02/05/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

ACUPUNTURA una terapia inter-cultural

01/03/1987
El paciente de mediana edad que descansa tranquilo en la mesa de exámenes permanece sin moverse al tiempo que un médico inserta diestramente una serie de agujas en su carne expuesta. Una victima de apoplejía, él es ahora un paciente en el hospital de internado en el Colegio Médico chino en Taichung, en el centro de Taiwán. Mientras él conversa con su paciente, el doctor también hace preguntas a un grupo de estudiantes que observan: ¿Cuál meridiano es este? ¿Cuál es el nombre de este punto? ¿Porqué he escogido este punto? En realidad, en estos momentos, el doctor está haciéndole pruebas a un estudiante en particular, el único del grupo que no es obviamente chino: el Dr. Roland G. Heber, 32 años, un médico de Alemania que ha venido a esta institución que ha sido entrenado en la práctica de la medicina china tradicional. Heber ya conoce una regular cantidad de aplicaciones de la acupuntura. Pero el también sabe que frente a este aparentemente simple procedimiento, hay un complicado proceso para encontrar qué curar... y cómo. La terapia y los métodos de diagnosis chinos son como la llave y el cerrojo-uno sin otro queda sin mucho sentido. En las naciones occidentales, donde la acupuntura se está volviendo en una "terapia alterna" cada vez más popular, los maestros privados de este arte están floreciendo y muchos hospitales están utilizando sus técnicas. En vez, una multitud de "creyentes" ahora juran que la acupuntura puede producir milagros en las áreas donde la medicina occidental fracasa. Heber ha visto todo esto en Alemania y está ahora en Taiwán para estudiar sus fundamentos: sin el conocimiento básico, se podrá poner a trabajar la acupuntura, pero no en la mejor forma posible. Heber dice, "Sin conocer cómo hacer la diagnosis china, el acupunturista occidental usualmente tiene que ir a tientas y administrar las agujas para cada simple síntoma que él logra identificar. Así, uno puede ver pacientes con 40 a 50 agujas insertadas en ellos en una sesión para responder a todos los síntomas. Pero si uno inicia con una diagnosis china, no sólo serán suficientes unos pocos (4 a 8) puntos de acupuntura, sino que incluso resultan aún más efectivas." Combinar los conocimientos modernos de la medicina occidental con la medicina china tradicional es algo más que explorar "alternativas" o solamente hallar las respuestas científicas del "porqué" la acupuntura realmente cura. Existe un elemento sicológico de cierta magnitud. Como los dos sistemas médicos son marcadamente diferentes, la comunidad médica occidental en todo el mundo está dividida en dos campos, uno entusiasta y el otro bien hostil a esta forma de canje inter-cultural. Muchos practicantes chinos de la medicina tradicional también desean mantener una cierta distancia. Por ende, esto se ha convertido en un asunto cargado de emociones y prejuicios. Para aquellos quienes piensan que tiene sentido ligar los dos sistemas, todo resulta bastante sencillo. Heber, por ejemplo, dice que son dos formas diferentes de encarar el mismo problema ­ mantener la salud del organismo humano. El cree que ambas formas pueden y deben ser integradas en un nuevo y superior sistema. "He venido a la República de China para obtener la capacidad, con una nueva mentalidad bi-cultural, de poder comparar efectivamente y eventualmente unir las dos formas de medicina sin inclinaciones ni prejuicios." Después de graduarse, él espera regresar a su país con lo que él considera como una transfusión vital para su cultura médica. "He llegado a esta decisión a través de una lucha intelectual y moral", añade. "He tenido que tratar con un trasfondo de doce años de educación, estudios, reflexiones y experiencias en la medicina occidental. " Mientras se camina a través de esta sala de acupuntura china, que para un visitante occidental no tiene mucho parecido con un hospital -los pacientes y el cuerpo médico están conversando, y los familiares y amigos entran y salen, todos perfectamente relajados- uno se acuerda del frío brillo fluorescente de los modernos hospitales occidentales. ¿Será esta diferencia en la atmósfera lo que también refleja algunas de las diferencias básicas en la filosofía médica? Heber se refiere a un artículo por Claus C. Schnorrenberger, un experto alemán en medicina china, quien pregunta si Occidente ha pasado por alto un aspecto muy importante de la medicina corriente: "... hemos tenido tantas y tan acaloradas discusiones acerca de si el cáncer podría reflejar una condición psíquica-ya sea una fuerte dosis de mala suerte, demasiado