03/05/2024

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Taiwán Hoy

Tesoros caligráficos de engañosa sencillez

01/05/1989
Es una antigua actuación que ha durado por más de 2.000 años: el pincel de escribir chino permanece con postura perfecta en la mano del calígrafo, y cuando su punta hace contacto gentilmente con la superficie del papel, gira y danza sin cesar a lo largo y ancho del papel en lo que podría ser llamado apropiadamente un "ballet del pincel".

Por momentos, el movimiento es rápido y vigoroso, con la punta del pincel moviéndose rápida y graciosamente como una serie de giros suavemente ejecutados. En otros momentos llega a un alto casi total, sólo para pasar por una serie de complejos virajes y vueltas antes de continuar de nuevo dejando su rastro de rica tinta negra.

En las manos de un diestro calígrafo, el pincel reacciona como si fuera una bailarina bien acompañada, haciendo movimientos difíciles y aparentemente imposibles. Ha sido tal manipulación perfecta la que ha hecho al pincel de escribir chino algo más que un instrumento para escribir, algo que ha hecho posible la existencia de la exquisita caligrafía china, una de las formas artísticas más valoradas en China.

No todos los pinceles han sido creados iguales. El pincel chino de escribir es diferente a los otros pinceles, incluyendo aquellos usados para la pintura china y occidental, debido a que ha sido exclusivamente diseñado para crear los caracteres caligráficos chinos. Pero esto no implica que el pincel de escribir fue usado solamente para la forma de arte conocida actualmente como caligrafía china. Antes de la introducción a China durante el siglo XX de los instrumentos de escribir occidentales, tales como lápices, plumas y bolígrafos, el pincel de escribir chino fue usado para todos los materiales escritos, desde documentos oficiales hasta cartas privadas.

Una visita al estudio de cualquier intelectual chino, en el pasado o el presente, nos irá a revelar una variedad de pinceles, que varían en tamaño y el tipo de pelos de animal que se han usado para hacer la punta. Los calígrafos seleccionan pinceles específicos en base a la tarea que tengan que cumplir, ya que los diferentes tamaños y estilos de escritura caligráfica influyen en la selección de pinceles más adecuados para producir resultados que complacen estéticamente.

Durante siglos, ha sido un prerrequisito de todos los intelectuales chinos tener excepcional proficiencia con el pincel de escribir, debido a que una diestra mano caligráfica jugaba un papel importante en la determinación del éxito en la competencia para el oficio público. Por esta razón, muchas de las piezas maestras de la caligrafía china vinieron de los pinceles de funcionarios intelectuales tales como los cuatro maestros de la caligrafía de la dinastía Sung (960-1279), que sirvieron en el gobierno en un momento u otro.

Debido al papel importante que jugaba el pincel de escribir en el desarrollo literario de China, ha sido considerado como uno de los "cuatro tesoros del estudio del intelectual" (文房四寶), junto con la piedra tintero, la barra de tinta y el papel. De esos, el pincel de escribir tiene la más corta "vida". La tinta en el papel puede existir por generaciones como obras caligráficas bien atesoradas, y las piedras tintero pueden sobrevivir por siglos si no se abusan en ellas. Pero el pincel, no importa cuán bien cuidado esté, se desgasta después de cierto tiempo de uso. Los finos pelos de animal, que han sido atados para formar la brocha, pierden su elasticidad y habilidad para hacer un punto después de varios meses o incluso menos, dependiendo de la frecuencia del uso.

A pesar de su efímera existencia, es el pincel de escribir que influye más directamente en la calidad final de una obra terminada de caligrafía. La tinta o papel pobre hace que sea difícil la conservación de un rollo de caligrafía durante varias décadas o siglos, debido a que la tinta podría desprenderse y el papel se tornaría amarillo y quebradizo. Más aún, una piedra tintero poco buena haría difícil el proceso de moler la tinta, o resultaría en una tinta muy gruesa como para ser estéticamente atractiva. Pero en todos los casos, la falta de un buen pincel coloca límites definidos en las habilidades de todo calígrafo, tal como un músico sería restringido por un instrumento desentonado. Así, si por razones financieras uno no puede adquirir lo mejor de todos los cuatro tesoros, el calígrafo consumado iría primero a optar por obtener un excelente pincel.

