La mayor protesta de las masas en Pekín durante el período posmaoísta no surgió de la nada. Numerosos factores han contribuido al ímpetu de los eventos desde la muerte de Hu Yao-pang hasta que el sonido del fuego de armas automáticas el 4 de junio despertó al mundo hacia la realidad de la supresión política en China continental.
Las quejas de los manifestantes estudiantiles acerca de la "corrupción oficial" cayó en oídos sordos, a medida que China comunista ha estado cada vez más cargada con la permisividad y las operaciones de "puerta trasera" por los miembros en todos los niveles del partido comunista. El problema, que ha estado empeorándose en los últimos años, hace énfasis en la degradación moral del PCC ante los ojos del pueblo. La insatisfacción ante los privilegios que gozan los miembros del partido ha ido intensificándose con la creciente tasa de inflación en el territorio continental, especialmente de parte de los habitantes de las ciudades, como aquellos en Pekín, que han visto declinar su calidad de vida en los últimos años -cayendo de un nivel que nunca había sido muy impresionante durante cuatro décadas.
El mayor enfoque a las sensibilidades a la calidad de vida fue resultado de la "política de puertas abiertas" con diez años de existencia en el continente, que fue introducida para ayudar a llevar a cabo las Cuatro Modernizaciones que promueve el líder supremo Teng Hsiao-ping. Esta apertura hacia el mundo exterior trajo más que experiencias científicas y tecnológicas, ya que introdujo un flujo de ideas de las naciones occidentales, Japón, Hong Kong, y recientemente de Taiwan. Impresionados con los valores de democracia, libertad y autorealización que ayudaron a motivar esas sociedades, los estudiantes universitarios en China continental se volvieron más críticos en su evaluación del régimen del PCC.
Intelectuales chinos internacionalmente reconocidos, como Fang Li-chih, hicieron vociferar prominentemente tales críticas al exponer casos de injusticia en la sociedad comunista, y al poner al descubierto el grado de incompetencia del yugo del PCC. Esas valientes afirmaciones de la verdad estimularon posteriormente a los estudiantes en su búsqueda de la libertad y la democracia. Las protestas de la Plaza Tienanmen ganaron ímpetu cuando las demandas estudiantiles despertaron el espíritu de los residentes de Pekín, quienes comenzaron a llegar en gran número para apoyar las manifestaciones estudiantiles.
Pero un principal punto de viraje en el estado de ánimo ocurrió el 26 de abril, cuando un editorial del Diario del Pueblo, periódico oficial y portavoz del PCC, criticó duramente las manifestaciones estudiantiles. El editorial urgió a las personas para que tomaran una postura firme en contra de los "disturbios públicos", cuyos propósitos son "envenenar la mente de la gente, crear el tumulto nacional, y sabotear la estabilidad política de la nación". El editorial era tanto frustrante, como sobrio. Amplios segmentos de la ciudadanía de Pekín, consideró esta caracterización de los eventos como algo muy injusto, y ésto los precipitó a realizar una concentración de apoyo a los estudiantes. El movimiento democrático estudiantil se convirtió por lo tanto, en un movimiento obrero al mismo tiempo. Esta ampliación de la base de apoyo preo cupó grandemente al liderazgo del PCC.
La imposición de la ley marcial el 20 de mayo, cinco días después que los estudiantes comenzaron su huelga de hambre, añadió a la indignación de los residentes de Pekín en torno a la respuesta del PCC a las manifestaciones. Esos sentimientos se intensificaron cuando tropas del ejército comenzaron a sitiar la ciudad. Como resultado, cuando las unidades militares intentaron inicialmente penetrar la ciudad en ruta a la Plaza Tienanmen, ellas fueron rodeadas por ciudadanos deseosos de persuadirlos a que dejaran la ciudad.
Aunque todas estas acciones fueron pacíficas, el flujo de eventos creó un climar para inicios de junio, cuando las calles de la antigua y gloriosa ciudad de Pekín fueron de nuevo bañadas com la sangre de ciudadanos pacíficos y desarmados, quienesno recibieron compasión alguna de las tropas del ejército que fueron enviadas por el liderazgo del PCC para aplastarlos.
La Plaza Tienanmen está ahora segura en manos del ejército y el liderazgo del PCC. Pero la legitimidad de ese liderazgo ha sufrido, tanto en China continental como internacionalmente. La masacre del 4 de junio y sus repercusiones irán a levantar continuas dificultades para el régimen gobernante. Las líneas de poder y autoridad dentro del liderazgo del PCC y otros escalones del partido permanecen sin aclararse. El papel actual y futuro del ejército, que ahora aparenta ser más grande que en los años recientes, también sigue siendo un enigma.
Inmediatamente después que fue de salojada la Plaza Tienanmen, las omnipresentes fuerzas de seguridad bajo el control y dirección del PCC comenzaron sus ardides para la búsqueda de los "con trarrevolucionarios", un efectivo proceso de terror muy familiar para los chinos continentales. Aún cuando los recuerdos de la masacre eran claros y horribles, la ira del pueblo está siendo sistemáticamente suprimida por medio del temor. El movimiento pro democracia y libertad fue inmediatamente forzado a la ilegitimidad, siendo tanto una fuente de constante preocupación para el liderazgo del PCC como también una fuente de esperanza para aquellos que esperan que vuelva a revivir.
La estabilidad dentro del PCC está, por lo tanto, amenazada dentro y fuera. Los días del liderazgo octogenario podrían pasar, pero sigue desconocido si las subsecuentes luchas por el poder irían a mitigar la atmósfera represiva que ya se ha extendido como colchón de púas sobre Pekín durante la primera semana de junio. A la potencial inestabilidad política dentro del PCC mismo se le añade el impacto del baño de sangre de Tienanmen en el mundo exterior. Una clave relevante es Hong Kong, donde los residentes ven ahora la posibilidad de tanques de China continental pasando encima de la Nathan Road.
Para el régimen del PCC, no le preocupa menos la reacción internacional. Económicamente, la "política de puertas abiertas" estimuló una extensiva inversión en proyectos continentales. El futuro de esos y otros proyectos que están en fase de planificación, resulta ahora incierto. Pero el futuro del status internacional de China continental es ahora más claro. La prensa mundial, a diferencia de aquella bajo control del PCC, no está llena de pronunciamientos directos de la obra 1984 de Orwell. La verdad de Tienanmen ha sido conocida por personas en todo el globo. Ha sido vista en vivo en reportajes de TV y cintas de video, ha sido vista en fotos y diapositivas, y se ha escuchado de ella por radio y cintas magnetofónicas. Como resultado, la influencia del PCC en el Tercer Mundo y las naciones socialistas está destinada a sufrir; y su status en el Mundo Libre ya ha alcanzado su punto más bajo.
¿Qué nos depara el futuro? ¿Cuáles serán los resultados a largo plazo de la masacre del 4 de junio? Aunque todas las personas compasivas esperan por un revivir del movimiento pro democracia y libertad, es muy probable que la represión subsista tanto cuanto siga el PCC en el poder. Uno sólo puede esperar que lo que fue aplastado no fue destruido, y que la libertad y la democracia finalmente pongan fin a los sufrimientos del pueblo chino bajo el yugo comunista. -(El Dr. Milton D. Yeh (葉明德) es un investigador asociado del Instituto de Relaciones Internacionales, Universidad Nacional Chengchi, Taipei.) □