Aplicaciones masivas de pesticidas durante las últimas décadas han ayudado a que la producción agrícola de Taiwan alcance niveles cada vez más altos. Pero la creciente conciencia de los consumidores acerca de los peligros para la salud que contienen los residuos de pesticidas en frutas y verduras está instando al sector agrícola a preocuparse de otros temas que el tamaño de sus cosechas.
Estadisticas del Gobierno muestran que en 1989 los agricultores utilizaron 36.000 toneladas métricas de pesticidas en sus tierras, que totalizaban casi dos millones de acres (1,5 millones estaban plantados con arroz, el resto con frutas y verduras). El costo de los pesticidas a precios de mayorista totalizó los 110 millones de dólares estadounidenses. La mayoría fueron importados, aunque los fabricantes locales de estos productos también compran materiales semiterminadas en el exterior para su procesamiento final en Taiwan.
Según datos del Departamento Agrícola y Forestal de la Provincia de Taiwan, la isla ocupa el tercer lugar en el mundo por la cantidad de pesticidas que se usa en unidad de área plantada, siendo Japón el número uno. Expertos agrícolas atribuyen la alta densidad de uso de pesticidas en Taiwan al clima semitropical y húmedo de la isla -lo que la hace un medio ambiente especialmente favorable para las pestes-, y al ciclo de producción anual, con sus múltiples cosechas.
Los campesinos tienen buenas razones para aplicar pesticidas. Sin su uso, se estima que la producción anual de arroz, por ejemplo, disminuiría en un 15 por ciento en la primera cosecha, y un 30 por ciento en la segunda. Los consumidores también tienen parte de la responsabilidad por el excesivo uso de pesticidas, ya que prefieren comprar frutas y verduras estéticamente agradables, que no muestren daños provocados por insectos hambrientos.
Pero los agricultores ahora están dándose cuenta de que los consumidores han alterado sus hábitos debido al tema de los pesticidas. La mayor preocupación del público acerca del problema ha sido impulsada por fuentes informadas, así como por rumores. Ambos elementos han tenido un impacto. Algunos rumores han creado una actitud general de temor. Una historia de este tipo, difundida a principios de este año, se originó en la ciudad sureña de Pingtung. Al parecer, cierta cantidad de patos fueron encontrados muertos poco después de que comieron unas verduras que no se habían vendido y el comerciante había abandonado.
Los temores de los consumidores acerca del uso de pesticidas no son atenuados debido a la creciente sospecha de que los mismos campesinos no consumen lo que producen y venden en los mercados. En cambio, se dice que éstos cultivan huertos especiales para su uso personal y usan pocos o ningún pesticida en ellos.
Lishan, en el centro de Taiwan, es un área agrícola que está comenzando a recibir especial atención por parte de ecologistas e inspectores de sanidad. Ubicada fuera de la Carretera Transversal Este-Oeste de la Isla, esta región agrícola montañosa es famosa por sus duraznos, peras y manzanas. Pero los productores de fruta en Lishan gastan anualmente millones de dólares en pesticidas, y tienen la más alta utilización por unidad de terreno en Taiwan. Ha habido algunos informes de que el uso de pesticidas es tan alto en esa área que los campesinos no beben de las fuentes de agua cercanas a sus huertos. Para agravar el problema, los pesticidas son lavados por la lluvia de los sistemas de irrigación al pie de la montaña. El fuerte uso de pesticidas ha sido culpado de 20 muertes en los últimos 18 meses, además de la alta incidencia en la cirrosis que está afectando a los residentes de Lishan.
La contaminación de los alimentos con pesticidas se ha convertido en un tema del consumidor consciente. En una investigación hecha el año pasado en el gran Taipei, la mitad de las dueñas de casa entrevistadas pusieron los residuos de pesticidas como la primera consideración cuando compran frutas y verduras (otras consideraciones fueron sabor, nutrición y precio). En respuesta a estas preocupaciones, el Gobierno ha avanzado en sus pruebas de residuos de pesticidas en verduras y frutas. Según fuentes oficiales, hasta ahora los hallazgos parecen menos alarmantes de lo que pensaban los ecologistas.
