02/05/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

Turismo con un acento cultural

01/03/1990
Las reliquias históricas constituyen un testimonio de la historia y cultura de un sitio. Las costumbres constituyen la forma expresiva de la cultura de un determinado lugar, acumulada a través de los años. Las reliquias históricas representaría el "hard­ware", mientras que las costumbres serían el "software" en terminología modernista. Ambas son inseparables y con frecuencia se complementan una con otra para constituir el contenido concreto de la cultura nacional.

Cuando visitamos un país, las construc­ciones modernas y grandes almacenes que vemos en sus ciudades son productos de un proceso de internacionalización y represen­tan los logros de su modernización. Pero si deseamos tener una visión más profunda de su historia, cultura y tradiciones populares, es menester visitar sus reliquias y sitios his­tóricos, así como presenciar sus actividades folklóricas.

La importancia y valor de las reli­quias no radican solamente en la antigüe­dad de las mismas. Se dice que las reli­quias representan toda una historia. Las reliquias son vestigios que han quedado de un determinado período de la historia y posee la capacidad de poder dar luces a un entendimiento de la historia, cultura, arte y tecnología de un determinado perí­odo de tiempo. Por lo tanto, si se quiere entender bien la historia y cultura de un lugar, deberíamos tratar de comprender las reliquias correspondientes a varios períodos de tiempo diferentes. En otras palabras, mientras más reliquias se con­serven y mientras más períodos de tiempo diferentes representen, se logrará un panorama historico-cultural más amplio y coherente.

Si nos remotamos hasta la Edad de Piedra, se han encontrado en Taiwan vestigios de una historia de más de diez mil años de actividad humana, in­cluyendo reliquias que muestran más de un milenio de actividad de parte de los aborígenes y la cultura Pingpu. Los chinos comenzaron a colonizar Taiwan a fines de la dinastía Ming e inicios de la Ching, es decir, en los primeros años del Siglo XVII. Esto quiere decir que hay más de 300 años de presencia china.

Durante este largo período de tiempo, los inmigrantes que cruzaron el mar desde las provincias de Fukien y Kwangtung, trajeron consigo sus cos­tumbres y creencias a Taiwan. En primer lugar, para agradecer a los dioses por ha­berles permitido un tranquila travesía por el mar, se comenzó a venerar a la diosa Matsu.

Tras desembarcar y crear los pri­meros asentamientos, los primeros inmi­grantes imploraban por una abundante cosecha y por lo tanto comenzaron rendir culto al Dios de la Tierra (土地公) y a Shen Nung (神農), legendario emperador-dios que enseño al pueblo chino a cultivar la tierra.

Después de haberse asentado bien las bases para poder subsistir y habiendo satisfecho sus necesidades físicas, los pri­meros pobladores chinos comenzaron a preocuparse por la educación de sus hijos y por una mejor reputación de la fa­milia. De esta forma, comenzaron a pro­liferar los templos de Wen Chang (文昌), el dios de los letrados, y los templos de Confucio. Este proceso de asenta­miento y colonización tiene una muy es­trecha relación con la aparición de los templos a Matsu, al Dios de la Tierra y a Confucio. Todo esto nos explica porqué las diferentes reliquias históricas nos re­flejan diferentes eras y diferentes tras­fondos culturales.

Las reliquias históricas reflejan direc­tamente la forma de vida de la gente en el pasado y posee expresiones de los valores que existían en épocas pasadas. El pueblo chino ha venerado siempre a sus dioses y antepasados, ha respetado a la naturaleza y ha mantenido una buena re­lación armoniosa con la naturaleza. De acuerdo con los anales de la historia, los chinos de las provincias de Fukien y Kwangtung provienen de la parte central de China. Alrededor del Siglo V, debido a las constantes guerras durante las di­nastías Wei, Tsin y los reinos del Norte y Sur, se produjo una migración masiva hacia el sur, donde los emigrantes traje­ron consigo la cultura de la parte central de China, conservando muchos rasgos culturales antiguos en sus hábitos y vida diaria. Los inmigrantes que vinieron de las provincias de Fukien y Kwangtung también trajeron consigo muchas de las tradiciones del pueblo Han que vive en la parte central.

