05/05/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

Actitudes en fusión

01/01/1989
La familia extendida, unidad básica de la sociedad china que ha permanecido intacta por siglos, está pasando actualmente por cambios dramáticos en Taiwan, especialmente en respuesta a las nuevas influencias culturales dentro de la sociedad y el desarrollo comercial en los grandes centros urbanos. De este tipo de ambiente ha surgido un nuevo tipo de familia, que en muchos aspectos está en agudo contraste con las características que hasta los años cincuenta eran muy comunes.

En el presente artículo, el Dr. HSIEH Kao-chiao (謝高橋), profesor de sociología de la Universidad Nacional Chengchi en Taipei, enfoca en esos cambios que muy claramente muestran la extensión de las recientes transformaciones en la familia. Esos cambios han retado, alterado y, en algunos casos, hecho abandonar tradiciones muy respetadas.

Las actitudes hacia el amor y el matrimonio, el hecho de dar hijos y la socialización, la mujer y los estilos de trabajo, el cuidado de los ancianos, y el culto a los antepasados, están todos pasando por un masivo reajuste. El Dr. Hsieh evalúa esos cambios continuos, y señala cómo algunos de estos cambios se han convertido en desafíos para la estabilidad y bienestar de Taiwan.

La tradicional familia china era considerada como una familia extendida, estando compuesta de unas tres generaciones. Una característica importante de este patrón era el tamaño de la unidad familiar, que típicamente consistía de un hombre, su esposa e hijos, sus padres, sus tíos y sus hermanos·, juntos con sus respectivas esposas e hijos, así como todas las hijas que sean solteras. De esta manera, varias unidades nucleares de familia están agrupadas bajo una sóla residencia. Los lazos más importantes en la familia china era la consaguinidad, en vez de los lazos conyugales. El hombre vivía en la familia de sus padres incluso después de haberse casado, pero la mujer abandonaba su propia familia después del matrimonio y se convertía en un miembro de la familia de su marido.

En realidad, existieron varias formas de familia en la sociedad china, incluyendo la familia conyugal o nuclear, la familia tronco, y la familia extendida o conjunta. Si bien el deseo que sentían los chinos por la familia extendida era por razones culturales, este valor frecuentemente ocultaba factores tales como la pobreza, mortalidad y movilidad.

Pero la familia extendida está ahora convirtiéndose en una rareza comparativa en la Taiwan contemporánea por la añadida razón de la modernización. El impacto de este proceso en las familias locales ha sido cada vez mayor en los años recientes, creando mayores problemas de reajuste social a medida que las personas tratan de ajustarse a las nuevas realidades. Como la familia extendida da lugar a más familias nucleares, es evidente que hayan amplios cambios en la forma cómo la familia funciona como una unidad, formas muy diferentes de la tradición.

Amor y Matrimonio

En la doctrina confucionista el matrimonio es la unión de dos diferentes apellidos con el objetivo de servir a los antepasados en el templo y perpetuar la familia. Por lo tanto, el matrimonio tradicionalmente no es una mera unión de un hobre y una mujer, sino un prerrequisito del sistema de la familia extendida. Debido a esto, la selección de la otra media naranja era un asunto muy importante para todos los miembros de la familia, y el individuo seleccionado debía tener ya sea el potencial de contribuir al bienestar de la familia o convertirse en una influencia decisiva en los asuntos familiares. El matrimonio no podía por los tanto, ser un asunto que dejaba sólo a la pareja en perspectiva; por el contrario, era un asunto importante para la familia entera.

Debido a esta línea de pensamiento, el matrimonio no era visto como una relacion para el deleite personal de la pareja, sino como un contrato que tenía que ver con los antepasados y los descendientes. Es claro que el sentimiento amoroso podía convertirse fácilmente en enemigo mortal de la obediencia filial. El amor romántico era potencialmente destructivo para la vida familiar. Para evitar el peligro de las ataduras emocionales en la estabilidad familiar, se separaban los sexos desde la pubertad hasta el matrimonio, tanto en su educación como en otros aspectos. El matrimonio incluyendo el proceso de noviazgo, era arreglado por los padres. En el pasado, cuando se veía una pareja sóla, se la tomaba como señal de que estaban ya sea comprometidos o de por sí, casados.

