28/04/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

Creando una mejor canasta de frutas

01/07/1990
Narra la historia que el Emperador Hsuan-tzung de la Dinastía Tang (siglo VIII) estaba locamente enamorado de la Dama Yang, una de sus concubinas favo­ritas, que era una gran amante del litchi. Como no era posible encontrar esa fruta en la capital Tang, en el norte de China, el Emperador ordenó que se entregaran en la capital litchis que crecían en el sur de China, para satisfacer el capricho de su dama amada. El mozo de reparto tenía que cabalgar día y noche en una loca carrera para llegar a la capital antes que la fruta fuera a dañarse. Hoy día, la gente en Taiwan no tiene que pasar por tantos problemas para sa­tisfacer sus deseos en torno a esa fruta en particular, gracias a los recientes desa­rrollos en el control del tiempo de co­secha y la disponibilidad de muchas frutas durante todo el año. Aunque Taiwan es una pequeña isla pobre en recursos naturales, se en­cuentra situada entre las zonas tropical y subtropical y tiene una variada geografía que va desde planicies costeras hasta picos elevados. Debido a esos regalos geográficos que ha hecho la naturaleza, está bendecida con un ambiente óptimo para el cultivo de casi cualquier tipo de árbol, arbusto o enredadera que pro­duzca frutos. Cerca de unos 50 tipos de frutas crecen en la isla. Durante cualquier estación del año, hay por lo menos 10 tipos disponibles en el mercado. Frutas de árboles de hojas caedizas tales como la manzana, la pera y el melocotón crecen en altas elevaciones, mientras que los cerros y las planicies producen cí­tricos, banana, piña, litchi, longan, mango, papaya, caqui, pomelo wentan, loquat, pera Hengshan, sandía, fresa, y muchas otras frutas. Los cítricos, la banana y la piña son los principales rubros económicos, con una producción que superó el millón de toneladas en 1988. La producción de los cultivos de ali­mentos tales como el arroz ha bajado del 60 por ciento del total de la producción agrícola en 1945 al 39 por ciento en 1987, mientras que la porción de los pro­ductos hortícolas en la producción agrí­cola total ha estado creciendo. En 1986, el consumo per cápita de frutas de la República de China aumentó a 80 kilos por año, cuatro veces el volumen de 1961, cuando los cítricos ocupaban una quinta parte del total. Por lo general se sirve un plato de frutas como postre para balan­cear el fuerte sabor de los platos chinos. Algunos huertos bien administrados en la isla han sido exitosamente desarro­llados recientemente como atracciones turísticas. Los mismos están general­mente cultivados con fresas, cítricos, uvas, carambolas y litchis. Por una pe­queña suma, los turistas pueden recolec­tar todas las frutas que puedan comer du­rante su estadía, pero tienen que pagar extras por cualquier fruta que deseen sacar del lugar. Esos novedosos usos de las bendiciones otorgadas por la natura­leza ofrecen una nueva fuente de recrea­ción para los habitantes de las urbes y un ingreso adicional para los agricultores. Durante la Dinastía Ming (1368-1644), los emigrantes de las pro­vincias de Kwangtung y Fukien introdu­jeron litchis, longans y cítricos en Taiwan. Las bananas, piñas, papayas y guayabas fueron introducidas durante el siglo XVII, cuando Koxinga gobernaba la isla (Koxinga, o Cheng Cheng-kung, 1624-1662, era el líder de un movi­miento de resistencia antimanchú que tenía su base en Taiwan después de la caída de la Dinastía Ming, también fue él quien expulsó a los holandeses de Taiwan). La cantidad de emigrantes que venían del territorio continental au­mentó durante el siglo XVIII. Estos traje­ron consigo las peras. Durante la ocupación japonesa (1895-1945), se crearon varias estaciones de investigación agrícola para introducir y reproducir frutas tropicales y subtropi­cales, echando una sólida base para la in­dustria frutícola de Taiwan. El área destinada al cultivo de frutas en 1909 cubría cerca de 5.000 hectáreas (en su mayoría longans y piñas). En 1969, el área cosechada aumentó a 90.000 hectáreas, produciendo