sufrimiento emocional, o una sobredosis de estrés podría arruinar su salud... Hoy día, a pesar de doctores muy brillantes, drogas fantásticas, hospitales cada vez más grandes y mejor equipados, las personas parecen enfermarse cada vez más... " Beber también mira el desarrollo de la medicina occidental no sólo desde el lado brillante, sino también su lado oscuro. El mayor peligro ahora, considera él, es una creciente despreocupación por el paciente como un todo -como una persona con una historia propia y con ambientes propios, y no solamente un número en una fila de pruebas o una serie de síntomas identificados por diferentes especialistas. Esto equivale a cortar el paciente en detalles, muestras e informes, según Heber. Un paciente puede terminar pasando el resto de su vida en las manos de tecnócratas médicos sin siquiera obtener una respuesta directa, cara a cara de parte de un médico acerca de la pregunta principal: "¿Cuál es mi enfermedad, y qué puedo hacer al respecto? " Después de graduarse del Colegio Médico de la Universidad de Freiburg, el Dr. Heber tomó varios cursos de acupuntura y se inscribió en el Instituto Alemán de Investigaciones sobre la medicina china. Con su interés así puntualizado en el campo mayor de la medicina china tradicional, él se trasladó profesionalmente a Hong Kong y como primer paso, comenzó a aprender el lenguaje chino. Siempre que tenía tiempo libre dentro de sus deberes en un hospital de Hong Kong, él visitó también a los practicantes de la medicina china tradicional. Finalmente, él decidió que ya era tiempo que se convirtiera en un estudiante a tiempo completo de la forma china de curaciones. Y esto lo trajo a la República de China en Taiwán y a la Escuela de posgrado en Medicina china del Colegio Médico de China en Taichung, una institución de carácter privado pero con patrocinio del gobierno que ofrece la oportunidad para que los estudiantes sean entrenados en cursos paralelos de medicina china y occidental. Además, ofrece un programa de posgrado que otorga el grado de Maestría en Medicina China. Siendo el único estudiante no asiático en la escuela, Heber pareciera muy ocupado en su corto programa regular­ solamente dos años para terminar con todos los cursos. "Durante este primer año académico, continuaré bastante ocupado en mejorar mis conocimientos del idioma, especialmente de la terminología médica. Pero después de eso, seré capaz de seguir el programa de enseñanza acordado tal como ha sido establecido dentro del curriculum." Para estar en el lado seguro de las cosas, él se está dando a sí mismo cuatro años para completar el programa, incluyendo una tesis final escrita en chino. A diferencia de la mayoría de sus compañeros de escuela, quienes enfocan en un cuerpo de la investigación moderna sobre la medicina china tradicional que se dedica a expandir el entedimiento de la misma, Heber se está sumergiendo a sí mismo directamente en la forma china tradicional. La medicina china, comenta él, necesita una tal "metodología" occidental. Pero más importante para él resulta en este punto su comprensión personal de la característica única de la medicina china. Las diferencias conceptuales y de lenguaje aun constituyen poderosas barreras entre las experiencias médicas de Oriente y Occidente. El lenguaje chino no puede ser traducido en forma precisa a las lenguas occidentales. Esto resulta aún más verídico al intentar traducir conceptos chinos que no tienen equivalentes en el pensamiento occidental. Heber siente que al intentar entender conceptos médicos básicos tales como chi (espíritu. fuerza vital) y ying-yang (los poderes opuestos pero complementarios que impregnan toda la naturaleza y el hombre), no hace sentido el simplemente hacer traducciones congeniales debido a que no se encontraran contra­ partes adecuadas en la mente occidental. La única forma que entender esto completamente, dice él, es experimentar su aplicación en primera mano, y entonces utilizar los términos originales juntos con explicaciones relevantes. "También, para comprender realmente los conceptos médicos, no resulta suficiente ser capaz de leer los libros de texto en su forma original. Uno tiene que exponerse a sí mismo a la cultura china en todos sus aspectos, ser abiertos al espíritu chino, y tener una imagen clara de todo eso". Heber está al tanto ahora de que la mayoría de las traducciones de textos que él estudió en Alemania, aparte de representar muy frecuentemente "trozos y pedazos", también están repletas de interpretaciones erróneas. El también se ha percatado de una amenaza al verdadero entendimiento desde "dentro": Muchos chinos que hacen investigaciones