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01/03/2009
La historia de Cabo Nº 7 gira sobre las dificultades –y el éxito final– de una banda local.

La industria del entretenimiento atrae más público gracias a su énfasis en los rasgos propios de la sociedad de Taiwan.

Hasta el verano pasado muy poca gente en Taiwan se imaginaba que una película producida localmente disfrutaría de mayor éxito de taquilla que el clásico de Hollywood El Señor de los Anillos: El regreso del Rey, que ganó alrededor de NT$400 millones (US$12,5 millones) en los teatros locales en 2003 y 2004, y ocupa el quinto lugar en la lista de películas más taquilleras de Taiwan. Durante muchos años, el público no prestó mucha atención a las películas locales, y prefería los héroes importados, tales como Frodo el hobbit, Harry Potter y el Hombre Araña. Sin embargo, el éxito arrollador de la película localmente producida Cabo Nº 7, que se colocó en carteleras a finales del pasado agosto, alteró esencialmente esa tendencia. A finales de octubre de 2008, Cabo Nº 7 había superado las ventas de El Señor de los Anillos: El Regreso del Rey en alrededor de NT$100 millones (US$3,1 millones).


Cabo Nº 7 es quizás el ejemplo más patente, pero las series de televisión, así como la música y la literatura producidos localmente, también están acaparando un mayor porcentaje en el mercado del entretenimiento de Taiwan, en comparación con sus competidoras extranjeras. Hay muchos factores detrás de esta alza, pero un rasgo común de los nuevos éxitos de la industria del entretenimiento es el énfasis y la exploración de las características de la sociedad de Taiwan. El entretenimiento popular emplea los elementos comunes de la cultura, que magnifica y mezcla de maneras distintivas y provocativas para lograr una conexión con el público. En las películas, series de televisión, canciones y libros locales que recientemente han tenido resonancia entre el público, los dos elementos más discernibles son el énfasis en la historia compartida y la naturaleza inclusiva y pluralista de la sociedad de Taiwan.


En cierta forma controvertida, Cabo Nº 7 se atreve a ampliar la memoria del pasado compartido de Taiwan, al punto de reconocer la influencia de la era colonial japonesa (1845-1945). El trasfondo de la película se incluye la relación entre un maestro japonés y su alumna taiwanesa en los años cuarenta, al mismo tiempo que presenta a una mujer japonesa que trabaja como organizadora de una banda local. Durante muchos años, la historia y la influencia cultural de esta era fueron ignoradas en gran medida, y los elementos japoneses en Cabo Nº 7 provocaron algunas críticas en Taiwan. Sin embargo, hoy día, existe una diversidad de sentimientos sobre la era colonial japonesa en Taiwan. Precisamente, Cabo Nº 7 escudriña esta ambivalencia.


“Mis abuelos recuerdan con nostalgia la época japonesa y nuestros jóvenes sienten pasión por las cosas japonesas”, dice Matthew Yen, quien escribió la letra de tres de las canciones de Cabo Nº 7. “Hay muchas clases de historias locales en las que los japoneses desempeñan un papel importante”.


Wei Te-sheng, director de Cabo Nº 7, dijo en una entrevista que la película se remonta a un momento histórico original, cuando la era japonesa llegó a un fin incierto, y de hecho, se entremezclaron el amor y el odio. La ocupación japonesa fue brutal. Murieron alrededor de 14.000 taiwaneses durante esta época, pero los japoneses también ayudaron a construir la infraestructura ferroviaria y de telecomunicaciones, y desarrollaron un sólido sistema educativo. En lugar de rechazar completamente la influencia japonesa, la película muestra la memoria colectiva imperecedera que la gente tiene sobre esa época en un intento de aceptar una parte indeleble de la historia de Taiwan.


La naturaleza pluralista de la sociedad de Taiwan se observa en los personajes de Cabo Nº 7, entre estos, por ejemplo, se encuentran un vendedor Hakka y un policía aborigen. Se utiliza igualmente una diversidad lingüística, y sus personajes hablan en holo, mandarín y japonés. El personaje de Tío Boo, un septuagenario encantador, habla holo y canta canciones japonesas. Boo creció durante la época del sistema educativo japonés, hablaba holo con su familia, y puede hablar un poquito de mandarín. Boo combina estas diversas influencias e idiomas, demostrando cómo los aspectos de diferentes culturas pueden sintetizarse en un solo individuo.


El método de Wei para buscar y narrar historias que examinan las características particulares de la cultura local, tuvo algunos precursores cuando comenzaron a aumentar los documentales hace aproximadamente cuatro años. En 2004, los NT$20 millones (US$625.000) que ganó Vida, un documental sobre los sobrevivientes del desastroso sismo que ocurrió en el centro de Taiwan en 1999, superó las ganancias que lograron otras películas locales exhibidas el año anterior. Esta película explora también el pasado doloroso de la isla, porque más de 2.400 personas fallecieron en el devastador sismo. A través de películas como Vida y Cabo Nº 7, los directores argumentan a favor de la exploración de los eventos pasados, como una buena manera de aceptarlos, en lugar de sólo tratar de ignorarlos. 