principal­mente bananas, piñas, y cítricos. Hoy día, ha aumentado de 148.000 hectáreas en 1984 a 220.000 hectáreas, de acuerdo a datos del Consejo de Agricultura del Yuan Ejecutivo (COA, siglas en inglés). Si no fuera por logros tales como el desarrollo de variedades resistentes a las enfermedades y con rápida o lenta madu­ración para optimizar el tiempo de co­secha, existirían en el mercado sola­mente uvas ácidas, ciruelos y meloco­tones pequeños, así como guayabas car­gadas de semillas amargas. Después de la II Guerra Mundial, se hicieron conside­rables avances en el desarrollo de varie­dades de frutas y técnicas de cultivo a través de un ininterrumpido flujo de tec­nología hortícola extranjera. "Más del 50 por ciento de los mangos que se producen actualmente en Taiwan son mangos Irwin, introducidos desde los EE.UU. en 1954 por la Comi­sión Conjunta de Reconstrucción Rural (JCRR, siglas en inglés)", dice Wu Min­-tze (吳明哲), jefe de la División de Horticultura de la COA (la JCRR es la ante­cesora de la COA). "La así llamada uva Kyoho fue introducida desde Japón en los años sesenta, y algunos de los pro­ductos de Taiwan sobrepasan ahora en calidad a las uvas japonesas" ,añade. El tiempo de cosecha también ha sido ajustado de manera que los amantes de las frutas puedan tener uvas durante todo el año, excepto posiblemente du­rante el período lluvioso entre marzo y mayo. También es posible lograr co­sechas anuales múltiples para las peras de agua, carambolas y guayabas. Un de­sarrollo bien recibido es la variedad Perla Negra de las peras de agua, que es rica en azúcar. Otro caso digno de men­cionar es la piña de alta calidad Tainung No.4, desarrollada por la Estación Agrí­cola Experimental de Chiayi. La piña Tainung No.4 es más pequeña que la piña normal, pero está desprovista de fibras y tiene una fragancia especial; además, es fácil de abrir con las manos. Se convirtió en el rubro que dio más ganancias a los fruticultores en 1985, y actualmente el volumen de exportaciones es de 7.000 toneladas métricas al año. Otro ejemplo de mejoramiento de variedades es el in­jerto de yemas de perales de hojas cae­dizas en perales Hengshan que crecen en bajas elevaciones. Hace algunas décadas, sóla una man­zana roja importada costaba casi la mitad del salario diario de un obrero. Con la asistencia gubernamental, los militares retirados comenzaron a experimentar a fines de los años cincuenta con el cultivo de melocotones, peras y manzanas en el área montañosa de Lishan en el centro de Taiwan, donde el aire es puro, frío y estimulante. Esto se transformó en una industria lucrativa y exitosa, y desde en­tonces los consumidores han podido dis­frutar de frutas de zonas templadas a pre­cios razonables. Pero a consecuencia de una tala excesiva de árboles e intensidad de los cultivos, las elevaciones mayores sufrieron mucho la erosión del suelo. "Desde los años setenta, el Gobierno y las instituciones de investigación han estado trabajando para reproducir nuevas variedades que puedan tolerar altas temperaturas y puedan ser plantadas en áreas con alturas menores a los 500 metros sobre el nivel del mar", dice Wu. "Se esperan pronto tales variedades de peras y melocotones". Las instituciones académicas y de in­vestigación juegan un papel importante en la propagación e introducción de nuevas variedades. Entre las institu­ciones participantes se encuentran varias universidades y colegios superiores, el Instituto de Investigaciones Agrícolas de Taiwan, y otras estaciones de mejora­miento agrícola bajo el Departamento Provincial de Agricultura y Silvicultura de Taiwan. Generalmente hablando, un buen trabajo se ha hecho en las técnicas de injerto e ingeniería genética, manipu­lación del proceso de fructificación, ferti­lización y control de enfermedades. Pero ni el Gobierno ni las asociaciones agrí­colas tienen personal adecuado para los servicios de extensión agrícola. Aparte de eso, "hay muchos fruticultores que tienen más de 50 años que tienden a aceptar todo tipo de información inco­rrecta, y al mismo tiempo se resisten a aceptar ideas