En las últimas dos décadas, a medida que se ha debilitado el poderío parental y los jóvenes han ganado cada vez más estatu dentro de la familia, las ideas occidentales de igualdad entre los sexos y amor romático han sido introducidas a la sociedad. Las señales de cambio han sido evidentes por más de dos décadas. Por ejemplo, un estudio en 1961 acerca de la actitud de los estudiantes hacia el matrimonio y la familia, descubrió que el 92 por ciento de los estudiantes favorecían el amor como base para el matrimonio y el 87 por ciento favorecían las reuniones sociales mixtas, representando un considerable cambio en las actitudes de sólo una generación antes. Hoy, solamente un pequeño grupo de personas prefieren el matrimonio arreglado.

Aunque el amor romántico ha reemplazado el lugar del matrimonio arreglado como patrón dominante en Taiwan, la tendencia aún encuentra oposición de los padres más apegados a la tradición. Un deseo de romance de parte de los jóvenes ha traído una seria in­ fluencia disruptiva en la familia extendida. La edad de matrimonio también ha cambiado. Tradicionalmente, las parejas chinas se casaban cuando aún eran muy jóvenes para asegurarle a un hijo a la familia. Hoy, los matrimonios en Taiwan se posponen hasta bien tarde. En esta cambiante situación, los jóvenes están expuestos a conflictos de papeles en donde frecuentemente hay dos expectativas incompatibles: aquella del matrimonio romático y aquella que prescribe la piedad filial.

El patrón de la vida familiar se ha visto forzado a adaptarse a sí a las características de este ambiente. Dos de las alternativas más comunes a los tradicionales enfoques matrimoniales son: (1) El matrimonio, ya sea iniciado por un hijo, una hija, o los parientes, debe ser aceptado por ambas partes. La mayoría de las familias en Taiwan favorecen este patrón. Como los jóvenes están orientados hacia las nuevas ideas y la modernización de la sociedad, y los padres tienden a persistir en los patrones tradicionales, las dos generaciones entran frecuentemente en conflictos. Es generalmente difícil llegar a un acuerdo entre padres e hijos en torno a un consorte deseado, pero los padres con frecuencia conceden más que los hijos. (2) Las parejas basadas en el "amor romántico" frecuentemente escogen los matrimonios "Chi-ti" (matrimonios en grupo de varias parejas al mismo tiempo) y "Kung-chen" (matrimonio por la ley). La ceremonia matrimonial en sí encierra un muy sencillo procedimiento de juzgado. El propósito de este patrón es para evitar los problemas de control económico parental y la falta de apoyo parental, así como todos los gastos del patrón viejo.

Los cambiantes patrones sociales están presentes más allá del noviazgo y matrimonio dentro de la vida de la pareja; las alteraciones radicales en el estado de las relaciones de marido y mujer son también un hecho en la sociedad contemporánea. Tradicionalmente no había una definición legal precisa del estatu que podía esperarse en las relaciones entre marido y mujer en la sociedad china. Pero de costumbre, la esposa estaba bajo la protección del marido y durante el período de su unión, ella podía, a pesar de compartir el rango y honor de su marido, hacer muy poco sin su consentimiento. Se esperaba que ella siempre fuese obediente.

Pero los estudios recientes sugieren que la relación entre marido y mujer ya no sigue dominada por el marido. La toma de decisión es ahora compartida por las mujeres. Sin embargo, la fuerza de decisión de los maridos y las esposas varían de acuerdo con los diferentes asuntos familiares. Los estudios en Taiwan muestran que los maridos tienen más poder con respecto a la selección de un trabajo, mientras que las esposas tienen más poder en los asuntos domésticos, pero ambos hacen decisiones conjuntamente en las áreas de la propiedad y de cuándo tener hijos, cuántos tener y cómo educarlos. En general, existe una tendencia hacia una mayor igualdad de estatu en la vida familiar.

