06/05/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

El Año de la Rata

01/01/1996
FOTO CORTESIA DEL CONSEJO PARA LA PLANIFICACION Y EL DESARROLLO CULTURAL, YUAN EJECUTIVO Este grabado de Chen Yung-chin. titulado "Recibiendo la primavera", muestra una alegoría referente a la tradición popular de la "boda de las ratas". Por su gran capacidad reproductiva natural, la rata ha sido considerada en China como símbolo de la fertilidad.
Existen muchas versiones con respecto al origen del horóscopo chino. La más común de ellas narra que Buda en su lecho de muerte mandó a llamar a todos los animales para darles la bendición final. Como gesto simbólico, él quiso honrar a los doce primeros animales que llegasen a la cabecera de su cama asignándoles un lugar privilegiado en el cosmos de la astrología como regidores de los destinos humanos durante un año. El primero en la fila de los animales era el buey, pero nadie se había percatado que la rata se hallaba escondida entre los enormes cuernos del rumiante. Al llegar al lecho donde estaba acostado Buda, la rata saltó súbitamente de su escondrijo y cayó justo frente a Buda. De esta manera, el Gran Santo tuvo que concederle el honor de ser el primer animal de la cosmología china.

Fuera del esquema mitoló­gico que encierra, el calendario lunar chino constituye el registro cronológico más antiguo de la humanidad. Sus orígenes se re­montan al año 2637 a.C., cuando el Emperador Huang Ti presentó el primer ciclo de este arreglo zodiacal en el año 61 de su reinado. El arreglo zodiacal consiste en un ciclo completo de 60 años, que a su vez está dividido en cinco ciclos menores de 12 años cada uno. Estos cinco ciclos menores están relacionados con los cinco elementos básicos: metal, agua, madera, fuego y tierra. Estos cinco elementos tienen correlación con los cinco planetas que se suelen usar en las predicciones zodiacales de occi­dente: Venus, Mercurio, Júpiter, Marte y Saturno.

El año 1996 representa el inicio del segundo ciclo menor correspondiente al 78° ciclo mayor del zodíaco chino. Hay que tener en cuenta que el pueblo chino ha sido esencialmente agrícola y que los ciclos lunares tienen relación directa con las lluvias, cosechas, vientos, etc. Si bien el calendario occidental o gregoriano está basado en los movimientos del sol y resulta más fácil su comprensión, sin embargo, el calendario lunar oriental es más exacto en la predicción de los cambios de las estaciones y los bioritmos en todo el universo. Milenios antes de que la ciencia moderna desarrollara los métodos para hacer los pronósticos del tiempo, los chinos utilizaban el horóscopo chino para predecir las lluvias y otros fenómenos atmos­féricos. Incluso hoy día, los campe­sinos chinos se aferran al calendario lunar, que ha probado ser meticu­losamente exacto en sus predic­ciones.

No solamente los campesinos recurren a este calendario, sino también la gente educada de las urbes, incluyendo a muchos científicos, no proceden a realizar algo importante sin antes consultar el horóscopo chino. En Taiwan, Hong Kong y Singapur se sigue publicando esta tradición milenaria en la forma de convenientes alma­naques. Su contenido dictamina lo que se debe y no se debe hacer cada día del año. Para leerlo es me­nester conocer un código especial para interpretar sus predicciones.

En muchos aspectos, el éxito de los grandes empresarios chinos se debe a su meticulosa observación de las indicaciones de dicho alma­naque. El contenido del almanaque ha sido compilado con cuidadosas observaciones sobre los fenómenos naturales a través de los siglos. En consecuencia, sus predicciones resultan bastante correlacionadas con los fenómenos cíclicos del uni­verso. Por ejemplo, si el elemento del año es agua, se puede esperar abundantes lluvias o incluso inun­daciones destructivas dependiendo de si el efecto del agua es positivo o negativo sobre el destino del año.

El mes lunar es más corto que el mes solar. En consecuencia, los días que se acumulan durante el ciclo lunar se transforman en un mes doble cada cierta cantidad de años.