Las antiguas casas en Taiwan seguían un plano de expansión lateral en torno a un eje. El techo del recinto central es siempre el más alto, siguiendo en altura los techos de las habitaciones a sus dos costados. Con la altura de los techos se hacía representar el concepto de respeto al orden de precedencia.

En la sala del recinto principal se en­ contraba el altar de los antepasados, donde aquellos de mayor precedencia tenían sus tablillas situadas en la parte central, mientras que las tablillas de los antepasados más recientes eran colo­cadas a ambos costados de los primeros. La sala principal era el sitio más impor­tante de la casa, debido a que allí se vene­raban a los antepasados. En el pasado, se exigía que el mobiliario fuese adecuado al sitio para imponer un ambiente ele­gante y austero.

La sala del recinto principal debía dar al patio o atrio. Era necesario ver desde allí el cielo, para poder adorar al cielo. Así, durante las festividades, en las casas se adoraban a las tablillas de los antepasados en el altar familiar y poste­riormente era menester dar vuelta hacia atrás para adorar al cielo. Acto seguido, se insertaba las varillas de incienso en re­ceptáculos en las paredes internas y ex­ternas. Con esta ceremonia se representa muy bien el concepto de "adorar los cielos y venerar a los antepasados".

Por otro lado, en las viviendas que tenía el pueblo en el pasado, podemos encontrar muchos diseños especiales que guardan estrecha relación con la vida diaria. Por ejemplo, en la pared de la cocina se hallaba una especie de cavi­dad con la inscripción de los dos carac­teres chinos "Chao Shen (灶神')". Estos caracteres quieren decir "Dios de la cocina" y el divinizar un sitio tan común en las casas como lo es la cocina es una muestra del espíritu de gratitud que por tradición ha tenido el pueblo chino. No le considera como parte de la supersti­ción. En la vida diaria, el ser humano procura que haya tranquilidad, felicidad y abundancia. Los chinos consideran que los tres deseos básicos en la vida humana son riqueza, prosperidad y longevidad. Por lo tanto, se ha procurado representar por todos los medios posibles estos tres deseos en los templos y en el medio am­biente donde se vive. A veces se le repre­senta en una forma concreta, otras veces a través de figuras abstractas, enrique­ciendo el efecto artístico de la creatividad.

Si tomamos los techos de los templos antiguos en Taiwan, veremos con frecuencia que en su espinazo un par de dragones y una pagoda. Estos simboli­zan el concepto de los "dos dragones que guardan la pagoda". La pagoda es un tipo de construcción budista que tiene sus orígenes en India, que al ser introdu­cido en China adquiere propiedades para contrarrestar los malos espíritus. Por eso, al colocar una pagoda en el ápice su­perior del techo de un templo, se trata de simbolizar la tranquilidad. Algunas veces se encuentran también en los aleros, figuras de dragones y fénixes. El dragón es símbolo de poder, mientras que el fénix, por tradición se le considera como símbolo de buenos auspicios. La presencia de los dos animales mitoló­gicos, además del simbolismo que repre­sentan, enriquece la línea del contorno del techo. Por lo tanto, también cumple una función estética.

El techo de los templos de Confucio en Taiwan tiene ornamentos de cerámica confeccionados en la forma de tubos de bambú. Estos elementos son denomi­nados como los "tubos que comunican con el cielo". Su tradición se remonta a los días del Emperador Chin Shih Huang, cuando se ordenó la quema de todos los textos clásicos. Para salvar los libros, muchas personas los colocaron en tubos de bambú, librándolos de la suerte de ser echados a la hoguera. En gratitud a su función protectora de los libros, se los coloca en forma erguida sobre los techos para mostrar el respeto hacia ellos.