nuevas que son científica­mente válidas", dice Wu. "Ellos aceptan ligeramente las palabras de los vende­dores de pesticidas y fertilizantes y usan cantidades excesivas de esos compuestos químicos. Resulta imperativo que vayamos a reforzar nuestro potencial humano en este campo". La administración de huertos no es una forma de vida fácil para los horticul­tores ya que los árboles deben ser atendidos cuidadosamente si se desea que den frutas durante su vida de 40 años o más. Por otro lado, los árboles frutales no producen ganancia alguna durante los primeros cinco a siete años que toman para madurar. Lo que es más, el éxito como horticultor no garantiza que uno tenga éxito como vendedor. "Tenemos tierra, tecnología, y mano de obra a nuestra disposición en la industria fructícola, pero no poseemos el mercado", se ha quejado Yu Yu-hsien (余玉賢), presi­dente de la COA, quien hizo esta declara­ción cuando era Comisionado del Depar­tamento Provincial de Agricultura y Silvicultura de Taiwan. Su punto de vista es que tanto los agricultores como los con­sumidores en Taiwan sufren de la explo­tación debido a lo irrazonable del sistema de mercadeo y distribución para las frutas. La distancia entre productores y con­sumidores se está agrandando como re­sultado de la continua urbanización. Los residentes urbanos dependen cada vez más de una miríada de servicios y etapas de manejo. Antes de que lleguen a los consumidores, las frutas tienen que ser recolectadas, seleccionadas, clasificadas, empacadas, procesadas, almacenadas, transportadas y finalmente puestas en el mercado. Mientras más grande sea la di­visión de trabajo, mayor serán los costos de producción desde el mercadeo hasta el consumo. No es nada nuevo saber que las bananas cuestan en Taipei seis veces el precio con que se compra al por mayor en las áreas donde se cultivan. Los fruticultores individuales no pueden darse el lujo de transportar sus propias cosechas al mercado, debido a que los huertos en Taiwan siempre han sido pequeños y están caracterizados por ser parcelas dispersas con producción líimitada. Los cultivadores deben vender sus cosechas a los mayoristas y a los hang kou (行口) o intermediarios que aprovisionan los mercados mayoristas de frutas. Los agricultores se encuentran en una muy pobre posición de regateo debido a que ellos tienen informaciones inadecuadas acerca del valor de mercado de sus cosechas, mientras que los agentes compradores están bien informado al respecto. "El Acta de Mercadeo Agrícola sola­mente requiere que los agentes compradores y mayoristas se inscriban como tales ante los gobiernos locales. Aparte de eso, nunca se ha intentado alguna otra supervisión administrativa sobre ellos", indica Chen Shu-chen (陳淑貞), especialista en mercadeo de la División de Mercadeo Agrícola de la COA. "Los agentes compradores compiten entre sí, y están en posición de manipular el mer­cado debido a su monopolio conjunto al comprar", dice ella. Un mercado flore­ciente no trae necesariamente ganancias a los agricultores. En Taiwan, alrededor del 40 por ciento del dinero gastado por el consumi­dor llega al sector agrícola, lo cual es un 10 por ciento más alto que la cifra del 30 por ciento en los EE.UU. Sin embargo, las inversiones de los intermediarios en el procesamiento, clasificación, empaque, transporte y otros aspectos de pos­cosecha son proporcionalmente mucho más pequeñas que en los países más avanzados. La explotación del campesino por el intermediario, un crítica que se ha oído una y otra vez en virtualmente cada una de las naciones del mundo, se escucha también dentro de la descripción de las condiciones en la República de China. "El alto costo del mercadeo de las frutas resulta principalmente del pesado y complejo proceso de mercadeo y una escala de distribución que es dema­siado pequeña como para ser eficiente. Los distribuidores incluyen agentes de compra, mayoristas, supermercados, mi­noristas y ventas callejeras", dice Charles Huang (黃有才), jefe de la Divi­sión de Mercadeo Agrícola de la COA. Alguien tiene que pagar los gastos de em­paque