02/05/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

Mujeres modernas, hombres tradicionales

01/04/2008
Las mujeres invierten más tiempo en su objetivo de obtener educación superior.

Ji Guan-ling, jefa de la Asociación Warm Lifepara Mujeres, nota que cada vez más mujeres que vienen a Warm Life hacen la misma pregunta – “¿Por qué tengo que hacer todas las tareas domésticas cuando trabajo a jornada completa, igual que mi esposo?”

Muchas mujeres reconsideran el rol que desempeña el matrimonio en su vida privada, ahora que hay más oportunidades a su disposición por tener mejor educación, gozar de independencia financiera y disfrutar de un espacio social amplio. Estas desean mayor igualdad en la relación conyugal, y si no pueden tenerla, prefieren quedarse solteras, casarse a edad más avanzada o dejar un matrimonio infeliz.

El principio de la igualdad de géneros –igualdad de derechos para los hombres y mujeres, sin importar el género– se ha enraizado poco a poco en la sociedad taiwanesa. Las mujeres no sólo quieren igualdad de oportunidades en el trabajo, sino igualdad de responsabilidades en el matrimonio y el hogar. Ji dice que para muchas mujeres, un empleo remunerado ofrece beneficios económicos y respeto en el trabajo, pero en el hogar, siempre son las mismas tareas de siempre. Ante esta situación, es simplemente natural que hoy día muchas mujeres se resistan a casarse, dice.

Por tradición, el rol de la mujer como “ama de casa” ha sido reforzado por la sólida estructura de la familia, dice Ji. “En la sociedad moderna, la estructura (tradicional) de la familia se ha flexibilizado, con frecuencia, la mujer tiene que buscar trabajo para ayudar a mantener a la familia”.

Aunque todavía el ingreso promedio de la mujer es menor que el del hombre, es obvio que está alcanzando el mismo nivel a un ritmo lento, pero claro. Según la Dirección General de Presupuesto, Contabilidad y Estadísticas (DGBAS, siglas en inglés), en 2005 en la industria de los servicios, las mujeres taiwanesas ganaron un promedio del 78 por ciento de las ganancias de los hombres, un incremento del 8 por ciento desde 1995. La tendencia se observa igualmente en muchos sectores laborales, tales como, el comercio al detalle, bienes raíces, finanzas y seguros, y la industria editorial y publicitaria.

Este nuevo poder económico afecta la dinámica de la vida familiar. La nueva identidad de la mujer como sostén de la familia, le otorga el poder de exigir más dentro de la relación matrimonial, dice Ji. “La mujer debe tener dinero para gozar de poder en el matrimonio”, dice ella.

Mejor sola

El índice de divorcio en Taiwan alcanzó el mayor récord de todos los tiempos con 0,287 por ciento en 2003, casi el doble del 0,145 por ciento de hace diez años. Aunque son muchas las razones de este aumento, para Ji Guan-ling, de Warm Life, se trata de que ahora las mujeres se atreven a dejar una relación infeliz siempre que tengan seguridad financiera, o la oportunidad de ganar el sustento. Para las mujeres interesadas en comenzar un negocio, el Gobierno también ofrece ayuda.

Wei Chien-yi es conferenciante y portavoz del “Programa Libre y Joven”, patrocinado por la Comisión Nacional para los Jóvenes (NYC, siglas en inglés). El programa tiene como objetivo ayudar a las mujeres a comenzar sus propios negocios. Con este fin, ofrece servicios que incluyen pruebas de aptitud, y programas de formación y orientación, el establecimiento de contactos entre los miembros y las empresarias, asesoría en Internet y recomendaciones sobre los recursos disponibles.

El programa se amplió en 2007 a través del “Plan Mariposa”, que brinda formación en sitios de trabajo y oportunidades de empleo para madres solteras, mujeres que reciben bajos ingresos o víctimas de violencia doméstica.

Desde la puesta en marcha del plan en julio de 2007, 47 empresas han contribuido con más de 100 sesiones de formación práctica, que más de 30 mujeres han aprovechado como preparativos para comenzar sus propios negocios. Wei, propietaria de la famosa marca Anewei, de textiles teñidos con añil, es una empresaria que ofrece oportunidades de empleo a mujeres conforme al Plan Mariposa.

