04/05/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

Renacimiento religioso

01/03/1995
Foto de Huang Chung-hsin

Aunque Chen Hui-chen se ha considerado a sí budista por mucho tiempo, ella no puede decir a ciencia cierta cuando se convirtió a la fe. Cuando era niña, ella se recuerda que su madre la llevaba al templo para quemar incienso y hacer ofrendas de alimentos enlatados, galletas y frutas. Ella también aprendió a repetir el canto budista “Amitabha” siempre que necesitaba fuerza espiritual. Pero hasta recientemente, ella no pensó mucho en qué significaba realmente ser una budista y nunca leyó algo sobre las enseñanzas de la religión.

Hace cinco años, Chen observó que la gente alrededor de ella estaba comen­zando a tener un interés mayor en el bu­dismo. “De repente, toda la gente lle­vaba rosarios en sus muñecas”, se acuer­da ella. “Los libros sobre Zen y cultura budista entraron en la lista de los libros más vendidos, y habían anuncios frecuentes de char­las budistas, clases de meditación y campos de retiro espiritual”. Cuando un amigo la presentó a un monje, ella quedó suficientemente impresionada por sus charlas que eventualmente acudió a una ceremonia para convertirse en una de sus seguidores. “Apenas sabía de qué trataba la religión”, indica, “pero disfrutaba escuchando a gente que mira las cosas desde una perspectiva budista, que siempre es más misericordiosa. Deseaba encontrar la “tierra pura” del budismo en medio de esta sociedad caótica”.

La experiencia de Chen se ha re­petido en miles de personas en Taiwan en la última década, creando un fenomenal aumento de fieles budistas. Según el Ministerio del Interior, la población budista de la isla aumentó de 800.000 en 1983 a 4,8 millones en 1993, un incremento del 600%. El número de templos budistas re­gistrados también se ha multiplicado, de 1.157 a 4.020 durante el mismo período, y los monjes y monjas totalizan ahora más de 9.000 personas, de 3.470 en 1983.

Las filas de las otras denominaciones religiosas también han crecido en los años recientes. El taoísmo, la principal religión de Taiwan antes de 1984, ha obtenido más de 2 millones de fieles adicionales durante el mismo decenio, alcanzando un total de 3,6 millones de creyentes. Y las religiones cristianas, principalmente la católica y presbiteriana, han aumentado de 600.000 a más de 700.000. Sin embargo, hasta ahora el mayor ganador ha sido el budismo.

Pero la religión no sólo está atrayendo nuevos seguidores. El creciente número refleja un cambio fundamental en la forma como se ha practicado el budísmo en Taiwan durante siglos. El profesor de Filosofía Yang Hui-nan explica que el budismo ha ganado adeptos primordialmente debido a que se ha vuelto más visible y activo en la sociedad. “En vez de quedarse pasivamente detrás de las paredes del templo cantando y meditando, los monjes y monjas están recorriendo las calles para divulgar su religión”, indica Yang. “Se les ve dando charlas, enseñando meditación y publicando libros. En la última década, los grupos budistas han tratado más agresiva­mente que antes de atraer nuevos segui­dores”.

Al mismo tiempo, el público ha respondido más fuertemente al entusiasmo de los líderes religiosos. Yang atribuye esto al rápido cambio social que ha ocurrido en Taiwan. “Los tiempos caóticos son buenos momentos para la religión”, dice. “La gente necesita algo espiritual donde aferrarse”. Pero esto no explica por qué el budismo ha sobrepasado hasta el momento a todas las otras religiones en la atracción de fieles. “Es realmente debido a que los monjes y monjas están proyectándose hacia afuera”, dice Yang. “Eso es lo que hace la diferencia”.

Foto de Chang Su-ching
Oraciones nocturnas: El budismo le enseña a sus fieles que deben ayudar a salvar a todos los seres del sufrimiento terrenal, no solamente a ellos.

Esta tendencia de proyectarse hacia la sociedad puede remontarse al concepto del “budismo mundano” predicado por el monje chino continental Tai-hsu en los años treinta. (Al igual que todos los monjes y monjas, Tai-hsu adoptó el apellido Shih, pero es conocido por su primer nombre.