Teniendo una idea del signifícado que tienen las ornamentaciones en el tejado dentro del folklore, podemos con­secuentemente darnos cuenta que exis­ten muchos simbolismos dentro de un templo o de una casa antigua. Por lo ge­neral, las puertas principales de los templos tienen dibujado a los guardianes del templo. Existen varias categorías de guardianes del templo. En los templos budistas se usan como guardianes de templo a los cuatro Reyes Devas o Maha­rajas, o a los Dharanis. Los templos tao­ístas utilizan a Chin Su-pao y Wei chih­ kung como guardianes. Por otra parte, los templos a la diosa Matsu, por ser deidad femenina, no tiene guardianes va­rones, sino que en vez, se pintan corte­sanas como guardianas del templo. Esta situación demuestra que hay una íntima relación entre el sentido común y las costumbres populares.

Un aspecto muy curioso es que los templos dedicados a Kuan Kung, el dios de la guerra, no tienen pintados en sus puertas a los guardianes del templo. La razón de esto tiene que ver con un adagio chino que prohibe "blandir armas frente a Kuan Kung". Por consiguiente, para los chinos sería de mal gusto tener un par de guardianes blandiendo sus armas frente a la deidad que deberían honrar. Asimismo, en los templos dedi­cados a Confucio no se pueden colocar tablas con caligrafía, por temor a incurrir en la falta de "hacerse el sabihondo frente a Confucio". Estos ejemplos nos señalan como en medio de las reliquias históricas es posible hallar muchos indi­cios de cuál ha sido el sistema normativo que ha prevalecido como tradición inin­terrumpida por milenios dentro del pueblo chino.

Por lo general, se enseña en China que "cuando la nobleza haya perdido los modales, buscadlo entre el vulgo". A pesar que Taiwan es una isla situada en el Mar Meridional de China, la cultura china ha echado profundas raíces en ella a través de los más de tres siglos de colo­nización por los inmigrantes prove­nientes de las provincias de Fukien y Kwangtung. Si se desea indagar acerca del origen de las diversas costumbre ancestrales que ha tenido su pueblo a través de los años, resulta sumamente fácil hallar sus raíces en la cortes.

Debido a la falta de conocimientos científicos en el pasado, nos resulta muy difícil entender muchas costumbres y prohibiciones de origen popular que exis­tían en el pasado. Las mismas tendrían su explicación en el deseo de los antepa­sados de obtener bendiciones y alcanzar una mayor felicidad.

Por ejemplo, lo carpinteros de antaño utilizaban la "regla de Lu Pan (Dios de lo carpinteros)" cuando construían los cuartos en las casas. Dicha regla tenía tallado los ocho caracteres chinos "Tsai" (財, riqueza), "ping" (病, enfermedad), "Ii" (離, separación), "yi" (義, justicia), "kuan" (官, oficial), "chieh" (劫, desastre), "hai" (害, daño) y "pen" (本, origen). Al momento de medir y diseñar el ancho de las ventanas interiores, era preferible que fueron dimensiones consistentes con los carac­teres "Tsai " , "yi", "kuan" y "pen". Pero un mismo carácter puede tener di­ferentes significados en diferentes sitios dentro de la casa. Así, la puerta de la re­cámara era menester que tuviese dimen­siones que recayeran en el carácter "kuan", debido a que denotaría que pronto nacerá un hijo noble. No obs­tante, las dimensiones de la puerta prin­cipal no deben terminar en "kuan", ya que por homofonía, sugiere que habrá pronto un juicio en la familia, y eso es desagradable.

