06/05/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

El Espíritu del Doble Diez:Mirada retrospectiva, vigencia actual y proyección al futuro.

01/09/1996
Foto de ARCHIVO Fiesta de la democracia: El verdadero triunfador de las elecciones presidenciales del pasado 23 de marzo fue el pueblo de Taiwan.
Hace ochenta y cinco años, un gru­po de revolucionarios inspirados por el Dr. Sun Yat-sen, temiendo que el arresto de uno de sus agentes por las autoridades manchúes pudiera compro­meter su movimiento, tomaron la iniciativa y se alzaron contra la Dinastía Ching en Wuchang, Provincia de Hupei. Así quedó inmortalizada la histórica fecha del 10 de octubre de 1911, conocida en China como el Día Nacional del Doble Diez, en alusión al décimo día del décimo mes del año.

La gesta heroica que culminó con la toma de Wuhan, contó con pleno apoyo popular y la deserción de numerosos oficia­les del ejército manchú. El 1 de enero de 1912, se proclamó formalmente la Repú­blica de China y se puso fin a más de cua­tro mil años de dinastías imperiales.

La República de China, la primera república de Asia, es un país libre y democrático, fundado en base al principio fun­damental del gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo.

La nueva república se vió frente a muchas vicisitudes en los primeros años de su existencia. Después de la muerte del Dr. Sun en 1925, China fue dividida por la rivalidad entre los señores de la guerra lo­cales. Cuando el panorama parecía brillante y lleno de promesas, tras la unificación na­cional lograda con la Expedición al Norte, comenzaron a aparecer nubarrones de gue­rra en el horizonte. Japón invade a China en 1937 y se inicia la Guerra de Resistencia contra los japoneses, que dura ocho años.

A fines de la Segunda Guerra Mun­dial, el tesoro nacional se había agotado, motivo por el cual, los insurrectos chinos comunistas lograron el apoyo del Comin­tern y extendieron su poderío. La Guerra Civil estalló, y el régimen comunista se es­tableció en el continente chino en 1949. El desafortunado resultado fue que China que­dó dividida en dos entidades políticas dife­rentes, ninguna subordinada a la otra. Ese mismo año, el Gobierno de la República de China trasladó su capital nacional a Tai­pei, para implementar un gobierno demo­crático y constitucional. A través de casi medio siglo de desarrollo nacional determi­nado y dedicado, el milagro político de la democratización se llevó a cabo en la ante­sala del famoso milagro económico de Tai­wan.

A pesar de que en la actualidad, la República de China solamente ejerce jurisdicción sobre Taiwan, los Pescadores, Que­moy y Matsu; ha sido un país soberano e independiente desde su fundación en 1912. De manera similar, los chinos comunistas sólo han gobernado el continente desde que lo ocuparon en 1949. Por eso, desde 1949, la realidad es que China, como se ha conocido en el mundo por miles de años, no ha sido una entidad única, sino que ha sido gobernada por dos gobiernos se­parados y distintos. Según ésto, cada lado del Estrecho de Taiwan representa sólo una parte de China, y ninguno puede representar a toda China, nada de pretender que un lado tiene el derecho de representar el otro.

El pueblo es la fuerza detrás del desa­rrollo de la República de China, y la educa­ción impulsa todo desarrollo. Un sistema educativo integral, diverso, y especializado ha permitido a la República de China sacar el máximo provecho de su fuerza laboral para compensar la escasez de recursos natu­rales. Con una extensión territorial de sola­mente 36.000 kilómetros cuadrados, las reservas de divisas extranjeras de Taiwan alcanzan cerca de US$100.000 millones, ubicándose entre las más grandes del mun­do. Taiwan es el decimocuarto país comer­cial más grande del mundo, posee una in­dustria y un comercio prósperos, una edu­cación floreciente, igualdad social, libertad religiosa, democracia, y una población pu­diente. La economía de la República de China ha logrado todo su potencial bajo políticas acertadas del gobierno eficiente, que mezclan el tradicional espíritu huma­nitario confucianista con el vigor del sector privado. Esto ha sido llamado internacio­nalmente "la experiencia de Taiwan".

Desde fines de los años cuarenta has­ta mediados de los cincuenta, la República de China estuvo en tiempos de guerra en el área de Taiwan. El gobierno anunció en 1948 las Provisiones Temporales Efectivas durante el Período de la Movilización Na­cional para la Supresión de la Rebelión Comunista, que concentró los poderes de e­mergencia en manos del Presidente. Tam­bién puso en vigor el Decreto de Emer­gencia, una versión menos severa de la ley marcial. Sin embargo, la gradual reducción de las tensiones internacionales a mediados de los años ochenta convencieron al Presi­dente Chiang Ching-kuo que ya había llega­ do la hora de reemplazar la mentalidad de la Guerra Fría con una democracia de hecho y derecho, y hacer realidad la visión del Dr. Sun.