Los últimos agricultores de arroz, un filme de 2005 sobre una comunidad agrícola que se desvanece en el sur de Taiwan, se sumó a la serie de éxitos de los documentales locales que trataban –y desafiaban– la memoria colectiva de Taiwan. Durante los estrenos de una serie de documentales y discusiones celebradas a finales del 2008 en Taipei, Cres Juang, codirector de Los últimos agricultores de arroz, dijo que su filme procuraba explorar el estereotipo de que la gente que vive en el sur de Taiwan es menos inteligente que la del norte. Juang desafía este punto de vista a través de su personaje Tío Khun-pin, el héroe de la película y una de las estrellas más inesperadas. Por ejemplo, Khun-pin lleva meticulosamente las anotaciones sobre su faena agrícola, lo que le ayuda a analizar la eficacia de usar ciertos tipos de pesticidas. Su inteligencia queda patentizada también cuando conversa sobre los efectos de las políticas agrícolas del Gobierno en los agricultores –aunque, en algunos momentos humorísticos de la película, su esposa lo interrumpe y le dice que siga trabajando.

Diversidad dramática

Las series dramáticas en idioma holo y las de ídolos, que cuentan con un elenco de jóvenes actores y son rodadas en exteriores contemporáneos, dominan las horas de mayor audiencia de la televisión de Taiwan. En conjunto, estas series apelan a las historias compartidas por generaciones diferentes. Los aspectos más tradicionales y conservadores de la sociedad taiwanesa se reflejan en las series en holo, y por supuesto la mayoría de los televidentes de este género son personas mayores. La mayoría de las historias de las series de televisión en holo transcurren en pequeños pueblos o comunidades rurales, que son mucho más conservadoras que las áreas urbanas. Los exteriores rurales también evocan recuerdos del pasado agrario de Taiwan, cuando mucha gente vivía en pequeños pueblos y la agricultura dominaba la economía. Las relaciones entre los miembros de la familia constituyen asimismo una parte importante de la temática de las series dramáticas en holo –una reflexión del énfasis de la sociedad taiwanesa tradicional en la familia. Los hijos y las hijas son típicamente obedientes, y cuando son rebeldes, los problemas suscitados se resuelven mediante el consenso con sus padres. Los personajes suelen tener empleos de clase baja o media, ya sea cultivando el campo o cuidando la tienda, y los roles de género son también más tradicionales en las series en holo, donde muchos personajes femeninos se dedican a los trabajos del hogar, aunque están aumentando algunos roles femeninos que trabajan en oficinas.

Una escena de Tú eres mi destino, una serie dramática de televisión que cuenta con un elenco de jóvenes actores y se filma en un escenario urbano.

Con sus jóvenes estrellas, las series dramáticas de ídolos representan la historia compartida más reciente –la de las generaciones más jóvenes de Taiwan. Las nociones de urbanidad y los estilos de vida son mucho menos conservadores en estos programas –por ejemplo, las aventuras de una noche entre los personajes no son algo extraño. Los personajes habitan en áreas urbanas, con un estilo de vida rápido y una sociedad consumista y moderna. Además, las estrellas existen en un espectro económico mucho más amplio que los personajes de los dramas en holo, y desempeñan diferentes papeles, desde trabajadores luchadores hasta jóvenes herederos acaudalados. Las mujeres en las series dramáticas de ídolos participan en la fuerza laboral, se benefician de las oportunidades de avance, pero sufren también de la explotación.


Aunque las series en holo suelen atraer a televidentes mayores y las de ídolos a los más jóvenes, ambos géneros también comparten ciertos elementos comunes. De hecho, Chien Yu-yen, concejal de la ciudad de Taipei, ex periodista y locutora de un galardonado programa de radio, dice que el género de series dramáticas de ídolos comparte muchos elementos con las series en holo. Estas últimas alcanzaron popularidad en los noventa, mientras que las series de ídolos comenzaron en 2001. Según ella, ambos géneros son melodramáticos, cargados de un lenguaje ingenioso, argumentos cómicos y personajes secundarios encantadores. Ambos géneros han sido galardonados con los Premios Campana Dorada, patrocinado por la Oficina de Información del Gobierno (GIO, siglas en inglés). En 2008, por ejemplo, Lei Hong recibió el galardón de Mejor Actor en los Premios Campana Dorada por su papel en la serie holo La casa de mama, y Ariel Lin ganó el de Mejor Actriz por su trabajo en la serie dramática de ídolos Ellos se besan otra vez.


