05/05/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

Háganlo no más

01/05/1996
Foto de Ku Chin-tang David Hoffman: "No hay un líder superior aquí que diga '¡Háganlo, háganlo! Aquí está la razón, háganlo no más"'.
David Hoffman es Director Encargado de Tecnología de la Sucursal en Taiwan, Coopers & Lybrand Consultants. La empresa cuenta entre sus dientes con veinte de las veinticinco mayores compañías de telecomunicaciones del mundo. Recientemente, Hoffman conversó con China libre acerca de la necesidad de liberalizar el mercado de telecomunicaciones de Taiwan.

CL: ¿Cuán importante es la liberalización del mercado de telecomunicaciones de Taiwan, y cómo se compara con sus competidores en la región?
David Hoffman:
Las teleco­municaciones son un servicio intermedio vital para el desarrollo económico de Taiwan, así como las industrias contem­pladas en el plan APROC. En muchos aspectos, Taiwan es el área menos liberalizada en términos de telecomuni­caciones en Asia. Incluso China continental tiene una segunda operadora, a pesar de ser una compañía local ya que no se permite la participación extranjera allí, mientras que en Taiwan sigue siendo un monopolio.

La DGT ha estado mejorando activamen­te la infraestructura de telecomunica­ciones en Taiwan. ¿Ha logrado construir una buena red?
La DGT ha instalado muy buen equipo y las tasas de teledensidad son dignas de elogio, pero los servicios con valor agregado que se ofrecen son mínimos, la actuación de la red es baja y las tarifas son altas. No es en la tecnología en sí, sino en la extensión de la red y la interfase del servicio –las áreas de atención al cliente–­ donde radica la debilidad de la DGT. Lo cual es normal puesto que no hay competencia. La DGT está organizada funcionalmente, mientras que las compa­ñías de telecomunicaciones en un ambiente competitivo están organizadas según las áreas de servicio a los clientes. Este es el resultado directo de operar en un medio donde retener a los clientes es un aspecto importante para el éxito.

¿Se volverá más competitiva la DGT al corporatizar sus operaciones?
La corporatización podría ayudar. La privatización es útil para recolectar fondos así como para reorganizar, de modo que pueda enfrentarse a la competencia. Ahora mismo, la DGT no es competitiva. Por ejemplo, no posee cuentas fijas ni controles mínimos de contabilidad, y tiene poca definición del valor respectivo de sus negocios, servicios e infraestructuras. La corporatización es necesaria para que la DGT pueda tener contratos con otros miembros en el área de servicio y sea activa en los mercados extranjeros, algo que no puede hacer como empresa estatal. La privatización no es necesaria, pero podría ser la mejor forma para estimular la reestruc­turación de la DGT para que sea más com­petitiva.

¿Qué clase de rees­tructuración consi­dera Usted que es necesaria?
En otros países, los monopolios cor­poratizados han tenido éxito contra la competencia exterior, pero han pasado por una tremenda reestructuración. Esto ha sido realizado en forma diferente en cada país. Australia y Hong Kong se encuentran entre los más exitosos. Ellos han encontrado una forma de hacer que sus monopolios mantengan su competitivad en los mer­cados libres fijando los aumentos de precios en un porcentaje por debajo de la tasa de inflación, lo que significa que la ganancia sólo puede mejorar a través de una mayor eficiencia operacional e innovación de servicios.

¿Cuán entusiasta se encuentra la DGT en cuanto a la liberalización?
Por el momento, está utilizando una táctica evasiva. Específicamente, está tratando de relacionar la liberalización con la privatización. Pero no es necesario que eso ocurra, debido a que la liberalización puede proceder sin privatización. En pocas palabras, la DGT está diciendo: "Si estás de acuerdo con nuestro plan de privati­zación, acordaremos la liberalización". Lo que preocupa es que el plan propuesto no contempla la privatización sino hasta fines de la próxima década.