Si bien el pincel de escribir ha estado en uso en China durante miles de años, no se conoce con certeza cuándo se le utilizó por primera vez. La leyenda popular china sostiene que el pincel de escribir fue inventado por el general Meng Tien (蒙恬), después que el primer Emperador de Chin unificó China en el siglo tercero A.C. Meng Tien había sido asignado a la parte noroccidental de China para mantener a raya las hostiles tribus de los Hsiung-nu (los Hunos) y supervisar la conexión de tramos previamente construidos de la Gran Muralla.

Tal vez en el curso de su frecuente contacto escrito con la capital en Hsie­nyang, Meng Tien se vió inspirado para hacer unas mejoras en el pincel de escribir cuando preparaba la correspondencia oficial para el emperador.

Contrario a la leyenda popular, tanto el pincel de escribir como el caracter china para representarlo, existían en China mucho tiempo antes que Meng Tien. Basado en el análisis de la cerámica pintada de Yang Shao, una de las culturas de cerámicas neolíticas en China, que data aproximadamente del año 4.000 A.C., algunos especialistas consideran que posiblemente los diseños fueron aplicados con un pincel de cerdas de animal. Si bien esto ha de ser todavía comprobado conclusivamente, la prueba más definitiva de la temprana existencia de pinceles de pelos de animales ha surgido del descubrimiento arqueológico de un tiesto de cerámica desenterrado en otoño de 1932 en Yin, la antiquísima capital de la dinastía Shang, situada en el actual distrito de Anyang en China. Este tiesto, que se le ha atribuido una edad de casi 3.500 años, tiene el caracter chino ssu (祀) que significa "adorar o ofrecer sacrificios", escrito en su superficie. El caracter exhibe las caracteríticas distintivas de haber sido escrito con un pincel de pelos de animal, incluyendo una línea de grosor variable.

La más temprana forma de los caracteres chinos, que datan del mismo tiempo que el tiesto de cerámica arriba mencionado, también confirma el uso del pincel de escribir. Dentro del vocabulario de la antigua escritura de los "huesos de oráculos" de China (甲骨文), que era tallada o inscrita en huesos de res o caparazones de tortuga usados primariamente por la realeza Shang para propósitos de adivinación, existe un caracter distintivo para el "pincel de escribir". La mayoría de los caracteres de los huesos de oráculos eran pictogramas: respresentaciones concretas de palabras. El carácter de los huesos de oráculo para pincel muestra una mano sujetando una larga vara que es un tanto más gruesa en una de sus puntas, una obvia representación del pincel. Otros descubrimiento arqueológicos han revelado que el pincel de escribir fue usado extensivamente para escribir en varillas de bambú y sobre seda. Ambos medios fueron usados por siglos, debido a que el papel no fue inventado en China sino un poco antes de la era cristiana, y no fue usado en forma generalizada sino hasta varios siglos después.

Así, para cuando la dinastía China unificó el lenguaje escrito, el caracter para denotar el pincel de escribir ya se encontraba en uso por toda la nación, a pesar de variaciones menores en el método de escritura. La adición de la radical de bambú a carácter durante el período Chin como se usa en la escritura de sello pequeño es por lo tanto lógica. Debido a que el bambú se convirtió en el material más común para hacer los mangos del pincel. Hoy día, esto ha permanecido virtualmente inalterado después de dos milenios, los orígenes antiguos del carácter aún puede ser visto en su forma moderna.

Los arqueólogos están menos definidos con respecto al tamaño real, forma y construcción de los primeros pinceles de escribir. La madera y los pelos de animal no soportan los rigores del tiempo en entierros en forma tan efectiva como los huesos y la cerámica. Indudablemente ocurre la descomposición en el transcurso de esto en muchos sitios donde ya se han hecho estudios. El pincel de escribir más antiguo que existe data por lo tanto, hasta ahora, de muchos siglos después.