Wei, divorciada y madre soltera, dice que ella comprende las necesidades de las mujeres divorciadas, y enfatiza que estos recursos no existían cuando se divorció. Dice que por el hecho de ser mujer, se tropezó con obstáculos en el camino cuando comenzó sola su propio negocio, pero cree que su éxito es prueba de que la mujer de hoy puede ser financiera y psicológicamente independiente del hombre. Las mujeres de hoy desean un trato justo e igualdad de condiciones, dice Wei.

Wei, quien dice que hace cinco años su entonces esposo, las echó a ella y su hija fuera de la casa, dejándolas con privaciones económicas, narra ahora su experiencia con una sonrisa segura. “Nunca hubiera sabido cuál era mi potencial sin esas dificultades”, dice ella.

Mujeres independientes

Wei dice que aprecia los esfuerzos gubernamentales para ayudar a la mujer, pero le preocupa que la excesiva “protección” pueda debilitar su autonomía. “Enseñar a una persona a pescar, es mejor que darle el pescado”, dice Wei. “El Gobierno debería agregar más formación profesional al programa; al mismo tiempo, las mujeres deberían ser más independientes. La independencia psicológica es tan importante como la financiera”.

La independencia es algo que muchas mujeres solteras conocen por necesidad. Chen Yu-hua, jefa de división de los Estudios sobre Población, del Centro para Estudios sobre Población y Género, de la Universidad Nacional de Taiwan, dice que en algunos grupos de mujeres, el índice de soltería es alto. Chen cita cifras del Ministerio del Interior, que muestra que en el grupo de mayores de 15 años, el número de hombres es un poco mayor que el de mujeres en Taiwan, y en 2006 habían 130.000 hombres más. A pesar de tener un mayor acervo de potenciales parejas de matrimonio, un análisis estadístico muestra que el 26 por ciento de las mujeres en el grupo de edad entre 35 y 44 años, con título universitario, aún siguen solteras, en comparación con el 17 por ciento de hombres. “Las mujeres posponen sus planes matrimoniales para después de culminar sus estudios superiores”, dice Chen, lo que afecta sus posibilidades de contraer nupcias. Luego, el factor de la edad no afecta tanto a los hombres como a las mujeres, dice Chen. “Los hombres mayores no son ‘menos deseables’, pero las mujeres sí”, dice ella.

De cualquier forma, Chen dice que muchas mujeres sienten que el matrimonio no es la única opción, y que la educación influye mucho en su “plan de vida”. “La educación cambia también su perspectiva sobre el matrimonio, de verlo como un ‘intercambio de recursos’ hasta una relación de igualdad en la que los cónyuges se brindan apoyo mutuo”, dice Chen. “Además hay menos presión social para las mujeres solteras hoy día, especialmente en las zonas urbanas”.

Chi Hui-jung, directora ejecutiva de la Fundación Jardín de Esperanza, organización no gubernamental para la mujer y el niño, dice que consideró el matrimonio cuando era más joven, pero prefirió quedarse soltera. “Examiné las prioridades de mi vida, y no estaba dispuesta a apostar la felicidad del resto de mi vida por un hombre, a menos que hubiese un compromiso de igualdad”, dice ella. Chi dice que sus padres insistieron mucho para que se casara, pero poco a poco aceptaron su decisión. “Ahora mi padre me dice que está muy orgulloso de mí y del trabajo que hago”, dice Chi. Además, afirma con mucha seguridad que ser una mujer soltera es
algo bueno. “Mi vida está enriquecida con mi trabajo, mis amigos y mis familiares. Disfruto la libertad y todo el tiempo y la energía que tengo para atender a mi familia”.

Fu Li-yeh, profesora asociada en el Instituto de Postgrado sobre Administración y Trabajo Social, en la Universidad Nacional Chengchi (NCCU, siglas en inglés), dice que además de las condiciones de igualdad en una relación, hoy día la mayoría de las mujeres buscan compañeros que las apoyen emocionalmente. “Muchos hombres desean esto también, pero al mismo tiempo no están dispuestos a renunciar a la jerarquía paternal de la familia tradicional”, dice Fu. Agrega que en consecuencia, algunos hombres buscan pareja para contraer matrimonio en el extranjero.