Aquellos que son más jóvenes y con menos experiencia son llamados con el título de “venerable”, mientras que los de mayor jerarquía son llamados “maestros”.) El Maestro Tai-hsu se oponía al énfasis de la Secta de la Tierra Pura, que en ese entonces era la escuela de budismo de mayor influencia en China, que alienta a los seguidores a enfocar en el alcance del nirvana a través de la oración y la adoración a las deidades (ver recuadro). El defendía un budismo centrado en el mundo viviente. Algunos de sus discípulos desarrollaron sus ideas, particularmente el bien conocido monje Yin-shun, que trajo el mensaje de su maestro a Taiwan en los años cincuenta.

El Maestro Yin­-shun consideraba que dirigir los esfuerzos espiri­tuales de uno hacia la búsqueda del nirvana es una ac­titud escapista. Al igual que su men­tor, él alienta a sus discípulos a asumir un papel activo en la sociedad.

Otra importante influencia en las primeras etapas del movimiento local fue la revista Antorcha de la Sabiduría, que se publicó por primera vez en los años sesenta. Al ayudar a establecer una red de clubes en los campus universitarios y dirigirse a los jóvenes intelectuales, la revista atrajo seguidores que estaban más inte­resados en estudiar las enseñanzas del budismo que meramente llevar a cabo superficiales rituales de adoración.

Foto de Chang Su-ching
Un nuevo papel para monjes y monjas: Si bien algunos creyentes siguen creyendo que esos discípulos deberían concentrarse en estudiar los sutras y meditar, muchos enfatizan ahora en un enfoque más dinámico al cumplir con los votos religiosos.

Pero el budismo mundano no tuvo su despegue sino hasta inicios de los ochenta, cuando un número de monjes y monjas comenzaron a ganar amplia atención con un enfoque muy a mano ―no sólo atraer adeptos y donaciones―, sino también promover obras de caridad y causas sociales. Hoy, esos líderes se encuentran dirigiendo templos y fundaciones de alto perfil, y en algunos casos, sus nombres son prácticamente palabras de uso diario.

El Maestro Hsing-yun, por ejemplo, ha desarrollado una imagen muy popular como líder de Fokuangshan, la mayor red de monasterios y templos budistas en la isla. Habiendo declarado explícitamente la intención de llevar a cabo los ideales del Maestro Tai-hsu, él logró expandir su mensaje en grandes mitines, a través de revistas y libros, y en programas de TV budistas. Y la Maestra Cheng-yen, discípula del Maestro Yin-shun, dirige la mayor y mejor conocida organización de caridad de la isla, la Fundación de Socorro de Compasión Budista Tzu Chi, que tiene un hospital y un millón de miembros activos. Al igual que la mayoría de los budistas de alto rango, la Maestra Cheng-yen aparece con frecuencia en los medios de comunicación, generalmente acompañada por personas famosas y políticos. Recien­temente, ella contó con la compañía del Presidente Lee Teng-hui en la inauguración del Colegio Médico Tzu Chi.

Muchos de los monjes y monjas de hoy están adoptando papeles no tradi­cionales, involucrándose en cualquier cosa desde educación superior a causas eco­logistas. Por ejemplo, la Maestra Hui-wan fundó recientemente la primera universidad budista de la isla, y el Maestro Sheng-yen de la Fundación Cultural y Educativa Montaña del Tambor Dharma se ha en­ cargado de varios proyectos ecologistas y ha recolectado más de US$150.000 para los programas de rehabilitación de dro­gadictos en ciudades y distritos. Otros religiosos son participantes regulares en sesiones de conservación de la vida silvestre y protestas anti-nucleares.

Foto de Chang Su-ching
La Fundación del Tambor Dharma, dirigida por el Maestro Sheng-yen, urge a sus miembros a ser ambientalistas. “Nuestra meta final”, dice una discípula, “es purificar la mente humana y mejorar el carácter humano a través de la protección ambiental”.