En 1954, cerca de Changsha, en la provincia de Hunan, los arqueólogos descubrieron una tumba del Período de los Estados Guerreros (475-221 A.C.) y en­ contraron un pincel de escribir bien con­ servado. Este pincel con mango de bambú, con una longitud total de 18,5 cms. y un diámetro de 0,4 cm., estaba guardado en un tubo de bambú y se le atribuye que tiene 2.400 años. La punta del pincel está hecha con pelo de conejo de alta calidad.

En comparación con pinceles posteriores, el que fue desenterrado en Changsha es considerablemente más delgado y con una punta más corta. Esto podría atribuirsele muy bien a su función: el pincel posiblemente fue usado para escribir en las varillas de bambú que eran comunes en aquel tiempo, y que algunas veces eran de apenas un centímetro de ancho. Pero considerando otros aspectos del pincel, incluyendo la longitud del mango, no era radicalmente diferente a las formas que se usan en el día de hoy.

Las mejoras básicas en el pincel de escribir a través de los siglos han estado enfocadas primariamente en la forma como la punta está hecha y amarrada al mango. Aunque un material popular, tanto tradicional como actualmente, el bambú no fue usado en todos los pinceles de escribir. Por ejemplo, en 1931, los arqueólogos descubrieron un pincel con mango de madera que data de fines de la dinastía Han Occidental (206 A.C. - 24 D.C.) en la región noroccidental de Chuyen (居延) en China. Existen muchos ejemplos de muy atesorados mangos de pincel hechos de márfil, jade, oro, plata o laca.

En las manos de un diestro calígrafo, el pincel de escribir es un instrumento de precisión. Reglas estrictas gobiernan los métodos de sostener y usar el pincel. De hecho, la caligrafía superior empieza antes de tomar el pincel mismo. Para mejores resultados, el calígrafo necesita tener una ambiente adecuado, luz suficiente, y más importante que nada, ser diestro en mantener una postura física apropiada, controlando la respiración y ejerciendo una disciplinada concentración. Entonces se podrá agarrar el pincel con la mano.

El pincel se sostiene correctamente recto, con el pulgar e índice agarrando el mango por arriba, y el pincel firmemente prensado entre las yemas de los dedos medio y anular en la parte inferior del mango, mientras que el meñique descansa contra este último. El doblez de los dedos, y la inclinación de la muñeca con el pincel debe ser tal que un huevo debe entrar bien en la palma de la mano. El pincel nunca debe ser sostenido flojamente; una prueba tradicional del maestro con el estudiante era sorprender cuando el alumno estaba desprevenido y tratar de quitarle el pincel de entre su mano.

El calígrafo comienza a escribir sumergiendo su pincel en la tinta en la piedra tintero; con la parte más abultada de las cerdas cerca del mango actuando como depósito de la tinta. Después de presionar la punta del pincel hacia algún punto de la superficie de la piedra tintero, el pincel queda listo para escribir el primer carácter. En el momento que el pincel y el papel hacen contacto, todos y cada uno de los trazos se hacen acorde a los preceptos desarrollados a través de los siglos, y perfeccionados por cada calígrafo a través de años de dedicada práctica de copia de los libros. Los calígrafos desarrollan su estilo personal solamente después que hayan logrado avanzadas habilidades y muchos nunca llegan a obtener ésto.


Dado el extensivo entrenamiento, práctica y perseverancia que implica el perfeccionamiento en caligrafía china, no sorprende que el experto en la materia sea muy crítico al seleccionar los pinceles. Para el ojo del inexperto, la mayoría de los pinceles parecen ser básicamente iguales, con tal vez la única diferencia notable en los materiales usados para el mango y el color de los pelos de animales que han sido usados para confeccionar la punta.