y flete, las compensaciones de los productos dañados y otros gastos afines. "Tanto los agricultores como los consu­midores sufren esto, a pesar de que muchos intermediarios ganan sólo lo su­ficiente para mantener a sus familias y no están explotando a nadie", indica Huang. Desde 1975, la COA ha iniciado la red de "Transporte y Mercadeo Compar­tido" (TMC), que está integrada por las asociaciones agrícolas, la Cooperativa Provincial de Mercadeo de Frutas de Taiwan y otras cooperativas de granjas. "Los agricultores solamente entregan sus cosechas a los centros de recolección y distribución de TMC en las áreas de cultivo y dejan todo a cargo de su perso­nal. La fruta es transportada a los mer­cados mayoristas y vendida en subasta al mejor postor", dice Huang. A excepción de una tarifa administrativa que se paga a las autoridades de TMC, los agricultores se quedan con el resto de las ganancias. "Las subastas han sido computari­zadas a partir de este año, y los precios de mercado son enviados de vuelta a las asociaciones agrícolas por medio de fax a las 12:00 todos los días", dice Huang. Se demoraba antes, de una semana a 10 días el tabular el pago total de la fruta, pero ahora solamente toma tres días. Otra fuente de distribución es el método de "Transporte y Mercadeo Directo" (TMD). Bajo este método, las asocia­ciones agrícolas venden una pequeña parte de sus frutas directamente a los su­permercados, ahorrándose más gastos. Además de tratar con supermercados pri­vados, la Corporación de Mercadeo de Productos Agrícolas de Taipei, un miembro de TMC, opera seis supermer­cados en el área de Taipei. "Pero los su­permercados constituyen actualmente menos del cinco por ciento del mercado total y es poco probable que se expandan en un futuro cercano. Como resultado, el TMD tiene solamente una pequeña porción del mercado", indica Huang. "Como el potencial humano dentro de cada asociación agrícola es inadecuado para la tarea, la COA ha agrupado a los miembros de la asociación en equipos de producción y mercadeo", dice Chen Shu-chen. Cada equipo consta de hasta 20 agricultores que cultivan la misma fruta. El jefe de equipo actúa como encar­gado del contacto entre los agricultores y las asociaciones agrícolas en las opera­ciones de transporte y mercadeo. "Las frutas producidas por los miembros del equipo son empacadas y rotuladas en la misma forma, de modo que ellos puedan revisar la calidad unos de otros", dice Chen. El TMC requiere de productos bien clasificados y cuidadosamente empa­cados. El empaque de las frutas solía ser criticado como deshonesto y pobremente diseñado para el transporte. Los agricul­tores colocaban productos de calidad en las capas superiores de los contenedores y ocultaban aquellos de pobre calidad debajo para engañar a los compradores. Ponían las frutas en toscas cajas de madera y canastos de bambú que pesa­ban de 50 a 60 kilos cuando estaban llenas. El tamaño de los contenedores también causaba altos porcentajes de daños a las frutas. "En 1975, la COA comenzó a pro­mover el uso de cartones estandarizados y empaques por graduación mediante el ofrecimiento de un subsidio para los indi­viduos y granjas cooperativas que partici­paran", dice Chen. Por ejemplo, en una ocasión el Gobierno ofreció pagar la mitad del costo del cartón para alentar a los cultivadores de sandías sin semillas a probar el empaque en contenedores es­tándares. "El experimento valió la pena debido a que los agricultores descubrie­ron muy pronto que el empaque estándar era económico y conveniente, y al cabo de un año ellos estaban deseosos de adoptarlo". El empaque con graduación hizo posible la subasta de la fruta. Los compradores ya no tienen que mirar adentro de los contenedores de frutas antes de ofrecer sus precios. Gracias a tal tipo de empaque y métodos de clasifica­ción, las peras de la marca Sanwan gana­ron buen puntaje por su calidad y consistencia, un puntaje tan alto que de hecho, el nombre ha sido copiado por otros. Durante los primeros años, 23 orga­nizaciones agrícolas tomaron parte en la red TMC abasteciendo al