07/05/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

Fuente de sabiduría

01/07/1995
Cualquiera que esté remotamente familiarizado con la situación académica de Taiwan sabe acerca de la Academia Sínica, el nombre en latín para el Chungyang Yenchiu Yuan, así como sobre su reputación por ser la principal institución académica de la República de China. Desde su fundación en 1928 en Nanking, para ese entonces la capital de China, la elección como Miembro de esta Academia ha sido considerada el reconocimiento más alto posible a nivel nacional por los logros académicos. Y para los eruditos extranjeros que llevan a cabo investigaciones en Taiwan, el campus de la institución en Nankang, un suburbio al este de Taipei, es una parada necesaria para usar las bibliotecas y hablar de asuntos profesionales con sus investigadores.

Sin embargo, la impresión pública general sobre la Academia Sínica es de alguna manera diferente. Mucha gente no está segura de qué tipo de lugar es, y las críticas por ser una torre de marfil con un gran presupuesto y poca relevancia no son raras. Los 153 miembros (también llamados Académicos) tienen un alto estatus, pero la importancia de su trabajo para la sociedad es con frecuencia difícil de precisar, así como también la investigación hecha por cientos de investigadores residentes y técnicos que trabajan en los institutos en el campus de Nankang (ver recuadro, página 27). Esta actitud pública es desconcertante, aún cuando los investigadores saben que no es fácil decirle a la gente en términos sencillos sobre la contribución, digamos, de calcular las amplitudes helicoidales del medidor de escala del gravitón y las dispersiones Compton de gravitones-ferminiones, a los trabajos que se están realizando en el área de la física teórica.

"Es difícil explicar ciencia en un lenguaje cotidiano", dice Lih Ko-wei, director de la oficina administrativa de la Academia Sínica y miembro investigador en el Instituto de Matemáticas. "Y en muchos casos, no hay relación directa entre la investigación y la vida diaria del público. A pesar de todo, estamos seguros del valor y la contribución de nuestra investigación".

Este trabajo cubre muchas más áreas que las proyectadas en 1928. El número de institutos aumentó de cuatro a trece en las primeras dos décadas, pero solamente dos, los de Matemáticas y de Historia y Filología, sobrevivieron intactos cuando el gobierno nacionalista se trasladó a Taiwan en 1949. No obstante, poco después, los institutos de Física, Química, Botánica, y Zoología fueron reactivados. Hoy, los Miembros de la Academia Sínica, elegidos de porvida, trabajan junto con los veintiún institutos (cuatro de ellos son todavía oficinas preliminares) que tienen un total de casi seiscientos investigadores de tiempo completo.

Como el tamaño de la institución ha crecido, también tiene la necesidad de mayores fondos. Pero los presupuestos son recomendados por los funcionarios de gobierno y aprobados por los legisladores, no por los investigadores. En los años recientes, el presupuesto de la Academia Sínica, que está bajo el control de la Oficina de la Presidencia de la República, ha sido reducido por el Yuan Ejecutivo debido a las difíciles finanzas gubernamentales, a pesar de los planes de desarrollo a largo plazo con el fin de expander las instalaciones, equipos, y personal de investigación de la institución. El Yuan Legislativo también tiene la intención de reducirlo aún más. Para el año fiscal en curso, que termina en junio de 1995, el presupuesto de la Academia Sínica fue reducido en un 27 por ciento, de US$167 millones a US$122 millones.

Para algunos, la reducción de fondos fue considerada un acuerdo del gobierno con el público desinteresado en apoyar las investigaciones a nivel nacional. Y los investigadores de Nankang, a los que no les causa sorpresa la escasez de fondos, comenzaron a reducir sus planes de investigación. Lo más grave para muchos fue el continuo límite en la contratación de asistentes de investigación. Menos de doscientos de los cuatrocientos técnicos de la institución trabajan tiempo completo. La mayoría de los institutos han evitado el problema contratando gente a tiempo parcial, incluyendo a estudiantes de maestrías. "Pero, con frecuencia el personal temporal se va cuando ellos encuentran un trabajo con un mejor salario, y los estudiantes se van cuando se gradúan", dice Chou Chang-hung, director del Instituto de Botánica. "Los investigadores invierten mucho tiempo entrenando a los nuevos asistentes, y cuando están bien entrenados, muchos de ellos están a punto de irse".