Los matrimonios algunas vecen fallan, y en Taiwan la creciente tasa de divorcios y las cambiantes actitudes en torno al divorcio en sí, indican otra tendencia mayor. En el pasado no muy distante, no existían procedimientos institucionalizados acerca de cómo una mujer podía lograr un divorcio. Una tal decisión permanecía como una prerrogativa del marido, y una mujer divorciada era vista por la sociedad como una persona deshonesta. Anteriormente, existían siete justificaciones para el divorcio, todas ellas consideradas solamente desde el punto de vista del hombre. Hoy día, la mujer puede iniciar un divorcio, y se permite el mutuo consentimiento para aprobar uno.

Además, la ley admite ahora las siguientes razones para el divorcio: bigamia, adulterio de parte de uno de los cónyuges, crueldad de la esposa hacia los padres del marido, abandono, la intención de uno de los cónyuges de asesinar al otro, enfermedad incurable, demencia, pérdida de contacto entre los cónyuges por más de tres años, prisión por tres o más años, y haber sido condenado por una ofensa irrespetuosa. A través de la ley, la mujer ha derivado derechos que reducen la dominación del hombre y alteran sustancialmente las relaciones entre marido y mujer.

Debido a que las esposas tienen ahora igual oportunidad para iniciar el divorcio, esto podría contar parcialmente por la creciente tasa. Además, de acuerdo a un estudio hecho por el autor en 1985 acerca de las relaciones entre la tasa de divorcios y las mujeres que trabajan, el divorcio en Taiwan está relacionado con factores tales como mujeres empleadas en los campos de las ventas, las mujeres empleadas durante las etapas iniciales del matrimonio, y mujeres jóvenes que trabajan en las ciudades. En resumen, la relación conyugal ha experimentado un problema de reajuste en respuesta a los cambios en la estructura familiar, así como el desarrollo económico y social de Taiwan.

Tener hijos y socialización

En cuanto concierne a la procreación, se había asumido por mucho tiempo que "un hombre chino tomaba una esposa para tener hijos con ella". Por lo tanto, siempre se permitió que un hombre tuviese muchas esposas para reducir el temor de no tener hijos. Debido a que la cultura tradicional de China estuvo dominada por una moralidad que alentaba una gran familia, las costumbres y el precepto moral crearon una firma obligación para perpetuar la continuidad del linaje familiar. Esto constituyó un fuerte incentivo para tener hijos.

Pero los valores tradicionales colocados en la procreación han sido influenciados en las décadas recientes por el desarrollo socio-económico y las políticas de planificación familiar del gobierno, expresadas en esloganes tales como "Dos hijos son suficientes, pero uno no es menos", y "Una hija es tan buena como un hijo". Estos esloganes han reemplazado la idea venerada por tanto tiempo de "más hijos, más felicidad". Para poder adaptarse al nuevo ambiente creado por la urbanización e industrialización, las personas han respondido en forma muy seria ante la campaña de planificación familiar, y han cambiado su comportamiento para tener hijos.

Por ejemplo, la tasa de fertilidad en Taiwan ha bajado considerablemente. Hace más de treinta años, cada mujer fértil tenía un promedio de cinco hijos, pero en actualidad el promedio es menor que dos hijos. Como resultado, la pequeña familia ha tomado el lugar de las familias mayores como principal tipo de familia en Taiwan.

A medida que se tornan más pequeñas las familias, el proceso de criar los niños ha cambiado significativamente. En el pasado, la familia hacía las mayores funciones de criar y educar a los hijos. Pero esta función ha sido alterada por los cambios en la familia extendida. Por ejemplo, los abuelos y otros familiares han desaparecido de la familia nuclear, las parejas tienen menos hijos, y frecuentemente tanto el marido como la mujer trabajan fuera de la familia. Las familias extendidas eran de "mano de obra intensiva", pero el tamaño más pequeño de la familia ha hecho que sean virtualmente imposibles las formas tradicionales de criar y educar los niños.

