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FESTIVAL DE MEDIO OTOÑO

01/11/2009
La cosecha del pomelo coincide con el Festival de Medio Otoño, y la recolección de las tradicionales frutas es una de las actividades en las que puede participar toda la familia. (Chen Mei-ling)

La Luna, tema de poesía y melodías chinas desde épocas antiguas, es la gran halagada en el Festival de Medio Otoño.

El día lluvioso y nublado parecía poco propicio para una celebración al aire libre; sin embargo, el mal tiempo no detuvo a los residentes de Taiwan, que como todos los años se reunieron en familia y realizaron el cada vez más tradicional banquete al aire libre para conmemorar el Festival de Medio Otoño. Si se le pregunta a algún taiwanés cómo va a celebrar ese día, la respuesta casi segura será con una barbacoa. Este año, ya desde la víspera de la fiesta, la algarabía y el delicioso olor a barbacoa envolvían las calles y parques.

La leyenda

El Festival de Medio Otoño cae el 15o día del octavo mes lunar del calendario chino lunar, que este año tuvo lugar el 3 de octubre. Conocido también como “festival de la luna”, comenzó a celebrarse durante la Dinastía Tang (618-907) y es uno de los tres festivales más importantes de las comunidades chinas alrededor del mundo, junto al Año Nuevo Lunar y el Festival de los Botes Dragón.

Se dice que el festival tuvo su origen en la antigua ceremonia del Sacrificio a la Diosa Luna, que luego se combinó con la costumbre de comer pasteles de luna. Otras tres leyendas también forman parte de la historia de este festival y lo hace aún más colorido: la bella Chang-O vuela a la Luna, Wu Kang corta el árbol de canela en la Luna y el Conejo de jade tritura medicina.

Una festividad muy esperada

Durante esta celebración, esencialmente nocturna, la protagonista es la Luna, que se dice alcanza su máximo tamaño y fulgor ese día. Es por ello, que la gente de todas las edades sale a contemplar el astro celestial que ilumina la noche con majestuosidad.

El Festival de Medio Otoño es una fiesta muy esperada por todos. Originalmente, era un día especial cuando se reunían las familias para  ir a hermosos lugares o parques al aire libre para admirar la luna llena. Hoy día, se mantienen sus características tradicionales, aunque se ha tornado también en un evento no sólo familiar sino social, al que se le han incorporado matices modernos.

En la actualidad, es muy común que las comunidades residenciales organicen actividades donde participan todas las familias en una sola fiesta colorida y alegre. Asimismo, algunas empresas privadas invitan a sus empleados a festejar, y grupos de estudiantes disfrutan la oportunidad para compartir fuera del aula de clases.

Sabor local de una tradición

Parte de los ritos de ese día es hacer ofrendas a la Luna. Las ofrendas más tradicionales son el pastel de la luna y los pomelos. El pastel de la luna es un bocadillo indispensable en esta fecha. Hechos en forma de una luna llena, los pastelillos simbolizan unión familiar y perfección. En el mercado se encuentra una diversa gama de sabores y formas, rellenos de pasta de frijoles dulces, yema de huevo, semillas de loto, pasta de piña, almendras y otros sabores. En los últimos años, se han vuelto populares entre los jóvenes los pasteles de luna rellenos de helado y frutas. Acompañados de un buen té, los pastelillos de la luna son una excelente merienda.

 

(Chen Mei-ling)

El pomelo suele asociarse con la luna por su forma redondeada. Además, su pronunciación, you zih, es homófona de orar por los hijos, lo que le da un significado aún más especial.  Esta fruta es típica de esta época del año. De hecho, el Festival de Medio Otoño coincide con la cosecha de otoño. Por eso, en esta ocasión también se hacen ofrendas al Dios de la Tierra (Tu-ti Gong) con la esperanza de que la cosecha del año venidero sea más abundante.

En Taiwan, este festival se ha vuelto prácticamente un sinónimo de barbacoa, pues en las últimas dos décadas, ha sido la forma más común de celebrar el día en la isla. Es difícil no olfatear el rico aroma de la carne o los mariscos asados en la noche del Festival de Medio Otoño. La popularidad de las barbacoas al aire libre ha llevado a los gobiernos locales a prohibirlas en algunos lugares públicos a fin de proteger el medio ambiente; así como a destinar ciertas zonas y parques como los más adecuados para hacer el suculento asado. El clamor de los triquitraques y fuegos artificiales en esta noche especial aporta más alborozo a la atmósfera de celebración.

Aquellas leyendas míticas que dieron origen al Festival de Otoño seguirán contándose de generación en generación, pero es a través del calor de la reunión de parientes y amigos alrededor de una deliciosa barbacoa, pasteles de la luna, pomelos y el encanto mágico del claror de la luna, que se siente el verdadero sabor local de este festival.

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