área de Taipei con cerca de 8.000 toneladas de fruta, in­cluyendo toronjas, uvas, melones occi­dentales sandías sin semillas, litchis, peras, fresas, loquats, y otros géneros. El volumen anual de esas frutas abastecidas por el TMC al área de Taipei creció a casi 65.000 toneladas en 1989. Y los miembros del TMC aumentaron a unos 200. El TMC y su sistema de subasta ha sido adoptado solamente para el área de Taipei, y suple cerca del 30 por ciento del mercado de Taipei, principalmente a través de la Corporación de Mercadeo de Productos Agrícolas de Taipei. El TMC también distribuye una pequeña cantidad de frutas a otros mercados, in­cluyendo Kaohsiung. Los productos del TMC que llegan a Taipei y otras áreas to­talizan un poco más del diez por ciento del mercado de frutas en todo Taiwan (datos de 1988). Desde 1986, cuando se modificó el impuesto comercial de la República de China, se exige que tanto los vendedores como compradores en los mercados mayoristas paguen el impuesto comer­cial. "Debido a que las transacciones han sido computarizadas, los abastecedores y compradores en el mercado del TMC no pueden encontrar formas de evadir el impuesto comercial. Muchos de ellos han recurrido a hacer negocios fuera del mercado de modo que no estén regis­trados y puedan así evadir al cobrador de impuestos", dice Chen. En los mercados fuera de Taipei, los gerentes del mercado mayorista no registran las transacciones como se estipula, debido a que los agentes compradores y otros negociantes manejan sus asuntos a su propio modo. Esas operaciones externas no tienen tam­poco un sistema de subastas. Más del 50 por ciento del negocio es realizado a través de agentes compradores sin usar el sistema público de mercado al por mayor. El nivel de conocimiento y sofisticación de los agricultores con respecto al mejoramiento del sistema de mercadeo no ha sido elevado a ningún grado no­table. "Los agentes compradores ofrecen a veces precios más altos a los agricul­tores como medio para atacar al TMC. Desafortunadamente, muchos agricul­tores se interesan por pequeñas ganan­cias y van por la ventaja instantánea sin tomar en consideración que los arreglos comerciales atractivos que les ofrecen serían cancelados sin advertencia alguna cuando el precio del mercado baje. Los agricultores hacen negocios con los agentes cuando el mercado está suma­mente activo y recurren al TMC cuando el mercado se halla bajo", indica Chen. "Esas y otras prácticas similares han im­pedido que el TMC crezca". Con frecuencia se compara al TMC de Taiwan con su contraparte en Japón, que suple alrededor del 80 por ciento del mercado de fruta de ese país. "Le tomó a los japoneses varias décadas establecer este sistema. Existen mercados mayo­ristas en cada ciudad japonesa con una población de más de 300.000 personas. Guiados por los precios de Tokio, esos mercados tienen fuerte influencia sobre los precios de las frutas en todo Japón", dice un especialista en mercadeo de la Cooperativa de Mercadeo de Frutas de Taiwan (TFMC, siglas en inglés), una importante organización agrícola. Huang señala que la prioridad de la COA y el mayor desafío es mejorar el sis­tema de mercados mayoristas y el sis­tema TMC. Pero solamente hay dos ad­ministradores de tiempo completo en la división de Huang que han sido asig­nados al mercadeo de frutas. "El Go­bierno está estudiando la interrogante de si será necesario formar una oficina de mercadeo de productos agrícolas cuando se establezca el Ministerio de Agricultura en un futuro cercano. Una oficina así podría cubrir los negocios de transporte y mercadeo, procesamiento, comerciali­zación y expansión del mercado para las frutas", indica Huang. Los productos procesados tales como jugos y frutas enlatadas ofrecen otra salida para la abundantes frutas de la isla. Las piñas enlatadas, por ejemplo, constituyen una de las principales exportaciones de Taiwan. Pero se han criticado muchas de las marcas famosas de jugos de frutas debido a que son adulterados. Sorprendentemente, la gente en Taiwan en realidad prefiere la mezcla adulterada, que