Según el profesor Yang Hui-nan, el enfoque centrado en la comunidad que se ha desarrollado entre los budistas en Tai­wan en realidad no es nuevo en la historia de la religión. En los siglos pasados, cuando los budistas fueron suprimidos o perse­guidos por los gobernantes chinos, ellos se refugiaron en sus monasterios. Pero siem­pre que las situaciones fueron favorables, como en los siglos noveno y décimo, ellos surgieron y participaron en lo mundano. “En la Dinastía Tang, los grupos budistas hicieron grandes contribuciones a la sociedad”, dice Yang. “Ellos abrieron bancos y ofrecieron préstamos sin interés a los pobres. Ellos crearon refugios para ofrecer hospedaje temporal a los necesitados. Hicieron casi todo lo que Ud. pueda imaginarse”. El budismo chino, explica, enseñaba originalmente a los monjes y monjas que su misión era salvar a todos los seres, no solamente a ellos. La tendencia actual está orientándose de nuevo hacia esa dirección. “Yo lo llamó un renacimiento budista”, dice Yang.

Los grupos budistas de Taiwan han logrado su mayor impacto a través de los servicios caritativos bien organizados. Según la Asociación Budista de la República de China, hasta 1993, siete hospitales, diez asilos de ancianos, cinco orfanatos y tres clínicas estaban administrados o recibían apoyo financiero de la religión. Y de los millones de dólares que los grupos budistas reciben en donaciones, más de un tercio se destina como ayuda a las familias pobres o víctimas de desastres naturales.

Casi todas las organizaciones budis­tas y muchos templos están involucrados en obras de caridad, estando al frente la Fundación Tzu Chi. A través de los años, han ofrecido asistencia financiera, cuidados médicos, reparaciones de vivienda y otros servicios voluntarios a decenas de miles de personas necesitadas.

El Hospital Tzu Chi, creado en Hualien en 1986, es el mayor en la región oriental de Taiwan, un área donde tradicionalmente la ayuda médica ha sido baja. El hospital tiene 750 camas y una clínica de consulta externa que atiende alrededor de 1.500 personas al dia. Los pacientes pagan según su capacidad financiera. La Fundación Tzu Chi también fue un instrumento eficaz en la creación del primer banco de datos de donantes de médula, atrayendo alrededor de 50.000 personas que firmaron e hicieron pruebas para donantes en potencia, siendo la primera lista de donantes chinos de médula.

Foto de Chang Su-ching
El taoísmo y otras prácticas, tales como el encendido de linternas y quema de dinero espiritual, se han mezclado con el budismo a través de los siglos, creando una forma popular de la religión. Sin embargo, se ve un alza de creyentes ortodoxos en los años recientes.

Existen planes para la creación de una sucursal del hospital en el distrito de Chiayi, en el sur de la isla. De nuevo, la intención es ofrecer servicios médicos donde más se necesiten. El área actualmente sólo cuenta con siete camas de hospital por cada 10.000 personas, muy por debajo del promedio de cuarenta y seis camas en el resto de la isla. “No tratamos de duplicar los servicios que ofrecen los departamentos de salud pública”, dice Hsu Hsiang-ming, administrador de la Dirección de Tzu Chi. “No intentamos substituir lo que está haciendo el gobierno. Solamente deseamos complementarlo” .

La maestra Cheng-yen, fundadora de Tzu Chi, comenzó en 1966 con sólo un proyecto de recolección de fondos en pequeña escala para los necesitados. Ella ha alentado a las amas de casas a hacer pequeñas donaciones de sus presupuestos diarios para la comida. Al mismo tiempo, un grupo de seguidores ha recolectado dinero fabricando y vendiendo zapatos para bebés. Hoy, Tzu Chi se ha convertido en una organización de treintiún miembros con aproximadamente 10.000 voluntarios y más de un millón de miembros activos. Otros 2 millones de personas están en la lista como donantes. A través de tales donaciones, la fundación recoge millones de dólares norteamericanos al año. Además, Tzu Chi tiene un acuerdo con el Chinatrust Commercial Bank, que ofrece a sus clientes una tarjeta de crédito especial Loto. Por cada compra hecha con la tarjeta, el banco dona alrededor del 0,3% del monto de la compra para la fundación.