El Consejo de Higiene Alimenticia (bajo el Departamento de Salud), por ejemplo, informa que en el año fiscal 1990, que terminó el 31 de junio de 1990, sus Laboratorios Nacionales de Alimentos y Drogas hicieron pruebas a 1.066 muestras de frutas y verduras. Las muestras representaron variedades que parecían estar contaminadas con residuos de pesticidas. Sólo el 1,6 por ciento no pasó el examen, una mejora sustancial sobre los resultados de 1989, que tenían una tasa de contaminación del 3,4 por ciento en 652 muestras. En Taipei, el año pasado, el Departamento de Salud Pública del Gobierno Municipal hizo pruebas a 6.063 muestras tomadas al azar en los mercados. La tasa de presencia de pesticidas fue de 0,16 por ciento. El año anterior, ésta había sido de 0,15 por ciento, en 3.917 muestras.
El subdirector del Consejo de Higiene Alimenticia, Chen Shu-kung (陳樹功), dice que una investigación similar realizada en Estados Unidos indicó una tasa de contaminación de dos a cuatro por ciento. "El alivio está asegurado, los consumidores locales pueden comer frutas y verduras", señala. Otro funcionario de Gobierno, Li Yuan-chi, jefe del equipo de investigación de pesticidas de la Corporación de Comercialización de Productos Agrícolas de Taipei, puntualiza que según un informe de investigación médica, el contenido de pesticidas en la orina de la población local es menor que el que se encuentra en estadounidenses y europeos.
Actualmente, el Gobierno realiza pruebas de contaminación por pesticidas en tres etapas. Primero, un equipo de 18 examinadores de nueve estaciones de investigación viaja a las principales áreas de cultivo de verduras y frutas antes de la cosecha, para conseguir muestras. Luego, previamente a que la producción sea vendida, los laboratorios conectados con los principales mercados al por mayor evalúan las muestras en cuanto a posible contaminación. Finalmente, las agencias de higiene pública a nivel de gobiernos locales hacen pruebas regulares a las muestras tomadas de los mercados al por menor.
El Gobierno también ha intentado la vía de educar a los agricultores en la utilización de los pesticidas y los dañinos efectos de su abuso. Regularmente ellos reciben invitaciones para asistir a seminarios educativos en la materia. En los últimos dos años, por ejemplo, el Departamento Agrícola y Forestal de los gobiernos provinciales han organizado programas para los productores de té, carambolas, frutillas, uvas y peras de agua.
También está el ejemplo punitivo. Aquellos campesinos cuya producción tiene residuos que exceden el nivel aceptable son sujetos a ser castigados con multas que van desde los 500 a los 2.800 dólares estadounidenses, o cárcel por varios meses.
Los consumidores de las áreas metropolitanas, especialmente Taipei, son los más protegidos de los alimentos contaminados por pesticidas. Cada día llegan al mercado al por mayor TAPMARC mil toneladas métricas de frutas y verduras, y tres controladores de calidad de los laboratorios de la corporación toman 50 muestras para examinar si contienen o no residuos de pesticidas. Los métodos de prueba bioquímicos permiten a los expertos tener resultados preliminares a las 4:00 A.M.. El laboratorio ordena la confiscación de todo lo que tenga apariencia de estar contaminado. Las muestras son, entonces, enviadas al Departamento de Salud Pública del Gobierno para pruebas más específicas, con métodos más precisos como la cromatografía de gas.
Algunas muestras, a menudo un tercio de ellas, pasan la prueba en esta etapa, y TAPMARC compensa a los agricultores cuya producción ha sido confiscada y luego aclarada. Li Yuan-chi, controlador de calidad, dice: "Nuestro método puede proporcionar resultados rápidos, aunque ellos tienen una mediana precisión. La pruebas son hechas en favor de los intereses de los consumidores, de modo que deseamos compensar a los proveedores cuya producción ha sido confiscada erróneamente."
Los principales supermercados de Taipei también cooperan con el cultivo de frutas y verduras "limpias", otorgando contrato a los agricultores cuya producción pasa consistentemente las pruebas de contaminación. A menudo, estos campesinos cubren sus cultivos con un toldo o un trozo grande de polivinilo para protegerlos de las pestes y, consecuentemente, reducir la necesidad de pesticidas. Además, un estricto control de la producción y la cosecha realizada por la asociación de agricultores ha ayudado a disminuir el abuso de pesticidas.