El Gobierno de la República de China revocó el Decreto de Emergencia (1987) y levantó las prohibiciones sobre el estable­cimiento de nuevos diarios (1988) y par­tidos políticos (1989). También permitió que los residentes de Taiwan visitaran a sus familiares en el territorio continental chino por primera vez en cuatro décadas (1987). Dos días antes del fallecimiento del Presidente Chiang Ching-kuo, ocurrido el 13 de enero de 1988, el cuerpo legislativo de la República de China aprobó una ley que garantiza la libertad de reunión y aso­ciación de los ciudadanos.

En años recientes, un competitivo sistema multipartidista –más de 70 par­tidos políticos han sido inscritos en el Minis­terio del Interior– se ha convertido en parte irreversible de la política de la Repú­blica de China. El país disfruta ahora de una bien merecida reputación por sus fre­cuentes y regulares elecciones, sus vigoro­sos partidos políticos y su sufragio univer­sal.

Tras asumir su cargo en 1988, el Pre­sidente Lee Teng-hui anunció que estaba comprometido a seguir llevando a cabo las reformas iniciadas por su antecesor. En los últimos ocho años, el Presidente Lee ha di­rigido varias importantes transformaciones políticas. Se han celebrado elecciones democráticas para los entes representativos y los líderes ejecutivos de todos los niveles del gobierno, y se ha afianzado una política multipartidista.

Cuando se llevaron a cabo las prime­ras elecciones directas para toda la Asamblea Nacional y el Yuan Legislativo en 1991 y 1992 respectivamente, comenzó a decli­nar el mandato de un solo partido a medida que los representantes de la oposición co­menzaron a tener una presencia significa­tiva en ambos cuerpos parlamentarios. Un par de años más tarde, en 1994, un candi­dato del Partido Democrático Progresista ganó la primera elección directa para el Al­calde de la Ciudad de Taipei. Cuando ter­minaron las elecciones en diciembre de 1995 para el Tercer Período del Yuan Legis­lativo, que es el cuerpo legislativo más alto del país, el Kuomintang (KMT) se quedó solamente con una tenue mayoría en la le­gislatura. Esta tendencia se repitió en las e­lecciones para el Tercer Período de la Asam­blea Nacional en marzo de 1996, cuando los votantes optaron una vez más por redis­tribuir el poder en forma más equitativa entre los tres partidos más importantes.

El clímax de la maduración demo­crática de la República de China fue la primera elección popular del Presidente de la República, que se llevó a cabo el 23 de marzo de 1996. En medio de una fiera competencia entre cuatro candidatos, el Presidente, Lee Teng-hui y el Primer Minis­tro Lien Chan, ambos del KMT, obtuvieron el triunfo ganando el 54% de los votos. Al darle al KMT la mayoría, los ciudadanos de la República de China mostraron su fe en la capacidad del partido para renovarse a sí y conducir a la nación en la era del plu­ralismo. Y al darle el 46% restante de los votos a los candidatos que no pertenecen al KMT, los electores confirmaron que ya se ha afianzado una saludable política de­mocrática y multipartidista.

Taiwan se ha transformado de la "capital de las bicicletas del mundo" en un jugador importante en las industrias de la información y los productos electrónicos del mundo. Con los avances tecnológicos, las industrias de mano de obra intensiva han cedido el paso a las industrias de alta tecnología y bio-tecnológicas que requieren de mucho capital y recursos tecnológicos, y ahora el país se dirige hacia la era de la información intensiva. La República de China utiliza actualmente su abundante vita­lidad económica para acelerar el paso del progreso en Taiwan con la esperanza de lograr el beneficio mutuo y prosperidad conjunta para nuestros vecinos asiáticos en el Siglo XXI, a través del plan para crear un Centro de Operaciones de la Región Asia-Pacífico. El plan abarca seís sub-cen­tros: telecomunicaciones, finanzas, transporte marítimo, transporte aéreo, manufac­tura, y medios de comunicación, para estable­cer un ambiente macroeconómico altamente abierto, globalizado, y permeable a la informa­ción, así como un centro de operaciones pa­ra Asia y el Pacífico donde las empresas do­mésticas y transnacionales puedan conjuntamente desarrollarse y prosperar.