¿ Están ellos postergando un proceso difícil e inevitable?
Seguramente, pues la liberalización siempre es difícil. Fue un proceso doloroso para empresas norteamericanas como la Bell Telephone hace algunos años. Pero sin alguien que defienda la causa, se dependerá de la DGT para fijar el proyecto de libe­ralización, a pesar del hecho de que ellos rechazan básicamente la liberalización por principio. Esto es algo muy común en los monopolios existentes. Temen a la com­petencia y desean conservar el estatus quo por tanto tiempo como sea posible. Con certeza, los empleos corren riesgos, pero el gobierno puede compensar (a los em­pleados despedidos) con las enormes ganancias obtenidas por el monopolio de la DGT. Este es un punto difícil, debido a que parecería que se va en contra del sin­dicato. Obviamente, nadie quiere aparecer como anti-sindicalista.

¿Qué clase de defensa requiere la liberalización?
Más que nada, requiere de un líder en la cúspide que entienda que aunque sea doloroso a corto plazo, a la larga creará grandes beneficios económicos para la industria del país y para sus ciudadanos. La debilidad primordial que veo ahora es que no existe ese tipo de defensor en Taiwan. Hay algunas personas en la comunidad de las telecomunicaciones que entienden que se necesita y por qué, pero ellos no están en las posiciones más altas de liderazgo, y sencillamente no pueden "ordenar" la reforma. Por otro lado, deben alcanzar el consenso, negociar y compro­meterse, todo lo cual toma tiempo, dema­siado tiempo en lo que concierne a APROC.

¿Qué más está haciendo la DGT para protegerse a sí misma?
La DGT sabe que tiene que dirigir la competencia y que se le ha pedido que realice el trabajo de fondo. En forma sutil, está tratando de obstaculizar a los competi­dores en tres aspectos básicamente: Restrin­giendo el espectro (las frecuencias en que los operadores pueden proveer sus ser­vicios) de operación de los servicios celu­lares, limitando la cobertura geográfica de los operadores, y cobrando tasas irrazo­nables de interconexión con su red de línea fija.

¿Cuál ha sido la reacción de las empresas de telecomunicaciones extranjeras en tor­no a esto?
La distribución del espectro debe ser igual. En los EE.UU., se considera el espectro como una propiedad nacional. Todos los operadores pagan lo mismo para usarlo. La cobertura geográfica y las tasas de interconexión también deben ser justas y equitativas para todos. La DGT debe tener una división de comunicaciones inalámbricas por separado que pague las mismas tasas de interconexión que tienen que pagar los competidores.

¿Hay confianza en la industria de que to­do saldrá bien finalmente?
El paso es dolorosamente lento, pero Taiwan es famoso por los cambios rápidos si existe un ímpetu apropiado. La libera­lización del mercado de las telecomuni­caciones no es difícil, el único requisito es que se emitan licencias. Incluso si las licencias y acuerdos de operación son relativamente caros al principio, saldrán adelante. Sin embargo, los beneficios económicos de la competencia no se lograrán en un mercado donde los parámetros no son claros, no hay tasas fijas de interconexión, ni un proceso establecido de apelación al regulador.

¿Podría esto afectar la admisión de Tai­wan en la OMC?
Definitivamente. Entiendo que el representante comercial de los EE.UU. (USTR) está muy al tanto de estos asuntos. Las telecomunicaciones son un negocio de alto valor agregado y los EE.UU. están interesados en expandirlo alrededor del mundo. En los años recientes, pareciera que el USTR se ha estado enfocando más en los derechos de propiedad intelectual en Taiwan. Ahora, su atención parece estar cambiando hacia las telecomunicaciones.

¿Podrá EE.UU. o la OMC presionar a Taiwan a instalar un regulador justo del mercado?
Refiriéndome al asunto de liderazgo, no hay un líder superior aquí que diga "¡Háganlo, háganlo! Aquí está la razón, háganlo no más". Ante la ausencia de este "defensor", la OMC y el USTR jugarán posiblemente un papel más importante para presionar a Taiwan a que reestructure y relaje las reglas de su industria de telecomunicaciones.

Entrevista de Christopher Fruean

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