29/04/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

Suprimido el movimiento democrático

01/07/1989
El 16 de abril, estudiantes universitario de Pekín comenzaron una manifestación en la Plaza Tienanmen pidiendo una justa revaluación de la figura de Hu Yao-pang, el ex-Secretario General con mentalidad liberal del Partido comunista chino (PCC), quien había fallecido el día anterior. Ellos también pidieron condenar la "corrupción oficial" y el relajamiento de los controles sobre los medios de prensa. Ellos deseaban un diálogo abierto con los líderes del PCC sobre una base de igualdad.

Sus peticiones fueron ignoradas, y los compasivos ciudadanos de Pekín salieron a la calle para expresar su fuerte respaldo a los estudiantes manifestantes. Cuando los representantes estudiantiles fueron finalmente llevados ante la presencia de Li Peng, el diálogo anticipado se convirtió en una disertación llena de amenazas por parte del "premier". Las peticiones estudiantiles por un reconocimiento y una promesa de no persecución no fueron tomadas en cuenta. De hecho, no hubo comunicación, ya que los líderes del PCC no escucharon ni a los estudiantes, ni al público.

La ironía es que los estudiantes pidieron muy poco en nombre de la democracia y la libertad, mientras que los líderes del PCC veían en la petición pacífica y razonable de los estudiantes, una afrenta y un reto poderoso tanto a su autoridad como sus posiciones. Esta falla en la comunicación condujo a una total alienación de los líderes del PCC del resto de la sociedad como un todo. Los estudiantes se convirtieron eventualmente en el centro de apoyo y la voz del pueblo de todos los medios de vida, no solamente en Pekín, sino que a través de toda China. Aunque los lemas de los estudiantes manifestantes y sus seguidores se enfocaban crecientemente en la libertad y democracia, el núcleo del problema por parte de los estudiantes permanecía sin cambiar: ellos deseaban una muestra de deseo por parte de los líderes del PCC de escuchar sinceramente las opiniones constructivas con respecto a la reforma.

Desde el inicio, el liderazgo del PCC tuvo la capacidad de tomar la iniciativa. A través del diálogo abierto, se hubiera desactivado la volátil y crítica situación que atrajo crecientes muchedumbres de manifestantes. Pero ellos prefirieron no hacer eso. Por el contrario, los líderes del PCC optaron por la vía contraria, recurrir a la amenaza de la fuerza militar y eventualmente hicieron uso de esa fuerza brutal.

Yang Shang-kun y Li Peng declararon la ley marcial el 20 de mayo, después del fracaso del así llamado diálogo. La decisión provocó una posterior oposición de parte del público, así como la confrontación inevitable entre el pueblo y el liderazgo comunista. Esto finalmente condujo al cruel baño de sangre, cuando los estudiantes y la muchedumbre que les apoyaba fueron aplastados por tanques y armas automáticas del 28avo. Ejército del ELP. El Ejército de Liberación Popular masacró al pueblo temprano en la mañana del 4 de junio, y todo el mundo fue sacudido por la extrema brutalidad del liderazgo comunista en contra de su propio pueblo. Fue un crimen que ninguna persona con moral en el mundo puede condonar.

Existen tres factores que ayudan a explicar las razones que están detrás del trágico incidente de la Plaza Tienanmen. Primero, el liderazgo encargado de la toma de decisión en el PCC, ya sea Teng Hsiao-ping sólo o Teng Hsiao-ping junto con los conservadores, estaba dominado por la influencia ideológica del pensamiento antidemocrático marxista­ maoísta. Ellos insistieron en la dictadura absoluta y rehusaron reconocer la legiti­midad de las protestas razonables de parte de los estudiantes y el pueblo. Ellos consideraron cualquier reclamo de democratización como una interferencia occidental en China continental y en contra de sus propios intereses creados.

Segundo, los líderes del PCC están obsesionados con el uso de la brutal fuerza militar como método único y final para resolver cualquier problema social y político. Ellos creen ciegamente en el control y la supresión del pensamiento y las acciones del pueblo. En este sentido, ellos han aplicado las normas de la guerra revolucionaria sobre una multitud no revolucionaria, y por lo tanto la han forzado a pensar en forma diferente. Finalmente, ellos contemplaron su papel de gobernar sobre el pueblo en términos paternalistas, considerando la reforma económica como una concesión del PCC, pero no como una medida para satisfacer las necesidades del pueblo. De esta manera, ellos quedaron sujetos a tal modo de respuesta que aplica el castigo cuando surge algún desacuerdo o protesta.

Bajo tales circunstancias, los líderes comunistas no veían otra alternativa que utilizar la fuerza y brutalidad en contra de su propio pueblo. Ellos tampoco veían otra causa de la así denominada intranquilidad, que no fuesen las ideas de la libertad y democracia occidentales, supuestamente esparcidas entre los estudiantes por Fang Li-chih y otros. Al mismo tiempo, se mostraron sordos y ciegos ante una realidad social: la cambiante atmósfera de los tiempos, que está moviendo la historia humana hacia la democracia, la racionalidad y la apertura hacia el pueblo, ya sea en China o en otras partes del mundo.

Los líderes del PCC también estaban sordos y ciegos ante las demandas de justicia y las voces de la razón que venían de los corazones del pueblo. Por lo tanto, ellos transformaron exitosamente las "contradicciones internas no antagónicas dentro del pueblo" en "contradicciones antagónicas entre el pueblo y el partido". Al proceder de esta forma, ellos están perdiendo la guerra aunque hayan ganado la batalla.