El nuevo año que se inicia formalmente el 19 de febrero pertenece al signo de la rata. Existen ciertas discrepancias en torno a si debe ser el año de la rata o el año del ratón. En chino, el signo zodiacal se designa con el término shu. El término shu se aplica en chino para una vasta cantidad de mamíferos que incluye a las ardillas, musarañas, topos, ratas, ratones, y los canguros. En realidad, dicho término se aplica para cualquier mamífero que tenga el hocico alargado, una cola larga, y aptas traseras largas y aptas para saltar y correr.

Dentro del folklore chino, la rata es considerada como símbolo de riqueza. El ratón, por el contrario, ha sido muy ignorado en las tradiciones. Existe una clara distinción entre ambos, y las tradiciones chinas se refieren a la rata (ta-shu) en la mayoría de los casos. Tal vez debido a sus hábitos destructores, ha sido correla­cionada con la riqueza. Por el contrario, el ratón (lao-shu) ha sido poco tomado en cuenta debido a su pequeño tamaño y poca actividad destructiva.

La rata ha sido adorada en muchos países de Asia. En India, se le considera una deidad im­portante relacionada con la abundancia y la fecundidad. En el norte de China se le venera en el campo como una deidad de la riqueza.

Las ratas suelen causar grandes daños a los granos almacenados y por ende, afectan directamente la subsistencia del ser humano. En consecuencia, el temor y la impotencia frente al escurridizo roedor ha infundido respeto por el animal en muchos pueblos. En China, se le ha consagrado como una deidad de los graneros que debe ser implorada particularmente en la época de la cosecha, cuando se llenan los silos con granos recolectados del campo. Antigua­mente, los campesinos creían que ofreciéndoles abundante cantidad de alimentos a las ratas, ellas dejarían intactos los graneros.

En realidad, las ratas reveren­ciadas en el campo son ratas de campo. Existen varias especies de ratas de campo, destacándose la rata del bambú. La rata del bambú se caracteriza por su cuerpo rechon­cho, patas cortas y uñas poderosas aptas para excavar. Se alimenta principalmente de raíces y brotes de bambú, así como de hierbas y arroz. Habita en galerías subte­rráneas, donde se suele almacenar granos recolectados.

Las casas de empeño también adoran a la rata como deidad protectora. En antaño, la gente solía empeñar cualquier cosa para obtener algún dinero que nece­sitaba urgentemente. Como las condiciones socio-económicas de China en el pasado eran muy deplorables, esas casas aceptaban como prenda cualquier cosa útil, incluyendo vestidos, alimentos preservados, objetos de madera o metal, así como joyas, etc. Estos artículos podían ser fácilmente destruidos por las ratas. Por esa razón, para protegerse, los dueños tenían la costumbre de adorar a la rata en la medianoche del segundo dia del segundo mes lunar, para implorar que las ratas no royeran las prendas. Hoy en día, las casas de empeño en Taiwan sólo aceptan como prendas artículos de lujo tales como los relojes de marca famosa, aparatos electrónicos, ornamentos de oro y piedras preciosas, etc. A pesar del cambio, los dueños siguen observando este antiguo rito de venerar a las ratas, más por tra­dición que por temor al daño que puedan ocasionar.

La posición de la rata en las creencias chinas es un tanto am­bigua. En términos generales, ha sido considerada un símbolo de la riqueza, pero también puede ser consideraba señal de la pobreza. Durante el año nuevo lunar se suele colocar alegorías con el dibujo de una rata portando un lingote de oro entre sus patas delanteras. La alegoría surge de una homofonía con un popular estilo de recitación, el shu-Iai-pao, o coplas cortas recitadas en serie. Por homofonía, la relación con la rata se traduce a "las ratas traen tesoros consigo" (shu-lai-pao).

En contraste con lo anterior, los ancianos en China solían decir que cuando las ratas entraban en una casa, el gato se preparaba para mudarse a ella. En China, el perro está ligado a la prosperidad mien­tras que el gato es animal de los pobres. Según la tradición oral, el gato se prepara para mudarse a la casa donde han entrado las ratas debido a que dicha familia muy pronto será pobre. El argumento de la tradición no es difícil de explicar. Por los enormes estragos que causan las ratas, muchas familias en la China antigua podían terminar en la pobreza.