En general, desde 1983 su utilización ha ido disminuyendo rápidamente en toda la isla. Una razón de ello es que hay pesticidas más efectivo en el mercado, que se deben mezclar con grandes volúmenes de agua. Muchos de estos nuevos productos son también más seguros y eliminan las pestes sin causar daños a los humanos y los animales. El Gobierno también ha prohibido el uso de 40 tipos de pesticidas que pueden causar cáncer, mutaciones genéticas o infertilidad. La disminución de los precios de los productos agrícolas también ha desanimado a los agricultores a usar grandes cantidades de químicos porque éstos involucran gastos adicionales.
La investigación científica, además, ha desarrollado efectivos métodos para reducir o eliminar la necesidad de pesticidas. Uno de ellos consiste en el aislamiento de las hormonas sexuales de las pestes escogidas. Usando las hormonas como señuelo, los insectos son atraídos hacia un área determinada donde se los elimina con pesticidas. Otro sistema es proteger los árboles frutales cubriéndolos con bolsas de papel. Esta es una práctica común en varias partes de la isla.
Sin embargo, no hay un gran optimismo acerca de la actual situación de Taiwan en el problema de la contaminación por pesticidas. El Dr. Edward Cheng (鄭允), jefe de investigación de pesticidas del laboratorio del Instituto de Investigaciones Agrícolas de Taiwan, se mantiene cauteloso respecto a las estadísticas positivas. "La realidad es mucho más seria que ese cuadro color de rosa", dice. "Los funcionarios a cargo están diluyendo todo el asunto para no ofender a los agricultores y fabricantes de pesticidas. Pero esto sólo ha llevado a que la gente consuma considerables cantidades de frutas y verduras contaminadas."
Cheng es consultor de TAPMARC, e informa que durante ciertas estaciones, las pruebas a las cosechas muestran una tasa de contaminación que llega hasta el 50 por ciento. Indica que el débil sistema de control es el factor principal que contribuye al problema. "Hice mis propios cálculos", señala. "Con sólo 18 supervisores gubernamentales de pesticidas trabajando en toda la isla, un productor tiene la oportunidad de encontrarse con uno de ellos sólo una vez en 30 años."
Otro problema reside en el método de prueba que se usa. Cheng dice que, excepto por TAPMARC, las pruebas gubernamentales usan la cromatografía de gas. "El Gobierno gasta millones en esos análisis, pero toma una semana, a veces un mes, confirmar los resultados. Para entonces, las frutas y verduras ya han sido consumidas. ¿Así es que cuál es el sentido de esas pruebas, si la producción termina en los estómagos de los consumidores de todas formas?"
En un intento por mejorar esta situación, Cheng, que también es consultor de la Fundación de los Consumidores, ha ayudado a 40 asociaciones de agricultores a establecer sus propios sistemas de control de calidad. Pero, como varios expertos sanitarios han señalado, no importa qué tipo de método de análisis se establezca, la protección final de la salud pública respecto a las frutas y verduras contaminadas descansa únicamente en las manos del público. "Incluso TAPMARC, que tiene un sistema de control bastante eficiente, puede examinar sólo el uno por ciento de las mil toneladas de frutas y verduras que pueden estar contaminadas y son consumidas por los residentes en Taipei."
Para proteger a los consumidores de los residuos de pesticidas, los expertos han ofrecido algunas guías para la compra y preparación de frutas y verduras. Ellos advierten, por ejemplo, que después de un tifón o una temporada de lluvias, los campesinos apuran la cosecha y aumentan el uso de pesticidas para aprovechar los altos precios del mercado. También senalan que los supermercados tienen mejores sistemas de selección para la producción contaminada que los tradicionales "mercados húmedos" (negocios de barrio que venden productos perecibles). El mensaje entre líneas es que el consumidor inteligente es quien más efectivamente puede detener el uso de pesticidas. -Philip Liu (劉柏登) es editor en jefe de Business Taiwan, semanario en inglés publicado en Taipei. □