El socorro en casos de desastres es otra área donde las organizaciones budistas están destacándose. Por ejemplo, Tzu Chi, junto con otras organizaciones budistas, dieron ayuda rápida cuando una serie de tifones azotaron la isla el verano pasado causando severas inundaciones en el centro y sur de Taiwan. “Organizamos grupos de emergencia en diferentes áreas para asistir a los gobiernos de distritos a transportar alimentos, vestidos y agua potable a las áreas afectadas, y nos unimos a la policía en las operaciones de rescate, indica Yang Liang-ta, voluntario encargado de recolectar fondos. El esfuerzo de socorro continuó después que bajaron las aguas. “Los voluntarios limpiaron las calles, arreglaron las vallas derrumbadas, y se turnaron en las esquinas de las calles para recolectar donaciones”, manifiesta Yang.

Tzu Chi también ha estado en la vanguardia al extender su ayuda a ultramar. En 1991, se convirtió en la primera orga­nización de caridad en Taiwan que lleva a cabo obras de ayuda en casos de desastres en China continental, recolectando casi US$12 millones para ayudar a las víctimas de inundación. Muchos voluntarios viajaron a las aldeas afectadas por su propia cuenta para ayudar a reconstruir casas y escuelas. La fundación también ha ofrecido ayuda y voluntarios para asistencia en desastres en Mongolia, Etiopía, Nepal y Bangladesh. Y durante el año pasado, Tzu Chi fue un importante suministrador de material médico en Ruanda, trabajando en cooperación con el grupo Médecins du Monde, con sede en París. Aunque Tzu Chi ha recibido ciertas críticas por ir al exterior en vez de concentrar todos sus esfuerzos caritativos en Taiwan, la organi­zación continúa comprometida con incluir otros países en su labor de asistencia. “Tai­wan fue recipiente de ayuda extranjera, y ahora que podemos ayudar a otros, nos sentimos obligados a hacer eso”, dice Yang. “¿No debe acaso la compasión trascender las barreras raciales, nacionales y geográficas?”

La extensiva labor caritativa que realizan grupos tales como Tzu Chi ha ayudado a promover la causa del budismo mundano. “Nuestra Maestra (Cheng-yen) dice que la meta de un verdadero budista es llevar a cabo los ideales budistas, no solamente estudiar el budismo”, dice la administradora de Tzu Chi, Hsu Hsiang­-ming. "El verdadero significado del budismo radica en los hechos. En Tzu Chi, convertirnos las palabras en hechos”

La educación es otra esfera de influencia donde los budistas están aumentando su acción. Los clubes budistas continúan jugando un papel en los campus universitarios, contando actualmente con más de noventa asociaciones activas. Además, más de treinta institutos dedicados a la religión operan alrededor de la isla y alrededor de setenta jardines de infancia y media docena de colegios secundarios reciben el apoyo de grupos budistas.

Pero el desarrollo más significativo en el área educativa ha sido el Colegio Universitario de Tecnología y Humani­dades Huafan, fundado en 1990 por la Maestra Hiu-wan de 83 años de edad, en el distrito de Taipei. La primera universidad afiliada al budismo en la isla, Huafan cuenta con cerca de mil alumnos, así como fa­cultades de administración industrial, ingeniería, arquitectura, diseño industrial, literatura china, así como lenguas y literaturas extranjeras. Además, cuenta con un Instituto de Posgrado en Humanidades Asiáticas.