Hoy, las alternativas más comunes para criar los hijos que tiene la esposa es renunciar al trabajo y volverse ama de casa, dejar que los padres viejos vivan (con frecuencia temporalmente) con la familia para que puedan cuidar de los nietos, enviar a los niños a una guardería, jardín de infantes o centro de cuidado diurno, o tener los niños viviendo temporalmente con otra familia. De esas, las dos últimas están emergiendo como las dos alternativas más comunes. Este nuevo patrón emergente ha cambiado el proceso de socialización de la familia en Taiwan, con las funciones de crianza de niños gradualmente pasando a agencias secundarias más especializadas.

Los cambiantes patrones de socialización han tenido un significante impacto en las relaciones tradicionales entre padres e hijos. En tiempos pasados, los padres jugaban un papel considerable en la educación de los hijos, y bajo la poderosa autoridad parental, la relación entre padre e hijo no estaba caracterizada por amor, sino por respeto, sobrecogimiento y temor. En esta estructura familiar, el niño tendía a ser obediente en vez de independiente. Debido a los cambios en la familia extendida, la autoridad parental en la educación del niño es ahora menos severa. Un estudio realizado en 1986 reveló que si bien la mayor parte los padres encuestados prefieren tener un considerable control sobre la educación de sus hijos, ellos lo hacen de una forma racional; la mayor parte de ellos no están de acuerdo con una posición libre y severamente disciplinada en la socialización del niño.

La mujer y el trabajo

Sustancialmente, la mujer tenía una posición sustancialmente más baja que el hombre; su posición era definida con el adagio familiar: "En casa de sus padres, ella obedece a su padre; después de casarse, a su esposo; y a su muerte, a su hijo". El propósito de la mujer en la vida era servir a sus padres o suegros, complacer a su marido y ser una madre autosacrificada para con sus hijos. Se enseñaban a las niñas a ayudar a su madre en los quehaceres del hogar y se les instruía a ser una esposa obediente y una nuera sumisa. El empleo primario de las mujeres era hacer los quehaceres hogareños, incluyendo el criar los hijos, coser y preparar los sacrificios para los ritos religiosos. No era necesario educar una niña, ya que la educación en China estaba orientada a preparar a los hombres para el servicio público, y tales posiciones no estaban abiertas para las mujeres.

Las principales razones de la posición inferior de la mujer pueden ser halladas en su deprivación económica. Como el mundo de la mujer era el hogar, ella dedicaba su vida a mantener la casa y tener hijos. La mujer pocas veces ganaba dinero, y cuando ella obtenía algún ingreso por trabajos domésticos, se pasaba generalmente a cuenta del marido o suegro, que podía disponer de éste como él quisiera.

Las oportunidades modernas han cambiado el estatu de la mujer en Taiwan. De particular importancia son las nuevas oportunidades educativas y de trabajo que han sido abiertas a la mujer. Durante las décadas recientes, las oportunidades educativas para el hombre y la mujer han sido esencialmente iguales. Las estadísticas revelan que en las décadas recientes, la proporción de mujeres que participan en los diversos niveles de educación ha aumentado más rápidamente que los hombres. Este cambio ha sido particularmente pronunciado en términos de mujeres que asisten a la universidad, sugiriendo que el hombre y la mujer no sólo han adquirido educación igual, sino que también ha ocurrido un cambio en el empleo y las funciones que han sido abiertas a la mujer en la sociedad.

Los ancianos

Tal vez uno de los cambios que más preocupan en la familia es aquel que tiene que ver con el cuidado de los ancianos. Por milenios, la posición y autoridad en la familia china fueron reforzados a través de la veneración de la edad, que funcionó para inspirar respeto y obediencia de los jóvenes hacia los miembros mayores de la familia. Se sentía que la edad estaba asociada con la sabiduría, y que los ancianos tienen una significativa contribución que hacer a su familia y la sociedad. En una sociedad rural, la experiencia personal procuraba en buena parte la fuente de conocimiento y prestigio. Así, la estima otorgada hacia los ancianos daba la fuente de su estatu y autoridad, e imponía fuertes obligaciones a los miembros más jóvenes de aceptar sus posiciones y responsabilidades de papeles en la familia. De esta forma, las diferencias que resultaban de la edad contribuía a la estabilización del sistema familiar tradicional.