es desabrida y aguada para los norte­americanos que están acostumbrados al fuerte sabor cítrico de los jugos estadou­nidenses. Algunas asociaciones agrícolas han tratado de colocar en el mercado jugos de calidad 100%, pero sus esfuerzos han tenido solamente limitados éxitos. Su producto es menos competitivo que los más baratos y ya famosos jugos que existen en el mercado debido a que no hay suficientes canales de comercializa­ción para distribuir el producto a un es­pectro más amplio de consumidores. Además es necesario educar gradual­mente sus paladares al sabor real de un buen jugo. "A diferencia de los consumidores en Occidente, la gente de Taiwan no con­sidera a los jugos como parte de su dieta diaria, y no existe una demanda discrimi­nada de jugos de frutas de alta calidad", dice Charles Huang de la COA. Para re­mediar la situación, la "COA ha comenzado este año a ayudar a los agricultores a producir jugo 100% puro de mango, tomate, carambola y cítricos bajo la marca The Country Road (El camino del campo)", dice Huang, "y nosotros espe­ramos producir 200.000 cartones de jugo enlatado en el primer año". Ni la COA ni las asociaciones agrícolas pueden darse el lujo de gastar mucho en publicidad. Hasta donde puede confirmarse, no existen planes para desarrollar una indus­tria de jugos de fruta congelados para el mercado interno. Existe una capacidad para la producción de concentrados con­gelados, pero sirve para el mercado de exportación, a excepción del concen­trado que se entrega a las compañías de jugos locales, que lo usan para preparar el jugo adulterado que se ha descrito. Evidentemente, la explotación de este mercado potencial debe esperar la evolu­ción de la demanda popular de jugos de frutas, o al menos la aparición de alguien con visión y recursos de capital para desa­rrollar el mercado y esperar pacientemente por los dividendos a largo plazo. La División de Tecnología y Procesa­miento de Alimentos de la COA hace la observación de que un anterior intento de colocar en el mercado concentrados congelados fracasó debido a que los con­sumidores rechazaron esta forma de ali­mento por la conveniencia de las mezclas listas para beber. El Gobierno de la República de China y las asociaciones agrícolas han tomado otras medidas para promover la venta de frutas. Por ejemplo, la COA ha patrocinado competencias de frutas para mejorar la calidad y aumentar el poten­cial de mercado. Durante las épocas festivas, las organizaciones agrícolas ayudan a los agricultores a vender frutas en los principales edificios comerciales por dos o tres horas diarias. Por ejemplo, la TFMC ha vendido frutas en el Edificio de la Compañía de Electricidad de Taiwan una o dos veces por semana, algo que ha sido bien recibido por los ocupados trabajadores que cumplen el horario de nueve a cinco. Además del mercado interno, las ex­portaciones de frutas han sido una princi­pal salida para la abundante producción de la isla, especialmente bananas, cítricos y piñas. Las exportaciones de frutas se re­montan a los años anteriores a la 1I Guerra Mundial. En 1938, más del 70 por ciento de las bananas cosechadas lo­calmente fueron exportadas, principal­mente a Japón. Pero desde fines de los 60, el área plantada de bananas y piñas ha sido reducida debido a varios factores, que incluyen el aumento del costo de producción, la fuerte competencia de las Filipinas y América Latina, y la revalori­zación del dólar taiwanés. La TFMC tiene más de 218 centros de recolección y distribución y hace un buen trabajo para las operaciones de TMC, tanto para el mercado interno como externo. Desde 1974, ha sido auto­rizada como el agente de exportación ex­clusivo de bananas en la isla y es la única abastecedora de cítricos y mangos de Taiwan en ultramar. Cerca del 95 por ciento de las exportaciones de bananas van a Japón, con pequeñas cantidades destinadas a Corea y Hong Kong. El vo­lumen de exportaciones de naranjas ha bajado desde 1978 debido a la competencia de los EE.UU. y China continental. Los cítricos tales como las mandarinas ponkans y tankans disfrutan