Una maestra con experiencia ­tanto en escuelas primarias y secun­darias, así como universidades― la Maestra Hiu-wan comenzó a pensar en la creación de un colegio budista en los años sesenta. Sus amigos la alentaron al enfatizar que Taiwan tiene uni­versidades administradas por católicos y protestantes, pero no budistas. Aunque fue bloqueada por un congelamiento gubernamental de las nuevas universida­des, ella pudo comenzar con un Instituto de Estudios Budistas Sinoindios en pequeña escala en 1980. Cuando se levantó la prohibición en 1986, ella encontró un pequeño pedazo de terreno y decidió re­colectar los fondos. Siendo una reconocida artista, comenzó a vender sus pinturas en Hong Kong y otras partes del mundo. Sus seguidores también la ayudaron, creando un número de campañas para recolectar fondos. Eventualmente, ellos fueron ca­paces de recolectar el mínimo de US$12 millones en capital que requiere el gobierno para la creación de una universidad, y la Maestra Hiu-wan se dedicó a construir su escuela. Los actuales esfuerzos de recolecta continúan enfocando en donaciones pri­vadas relativamente pequeñas en vez de buscar grandes patrocinadores corpora­tivos. “Evitamos aceptar dinero de las grandes empresas”, dice la Maestra Hiu­-wan. “No deseamos que se conviertan en importantes inversionistas debido a que tendría un efecto negativo en nuestros ideales educativos originales. El dinero es crítico, pero no podemos aceptarlo de cualquier fuente”.

A la vez que los estudiantes en la escuela estudian las materias estándares, ellos también toman cursos de filosofía budista. “Deseo enseñarles a mis alumnos y profesorado cómo cultivar la sabiduría y misericordia, así como tener una buena influencia sobre los otros”, dice la Maestra Hiu-wan. “Al fundar esta escuela, hemos plantado algunas semillas que yo espero que germinen y crezcan en un árbol que pueda propagar más semillas y lograr una diferencia en el mundo”.

Tres otras universidades apoyadas por grupos budistas se encuentran ahora en construcción. Hace un par de años, la Fundación Montaña del Tambor Dharma comenzó la construcción de un Colegio Universitario de Humanidades y Ciencias Sociales en el distrito de Taipei. La escuela enfatizará en estudios y traducciones re­ligiosas, y espera ser inaugurada dentro de unos años. La Universidad Hsuan-tsang (en honor a un famoso monje de la Dinastía Tang), patrocinada por la Fundación Cultural y Educativa Budista, situada en la norteña ciudad de Hsinchu, tiene planes para reclutar alumnos en 1996.

A punto de ser terminada se en­cuentra una universidad de artes liberales construida por Fokuangshan en el distrito de Ilan, en el este de la isla. La misma comenzará a aceptar alumnos este año. Fokuangshan también promueve los estudios budistas a través de un examen anual especial que da la oportunidad a todos los interesados de poner a prueba sus conocimientos sobre la religión. El primero de ellos se realizó hace cinco años, y ahora es un certamen internacional, con versiones disponibles en diez idiomas. El año pasado, alrededor de 200.000 personas tomaron el examen en cien sitios alrededor del mundo.

Muchos grupos budistas han tratado de llegar a la gente a través de las publicaciones. Si bien los folletos y circulares gratuitos han estado disponibles por mucho tiempo en templos y otros sitios similares, muchas organizaciones están ahora publicando revistas gruesas y con apariencia más profesional que sean capaces de atraer suscripciones pagadas. Entre las cuarenta y ocho revistas budistas registradas con el gobierno, algunas de las más populares son Puerta Universal, revista mensual de Fokuangshan, Vida, de la Montaña del Tambor Dharma, y Loto Dorado, publicada por un grupo de creyentes budistas.

Con una circulación aproximada de 36.000 en todo el mundo, Puerta Universal es la mayor y más impresionante de tales revistas. Después de comenzar en 1979 como un pequeño folletín que sencilla­mente informaba sobre los asuntos internos de Fokuangshan y siempre mostraba al santo budista estándar en su portada, la revista pasó por un proceso de renovación hace cinco años. Con la intención de atraer tanto a creyentes como no creyentes, Puerta Universal se volvió más gruesa, más animada y más colorida. Ahora se vende por alrededor de US$4,50 la copia y se asemeja a cualquier revista de moda, con doscientas páginas de historietas, columnas sobre arte, sociedad y psicologia, así como una amplia variedad de anuncios.

La revista mantiene su identidad religiosa a través de sus inspiradores artículos, tiras cómicas sobre los clásicos budistas, reportajes sobre temas contro­versiales dentro de los círculos budistas, así como anuncios sobre charlas, semina­rios, retiros espirituales y otras actividades patrocinadas por los budistas. La Venerable Yung-yun, monja de Fokuangshan y presidente de Puerta Universal, dice que “Una revista puede ser un instrumento poderoso para promover el budismo. Deseamos atraer lectores y tener un impacto en la sociedad”.