Debido al rápido movimiento de personal, pocos investigadores están dispuestos a emprender proyectos de largo plazo. "Pero nosotros no podemos simplemente abandonar las investigaciones debido a problemas de dinero", dice Lih Ko-wei. "Estos proyectos deben continuar, pero tendrán que ser hechos en una escala menor y quizás más lentamente". Pareciera que no hay alternativa para sobrellevar la escasez presupuestaria.

Eso no es verdad. Un nuevo tornado está en la escena encarnada en la persona del Dr. Lee Yuan-tseh, hasta enero del año pasado escondido en el Departamento de Química de la Universidad de California, Berkeley. Fue convencido el año pasado por el Presidente de la República de China, Lee Teng-hui, para asumir el cargo de séptimo presidente de la Academia Sínica, el ganador del Premio Nobel (1986, en química) ha dado un grado poco usual de atención pública a la institución. Un orador, recogedor de fondos, y académico incansable, Lee ha dado a conocer sus metas para la Academia Sínica en todos los niveles, desde estudiantes de escuela primaria hasta profesores y legisladores.

En Nankang, Lee ha respondido a la crisis presupuestaria poniendo todos los proyectos de construcción en espera y utilizando el dinero para el apoyo de las investigaciones. En menos de un año, él ha logrado recolectar un cuarto de los US$37 millones proyectados para una fundación que él estableció para volver a atraer a los eruditos de mayor experiencia a Taiwan, y ha persuadido a algunos de los 115 Académicos radicados en el exterior que regresen al campus e intensifiquen su contribución a la institución. Uno de los primeros éxitos en la última categoría fue convencer al conocido antropólogo de la Universidad de Harvard, KC. Chang, para que aceptara la vicepresidencia de la Academia. "El regreso de académicos mundialmente famosos tendrá una influencia positiva en el desarrollo académico de Taiwan", dice Chou Chang-hung. "Esta también es una buena oportunidad para que nosotros podamos reexaminar y reorientar nuestro ambiente investigativo nacional".

No menos importante, Lee está tratando de cambiar las vagas percepciones del público sobre la relevancia práctica de la Academia Sínica a través de conferencias en muchos foros públicos sobre lo que él mejor conoce: la ciencia. "El está tratando realmente de crear un interés en la gente, de motivar a los jóvenes a tomar seriamente la investigación científica y tecnológica", dice uno de los funcionarios del Ministerio de Educación que está estrechamente relacionado con la División de Humanidades y Ciencias Sociales de la institución. "Es también una manera de familiarizar a la gente con muchas tendencias de la investigación. El no quiere que la gente sea ignorante o indiferente a lo que está sucediendo en estas áreas. Esto es algo hermoso, porque él está mostrando su valor. Sus conferencias tienen una función realmente educativa".

La aprobación general con que cuenta el nuevo presidente debe proporcionarle mayor fuerza para llevar a cabo la labor de refinar y, en algunos casos, reorientar la manera como la Academia Sínica cumple su función. El cargo especifica dos funciones generales: promover la investigación científica en los propios institutos, así como asistir y coordinar las metas académicas que se están llevando a cabo en las universidades y otros institutos de investigación del país.

La mayoría de la gente estaría de acuerdo con que Lee tiene una enorme cantidad de problemas y retos sobre su escritorio. La Academia Sínica ha evolucionado en algo mucho más complejo que lo que sus fundadores pudieron imaginarse hace sesenta y seis años. Debido a que ahora se espera mucho más de esta institución, de alguna manera ésta tiene una crisis de identidad. Si se pregunta a la gente cuál es la función del instituto, la respuesta nos recuerda a los ciegos del proverbio tratando de identificar al elefante. La Academia Sínica se ha convertido en muchas cosas, algunas exitosas y otras no tanto.