modernas en la medicina china, indica él, tienden a inclinarse sin mayores críticas al punto de vista occidental de que solamente la medicina occidental es "científica". Irónicamente, este médico alemán entrenado en Occidente se encuentra algunas veces defendiendo las formas tradicionales chinas frente a sus compañeros de estudios y maestros chinos en discursiones acerca de qué es lo verdaderamente científico y qué no lo es. El señala el punto de que en los dos diferentes modelos de medicina, ninguno de ellos puede reclamar con créditos que es totalmente científica... y ninguno de ellos puede ser descartado racionalmente. El menciona a un académico alemán: "La medicina clínica como tal no es una ciencia, sino que es sacar uso de la ciencia," y añade: "Si deseamos proclamarla una ciencia pura, ¿cómo podríamos entonces emplear un concepto tal como 'vida'? Obviamente, la 'vida' existe aun cuando no podemos explicarla completamente. Pero sin la 'vida' como base para la medicina, ¿acerca de qué podríamos hablar?" En vez de sólo andar preguntando, "¿Qué es científico y qué no lo es?" en la medicina china, dice Heber, deberíamos considerar que diferentes fundamentos científicos-teóricos fueron colocados por civilizaciones diferentes en tiempos y áreas diferentes con diferentes niveles de conocimientos y tecnologías. Y obviamente, lo que es sobresaliente para un sistema podría faltar total o parcialmente en el otro. El cree, por lo completo de la percepción, que la medicina china tradicional podría ayudar a reinstituir la vieja tradición occidental dentro de la medicina occidental moderna. La medicina china observa al paciente como un todo, analizando todos los síntomas como partes de un cuadro mayor- un patrón. Y de acuerdo con un principio que fue también formado en Occidente (desde tan antaño como Aristóteles, el todo puede ser visto como más que solamente la suma de sus partes. Este principio estuvo guiando también la medicina occidental, y sin haberse conocido de intercambio Este-Oeste alguno. Paracelso, gran médico del Siglo XVI, por ejemplo, escribió acerca de lo "integro del ser humano" en términos que parecieran haber sido tomados directamente de un libro de texto clásico chino. No fue sino hasta el Siglo XVIII que las ciencias naturales declararon que no había nada tras la suma de las partes, y por ende, la medicina occidental procedió a descartar sus propias raíces. Es verdad que los nuevos desarrollos trajeron triunfos médicos por todo el mundo. Pero esto resultó también en un precio: el descuidado abandono de la medicina tradicional en muchas culturas. Solamente la medicina china aun mantiene vitalmente las conexiones con sus orígenes y tradiciones. Es relevante que hoy en día, la ciencia moderna en campos tales como la física ha estado extendiendose en sus modelos, ya que han alcanzado ciertas limitaciones conceptuales cuando tratan de responder preguntas que no pueden ser entendidas dentro de líneas estrictamente científicas. Esto no significa que las personas deban recurrir, por ejemplo, al misticismo, sino que deben recurrir a abrir nuevas, o tal vez viejas formas de pensar. En la física moderna, los pensadores occidentales están buscando rutas conceptuales que tal vez podrían ser expresadas en filosofías Orientales tales como el Taoísmo. Una característica predominantemente notable del Taoísmo es la santidad, que también es el nucleó de la forma china de medicina. Un aspecto especial de tal santidad en la medicina china es el hincapié dado a la acción para promover la salud en vez de tratar solamente de curar el mal. El modo de vida, los alimentos y bebidas, los ejercicios, las relaciones entre el cuerpo y la mente, deben servir todos activamente para el mantenimiento de la salud y el tratamiento médico. En el Taiwán de hoy, los pacientes chinos pueden escoger generalmente entre la tradicional medicina china y los tratamientos de la medicina occidental. Y los tradicionales médicos chinos también auscultan en los mismos síntomas y aquejaciones que su colegas entrenados al estilo occidental. Ellos existen lado a lado, y en instituciones tales como el Colegio Médico de China en Taichung, donde se hacen intercambios de puntos de vista. Aunque la medicina occidental se ha establecido en la sociedad china, no ha logrado eclipsar totalmente la medicina tradicional. ¿Habrá pasado ya mucho tiempo como para que la sociedad occidental busque una visión más cercana sobre "otros" sistemas médicos, para lograr un entendimiento verdadero? El Dr. Roland G. Heber ha respondido para sí en forma certera esta pregunta. □

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