Aparte de su revista, Fokuangshan también administra la Casa Editora Fo Kuang, que ha publicado alrededor de trescientos libros, casettes y cintas de video desde que fue fundada en 1959. Si bien las primeras publicaciones de la compañía enfocaban en obras serias, como las co­lecciones de sutras y artículos académicos sobre el budismo, los títulos recientes también incluyen libros más populares, incluyendo prosa, poesía y ficción con temas budistas. Algunos de los títulos de mayor venta, que están disponibles en muchas librerías y tiendas de conveniencia, enfocan en la postura Zen en torno a la salud y el desarrollo profesional.

Un separado Departamento de Edición y Compilación administrado por el templo se encarga de llevar a cabo varios proyectos vigentes, incluyendo la prepa­ración de notas interpretativas y guías de pronunciación para los textos budistas clásicos, así como la traducción de tales textos al chino moderno. Otro importante proyecto es un diccionario budista.

El Maestro Hsing-yun, líder de Fokuangshan, es de por sí un escritor, siendo esta una razón del porqué el grupo ha puesto tanto énfasis en la publicación. “El ha escrito biografías de Sakyamuni (el fundador del budismo) y sus discípulos”, dice la Venerable Yung-yun, “e incluso ha escrito una historia acerca de un monje que fue transformada en una telenovela hace un par de años”. De hecho, el Maestro Hsing-yun ha tenido una larga presencia en la televisión. En 1979, Fokuangshan comenzó un corto regular de TV orientado al budismo, que ha continuado intermiten­temente a través de los años. Hoy día, sale al aire un programa de cinco minutos denominado El Maestro Hsing-yun dice, todos los días de semana en la mañana en CTS, una de las tres estaciones de televisión de Taiwan. Numerosos otros grupos budis­tas han seguido el camino de Fokuangshan, colocando en el aire sus propios programas grabados en video en los canales religiosos patrocinados por muchas de las compañías de TV por cable en la isla.

Otras formas de llegar a la comu­nidad que promueven los grupos budistas es abanderar causas ambientalistas. Uno de los líderes en esta área, la Fundación Montaña del Tambor Dharma, comenzó a transformar su pro­pio templo en un modelo de conciencia ambientalista. Entre otras cosas, usa detergentes a base de bicarbonato de sodio que no contaminan, recicla botellas y papel, y celebra una venta anual de garaje para ayudar a la gente a pasar a otros sus artículos de segunda mano en vez de botarlos. Se alienta a los seguidores a escoger sustitutos reusables en vez de bolsas plásticas, palillos desechables, platos de espuma de plástico y otros artículos desechables. Los voluntarios del Tambor Dharma también están involucrados en muchos proyectos de limpieza de vecin­darios, y la fundación ha recolectado dinero para crear un proyecto en el Zoológico de la Ciudad de Taipei para curar aves heridas.

La Venerable Kuo-hsiang, monja del Tambor Dharma, dice que la fundación no ha tomado esta dirección sencillamente debido a que la anti-contaminación y la conservación se han convertido en tópicos calientes. “ No es sólo saltar al vagón”, dice ella. “Es debido a que desde hace dos mil años, el budismo nos ha enseñado a no matar o desperdiciar, una filosofía que coincide con los modernos conceptos de protección ambiental. Estamos promo­viendo la vía budista correcta”. En realidad, la filosofía va mucho más allá de esto, explica la Venerable Kuo-hsiang, al relacionar la protección del entorno natural con la protección del entorno espiritual. “Nuestra meta final”, dice ella, “es purificar la mente humana y mejorar el carácter humano a través de la protección ambien­tal”.