Todos estos aspectos interesantes y misteriosos pueden ser descubiertos cuando se visita un templo antiguo. Por otro lado, los chinos de antaño también tenían diferentes preferencias en el uso de los números pares e impares. Cuando se construían pagodas, se prefería el uso de números impares, así tenemos, por ejemplo, pagodas de 7 pisos y pagodas de 9 pisos. En los templos y las viviendas de antes, los chinos también preferían usar números impares en las gradas de las es­caleras y el número de ventanas. Por lo general, se considera que los números impares representan el Yang (elemento positivo), mientras que los números pares representan el Ying (elemento ne­gativo). Sin embargo, en los accesorios del altar, tales como los candelabros o pliegos colgantes con coplas, se prefería usar un número par. Esto es para lograr que todo vaya en pareja y simbolice buenos auspicios.

Se puede decir que las reliquias his­tóricas de Taiwan son una miniaturiza­ción de similares reliquias de la China an­tigua. No obstante, su terminado es muy refinado y merecen ser contemplados en forma detallada. Las reliquias en Taiwan pueden ser a grandes rasgos, divididas en 13 categorías: murallas que rodeaban las ciudades, fortines, despachos ofi­ciales, colegios, casas, jardines, templos, iglesias, portones, estelas, túmulos fune­rarios, puentes y otras construcciones. De ellas, las murallas, despachos oficiales y fortines eran construcciones públicas, mientras que las casas y templos eran construcciones que pertenecían al pueblo, y por lo tanto reunen más as­pectos del folklore popular.

Los templos son un producto de las creencias religiosas y las casas reflejan la vida espiritual y cultura de un pueblo. Para comprender mejor la cultura popu­lar de Taiwan, es menester visitar los templos y asistir a celebraciones y festi­vales religiosos en los templos.

En los primeros tiempos de la coloni­zación de Taiwan por los inmigrantes chinos, los templos cumplían una fun­ción social múltiple. Aparte de servir como sitios de devoción religiosa, los templos proporcionaban un indispen­sable servicio recreativo-educacional y además servía como centro de diversas actividades políticas y económicas.

Incluso en el día de hoy, los templos no sólo son sitios de adoración y culto re­ligioso, sino que con frecuencia se montan espectáculos en los festivales, para agradecer los favores concedidos por los dioses. Se invitan a elencos artís­ticos para que monten un escenario improvisado frente a la entrada principal del templo para realizar un espectáculo que en forma es para agradecer a los dioses, pero que en realidad lo disfrutan los mortales que presencian dicho espectáculo.

En el pasado, no existían cines o te­atros en Taiwan, y las actuaciones de obras de teatro se realizaban en escena­rios que eran construidos en jardines o frente a los templos o santuarios fami­liares. En los famosos jardines de la fami­lia Lin, situado en Panchiao (suburbio de Taipei), se encuentran varios escena­rios para presentaciones de ópera, in­cluyendo en formas de plazoletas. Los santuarios familiares son sitios donde se veneran la memoria de los antepasados, y realizar un espectáculo teatral frente a ellos denota un regocijo general de todas las generaciones de la familia, así como refleja también la unidad y armonía fami­liar. En el viejo santuario de la familia Lin, en Wufeng, Taichung, podemos en­contrar una tarima de teatro construida frente a su entrada.

Si existe un enorme solar frente a un templo, por lo general se montan allí los escenarios. En la actualidad, ya quedan pocos escenarios construidos en madera. En el Templo Hsieh-tien en Chiaohsi, Ilan, se puede ver todavía un viejo ta­blado, con entrada y salida para el escenario en la parte trasera del mismo. En sus columnas se encuentran tallados versos que denotan la permanente rela­ción con el pasado a través del teatro.

Entre los viejos escenarios de teatro que aún se conservan, el más elaborado de ellos es sin lugar a dudas aquel que existe frente al Templo Lungshan, en Lukang. En el interior de su techo arque­ado existe una cúpula en forma octagonal exquisitamente tallada que le da un excepcional valor artístico. Originalmente había un entablado alto dentro de la es­tructura, pero fue desarmado hace al­gunas décadas. Actualmente, cuando se celebran las festividades religiosas, es menester montar un entablado provisio­nal para hacer las presentaciones teatrales. Por lo general, se realizan presen­taciones teatrales del género Nankuan, que se originó en el área de Chuenchou, provincia de Fukien. Este género musical es altamente emotivo, y es ejemplo de una buena combinación entre una reli­quia histórica y una presentación de teatro tradicional.