Las relaciones entre padres e hijos era una típica relación de edad y autoridad. La obligación de los hijos hacia los padres era más importante que aquella de los padres hacia los hijos. De esta manera, es esperaba que los hijos obedecieran las órdenes de los padres. El padre como jefe de la familia, tenía el derecho de manejar las propiedades familiares y las obligaciones de criar y educar a sus hijos. Que los hijos tuvieran que tratar a sus padres con respeto y obediencia constituía una característica importante de toda vida familiar de los chinos.

Los tiempos han cambiado con las actitudes hacia la edad. Por ejemplo, la naturaleza del control parental está cambiando, posiblemente de una relación dominante hacia un ejercicio de poder más moderado. Si bien los hijos generalmente obedecen las órdenes de sus padres, ellos ahora irán a sucumbir menos ciegamente ante la autoridad parental. De hecho, los padres han perdido generalmente su poder de coerción, y se ven cada vez menos capacitados para tratar con los retos de sus hijos, especialmente cuando los hijos se vuelven adultos.

A pesar de todo, un estudio sobre los ancianos conducido en la ciudad y distrito de Taipei en 1988 nos revela que el 50 por ciento de los ciudadanos de edad avanzada viven con sus hijos y nietos, 24 por ciento con sus cónyuges e hijos, 11 por ciento viven con sus cónyuges, y un 9 por ciento viven sólos. En otras palabras, tres cuartos de los ancianos con más de 65 años de edad en Taipei viven con sus hijos, y solamente una décima parte viven sólos. En comparación con las tres décimas partes de ancianos que viven con sus hijos en las naciones industrialmente desarrolladas, los padres de edad avanzada en Taiwan parecen estar en circunstancias más felices, aún cuando esto podría estar algo mitigado por su pérdida de los poderes parentales tradicionales.

La educación moderna parece que tiene mucho que ver con la reducción en la autoridad parental. La escuela formal ha elevado el status de la gente joven y ha aumentado consecuentemente su papel en la socialización de los hijos. Através de la adquisición de nuevos conocimientos, habilidades e ideas, los jóvenes están volviéndose más autoconfidentes, ejercen mayor juicio individual, y están desarrollando mentes más inquisitivas, cualidades que previamente se adquirían solamente a través de la experiencia y edad. Como resultado de la educación moderna, la generación más joven está ajustándose a la sociedad moderna más rápidamente que los de edades mayores. Los ancianos, están particularmente perdiendo su posición en el mundo fuera de la familia a medida que sus conocimientos y habilidades se tornan obsoletos. Ellos no siguen siendo los "porteros" de las oportunidades de trabajo de los miembros de la familia. La educación moderna y las oportunidades de trabajo han sacudido un importante principio de la vida familiar china: la supremacía de la generación mayor sobre la joven. Esto también puede ser observado en el caso de los antepasados.

Culto a los antepasados

El culto a los antepasados ha sido una característica sobresaliente del tradicional sistema familiar chino. El mismo ha sido perpetuado en China no por razones religiosas o superstición, sino más bien por respeto y obediencia a los familiares fallecidos, y a una menor extensión, a los antepasados más remotos. Esta institución descansa como el núcleo de la vida familiar tradicional. La falta de un tal culto afecta la integración intergeneracional y la cohesividad de la familia extendida.

Los chino han creído por mucho tiempo que una persona no muere si retiene un buen nombre y ha dejado una buena impresión en la memoria de sus hijos sobrevivientes. Esta orientación ha dado lugar a un deseo por tener muchos hijo, contribuyendo a una alta tasa de natalidad. Los hijo se convirtieron en el vehículo por medio del cual uno sería recordado después de la muerte. Se daba énfasis especial a los hijos varones, ya que el culto a los antepasados eguía líneas patriarcales. Si la familia no tenía descendientes varones, con seguridad surgía la ansiedad e inseguridad. Desde temprano, se entrenaban a los hijos para que asumieran la responsabilidad de servir a los antepasados y mantener el linaje familiar bajo la dirección de los padres o ancianos. Se asumía que el niño debía ser entrenado de tal manera para fortalecer el poder paternal.