Sin embargo, para los calígrafos expertos la selección del pincel de escribir no es de ninguna manera una decisión sencilla, debido a que el tamaño y tipo de caracteres a ser escritos y las preferencias personales del calígrafo influyen en su decisión. Existen, de hecho, considerables diferencias en la calidad del pincel. Mientras mejor sea un calígrafo, más difícil resulta hallar pinceles de calidad adecuada. Por ejemplo, Wang Hsi­ chih (王羲之), el famoso calígrafo del Siglo Cuarto D.C., hacía sus propios pinceles debido a que no estaba satisfecho con la calidad de los pinceles disponibles en el comercio.

Los caracteres chinos pueden ser escritos en diferentes tamaños, desde aquellos muy diminutos que frecuentemente se hallan en las márgenes superiores de los libros chinos antiguos, y que se les denomina "comentarios de ceja" (眉批), hasta aquellos con más de un pie de ancho escritos en "coplas primaverales" (對聯) o frases aparejadas que proclaman paz y buena fortuna que se escriben en largos trozos de papel rojo que luego se colocan en ambos lados de la entrada principal de la casa durante el Año Nuevo chino. En la demostración de destreza caligráfica más extraña, los calígrafos han usado pinceles del tamaño de un trapeador para escribir caracteres de varios metros de altura. A pesar del tamaño del pincel y los caracteres que resultan de su uso, se siguen siempre los mismos principios básicos de caligrafía y formación de caracteres, haciendo testimonio de tanto la destreza como la fuerza del calígrafo.

Una regla básica que debe seguir el calígrafo debe ser mencionada en esta oportunidad: una vez que los caracteres hayan sido escritos en el papel, no importa cuán grandes o pequeños sean, no pueden ser retocados; una vez que el pincel haya hecho un trazo sobre el papel, el resultado debe quedar tal como es, ya que el retocar deja señales obvias que son consideradas como antiestéticas y pobres en forma. Si se hace un error, se destruye toda la obra, y el calígrafo comienza todo de nuevo.

Existen tres tamaños básicos de pinceles de escribir, denominados hsiao kai (小楷), chung kai (中楷), y ta kai (大楷), usados para escribir caracteres pequeños, mediano y grande respectivamente. Existe también un pincel para escribir caracteres extragrandes (aunque no del tamaño de un trapeador) llamado tou pi (斗筆), que tiene un mango en la forma de un cuerno con una brocha larga. Como regla general, los pinceles más grande pueden ser usados también para escribir caracteres más pequeños, pero no viceversa. Sin embargo, sería extraño usar un pincel demasiado grande, de allí que los calígrafos seleccionan normalmente el tamaño más apropiado para los caracteres que se requieren en el momento.

La consideración más difícil e importante en la selección de un pincel de escribir es el tipo de material usado para hacer la punta, que generalmente es pelo de animal. Las puntas de los pinceles pueden ser hechas con las cerdas de virtualmente todos los mamíferos, siendo más comunes aquellas de conejos, cabras, comadreja, caballos, monos, cerdos, venados, ardillas y gatos. Se han hecho puntas de pinceles con plumones de aves, así como otros materiales, incluyendo hierbas y malezas.

Una variedad de pincel botánico es el pincel de bambú, con el mango y la punta hecho de una sóla pieza de bambú tierno. Un extremo es machacado hasta que quede blando, y después es recortado en "pelos" con una navaja muy delgada. Tal vez uno de los pinceles más insólito es el tipo denominado tai pi (胎筆) o "pincel de pelos de embrión". Este se hace con el cabello del primer corte de cabello del niño, que se amarra para formar la brocha. Aún se sigue confeccionado este tipo de pincel en el día de hoy, pero más bien como recuerdo que para su uso real. Se suele grabar el nombre y la fecha de nacimiento del niño en el mango del pincel.