El Gobierno de la República de China reveló oficialmente el 5 de enero de 1995, el Plan del Centro de Operaciones para la Re­gión de Asia y el Pacífico (APROC). El ob­jetivo de este ambicioso programa es impul­sar a Taiwan al próximo siglo, transformando la ísla en un centro de operaciones para la Región de Asia y el Pacífico.

Taiwan está dotada especialmente para tener éxito en esta tarea. Ubicada en el centro del Este Asiático, la ísla se encuentra próxima a los mercados del Sureste Asiático y de Chi­na continental. Su fuerza laboral altamente cualificada y el vigoroso mercado doméstico acrecentan las perspectivas de inversión. Tai­wan tiene la capacidad de servir como un centro de fondos para la región debido a sus recursos financieros; y su sólida base tecno­lógica hace de la ísla un lugar ideal para las industrias de alta tecnología. Taiwan ha establecido extensos lazos económicos y comer­ciales que la conectan con el Este Asiático y el mundo. Finalmente, la República de China comparte vínculos culturales y lingüísticos con otras potencias económicas regiona­les. Estas ventajas convierten a Taiwan en una base ideal para las empresas loca­les y multinacionales que tienen planes de hacer negocios en la Región de Asia y el Pacífico.

El Plan APROC exige tanto ajustes como medidas macroeconómicas, orientadas específicamente a fomentar el desarrollo de seís centros de sub-operaciones. Los ajustes macroeconómicos enfocan la mejora de la infraestructura económica en Taiwan, permitiendo el libre flujo de las cuatro "íes", es decir, de inversión, industria, individuos, e información. Las medidas que han sido tomadas en esta dirección, incluyen la enmienda de leyes en julio de 1995, con el fin de aflojar los controles en el movimiento de capital. A­ demás, ciertas áreas comerciales que esta­ban cerradas para la inversión extranjera han sido abiertas, y el alcance de la pro­tección de los derechos de propiedad in­telectual ha sido expandido. Por último, pero no de menor importancia, se han to­mado las medidas para perfeccionar los procedimientos pertinentes al empleo de ciudadanos extranjeros.

Es importante realizar ajustes ma­croeconómicos, pero la mayor parte del trabajo del APROC está concentrado en los seís centros de sub-operaciones. Después de una cuidadosa evaluación de las ventajas comparadas de Taiwan, el Gobier­no de la República de China ha identificado seis áreas con el mayor potencial para el desarrollo: la manufactura, el transporte marítimo, el transporte aéreo, las finanzas, las telecomunicaciones y la industria de los medios de comunicación. El Plan APROC aspira convertir a Taiwan en un centro regional donde las compañías que hacen negocios en estas áreas, puedan esta­blecer centros para sus operaciones en la Región de Asia y el Pacífico.

Para propulsar el desarrollo del país hacia el próximo siglo, la República de China debe liberalizar e internacionalizar su economía. El Plan APROC está diseñado precisamente para lograr ésto. Los ajustes macroeconómicos y la promoción de los seis centros de sub-operaciones, convertirán a Taiwan en un centro para las operaciones comerciales regionales. Esto no sólo redefi­nirá los contornos del horizonte económico de la República de China, sino que también contribuirá a la integración y prosperidad de la Región de Asia y el Pacífico en el Si­gloXXI.

Cuando la economía comenzó a flo­recer hace décadas, el gobierno implementó una serie de reformas democráticas pacífi­cas que han sido llamadas la "revolución silenciosa". Comenzando en 1950, la Repú­blica de China siguió el proyecto para el desarrollo nacional establecido por su padre fundador, Dr. Sun Yat-sen. Implementó el autogobierno local en Taiwan y elevó el ni­vel del gobierno local, inculcando los prin­cipios democráticos entre la gente y prote­giendo la élite política, hasta que la demo­cracia se expandió gradualmente a través de la sociedad entera.

Las principales reformas democráti­cas en los últimos años incluyen el levanta­miento del Decreto de Emergencia en 1987; la remoción de los límites del registro y número de páginas de los periódicos, así como también la eliminación de las restric­ciones en la formación de partidos políticos; la elección de un cuerpo legislativo total­mente nuevo en 1992; la liberación de las estaciones de radio y TV en 1993; la elec­ción directa del gobernador de la Provincia de Taiwan y los alcaldes de Taipei y Kao­hsiung en 1994; y la elección popular del presidente y vicepresidente de la República el 23 de marzo de 1996. Estas reformas han abierto un nuevo capítulo en los 5.000 años de historia china, echado una base só­lida para la democracia, realizado el espíritu de la soberanía popular, y establecido un modelo positivo para la democratización de toda la nación china.