de una es­table venta en el exterior. Otras frutas, incluyendo cítricos, son exportadas prin­cipalmente a Hong Kong, Singapur y Ma­lasia, pero "la competencia de China continental está volviéndose más fuerte, y estamos trabajando para abrir mercados en las Filipinas e Indonesia", dice Z.F. Wu (吳仁芳), subgerente general de la TFMC. Algunas veces, los agricultores se concentran demasiado en abastecer al mercado doméstico cuando el precio es atractivo, y dejan de ponerle atención al mercado japonés, que puede absorber grandes cantidades desde febrero a junio, señala Wu. "Hemos adoptado planes de producción que nos ayudarán a evitar una sobreproducción de bananas", indica. "Hemos consultado con nuestros compradores japoneses acerca de la canti­dad que ellos comprarán en los próximos tres a cinco años. La producción local se planifica entonces acorde con el acuerdo pactado". El Gobierno usa el mecanismo de la TFMC para dar subsidios a los fruticultores cuando caen los precios. La TFMC descarta las frutas que no se pueden comercializar cuando es necesa­rio, moliéndolas para hacer alimento para animales. El Gobierno ofrece un subsidio de US$0,035 por libra este año, siempre que el precio de exportación esté por debajo de US$0,276 por libra. "El tiempo de cosecha llega a veces muy tarde para el mercado de Japón debido a condiciones climáticas, incluyendo los ti­fones, de modo que también exportamos nuestras bananas a Corea", añade Wu. Los fruticultores han estado su­friendo las consecuencias de una sobre­ producción en los años recientes, y la sa­turación de frutas importadas ha hecho que la situación sea peor. "Los árboles frutales son plantas perennes. La mayor parte de los árboles plantados alrededor del año 1984 ya están maduros ahora y han comenzado a echar frutas en volu­men y calidad comerciales", dice Wu Min-tze de la COA. De acuerdo al De­partamento Provincial de Agricultura y Silvicultura de Taiwan, había cerca de 740.000 familias de campesinos hasta junio de 1989. "Cada vez más de ellas han dejado de cultivar productos de campo tales como el arroz y la caña de azúcar. En cambio, ellas están ahora cul­tivando productos hortícolas, especial­mente frutas, ya que tienen un mayor valor agregado y mayor potencial para la exportación. Como consecuencia, hay sobreproducción en cerca de treinta tipos de frutas comerciales", indica Wu. A inicios de este año, más de 200 cultivadores de piñas hicieron una peti­ción a la COA para que controlase la im­portación de piñas enlatadas, que ha amenazado la industria de piña local, una ironía para Taiwan -el reino de las piñas. El volumen de frutas importadas está aumentando rápidamente como re­sultado del enorme excedente comercial de la República de China, la revaloriza­ción del dólar taiwanés, y la curiosidad de la gente local. Mientras los agricul­tores se han visto forzados a echar sus mangos al río, las frutas importadas de los EE. UU. (61 por ciento), Canadá, Tai­landia, las Filipinas, Corea, Sudáfrica, Nueva Zelanda, Australia y Chile están inundando el mercado. De acuerdo con la División de Comercio Agrícola de la COA, el volumen de frutas frescas importadas creció a más de 148.000 toneladas en 1987. Esto vino a ocurrir precisamente cuando había una abundante cosecha en la isla, con una producción que alcanzó 50.000 toneladas por encima del nivel del año anterior. La producción local de manzanas fue de 16.300 toneladas en 1987, mientras que las importaciones de manzanas llegó a las 88.000 toneladas, principalmente desde los EE. UU. No sorprende que los fruticultores hayan montado una mani­festación pública en contra de las frutas importadas. Para aliviar la situación, las importaciones de otras áreas, aparte de los EE.UU., fueron suspendidas en 1987, y las autoridades del caso han esta­blecido un sistema de alerta previa para mantener una vigilancia estrecha sobre el volumen de frutas importadas. Como resultado de las medidas gu­bernamentales, subieron los precios de las frutas al detal, pero los precios al por mayor en el área de cultivo permanecie­ron irrazonablemente