En conclusión, el asunto no se refiere a cuál tipo de serie dramática refleja mejor la realidad de Taiwan, porque ambos géneros atraen un generoso número de televidentes devotos, y en conjunto, dan una buena visión general de la historia compartida de Taiwan, incluyendo los cambios que va experimentando.


A diferencia de la industria cinematográfica doméstica, los amantes de la música de Taiwan han demostrado de manera constante su gran afición por la música de la industria popular local. Por ejemplo, un vistazo a las carteleras de música pop a comienzos de noviembre de 2008 muestra que de los 10 discos mejor vendidos, solamente la colección de los grandes éxitos de Celine Dion y otro de Lin Jun-jie, de Singapur, eran los únicos de cantantes no taiwaneses.

Pluralismo lingüístico
Un claro ejemplo de la naturaleza inclusiva y pluralista de la sociedad taiwanesa en general y de la industria de la música en particular es la diversidad de idiomas que se encuentran en la música pop o popular. La música pop en mandarín, o Mandopop, apareció como una fuerza creadora a mediados de los años setenta. La música pop fue bien acogida no sólo por lo que hablan mandarín a principios de los años ochenta, cuando las lenguas locales, especialmente el holo, volvieron a usarse con mucha frecuencia en las letras. Los esfuerzos creativos de los compositores impulsaron las canciones en holo a principios de los noventa en el llamado movimiento de Canciones Taiwanesas Nuevas. El cantante Chen Sheng, quien fue una personaje central de este movimiento, se mantiene aún muy activo en la escena actual de la música pop y muestra su diversidad particular con canciones en holo, hakka y mandarín. Wu Bai, una fuerza en el mundo musical durante más de una década, canta rock tanto en mandarín como en holo.


La naturaleza pluralista de la sociedad de Taiwan se observa en el caso de A-mei, o Chang Hui-mei, una cantante de origen Pinuyumaya. Chang creció escuchando música tribal en el este de Taiwan, lejos de los centros urbanos de la isla. Ella ha utilizado ritmos tribales en algunas de sus canciones pop, tales como Hermanas, que exalta los beneficios de la sociedad aborigen matriarcal. Aunque A-mei es una aborigen, canta en mandarín. Sus canciones siguen en gran medida la tradición del Mandopop, y su música ha tenido aceptación en toda la sociedad de Taiwan, que está compuesta por un 98 por ciento de chinos Han por origen paterno. Sus dos primeros discos ocuparon los primeros lugares de la lista de éxitos de Taiwan durante nueve semanas cada uno, y fue elegida la Vocalista del Año en los Premios Melodía Dorada en 2002. Patrocinados por la GIO, los Premios Melodía Dorada honran a los mejores cantantes y músicos de Taiwan.


La industria musical se inspira también en la historia compartida de Taiwan, incluyendo sus intrínsecas características chinas, debido a que la mayoría de los taiwaneses tienen antepasados chinos continentales. Estas raíces chinas se celebran con canciones escritas porVincent Fang e interpretadas por el cantante Jay Chou. El éxito Porcelana azul y blanca, una canción del exitoso disco de Jay Chou, Cowboy on the Run, fue la canción mejor vendida de 2008 y ganó los máximos galardones por mejor composición y mejor letra en los Premios Melodía Dorada en 2008. La letra se inspira en una de las más conocidas formas de cerámica china tradicional.Porcelana azul y blanca refleja lo que Fang llama el concepto musical “Aires de China”, que define como canciones que utilizan un lenguaje inspirado en la poesía clásica china, discuten temas culturales o históricos chinos, tales como la medicina herbaria, el té y el kung fu, y ocasionalmente incluyen instrumentos y melodías chinas tradicionales.

Algunas de las canciones de Jay Chou se inspiran en la cultura e historia chinas. (CNA)

El concepto “Aires de China” propuesto por Fang ha sido acogido por otros cantantes pop importantes, tales como Lin Jun-jie, de Singapur, y Wang Lee-hom, un taiwanés que creció en Estados Unidos. Para la ex locutora de radio Chien Yu-yen, el estilo juguetón de “Aires de China” representa la facilidad de asimilación propia de la cultura pop de Taiwan. “La mezcla de la literatura china clásica y los ritmos modernos es en realidad una versión taiwanesa del estilo chino”, dice ella.


Los oyentes mayores aprecian los elementos chinos de Porcelana azul y blanca, y en opinión del compositor Matthew Yen, el estímulo de la imaginación visual que provoca la canción es lo que la ha hecho popular entre los jóvenes. La letra de la canción incluye flores, peces, caligrafía e imágenes de bellas mujeres pintadas sobre cerámica. “Imagen tras imagen como si fuera una película de acción de Hollywood”, dice Yen. “Esa es exactamente la manera de hablarle a los jóvenes hoy día”.