Ciertamente, la institución todavía es una fuente potencial de gran prestigio personal. La elección para Miembro es similar a la elección en los Estados Unidos de los miembros de la diplomada por el Congreso y muy prestigiosa Academia Nacional de Ciencias. Pero la academia norteamericana tiene un activo Consejo Nacional de Investigaciones como su división de operaciones. El consejo ofrece regularmente sus recomendaciones al gobierno de los Estados Unidos en asuntos relacionados a las ciencias y tecnología después de haber realizado estudios especiales, celebrado conferencias temáticas, o llevado a cabo otras actividades de investigación.

En Taiwan, la política sobre las ciencias es desarrollada principalmente por el Consejo Nacional de Ciencias, bajo el control del Yuan Ejecutivo, y enfoca las ciencias aplicadas, no las ciencias básicas. A diferencia de la academia de los Estados Unidos, la Academia Sínica no tiene una división de operaciones. Sin embargo, Lee ya ha indicado su interés en cambiar esto. El quiere que los investigadores de Nankang estén más vinculados con la toma de decisiones del gobierno en tópicos de vital interés nacional (ver entrevista en la página 29). El director de la oficina administrativa, Lih Ko-wei, dice "Estamos en la capacidad de proveer asesoramiento detallado en muchos temas. Todo depende de cómo el gobierno quiera hacer uso de la Academia Sínica".

Otra diferencia con la Academia de los Estados Unidos es que la mayoría de los Miembros de la Academia Sínica residen en el exterior, de hecho, la mayoría de ellos están afiliados a universidades norteamericanas o instituciones de investigación. Por lo que con frecuencia el reconocimiento público por los logros de un Miembro deben ser compartidos. El mismo Lee fue un producto de las escuelas y universidades locales, pero el trabajo que le hizo ganar el Premio Nobel fue hecho en una institución de investigación norteamericana.

¿Puede una investigación trascendental ser hecha en Taiwan? ¿Podrá el trabajo de un investigador chino ganar reconocimiento internacional equivalente? El nuevo presidente dice "Sí", pero también señala que tomará años para que el nivel local sea adecuado. Tal como lo explica Lih Ko-wei, "Nosotros hemos hecho buenos progresos en muchos campos durante las últimas décadas, pero los investigadores en otros países van a un paso más acelerado".

El problema de los niveles académicos es probablemente uno de los más serios en la contienda dentro y fuera de la Academia Sínica. El presidente anterior de la institución, el físico teórico Wu Ta-you, también se preocupó por la calidad de la investigación de los institutos. "El impuso muchas reglamentaciones y regulaciones nuevas para presionar a los colegas a trabajar más arduamente", dice un investigador de tiempo parcial. "Se aplicaba la política de publicar o perecer. No sólo seguirá la misma tendencia bajo el nuevo presidente, creo que se volverá más severa".

Muchos investigadores de la Academia Sínica admiten enseguida que los niveles necesitan ser mejorados. Un investigador del Instituto de Economía dice que la mejor manera de asegurar la excelencia, especialmente en las humanidades y las ciencias sociales, es exigir que los trabajos sean publicados en las publicaciones internacionales sobre estas áreas. "Con frecuencia, la gente toma el camino más fácil escribiendo solamente para las publicaciones chinas locales", dice él. "La competencia es mucho más fuerte cuando se entrega un trabajo a una publicación norteamericana importante, pero las retribuciones por la aceptación también son mucho mejores". Aún así, el fracaso en el intento de publicar en una revista internacional no tiene que ser un indicativo de baja calidad. El mismo académico señala que muchas publicaciones norteamericanas consideran las investigaciones que enfocan Taiwan como demasiado limitadas o periféricas para sus intereses.

Los comentarios surgen sobre otro tema que los eruditos locales ignoran frecuentemente. El tamaño relativamente pequeño de la comunidad académica de Taiwan, comparada con la de los Estados Unidos, ha dificultado la creación de un ambiente intelectual crítico, especialmente en las humanidades y ciencias sociales. Porque virtualmente todas las personas del mismo campo académico se conocen entre sí, y es casi imposible para los editores de publicaciones locales mantener los personalismos y las relaciones personales fuera de la decisión de aceptar, rechazar, e incluso criticar los trabajos presentados. Esta falta de crítica, el entorno de toma y dame visto desde hace tiempo en las publicaciones y conferencias académicas han incentivado los malos hábitos.