Una forma en que Tambor Dharma combina esas dos preocupaciones es urgiendo a la gente a desperdiciar menos al llevar a cabo las fiestas de matrimonio y cumpleaños, celebraciones que frecuente­mente involucran grandes gastos en la sociedad china. En vez de gastar el dinero en enormes banquetes y entretenimientos, Tambor Dharma insta a que se hagan actividades más modestas y significativas. En octubre del año pasado, la fundación patrocinó una ceremonia de matrimonio en grupo y una sencilla recepción que fue precedida por charlas acerca de cómo llevarse bien con su cónyuge. Y en septiembre, una fiesta de cumpleaños en grupo para ciudadanos de la tercera edad estuvo caracterizada por discursos de niños agradeciendo a sus padres todo lo que han hecho por ellos.

La creciente tendencia en Taiwan de celebrar funerales cada vez más extra­vagantes ―con algunos deudos colocando espectáculos al aire libre con cantantes y, en algunas ocasiones, incluso artistas del striptease― también ha sido puesta en el blanco por Tambor Dharma. “Los espec­táculos de escenario móviles son indecentes y están destruyendo la imagen de Taiwan” , dice la Venerable Kuo-hsiang. Incluso los funerales estándares pueden ser problemáticos, dice ella. Estos pueden alargarse por semanas y con frecuencia se hacen en toldas improvisadas en las aceras o callejones, obstruyendo el tráfico y cau­sando contaminación de ruido. Y algunas veces se queman grandes cantidades de dinero espiritual, una práctica que puede ser religiosa en intención, pero también contamina el aire. Los funerales de Tambor Dharma son más modestos y espiri­tualmente orientados. “Muchos rituales no son necesarios”, dice la Venerable Kuo­-hsiang. “Organizamos un grupo que incluye voluntarios y un monje o monja que cante los sutras. No quemamos dinero espiritual, e inclusive apenas quemamos incienso”.

Si bien las ceremonias de Tambor Dharma se llevan a cabo generalmente para los miembros y sus familiares, la fundación espera que el mensaje irá eventualmente a tener un impacto más amplio. También espera que los esfuerzos para evitar la extravagancia y para conducirse a sí mismo responsablemente se expandirá en la vida diaria. “No deseamos solamente una muestra superficial de respeto y cortesía entre la gente”, dice la Venerable Kuo­-hsiang. “Deseamos que la gente sea responsable con sus familias y vecinos, y observen la ética en todos los papeles que desempeñen” .

Si bien los nuevos enfoques del budismo mundano han atraído a millónes de nuevos seguidores, los mismos también han dado lugar a algunos detractores. Algunos críticos consideran que los monjes y monjas se están volviendo muy seculares al quedar demasiado involucrados en las actividades sociales, y que el verdadero papel del budismo puede ser encontrado solamente ahondando en los sutras y meditando solitariamente. Algunos grupos continúan practicando bajo tales líneas, pero los nuevos budistas defienden fuertemente su orientación. La Venerable Kuo-hsiang del Tambor Dharma insiste en que Sakyamuni practicaba el budismo al estar en contacto con el público. “El único momento que pasaba inter­pretando las escrituras”, dice ella, “eran dos o tres minutos durante su camino a la ciudad, donde él y sus discípulos iban todos los días a pedir limosnas. Ellos no se ocultaban en el bosque, sino que estaban involucrados en una cantidad de obras sociales. Mi maestro (fundador del Tambor Dharma), el Maestro Sheng-yen, decidió practicar el budismo a la manera de Buda”.

Los discípulos de otros maestros también manifiestan similares argumentos. Por ejemplo, la Venerable Yung-yun de Fokuangshan defiende al fundador de la organización en contra de las críticas de que su casa editora, cortos de televisión y otras operaciones son demasiados comercializados. “Algunas personas dicen, ‘¡Oh! ¡ Ese monje!’ cuando piensan en el Maestro Hsing-yun”, dice ella. “Eso se debe a que ellos no lo conocen. El desea alcanzarnos en cualquier forma que pueda. Esa es la razón del porqué ha creado templos dentro de edificios de oficinas en las áreas más concurridas de la ciudad, y por qué saca ventajas de los intrumentos modernos. El nos ha enseñado a nunca temer tomar un nuevo paso para divulgar el budismo” .■

Popular

Más reciente