La espléndida cultura china se ha en­riquecido aquí. En el contexto de la venrable historia cultural, la República de Chi­na de hoy ha absorbido lo mejor de la cul­tura extranjera y la filosofía democrática occidental, permitiendo al país mayor crecimiento y vigor. Hoy día, los hombres y mujeres de Taiwan disfrutan de la igual­dad de derechos y participan conjuntamen­te en la vida pública. Las mujeres no sólo se distinguen por sus contribuciones a la sociedad, sino que también reciben mayor protección bajo la ley. En la República de China, la fusión de la tradición oriental con la estética occidental ha provocado el comienzo de una nueva cultura con sensibi­lidad moderna.

En el Siglo XVI, los navegantes portu­gueses vieron a Taiwan como una Ilha For­mosa, o "isla hermosa". Ahora que el país ha alcanzado la prosperidad cultural y eco­nómica, el ambiente natural se está consi­derando bajo una nueva perspectiva.

De hecho, durante los últimos años, la conciencia conservacionista ha entrado gradualmente en la mente de cada ciudadano. El Gobierno de la República de China recalca la educación sobre la protección ambiental, sanea los ríos y arroyos, y presta atención al desarrollo urbano y rural equi­librado. Ya ha establecido seis parques na­cionales con el fin de preservar substan­cialmente el medio ambiente. Las numero­sas medidas legislativas demuestran que la República de China está determinada a proteger la vida silvestre y el medio ambien­te. Debe hacerse todo lo posible para sal­vaguardar la eterna belleza de esta isla.

En los años recientes, la República de China ha lanzado una campaña diplomática pragmática. Su jefe de estado y o­tros funcionarios de alto rango han visitado muchos países alrededor del mundo para promover las visitas y los intercambios re­cíprocos y cooperativos. En las primeras etapas de su desarrollo, la República de China recibió ayuda de otros países; ahora, brinda su asistencia a los demás. El Fondo Internacional de Desarrollo Cooperativo fue establecido para que la República de China pudiera activamente ser miembro, socio cooperativo, y benefactor de la comu­nidad internacional.

Resulta ser un hecho lamentable que mientras el asunto de la representación del pueblo de China continental en las Nacio­nes Unidas fue acordado en 1971; sin em­bargo, desde ese entonces, los derechos correspondientes a los 21 millones de habi­tantes en el área de Taiwan han sido com­pletamente ignorados, debido a la oposición de Pekín. Esto ha silenciado la voz de la representación de los derechos de los habi­tantes de Taiwan en las Naciones Unidas. Como uno de los miembros fundadores de las Naciones Unidas, la República de China y su pueblo en el área de Taiwan desean participar en esta organización, en base al principio de membresía universal, y actuar como miembro completo en las activida­des internacionales y en las organizaciones inter-gubernamentales.

Foto de Huang Chung-hsin

El Plan APROC aspira convertir a Taiwan en un centro regional donde las empresas puedan establecer centros para sus operaciones en la Región de Asia y el Pacífico.

La República de China ha logrado plenamente ser un país desarrollado, y es­tá dispuesta sinceramente a compartir esta experiencia con otros países. Su producto nacional bruto se ubica ahora en el 20° lu­gar en el mundo. Con este tremendo pode­río económico a su disposición, el Gobierno de la República de China y su pueblo quie­ren cumplir con su deber y contribuir con su participación en la comunidad interna­cional.

El Gobierno de la República de China cree firmemente que sólo cuando ambos, Taiwan y China continental se dediquen completamente a la búsqueda de la libertad, democracia, y prosperidad, basadas en una convicción pragmática y pacífica, se ayudará a la estabilidad de la Región Asia-Pacífico y se contribuirá a la causa de la paz mundial.

Durante los últimos nueve años, el Gobierno de la República de China ha tomado medidas significativas para eliminar la desconfianza y establecer contactos posi­tivos entre los dos lados. El Consejo para la Unificación Nacional (NUC, siglas en inglés) fue establecido bajo la Oficina Presi­dencial en 1990. El Consejo para los Asun­tos de China Continental, organismo de nivel ministerial, y la Fundación para los Intercambios a través del Estrecho de Taiwan, agencia intermediaria de carácter privado, fueron establecidos en 1991.

En ese año, el Presidente Lee Teng-hui anunció la terminación del Período de Movilización Nacional para la Supresión de la Rebelión Comunista. Luego, en 1992, el Gobierno de la República de China pro­mulgó los Estatutos que Regulan las Rela­ciones entre el Pueblo del Area de Taiwan y el Pueblo del Area de China Continental. Estas medidas demostraron la sinceridad y la buena voluntad de la República de China en Taiwan de crear las condiciones necesarias para que los dos lados coexistan en paz.