"Estoy de acuerdo con que la calidad de muchas investigaciones locales en asuntos sociales y culturales es demasiado pobre para ser aceptada por las publicaciones internacionales de gran reputación", dice un antropólogo. "Es verdad que nosotros tomamos con menos seriedad los pié de páginas, las referencias bibliográficas, y otros requerimientos básicos de la erudición de calidad. Pero la redacción china siempre ha sido así. Debemos aprender a dar explicaciones lógicas y analíticas que respalden nuestros puntos".

Parte de la solución al problema de los bajos niveles académicos podría ser la vinculación entre los institutos y la integración entre los académicos. Los visitantes al campus de Nankang pueden tener la impresión que la Academia Sínica es más una agrupación de institutos sin relación entre sí que una institución unificada. Visualmente, el lugar no tiene mucha armonía. Los edificios donde se encuentran los institutos arquitectónicarnente tienen muy poco en común; parece que fueron colocados allí sin importar mucho la compatibilidad mutua. Además, la carencia de una biblioteca central cada instituto tiene su propia pequeña bibliotecafísicamente no fomenta el intercambio entre los académicos de los diferentes campos.

No obstante muchos investigadores piensan que un alto grado de trabajo individual es básico para la academia. "La independencia de los institutos puede que no sea ideal administrativamente", dice Chou Chang-hung del Instituto de Botánica, "pero es importante para la investigación académica". Y los economistas agrícolas en las grandes universidades norteamericanas, por ejemplo, no consideran generalmente que el contacto diario con los colegas de la facultad de historia renacentista sea de alta prioridad. "La mayor atracción de la Academia Sínica es el ambiente y los mejores equipos", dice Tai Lian-chang, director del Instituto de Literatura China y Filosofía. "Los académicos pueden emplear todo su tiempo investigando sin ser molestados".

Pero los investigadores en las divisiones de Ciencias Naturales y Matemáticas y Ciencias Físicas sí tienen algunas razones sustanciales para relacionarse, y es posible que esto aumente aún más debido a la atención que se le está prestando a los procedimientos administrativos y a las instalaciones. Lih Ko-wei señala que el intercambio académico en el campus mejorará necesariamente debido a las mismas investigaciones. "Nuestros investigadores están ahora encargándose de problemas enormes que no pueden ser resueltos por individuos en un único campo", dice él. "Los científicos de diferentes campos tendrán que trabajar juntos".

Los académicos locales también están comenzando a ver la necesidad de relacionarse más con los investigadores extranjeros. Los institutos científicos ya tienen un buen récord en esta área, y está también aumentando más en las humanidades y las ciencias sociales. Wulf Schiefenhovel, profesor de sicología médica en la Universidad de Munich e investigador del conocido Instituto Max Planck, ha elogiado mucho a sus colaboradores en el Instituto de Etnología durante una visita en septiembre. "Nosotros estamos trabajando en la historia y patrones de migración de los pueblos de Austronesia, y Taiwan está resultando ser una significativa fuente de datos así como de análisis profesional", dice él. "Estoy impresionado con las discusiones que he tenido aquí. Los académicos son muy ingeniosos, y formularon preguntas informadas y difíciles después de un seminario que dicté. Eso me ayudará a afilar mi análisis teórico".

Ese tipo de comentarios deberían llenar de satisfacción a Lee Yuan-tseh por su trabajo de reforzar y renovar las muchas funciones de la Academia Sínica. Entonces, ¿cuáles son las funciones de la principal institución académica de la República de China? Es una institución que realiza investigaciones, contribuyendo al incremento de los conocimientos. Es un conducto institucionalizado para la transferencia de tecnología intelectual entre los Miembros que residen en el exterior y los eruditos locales. Es un modelo, que da un ejemplo concreto de devoción a los más altos niveles académicos posibles en Taiwan. Es una meta, los eruditos aspiran a ser seleccionados como investigadores del instituto y electos como Miembros. Y es una asesoría potencial para los que deciden las políticas del gobierno y del sector privado. En resumen, es la fuente de sabiduría de la República de China. ■

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