Las plazas que existen frente a los templos, denominados "patios de templo", no sólo sirven de sitio para las diversas actividades durante las festivi­dades religiosas, sino que al mismo tiempo es un lugar donde se congregan los buhoneros, vendedores ambulantes y puestos de comida en las ciudades. Esto crea un ambiente muy bullicioso.

Los patios de templo se convierten en sitios para realizar diversos actos y ritos relacionados con el culto religioso durante las festividades religiosas, como serían las danzas del dragón y del león, etc. En los años recientes, las televisoras locales han optado por transmitir sus programas especiales en ocasión de cele­brarse el Festival de las Linternas, desde los patios de templos famosos. Así, se transmiten programas de variedades que se realizan en vivo en sitios tales como el Templo Chaotien en Peikang y el Templo Tzuyu en Chungkang. Por consiguiente, vemos que los templos no sólo desempeñan una función meramente re­ligiosa, sino que también desempeña un papel muy importante en las actividades de entretenimiento en la sociedad moderna.

Ciertas reliquias históricas son sitios de gran seriedad que conmemoran algún hecho histórico y por lo tanto no son aptas para realizar actuaciones folkló­ricas. Sin embargo, las actividades folkló­ricas no sólo se limitan a danzas y presen­taciones teatrales. Si se logra una ade­cuada coordinación, las mismas incluyen una gama muy diversa de actividades. De esta forma, se pueden realizar exhibi­ciones de tallados en madera, demostra­ciones de caligrafía, arreglos florales, bordados y otras artesanías. Estas exhibi­ciones y demostraciones se pueden reali­zar en galerías o centros culturales, pero si deseamos darle un mayor realce cultural, podemos realizarlas en sitios de in­terés histórico.

Recientemente, se han estado cele­brando actividades de interés folklórico en Lukang, precisamente con la coopera­ción de los templos allí. En Kaohsiung, se han celebrado festivales de teatro po­pular en el portón principal de la vieja muralla de esa ciudad, considerada una reliquia histórica de primer grado. Esto nos demuestra que es factible combinar lo estático con lo dinámico para conjugar las actividades folklóricas con sitios de interés histórico.

Resumiendo lo anteriormente des­crito, podemos ver que las reliquias his­tóricas poseen un rico significado, no sólo en el plano histórico, sino que tam­bién puede constituirse en parte integral de muchas actividades de la vida mo­derna. Al entrar en el espacio tan especial que han creado las reliquias históricas, uno llega a impregnarse de su verdadero significado cultural e histórico.

Por otra parte, al combinar las activi­dades folklóricas con sitios adecuados dentro de las reliquias históricas, se crean un complemento cultural único que resulta irresistible dentro de la agitado sociedad moderna en que vivimos. Obviamente, si queremos integrar todo esto con el turismo, es menester tomar en consideración otros aspectos de igual importancia. Teniendo en cuenta que al estar integrada con el turismo, estas acti­vidades dejarán de ser un evento local para convertirse en evento nacional o in­clusive de interés internacional, es nece­sario considerar aspectos tales como ade­cuadas vías de acceso, sitios para estacio­namiento, alojamiento, alimentación y otras instalaciones para hacer cómoda la estadía de los visitantes allí.

La presentación de estos eventos también es importante. Hay que saber in­troducir estas alternativas al turista. Se deben tener explicaciones detalladas de estos eventos y sitios, para que el turista comprenda el mensaje cultural que en­ cierran los mismos. Combinando los aspectos estáticos y dinámicos para que se complementen unos con otros se logrará desarrollar adecuadamente estos valiosos recursos culturales. Las reliquias histó­ricas y las actividades folklóricas consti­tuyen un enorme potencial turístico que el área de Taiwan puede, y debe desarrollar. □

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