07/05/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

Hollín, pelos, pulpa y piedra

01/05/1989
Antes del uso del lenguaje escrito en China, el pueblo hacía nudos y marcaba tablillas de madera, que constituían métodos primitivos de registrar el paso del tiempo. Entonces, hace ya más de 4.000 años, vino el uso de sencillos dibujos de líneas. Esos dibujos, conocidos como pictogramas, fueron desarrrollándose con el tiempo en el lenguaje chino escrito. El lenguaje escrito de China no es el más antiguo del mundo, ni tampoco el único basado en el uso de los pictogramas. Por ejemplo, lo jeroglíficos del antiguo Egipto anteceden por muchos siglos el uso del lenguaje escrito en China. Sin embargo, China tiene el más antiguo lenguaje escrito que aún está en uso en el mundo actual; los otros, incluyendo el egipcio, ya se han extinguido hace mucho tiempo. Más significante aún, el lenguaje escrito de China ha sido la carne y sangre de una herencia literaria y cultural que sin lugar a dudas es una de la más brillante en el mundo durante la mejor parte de los dos últimos milenios. Sin embargo, si no fuera por los "cuatro tesoros", hubiera sido discutible si China hubiera podido desarrollar una tan impresionante tradición literaria. El pincel de escribir, papel, barra de tina y piedra tintero han sido cruciales en el desarrollo de la muy admiradas bellas letras de China. A la vez que han asegurado la continuación de su lenguaje escrito hasta el presente. Considerados en su nivel más básico, ellos han proporcionado el medio para hacer resaltar el lenguaje y la expresión literaria. El uso del papel en China por más de 2.000 años, por lo menos un milenio antes que cualquier nación en el mundo, le dió a los chinos un obvio y duradero inicio. Por lo tanto, no sorprende que para fines del Siglo XVI existieran más libros impresos en China (que también inventó la imprenta) que todo el resto el mundo junto. En un nivel más profundo, la integración de los cuatro tesoros con la tradición literaria en China se entreteje con las filosofías taoísta y confucianista, mientras que al mismo tiempo se hizo de colocar el lenguaje escrito en el papel no solamente un medio para un fin, sino también una exaltada forma de arte por sí mismo. Los cuatro tesoros representan simpleza, economía y una afinidad con la naturaleza, virtudes que han sido altamente exaltadas dentro de la filosofía de la "inacción" del taoísmo. Reducida a su esencia, los cuatro tesoros son apenas un pequeño puñado de pelos de animales amarrados en una punta de una varilla de bambú, hollín de madera de pino mezclada y endurecida con cola, un pedazo de piedra de canto tallada que se usa para moler ese pedazo de hollín endurecido, y un delgado pedazo de pulpa de fibra de planta seca. Todos ellos han sido elaborados con materiales fácilmente obtenibles en la naturaleza. Aunque se prefiería una cuidadosa mano de obra artesanal, los letrados conocedores no permitían que la selección de los cuatros tesoros se convirtiera en un obstáculo para el proceso artístico. Cierta vez, cuando Huai Su (懷素) de la dinastía Tang se sintió inspirado y no encontró un pincel inmediatamente, él dobló su cabeza, agarró sus cabellos en un manojo, los remojó en tinta y procedió con la tarea caligráfica que tenía en manos. Una tal naturalidad y espontaneidad indiferente surgía de lo profundo de sí y tipificaba el ideal taoísta de separarse de la forma externa y convencional. La sencillez de los cuatro tesoros, que propulsaron la cultura artística y cultural de China hasta convertirse en una de las más grandiosas del mundo, hace contraste agudo con la enorme complejidad de trabajo y materiales que se requieren, por ejemplo, para colocar un hombre en el espacio. En vez, como dicen los taoístas: "Dentro de la mayor sencillez radica el más alto potencial". En el ángulo confucianista, los cuatro tesoros simbolizan la continuación de la tradición y el ritual. Confucio consideraba que ambos estaban relacionados en forma inseparable, y hace 2.500 años, él advirtió acerca del debilitamiento de las tradiciones a través de la falta de observancia de lo rituales antiguos. El confucianismo, a diferencia de la orientación taoísta que desaprobaba las reglas externamente impuestas, veía la observancia de los rituales como un símbolo del orden en la sociedad. Un ritual que no ha caído en desuso en los últimos dos milenios es la escritura caligráfica, y dentro de ello los cuatro tesoros son tan vitales como las vasijas rituales en la adoración del cielo. El estatuto específico de ese ritual incluye la forma deliberada y lenta en la que la tinta es molida en la piedra tintero, la manera prescrita para sostener el pincel, y las reglas estrictas que gobiernan cada trazo cada vez que el pincel toca con el papel. Por 2.000 años, la ejecución del ritual caligráfico ha cambiado poco; y a través de este ritual, no sólo ha ido pasándose el conocimiento confucianista de generación en generación, sino que también se ha asegurado la continuación de la tradición literaria y lenguaje escrito de China. Artísticamente hablando, los cuatro tesoros están situados en un sitio único no solamente en China, sino también en todo el mundo. En la mayor parte de las culturas occidentales, la escritura es generalmente considerada como un medio para alcanzar un fin: la tramisión de las ideas y pensamientos. Sin embargo, a través del uso de los cuatro tesoros en China, el proceso de la escritura en sí se ha convertido en un fin -la apreciación artística de la palabra escrita. Esto va mucho más allá del simple vistazo que en Occidente se usa para considerar una buena escritura. De hecho, la claridad y uniformidad no son necesariamente aspectos deseables en la caligrafía. En algunas formas, la apreciación de la caligrafía es similar a la apreciación de una obra de arte abstracto: para el que no ha sido iniciado, generalmente parece ser insondeable. Pero para el ojo entrenado, los trazos individuales del pincel en una buena pieza de caligrafía llegan a cobrar vida, pulsando en una energía vibrante que corre por toda la obra. No solamente cada carácter y los trazos individuales del pincel que lo compone dan fuerza a una obra exitosa, sino también la colocación y espacio entre cada carácter. En el pasado, incluso las mejores líneas de la poesía encontraba pocos admiradores si estaban escritas en una pobre caligrafía. El papel de los cuatro tesoros en esta expresión artística era crucial, y una tal obra de arte no hubiera podido desarrollarse con el uso de plumas y rollos de pergamino. Tal como Paganini dependía del violín para expresar su genio, el letrado necesitaba de los cuatro tesoros. En una nación donde más del 90 por ciento del pueblo cultivaba la tierra, los letrados de China fueron los guardianes de una sagrada tradición literaria, y los cuatro tesoros fueron las armas que ellos empuñaron para preservar esa cultura escrita. El gran hombre de letras de la dinastía Sung, Su Tung-po (蘇東坡), declaró: "Al no tener tierras que cultivar en toda mi vida, hice mi subsistencia desgastando piedras tinteros". Si los agricultores proporcionaban alimento para el estómago, los letrados nutrían el alma. El verso fluido de los poetas de la dinastía Tang y la atrevida expresión de los ensayistas de la dinastía Sung que tanto se apreciaban en sus días, aún siguen siendo altamente valorados en el día de hoy, muchos siglos después. Probando que el pincel de escribir es más poderoso que la espada, las obras caligráficas de los maestros de dinastías pasadas han durado mucho más que las proezas personales o conquistas militares. Si bien el desarrollo de la brillante tradición literaria y artística de China no puede ser contemplado en términos de fórmulas sencillas, los cuatro tesoros han jugado con certeza un papel central en su cultura. □

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