Se dice que uno conoce de la llegada del otoño con la caída de una hoja. La hoja ha caído. Pero los líderes del PCC rehusan ver eso. Sin embargo, llegará el otoño, y no será un otoño para la devastación de la democracia. En vez, será un otoño donde se cosechará la democracia, de las simientes de la democracia que han sido ahora sembradas en forma amplia.

Dada la confrontación de dos ideologías opuestas, dictadura vs. democracia, todo el evento de la Plaza Tienanmen puede ser observado como algo tanto necesario como innecesario, ya que sus conflictos y choques son inevitables. Los líderes del PCC siguen aferrados al dogma marxista, fuera de moda, de la dictadura del proletariado, mientras que muchas personas y han abrazado la democracia no marxista, una democracia del pueblo, por el pueblo y para el pueblo.

A pesar de todo, todo el incidente pudo haber sido evitado. Es obvio que hubo muchos juicios y cúlculos errados. Por un lado, el conflicto entre el conservador Li Peng y Chao Tzu-yang de mente liberal transformó a los estudiantes manifestantes y sus simpatizantes en prendas y rehenes de una lucha por el poder dentro del PCC. Aunque no fuera predeterminado que Chao debiese estar del lado perdedor, él perdió el control sobre la situación y el grupo conservador octogenario efectuó un retorno. Con la experiencia de 1989 en mente, no resulta demasiado sorprendente ver cómo China continental se apartó rúpidamente durante los años setenta y sesenta de las inclinaciones democráticas para caer en un autoimpuesto aislamiento del mundo exterior.

La más sobresaliente contradicción en el PCC es que sus políticas públicas son dictadas por unas cuantas figuras dominantes en el partido, no por las necesidades reales del pueblo, ni tampoco por los intereses a largo plazo del país. Durante la última década, Teng Hsiao-ping se embarcó en una política reformista, pero restringió las reformas al campo económico y no expresó deseo alguno de cambio político o institucional.

Pero la verdad del asunto es que no puede haber una reforma genuina sin una reforma política. Incluso los éxitos iniciales de la reforma económica no duraron, los mismos se tornaron en autodestructivos, como queda demostrado por el sistema de la "corrupción olicial". Las fuerzas de una economía de libre mercado no pueden trabajar para la mayor ventaja del pueblo y la sociedad si son colocadas bajo el mando de la propiedad pública controlada por unos pocos individuos privilegiados en los varios niveles de la autoridad. Los dos sistemas son incompatibles y solamente pueden proveer incentivos y sanciones para la desigualdad, la injusticia social y la corrupción olicial.

Esta concentración de poder político en manos del PCC es la causa real de la intranquilidad social, como fue manifestada por los estudiantes y el pueblo que protestaban en la Plaza Tienanmen. La manifestación en pro de libertad y democracia no era la causa, sino la consecuencia de la intranquilidad social.

El proceso de toma de decisión del PCC tiene un potencial peligroso. Casi todos los sucesores designados del líder supremo han sufrido la suerte de ser destituidos, perseguidos y destruidos por el mismo líder supremo. La razón de esto es sencilla. No existe una real estabilidad entre el líder y su sucesor; existe solamenle tensión. Si un líder supremo tiene poder para designar un sucesor, él también tiene poder para deponer o destituirlo a su antojo. De otra forma, él se sentiría constantemente amenazado por su sucesor como sucesor.

Como resultado, la dinámica de las relaciones entre un líder supremo y su sucesor potencial conducirá eventualmente a una confrontación entre los dos, y por lo tanto a una ruptura dentro del partido entre liberales al frente y conservadores al fondo. La dictadura no puede resolver los problemas de la sucesión y transferencia del poder político sin la violencia o la amenaza de violencia.

China necesita democracia para que hayan genuinos desarrollo, reforma y modernización. Pero no puede haber desarrollo económico sin modernización política. Y no puede haber estabilidad genuina sin democracia. El PCC usa la fuerza bajo el pretexto de mantener el orden y la estabilidad para aplastar los movimientos democráticos. Sin embargo, este es un orden falso y una estabilidad transitoria, algo que recorta la creatividad y crea una hostilidad y apatía generalizadas en la sociedad que son de­ trimentales para el crecimiento y desarrollo económicos. Más aún, el ambiente internacional se está tornando cada vez más desfavorable para este orden falso y estabilidad de corta duración, que solamente espera que se produzca una tormenta mayor y las destruyas.

La diosa de la democracia nunca morirá. Ya que la diosa de la democracia es también la diosa de la humanidad. Ella representa las necesidades básicas de la gente, individual y socialmente. Los estudiantes y los ciudadanos que los apoyan en Pekín han hecho un terrible y tremendo sacrificio por la noble causa de la democracia y la libertad, y no solamente para China. Si bien su llamado por el humanismo y la democracia ha despertado al pueblo de China, éste también ha sido escuchado alrededor del mundo. Su espíritu valiente e imperecedero ha tenido y continuará teniendo un impacto poderoso en las mentes y corazones del pueblo en China y el resto del mundo. La marcha hacia la democracia nunca se detendrá. -(El Dr. Cheng Chung-ying (成中英) es profesor de la Facultad de Filosofía de la Universidad de Hawaii en Manoa.)

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