Estas medidas establecieron un mar­co para la promoción, de parte del Gobierno, de los asuntos relacionados con China continental. En 1991, el NUC formu­ló las Directrices para la Unificación Na­cional.

Sin embargo, antes de que los dos la­dos completen la primera etapa a corto plazo de intercambios y reciprocidad, la República Popular China debe renunciar a su amenaza de usar la fuerza contra Taiwan y abandonar sus esfuerzos por negar la presencia internacional de la República de China.

La República de China publicó en 1994 un libro blanco titulado Relaciones entre los dos lados del Estrecho de Taiwan, para explicar su idea sobre la política de "un país, dos entidades políticas iguales". Este esquema difiere sustantivamente de la propuesta de Pekín de "un país, dos sistemas", bajo la cual el Gobierno de la Re­pública de China sería degradado al nivel de un gobierno regional.

De igual manera, se estableció un ca­nal sistemático, pero no oficial, para las consultas entre los dos lados durante las negociaciones que se efectuaron en Singa­pur, en 1993, entre Koo Chen-fu, Presidente de la Fundación para los Intercambios a través del Estrecho de Taiwan, organización de la República de China, y Wang Daohan, Presidente de la Asociación para las Rela­ciones a través del Estrecho de Taiwan, a­gencia de China continental.

Desde entonces, las conversaciones prosiguieron regularmente hasta que el régimen en China continental cerró este canal de comunicaciones en julio de 1995, y em­pezó una serie de provocadoras pruebas de misiles cerca de las costas de Taiwan para manifestar su descontento por el viaje que el Presidente Lee Teng-hui realizó a Estados Unidos en junio de ese año.

Tratando de influir en los resultados de las primeras elecciones presidenciales por voto directo que se realizaron en marzo de 1996, una vez más, las fuerzas armadas de China continental condujeron una serie de ejercicios militares contra Taiwan en los meses anteriores de los comicios. La República de China respondió con circunspección y compostura, siguiendo adelante con la primera elección popular del presidente de la nación en los cinco mil años de historia china.

A la República de China no le gustaría ver la repentina desaparición del crecimien­to económico en China continental, el cual ha sido posible con grandes dificultades por su política de apertura, en el transcurso de los años. Nunca negociaremos bajo la a­menaza de un ataque. Sin embargo, tampoco tememos negociar. Nuestra posición es que los diálogos llevarán a la resolución de cualquier asunto entre los dos lados del Estrecho de Taiwan.

Desde 1912, la República de China ha sido un estado soberano. Las disputas a través del Estrecho se centran en los sis­temas y estilos de vida, no tienen nada que ver con la identidad étnica ni cultural. Du­rante más de 40 años, los dos lados del Es­trecho han constituido dos jurisdicciones separadas debido a varios factores histó­ricos, incluso cuando ambos lados han permanecido comprometidos a la unifica­ción final. Sólo cuando las dos partes aban­donen la insistencia ideológica sobre revi­sionismos históricos; sostengan diálogos sinceros; y demuestren paciencia y toleran­cia mutuas, podrán encontrar una solución al problema de la unificación y trabajar por el bienestar común del pueblo chino.

Foto de ARCHIVO

La Organización de las Naciones Unidas hace énfasis en la importancia de los derechos humanos, por lo tanto, no debe pasar por alto los derechos y deseos de los 21 millones de habitantes del área de Taiwan.

Tanto Taipei como Pekín, deben trabajar con seriedad para dar fin a la hostilidad que actualmente existe entre ellos. El Presidente Lee Teng-hui ha prometido que hará una jornada de paz a China continental si la nación lo requiere y si el pueblo del área de Taiwan la apoya. También está preparado para reunirse con los principales líderes en China continental para sostener un intercambio directo de puntos de vista con el fin de abrir una nueva era de comu­nicación y cooperación entre los dos lados, y asegurar la paz, la estabilidad y la pros­peridad en la Región de Asia y del Pacífico.

El camino histórico tomado por la República de China ha sido el de progreso ininterrumpido, paso a paso. Si el progreso del país continúa estable, para el año 2000, el ingreso per cápita en Taiwan alcanzará los US$20.000. La democracia, libertad, paz y prosperidad disfrutada por el pueblo de Taiwan han creado gran confianza para alcanzar la reu­nificación de China como un estado demo­crático, libre y próspero. El pueblo de la República de China ofrece amistad y buena voluntad, y quiere esforzarse junto con otros países por el logro de una villa global, pacífica y próspera, en el Siglo XXI . ■

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