Indistintamente de ser con­siderada símbolo de prosperidad o pobreza, a la mayoría de la gente le interesa que las ratas se mantengan fuera de la casa. Así surge la extraña costumbre de la "boda de las ratas". A pesar de las variaciones regionales, esta costumbre folklórica originalmente asociada con la cosecha de otoño se ha popula­rizado en el campo como una actividad relacionada con el año nuevo lunar chino.

La boda de las ratas ocurre a medianoche. En esa particular noche, la gente suele irse a la cama temprano y apagar todas las luces de la casa. También es costumbre recoger todos los zapatos y san­dalias para colocarlos en sitios más altos. Esta es una medida para evitar que las ratas se lleven los calzados y los usen como palanquines para llevar a la novia. La fecha exacta suele variar de lugar en lugar, pero por lo general se escoge la primera noche del primer mes lunar.

El objetivo de celebrar la "boda de las ratas" no es para aumentar la cantidad de ratas en casa, sino al contrario, para que la rata una vez casada se vaya a vivir en una nueva casa junto con su esposo. En algunos grabados de año nuevo se representa la boda de las ratas con la presencia de un gato pícaro que aprovecha la ocasión para darse un festín con las ratas reunidas. Resulta obvio que esta tradición tiene como objetivo deshacerse de las ratas en la casa.

Si bien las ratas y los ratones son considerados alimañas que deben ser exterminadas o echadas de la casa, la musañara, otro mamífero que suele entrar en las casas, recibe un trato totalmente diferente. Por el sonido que emite, los chinos la llaman "ratón del dinero" (chien-shu). Como el chillido de la musaraña se asemeja al sonido que hacen las monedas en el bolsillo, los chinos consideran que su presencia en la casa es símbolo de buen augurio. Mucha gente en China incluso le ofrece sobras de comida para evitar que se vaya.

Existen otras interesantes historias sobre las ratas en Oriente. Una antiquísima leyenda de India nos narra sobre el ratón que tuvo una hermosa hija y quiso casarla con el personaje más poderoso del universo. Pensó el ratón: "Debo casar a mi hija con el sol, el astro todopoderoso que ilumina, calienta y triunfa sobre las tinieblas". Convencido de esto, llamó al sol y le dijo: "Quiero casarte con mi hija porque sé que eres el más poderoso entre todos los astros y no tienes rival alguno". El sol le contestó: "Si supieras mi desdicha. Con todo lo fuerte que aparento, le temo al nubarrón. El nubarrón es más poderoso que yo, ya que suele cubrirme". Pensó un rato el ratón y dijo: "Voy a buscar al nubarrón, él es el más poderoso". Encontró a la nube y le ofreció la mano de su hija.

Sin embargo, el nubarrón le dijo suspirando: "Más poderoso que yo es el viento, yo tengo que disiparme cuando sopla fuerte". "Tienes razón", dijo el ratón, "mejor voy a buscar al viento". Así, el ratón corrió a buscar al viento. Al encontrarlo, le dijo: "Sé que tú si eres el más poderoso de todos. Ni el sol, ni el nubarrón se comparan a tí". Deteniéndose por un momento, el viento le comunicó en secreto: "Aunque me ves rugir majestuoso siempre, hay alguien a quien nunca he podido vencer. Es el muro, quien siempre me detiene en seco y no me deja avanzar. Le tengo un miedo pavoroso". "Por fin", dijo el ratón, "ya sé quién es el más fuerte". Inmediatamente se fue a buscar el muro y ofrecerle la mano de su hija. El muro, sumamente sorprendido le dijo: "Por favor, no te acerques mucho. Todos los días vivo pesadillas por los hoyos que me hacen ustedes". Finalmente, el ratón se percató que el pretendiente más apto para la mano de su hija era nada menos que otro ratón. La moraleja de esta fábula insta a la gente a no pretender más de lo está al alcance de uno.