A pesar de la gran variedad de materiales que pueden ser usados en la fabricación de las puntas de los pinceles, no todos ellos son aptos para la caligrafía general o son comercialmente prácticos. Las plumas de aves, por ejemplo, no absorbe con facilidad la tinta, ya que son repelentes de agua por naturaleza. Un pincel con una punta de plumas debe ser remojado en agua antes de ser usado para poder saturar las plumas y sobreponerse a su tendencia de repeler la tinta. También resulta obvio que es difícil obtener suficientes barbillas de ratón para hacer posible una producción comercial. Desde la dinastía Han hasta la dinastía Tang, el pelo de venado era frecuentemente usado en los pinceles. Actualmente, la punta de los pinceles se hace comúnmente con pelos de conejo, cabra y comadreja, debido a que se obtienen fácilmente y son aptos para la mayoría de las tareas caligráficas.

La resistencia y relativa dureza o blandura de los pinceles hechos con diferentes tipos de pelos dan características de naturaleza completamente distinta. En la mayoría de los caso , cada caracter escrito comienza y termina con la punta del pincel en un punto; por lo tanto es importante la fuerza para retornar el pincel a su forma, especialmente debido a que el calígrafo no reempapa su pincel con tinta después de cada caracter. A medida que el calígrafo presiona el pincel hacia abajo en el papel, éste se desliza y crea una línea gruesa. Cuando el calígrafo suelta la presión sobre el pincel al levantar levemente el pincel, la línea se adelgaza a medida que la punta comienza a altar de nuevo a un punto. Este alternar líneas gruesas y delgada, que puede ser repetido varias veces en el transcurso de la escritura de un sencilo carácter, es lo que da a la caligrafía su sinigual apariencia agradable.

Los pinceles de puntas suaves son más aptos para escribir caracteres con líneas más gruesas, como los caracteres "carnosos" de Yen Chen-ching (顏真卿). Una punta de pincel hecha con pelos más fírmes permite que el calígrafo logre líneas más delgadas y "huesudas" como aquellas que caracterizan las obras del maestro de caligrafía de la dinastía Tang, Liu Kung-chuan (柳公權). Entre los pelos que comúnmente se usan hoy día, el pelo de cabra es más suave, mientras que aquel de comadreja es más fírme. Pero no todas las obras caligráfícas están comprendidas por caracteres en los estilos "Yen" o "Liu", como se les distinguen generalmente. Ciertos tipos de caracteres requieren un pincel de fírmeza intermedia, y por esta razón es que los calígrafos del pasado buscaban sin cesar por materiales que fuesen aptos para sus pinceles de escribir. Algunas veces ellos utilizaban pinceles de pelos mixtos para lograr la elasticidad apropiada.

Los pinceles de caligrafía en el día de hoy vienen en una amplia variedad de tamaños, tipos y precios. Por ejemplo, en la mayoría de las tiendas de artículos de caligrafía, el costo de un pincel de escribir puede variar desde US$0.30 hasta más de US$300 dependiendo del tamaño y calidad del pincel. Pero el precio no es un barómetro infalible de la calidad del pincel. Después que uno decida que requiere el trabajo en mano, se requiere de un ojo experto para determinar la próxima adquisición. Como indicativo de la complejidad, el pelo de cabra que se usa en la punta de los pinceles se divide tradicionalmente en 32 categorías, basado en la parte específica de la cabra donde se tomó el pelo. Si bien la clasifícación del pelo de cabra ya no es tan específico, aún siguen evidentes las diferencias cualitativas.

Y por buenas razones. El pincel hecho con pelo de mejor calidad no solamente dura más, sino que absorbe tinta más rápidamente y es más fácil de controlar por el calígrafo. Todos los pelos de la punta del pincel deben permanecer juntos en un grupo, pero en los pinceles de calidad más pobre, los pelos individualmente pierden su forma en la punta y se salen, haciendo que sea difícil para el calígrafo escribir caracteres uniformes y de trazos limpios. Las cualidades de un buen pincel han sido reconocidas por siglos. Por ejemplo, Chen Chi-ju (陳繼儒), un conocido letrado de la dinastía Ming, dijo "Cuatro virtudes tiene un buen pincel de escribir: las cerdas terminan en punta, los pelos deben ser de igual longitud, los pelos individuales de la punta deben permanecer juntos, y el cuerpo de la punta debe ser redondo y relleno".