El último informe del Ministerio del Interior indica que en el 18,3 por ciento de los matrimonios en 2007, uno de los cónyuges era extranjero. Estos inmigrantes eran en su mayoría mujeres –más del 85 por ciento de los matrimonios eran entre un taiwanés y una extranjera– la mayoría procedente de China y los países del Sureste Asiático.

Fu, de NCCU, y Ji, de Warm Life, dicen, que en estos casos, los hombres buscan mujeres que están dispuestas a conformarse con una vida familiar, basada en los roles tradicionales de los géneros. Asimismo, también indican que los matrimonios entre individuos de diferentes nacionalidades, pueden profundizar la discriminación de géneros. Fu dice que existen pocos sistemas de apoyo social disponibles para las esposas extranjeras, por lo tanto, estas son más vulnerables al trato injusto. Ji dice que las esposas extranjeras por lo general ocupan una baja posición dentro del hogar, especialmente si la unión fue concertada mediante “un casamentero” remunerado.

“El mayor problema en Taiwan es que los hombres se niegan a aceptar el progreso de la mujer, y desean que todo permanezca como en el pasado”, dice Ji.

¿Niños o carrera?

Mientras que algunas mujeres se sienten “obligadas a elegir” entre un matrimonio tradicional o la soltería, el índice de fertilidad total en Taiwan ha disminuido, y alcanzó un bajo porcentaje de 1,1 niños por mujer en 2005. El índice ofrece una medida de la fertilidad actual en un año dado, y los índices de natalidad más bajos son una importante causa del veloz envejecimiento de la sociedad de Taiwan.

Con el propósito de elevar el índice de natalidad, el Yuan Ejecutivo anunció un nuevo subsidio para cuidado infantil, destinado a las familias de bajos a moderados ingresos. A partir de abril, cualquier matrimonio donde ambos trabajen con un ingreso bruto anual conjunto de menos de NT$1,5 millón (US$46.000), será considerado para un subsidio de cuidado infantil por el monto de NT$3000 (US$90) mensual, por cada niño menor de dos años. Este esquema indica que el Gobierno trata el asunto con seriedad, sin embargo, algunos cuestionan esta medida.

Fu Li-yeh, de NCCU, dice que un informe reciente de la Organización para el Desarrollo y la Cooperación Económica, sugiere que el subsidio para cuidado infantil no es una buena medida. “La creación de instalaciones públicas de buena calidad y asequibles, que combinen educación preescolar y cuidado infantil podría ser más efectivo”, dice Fu.

Chi Hui-jung comparte esta opinión, y agrega que, “la mayoría de los actuales centros para el cuidado infantil son caros, y se han vuelto demasiado comerciales”. Según Chi, contar con mayor acceso a instalaciones públicas para cuidado infantil, creará un ambiente más conveniente para las mujeres que desean tener niños, especialmente para aquellas que desean continuar trabajando después del alumbramiento.

Chen Yu-hua, de NTU, indica que para la mayoría de las mujeres taiwanesas, “el nacimiento de un hijo está vinculado íntimamente al matrimonio”. Ella piensa que la solución para el problema del bajo índice de natalidad es volver a lo básico, o sea, estimular a las mujeres a casarse.

Las líderes de las organizaciones no gubernamentales, Ji Guan-ling y Chi Hui-jung, enfatizan que la educación es la clave para promover las relaciones equitativas, en las que ambos cónyuges compartan igualdad de condiciones. Según ellas, esto animará a las mujeres a aceptar casarse y tener más hijos. “Todo se resume en que ambos géneros reciban educación y adquieran buenos hábitos ”, dice Ji, y agrega que ella enseña a sus hijos a compartir las tareas domésticas, y participar más en las actividades familiares. Chi dice que estos cambios son parte de una tendencia irreversible. En lugar de tratar de mantener la estructura tradicional de la familia, dice ella, la sociedad debería centrarse en la conservación de los valores familiares importantes, tales como el respeto, el amor y la compasión. “Es esencial que los niños aprendan a tener confianza, resolver un conflicto y a lograr la reconciliación”, dice Chi. “La educación sobre la igualdad de géneros es realmente la educación sobre los derechos humanos. La clave es el respeto”.

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