bajos. Aparente­mente, ni los agricultores ni los consumi­dores se beneficiaron mucho con las me­didas gubernamentales. La extensión de los problemas causados por las frutas im­portadas puede ser sondeada por el hecho de que 22 legisladores han hecho cerca de 40 interpelaciones concernientes a las frutas importadas en el Poder Legis­lativo desde 1987. Muchos nutricionistas están de acuerdo en que las frutas locales no son de ninguna manera inferiores en nutri­ción o cualquier otro aspecto a las impor­tadas. De acuerdo con una encuesta de opinión hecha en diciembre de 1987, el 45 por ciento de los encuestados com­pran ocasionalmente frutas importadas por su sabor diferente o mejorado, para hacer ofrendas a los dioses, para regalos a la familia o amigos, o por su mejor cali­dad. El valor de las frutas frescas y proce­sadas que se importaron en 1989 totalizó US$221 millones, con una tasa de creci­miento anual de casi 25 por ciento. Las manzanas, uvas y toronjas de los EE.UU. constituyen el grueso de esas importaciones. El actual consumo anual per cápita de manzanas importadas en la República de China ha alcanzado alrede­dor de unos cuatro kilos y medio. El actual volumen de exportaciones de frutas sobrepasa a las importaciones, pero se espera que la competencia entre las frutas locales e importadas sea cada vez más fuerte. La política gubernamental es tratar de dar un trato similar y no discriminato­rio a todas las naciones exportadoras. La importación de muchos rubros, tales como nueces, melones dulces, y pasas, ya ha sido reanudada. Permanecen sus­pendidas las importaciones de 14 frutas, entre ellas las bananas, piñas, mangos, uvas y pomelos, debido al gran impacto que causarían en el mercado local. "Para octubre que viene, la gente podrá esperar que las importaciones de manzanas al­cancen el nivel que existía antes de 1987", dice Wang Ming-lai (王明來), jefe de la División de Exportaciones e Importaciones de la COA. Cientos de miles de toneladas de frutas norteameri­cana han sido importada , pero casi no se han exportado frutas de Taiwan a los EE.UU. "Los EE.UU. tienen regula­ciones de importación más estricta que la Rep. de China, aunque las frutas de Taiwan pueden ya satisfacer lo están­dares de cuarentena norteamericanos, técnicamente hablando. Durante las úl­timas negociaciones comerciales sino­ estadounidenses, la República de China solicitó que se corrigiera esta situación, pero aún no se han visto los reultados", se queja Wang. Aparte de planificar la producción para hacer frente a los problemas de superproducción, Wu Min-tze observa que el Gobierno debe orientar el mejora­miento de la calidad de la agricultura en general y de la industria frutícola en par­ticular. La COA se ha concentrado en ayudar a los fruticultores de tiempo com­pleto para que produzcan frutas de cali­dad, con atención apropiada en la textura interna de las frutas cuando se hace la se­lección y empaque de sus productos. "Yo creo que pagar un precio más alto por una fruta de mejor calidad es acep­table para los consumidores y es un in­centivo para que lo agricultores continú­en mejorando la calidad de sus frutas", indica él. Muy pronto, las frutas de baja calidad serán descartadas del mercado y se aliviará el problema de la superproducción. Una competencia más fuerte desde el exterior, los creciente costos de pro­ducción y las demandas del consumidor por mejor calidad y una más amplia va­riedad de frutas en el mercado han hecho que las personas cuestionen la sa­biduría del desarrollo de la industria fru­tícola en Taiwan. Los experto locales en producción y mercadeo están conven­cidos de que aún existen buenas perspec­tivas para una calidad y variedad supe­riores en la producción de frutas, gracias a la revolución de las preferencia y el creciente poder adquisitivo del consumi­dor. Sin embargo, aún queda mucho por hacer en el mejoramiento de la calidad, en el sistema de mercadeo, en las organi­zaciones agrícolas, y en la educación y el trabajo de extensión agrícolas. □

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