En los grabados de año nuevo chino se suele pintar a las ratas junto con otros elementos para representar diferentes simbolismos. Por ejemplo, se suele pintar a la rata robando una lámpara de aceite para representar la fecundidad. Como reina de la noche, la rata propicia la oscuridad y la intimidad matrimonial. La fertilidad también suele representarse con unas ratas robándose una calabaza. La gran cantidad de semillas dentro de la calabaza denota muchas genera­ciones. De igual manera, la repre­sentación de la rata junto a un rábano también simboliza la fecundidad en China. Por homo­fonía, "rábano" suena como "cien hijos". En Taiwan, la combinación de rábanos y zanahorias representa "buena ventura".

Dentro de la mitología china, las ratas son consideradas criaturas muy inteligentes con conoci­mientos de lo oculto. Se tenía la creencia de que los ratones y las ratas tenían una longevidad que superaba los trescientos años. Por eso, en chino se suele referir a estos roedores con el término lao-shu, que se traduce literalmente "rata o ratón viejo".

Su primera posición en el zodíaco chino impregna de una personalidad especial a aquellos nacidos bajo este signo. Las personas bajo el signo de la rata son capaces de alcanzar los puestos más altos de liderazgo en todos los campos. Para esto, es menester que mantengan una equilibrada armo­nía entre su vida privada y su trabajo. Mucha modestia de parte de los nacidos bajo el signo de la rata puede conducir al fracaso en la vida.

La persona nacida en el Año de la Rata es inteligente, atractiva, muy fácil de tratar, amigable, y amante de las fiestas y grandes reuniones sociales. Externamente, es una persona que pareciera ser muy reservada, pero en realidad es una persona muy agitada que le gusta la acción. Su característica más sobresaliente es la capacidad de auto-control, que le permite ser muy popular y tener una gran cantidad de amigos.

En el lado negativo, las per­sonas nacidas en el Año de la Rata suelen ser muy críticas. Son per­sonas muy dadas al chisme, a comparar las otras personas y a tratar de sacar provecho de otros. Suelen ser muy entrometidas en los asuntos ajenos. El arte de regatear es innato en ellas.

Por las razones antes ex­puestas, las personas nacidas bajo este signo son excelentes escritores, especialmente en el campo perio­dístico. Al conocer todas las cosas de todos, no les resulta difícil informar sobre cualquier evento. También es una excelente persona para oficios que tengan que ver con el trato directo con la gente. Es la persona indicada para los cargos de relaciones públicas.

En el plano de las relaciones humanas, la persona nacida bajo el signo de la rata es más compatible con personas nacidas bajo los signos del dragón y el mono. Por el contrario, ella resulta absoluta­mente incompatible con personas nacidas bajo los signos del caballo, la cabra o el gallo. Ella debe evitar especialmente las relaciones con personas nacidas bajo el signo del caballo, ya que existe una gran animosidad natural entre ellas. Las personas que pertenecen a estos dos signos que se unan en matrimo­nio o en una sociedad comercial tienen por lo general fuertes conflic­tos ya que sus personalidades chocan irremediablemente.

Para los negocios, es la persona más indicada. Al tener una gran capacidad para adaptarse a cualquier situación, no tiene que preocuparse de con quién se asocia. Tampoco tiene que preocuparse por su seguridad, ya que es una persona que busca primero la puerta trasera de escape antes de entrar en un lugar. Los nacidos bajo el signo de la rata tienen una habilidad innata de poder presentir el peligro. Sin embargo, su mayor peligro es el exceso de ambición. La rata cae en la trampa no por ignorancia, sino por ser demasiado golosa. No hay que olvidar que a la persona bajo este signo le gusta regatear. En consecuencia, le resulta sumamente difícil resistir la tentación de las baratijas que encuentre en su camino.

Por otro lado, es una persona muy apegada al hogar y que está dispuesta a hacer todo lo que sea posible para complacer a sus seres más cercanos y amados. Es alguien que cuida bien de sus padres y se interesa siempre por las actividades de sus hijos. La rata suele tener una gran descendencia y por eso ha sido considerada en China como una deidad de la fecundidad.