Por otra parte, Yen reconoce el esfuerzo del movimiento de darle un rostro contemporáneo a la antigua tradición literaria china, pero piensa que también muestra una tendencia hacia el vocabulario extravagante y puede dar una impresión rígida y superficial de la cultura china. “Las melodías y los temas clásicos chinos no son nuevos en la música pop”, dice. “Lo nuevo es el uso de un estilo chino como tal”.


Yen menciona el hecho, algo paradójico, de que este estilo no ha sido siempre bien recibido en China continental. En 2007 cuando escribió una canción para una nueva serie de televisión basada en la novela del Siglo XVIII Sueño en la cámara roja, un clásico de la literatura china, los censores en China continental lo forzaron a modificar las partes que consideraron demasiado negativas o pesimistas.


A pesar de todo, Yen cree que la industria del entretenimiento de Taiwan, un producto de la sociedad más libre y más democrática en el mundo de habla mandarín, puede dar un ejemplo positivo para la industria en China continental. “La información que recibe la gente en China continental a través del entretenimiento, los medios de comunicación o la Internet ya ha sido supervisada o alterada”, dice Yen. “Nuestra libertad es algo que va más allá de su imaginación y comprensión”.

En búsqueda de éxito
En el pasado, con pocas excepciones, solamente las obras de ficción de autores no taiwaneses aparecían en las listas de éxitos locales, junto con las traducciones al mandarín de libros extranjeros. Sin embargo, recientemente, algunos autores locales tales como Giddens, el seudónimo de escritor de Ke Jing-teng , y Wanwan, el seudónimo de Hu Jia-wei, se encuentran a menudo en las listas de más vendidos, como las publicadas por la cadena de librerías Kingstone y el vendedor en línea Books.com.tw. Las obras de Giddens y Wanwan han tenido éxito también en los mercados extranjeros, tras haberse concedido licencia para su publicación en caracteres simplificados en China continental, y de traducción en Corea del Sur y Tailandia.


Wanwan escribe entretenidos diarios en línea con dibujos simples en su blog de caricaturas, y afirma que recibe el mayor número de visitas que cualquier otro blog en Taiwan. Así como el público de las series dramáticas de ídolos, la manera humorística y algo rebelde de describir la vida y el trabajo diarios tuvo resonancia en las generaciones más jóvenes de Taiwan que comparten experiencias similares. Su trabajo atrae especialmente a los lectores jóvenes, que tienen una actitud hacia el trabajo menos seria que los de generaciones anteriores. Su primer libro, titulado Odio mi trabajo pero disfruto mi vida, llamó la atención inmediatamente de muchos jóvenes en 2005, y se colocó en la lista de más vendidos.


Giddens escribe gran parte de sus libros con la intención de adaptarlos a programas de televisión, películas o caricaturas. Por ejemplo, la serie dramática de 2007, Amor, cuenta completa, se basa en su novela con el mismo título.


En sus obras literarias, Giddens se destaca por sus ocurrencias y diálogos, que reflejan la experiencia de los taiwaneses más jóvenes de diferentes grupos de edad. Hoy, para los escritores que tienen un blog, como el caso de Giddens y Wanwan, la comunicación es en ambos sentidos, y los lectores tienen libertad de criticar y hacer sugerencias. La producción y la circulación de obras que tienen su origen en línea han corroído el papel de supervisor de los editores en las casas editoriales y en las páginas literarias de los diarios. La literatura resultante puede estar menos pulida, pero corresponde con mayor precisión a la experiencia y el interés de los lectores. El distanciamiento de la forma de publicación tradicional y más elitista se traduce en que los autores locales pueden ampliar su ámbito y abarcar los puntos de vistas de un mayor segmento de la sociedad.


El compositor Matthew Yen es también escritor, y crea novelas con el propósito de que sean adaptadas en películas. El año pasado publicó un libro de cuentos cortos que se basa en las letras de sus canciones. En 2004, amplió su esfera de trabajo e incluyó temas nuevos como los relacionados con el patrimonio aborigen de Taiwan. De este modo, escribió Seediq Bale, la historia de un héroe aborigen de la vida real que dirigió un importante alzamiento en contra del régimen colonial japonés en Taiwan. La naturaleza versátil de los géneros en la industria del entretenimiento de la isla queda patentizada en la génesis de esta novela de Yen, que se basa en un guión de Wei Te-sheng, el director de Cabo Nº 7. Después del éxito comercial y la crítica favorable que tuvo Cabo Nº 7, Wei trabaja ahora en la adaptación al cine de Seediq Bale.


A juzgar por el éxito de las películas, series dramáticas de televisión, música y literatura producidos localmente, que reflejan los rasgos de la historia compartida y las características particulares de la sociedad de Taiwan, es obvio que están aumentando la confianza y las expectativas en la industria del entretenimiento popular.

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