Encontrar pelos de la mejor calidad para los pinceles es solamente el primer paso; la destreza del fabricante no es menos importante. La fabricación de los pinceles es un asunto complejo y tedioso, y sus numerosos pasos en la producción se hacen manualmente incluso en nuestros días. Un pincel bien hecho resulta agradable en el uso, y los letrados chinos siempre han pagado jugosas sumas de dinero por los pinceles hechos por artesanos famosos.

Por muchos siglos, los pinceles más aclamados vienen del área de Hsuanchou (宣州) de la provincia de Anhwei. Los mejores pinceles de Hsuanchou, hechos con pelos de conejo de superior calidad, eran enviados a la capital todos los años como tributo imperial. La fabricación de pinceles tendía a ser un negocio familiar que se pasaba de generación en generación. La más conocida familia de fabricantes de pinceles del área de Hsuanchou era la familia Chuke (諸葛氏), cuyos pinceles fueron mencionados por poetas y letrados desde la dinastía Tang hasta la dinastía Sung.

El folklore prescribe que los mejores pinceles de la familia eran tan buenos que solamente un calígrafo realmente sobresaliente podía usarlo, tal como solamente el maestro de música taoísta Po Ya (伯牙) era capaz de tocar bien el laúd mágico de Lungmen (龍門) en otra famosa leyenda china.

Si el corazón del pincel de escribir radica en su punta, no quiere decir que el fabricante de pinceles toma a la ligera la selección del material para hacer el mango. El bambú es apto para hacer mangos de pincel de todos los tamaños, y debido a que crece abundantemente en China, a excepción de las áreas más al norte, resulta también económico. Pero existen docenas de especies de bambúes en China, no todos los cuales son aptos para hacer mangos de pincel. Es necesaria seleccionar cuidadosamente, ya que el bambú es suceptible a rajarse y torserse debido a los cambios climáticos.

Resulta ahora relativamente difícil encontrar comercialmente pinceles con mangos que hayan sido hechos con otros materiales que no sea el bambú. Los fabricantes tradicionales, sin embargo, no permiten que el fácilmente disponible bambú límite sus habilidades. Los pinceles con mangos elaborados eran hechos generalmente a la orden. Dependiendo del gusto y la capacidad fínanciera de la persona que ordenase el pincel, no había virtualmente límite en la variedad de materiales que podían ser usado para fabricar el mango. Los mismos incluían jade, cloissoné, márfil, porcelana, laca, e incluso metales precioso como el oro y la plata. Una artesanía más elaborada incluía mangos hecho de incrustaciones de madreperla en laca y de jade forrado en oro. Lo tallado detallados podían tornar materiales tales como el márfíl y la laca en exquisitas obras de arte, e incluso el común bambú era transformado bajo el diestro trinchante de un hábil artesano. La mayoría de esos mangos de pincel especiales tenían generalmente una tapa adecuada para la punta del mismo.


Mientras los elaborados pinceles de antaño podrían estar ahora en las colecciones de museos y colectores privado, el pincel de escribir chino no es de ninguna manera una reliquia del pasado. Todos los días, millones de estudiantes en Taiwan, China continental, Hong Kong y otras comunidades chinas en ultramar alrededor del mundo agarran los tradicionales pinceles de escribir chinos de acuerdo con el método honrado por el tiempo. Aquellos que sostienen incorrectamente el pincel son estrictamente reprendidos, a medida que practican trazo por trazo bajo la vigilante vista de sus maestros. Aunque en el futuro muchos de esos estudiantes serán científicos o comerciantes que manipulan calculadoras, se sigue esperando que cada muchacho chino que asiste a la escuela conozca cómo usar el instrumento más básico de su cultura. Para los chinos hoy, como en el pasado, el pincel es más que un instrumento para escribir que ayuda en la creación de caracteres chinos estéticamente agradables- también liga a quien lo use con la antigua y noble herencia de China, asegurando la continuación de esa tradición por todas las generaciones a venir. □

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