El respeto dado en el culto a los antepasados estaba dirigido a obtener protección y prosperidad, y para evitar las calamidades que podrían surgir en caso que se rechazase tal culto. Aquellos que se comportaban de una manera que dañaban la reputación de la familia no sólo insultaban a los antepasados, sino que a su vez, no serían adorados después de la muerte. Los méritos acumulados durante la vida de los antepasados influencian el destino de sus descendientes y los triunfos logrados por tales descendientes daban evidencia de las virtudes de los antepasados.

Los ritos ancestrales funcionaban para servir las necesidades de los antepasados así como para dar seguridad y prosperidad a los vivos. Al disolverse la familia en varios núcleos de unidades, los hermanos generalmente creaban un "Altar ancestral" en la casa del hermano mayor para el culto, que daba un recuerdo contínuo de que los miembros tienen un antepasado común y contribuía a la cohesión familiar.

A medida que la familia nuclear comenzó a prevalecer en Taiwan, la función del culto a los antepasados también se vió amenazada. Un estudio realizado en Taiwan en 1977 que informaba acerca de la función del matrimonio y la familia en un muestreo de 1.048 personas, reveló que las prioridades habían cambiado considerablemente: 49 por ciento de los que respondieron consideraban que el propósito del matrimonio era la felicidad personal, 28 por ciento que era la creación de una familia, 18 por ciento que era la continuidad de la línea familiar mediante un heredero varón, y 3 por ciento que tener hijos era un seguro contra la inseguridad en la edad senil. Este estudio muestra también que aquellos con una mejor educación respondieron haciendo hincapié en la felicidad personal. La tendencia ha continuado de esta manera.

Se debe añadir que las modernas viviendas en las ciudades no han sido diseñadas para servir las necesidades del culto y ritos a los antepasados. El pequeño tamaño de los apartamentos ha forzado la fragmentación de las familias en la áreas urbanas, y reservar espacio para el altar ancestral con frecuencia no es algo práctico. Así, tanto los cambios en la estructura familiar así como en las viviendas, han reducido las funciones del culto a los antepasados como medio de control social sobre los jóvenes.

Conclusión

A medida que la sociedad cambia en Taiwan, la vida familiar se ha desviado de la tradicional familia de consaguinidad. Una gran proporción de la familias en Taiwan son nucleares, un cuarto de ellas son familias tronco, y la familia extendida ha perdido su importancia. Los factores que aceleraron este cambio pueden ser explicados no solamente en términos de urbanización e industrialización, sino que también deben ser vistos en términos de ideología cultural: nuevas actitudes hacia el igualitarismo, individualismo, democracia y logros personales. Con la rápida difusión del conocimiento, las personas en Taiwan ya no siguen satisfechas con el estatu quo. Y buscan nuevos patrones sociales para acomodarse a los cambios.

Como la familia extendida da vía a la más adaptable familia nuclear, otros cambio también siguen en la transición de una sociedad agrícola-rural a una industrial-urbana. La familia en la Taiwan urbana, a diferencia de su antepasada familiar, está más limitada en las tareas sociales básicas. Si bien existen mucha de las viejas funciones familiares, su alcance e importancia relativa han cambiado.

La familia en Taiwan ya no es una unidad económica y de producción autosuficiente, pero ha aumentado su importancia como unidad de consumo. Este cambio es la función divisiva más impor­tante en la familia extendida. Además de trasladar el sitio de empleo y los papeles fuera del hogar, la familia también ha cambiado otras funciones a agencias secundarias más especializadas, removiéndola por lo tanto de ser la principal responsable en los asuntos educativo y religiosos.

Mientra la familia en Taiwan ya ha perdido muchas de sus anteriores características chinas tradicionales y ha tomado muchos aspectos de la familia occidental, aún falta ver hacia cuál dirección se orientarán dichas transformaciones. Ocurra lo que ocurra, se espera que las familias en Taiwan pasarán a través de una selectiva asimilación, tomando muestras de todos los recursos, nuevos o viejos, locales o extranjeros, orientales u occidentales, a medida que el momentum y alcance de la modernización continúa formándose. □

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