwan.

La AH está ahora recolectando y editando documentos que tratan sobre el movimiento democrático, tales como solicitudes para la derogación de la ley marcial y las campañas para los derechos de libertad de expresión y de los aborígenes. Otros tratan sobre los reclamos de la soberanía de Taiwan, los esfuerzos para ganar un escaño en las Naciones Unidas, y los documentos con valor cultural, tales como las letras y notas escritas por músicos. Para ayudar a promover el estudio de la historia de Taiwan, se ha emprendido un proyecto de colección digital. Aunque la AH trabaja en materiales relacionados con la historia de Taiwan, ésta no pretende dejar el estudio de la historia de la República de China. “Depende del paradigma de la interpretación”, explica Chang. “Debemos mantener una alternativa sólida frente a la perspectiva de la República Popular China”.

Aunque la narrativa histórica conlleva generalmente matices políticos, especialmente en el contexto de la identidad nacional en Taiwan, Chang cree que las fuerzas culturales y la creatividad inherente a los intentos de auto explicación, trascienden las barreras políticas. “La historia tiene su propia lógica”, dice Chou Wan-yao, de la Academia Sínica. “Contiene algo que queremos en lo profundo de nuestro corazón”. ¿Cuál es esa lógica? “Todo debe ser capturado nuevamente y reubicado en la estructura general de la historia”, escribe el historiador francés Fernand Braudel (1902-1985), “para que a pesar de las dificultades, las paradojas fundamentales, y las contradicciones, nosotros respetemos la unidad de la historia que es también la unidad de la vida”. Ese sentido de unidad de la vida es exactamente lo que queremos en la poderosa, pero lenta marcha de la historia”.

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