También es una persona trabajadora y diligente. Suele ser muy imaginativa y nunca le faltan ideas. Sin embargo, muchas veces no tiene la confianza necesaria para promover sus ideas y esto hace que a menudo pase desapercibida. El período de mayor inspiración y creatividad durante el día para aquellos nacidos bajo el signo de la rata va desde las once de la noche hasta la una de la mañana del día siguiente.

De fines de enero a mediados o fines de febrero es la época del año más favorable para las personas del signo de la rata. En China, es la época inmediatamente después de la última cosecha del año y las despensas se encuentran llenas de alimentos y vinos. En ese período del año, dichas personas pueden hacer un recuento de sus activi­dades del año anterior y proceder a planificar lo que van a hacer en el año que recién se inicia.

El punto cardinal más favo­rable para ellas es el norte. Aquellas personas nacidas bajo el signo de la rata que tengan sus casas con la puerta principal orientada hacia el norte tendrán más éxito en la vida. De igual manera, los proyectos dirigidos hacia el norte suelen resultar más exitosos que aquellos orientados en otras direcciones.

En cuanto a la salud, las personas nacidas bajo el signo de la rata deben preocuparse bastante acerca de su salud. Siendo personas muy activas y amantes de una intensa vida social, suelen consumir comidas en exceso. La mayoría de los males que les aquejan están relacionados con la comida, especialmente alimentos con alto contenido de grasas, así como con fumar y beber en exceso. Ellas deben evitar absolutamente las drogas, ya que les resultan total­mente fatales.

Entre algunas de las persona­lidades más famosas nacidas bajo el signo de la rata tenemos: Julio Verne, el Papa Juan Pablo II, Lucrecia Borgia, William Shakes­peare, Marlon Brando, Doris Day, Sidney Poitier, Pablo Casals, Yves St. Laurent, León Tolstoy, el Prín­cipe Carlos de Inglaterra, Galileo Galilei, Augusto Rodín, Claudio Monet, George Washington, Petr Illich Tchaikovski, Jimmy Carter y Mozart.
El Año de la Rata es un año de abundancia que trae buenas oportunidades y excelentes pers­pectivas para todos. Es el momento propicio para llevar a cabo planes de inversiones a largo plazo, ya que la bonanza del Año de la Rata nos proporcionará las reservas necesarias para sobrepasar los años inseguros que vendrán a conti­nuación.

En el plano económico y financiero, el año estará caracterizado por grandes especulaciones y fluctuaciones en el mercado bursátil. También habrán grandes fluctuaciones en los precios de los bienes y servicios. En términos generales, habrá un auge en la economía mundial, llegando a su climax el proceso de recobro económico que se inició hace un par de años.

Para poder triunfar en el Año de la Rata, es menester hacer planes bien detallados, estudiar a fondo todos los costos y ganancias, e iniciar cualquier actividad sola­mente cuando se tiene todo listo. Se debe evitar los riesgos que no sean necesarios. Hay que tener presente siempre que la rata es un animal que reina con el frío del invierno y en medio de la oscuridad de la noche. Especular indiscrimi­nadamente o extenderse exagerada­mente en los esfuerzos financieros puede ser contraproducente.

En el plano político, el Año de la Rata será un año más feliz, ya que estará prácticamente libre de grandes guerras o conflictos explo­sivos, y habrán menos catástrofes naturales. Es un tiempo propicio para negociaciones, regateos y acuerdos menores que traerán soluciones temporales a conflictos que se han dilatado mucho en el tiempo.

En todo sentido, el Año de la Rata es un año bueno debido a que significa el inicio de un nuevo ciclo de vida, una renovación de todo el orden celestial. Tanto en el plano personal, como a nivel nacional o internacional, la perspicacia de la rata hará que la mayoría de los planes se tornen en fructíferas realidades. ¡ Feliz Año de la Rata para todos! ■

Popular

Más reciente