05/05/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

A LOS 92 AÑOS

01/11/1986
Un maestro se acuerda de sus mejores epocas "¡Ustedes son chinos! No se olviden de esto." En una despedida de clase el pasado 9 de junio en Su Shu Lou (素書樓), su residencia en Waishuangshi, en los suburbios de Taipei, el famoso historiador Chien Mu (錢穆), quien defendió la cultura china tradicional y la ortodoxia confucianista durante los 92 años de su vida, aun incita apuntando a sus estudiantes a recordarse de sus orígenes. Sabiendo que "Chienfucio" (el apodo que tan afectuosamente habían usado por tanto años los estudiantes) se retiraba de la enseñanza, una profesión que había abrazado por 75 años, muchos de sus antiguos estudiantes, incluyendo algunos que había enseñado en el continente antes de 1949, en Hong Kong entre 1949 y 1967 y en la República de China en Taiwán después de 1967 - se apiñaron en Su Shu Lou para escuchar la última disertación del maestro. Juntos, cinco generaciones de estudiantes se reunieron en su sala, con la nostalgia en mente de que este mismo lugar había servido como aula de clases de Chien también, por casi dos décadas. En esta aula/sala, una escultura en madera de Chu Hsi (朱熹, 1130-1200 D.C., el gran académico de los clásicos confucianistas de la Dinastía Sung) preside desde una prominencia - una mesa alta, similar al ara de un altar. El gentil recordatorio de Chu Hsi, "Ching Shen Yang Chi (靜神賢書, 'Descansad la mente, cultivad el espíritu')", está desplegado horizontalmente encima de la mesa. A su derecha e izquierda esta un par de rollos verticales: Tu Sheng Hsien Shu (讀聖賢書, Leed los Libros de los Sabios) y Li Hsiu Chi Chih (立修齊志, Resolved cultivaros a vosotros mismos y conducid vuestras familias). Con un fuerte acento de Wushi (un distrito de la provincia de Kiangsu), la disertación vigorosa de Chienfucio refleja un espíritu de enseñanza no menos dinámico que sus charlas en las universidades de Pekín en sus días juveniles. Los sujetos de esta última sesión de clases fueron dos notorias figuras de la Dinastía Sung, Wang An-shih (王安石,1021-1086) y Ssu-ma Kuang (司馬光,1019-1086). Mientras hace detalles en ciertos puntos claves, Chien ocasionalmente golpea la mesa con sus dedos para recordarles a sus estudiantes a tomar notas. Para el año en que nació la República de China de la revolución, 1911, Chien Mu, con sólo 18 años, iniciaba su carrera como maestro en una escuela primaria. De allí pasó. siempre enseñando, de la escuela primaria a escuelas secundarias, y de allí a universidades y escuelas de posgrado; posteriormente, él fundó una universidad en Hong Kong por sus propia cuenta. Aunque él ha recibido doctorados honorarios de ambas la Universidad de Vale y la Universidad de Hong Kong, la educación formal de Chien no va más allá de la graduación de secundaria, una eduación formal de menos de 10 años. Aun así, este muchacho pobre de campo amaba tanto el aprender que, por sus propios esfuerzos, se transformó a sí mismo en un intelectual internacionalmente conocido y respetado por los círculos académicos en todas partes. Su historia revela el modelo sobresaliente de un hombre que se cultivó a sí mismo bajo las más ardientes circunstancias. Chien Mu (su apodo familiar es Pin-ssu, 賓西) nació en Wuhsi, provincia de Kiangsu en 1895, el segundo dentro de una familia de cinco niños. Su familia, originalmente grande y rica, había vivido por generaciones en la pequeña aldea de Chifangchiao (七房橋), Wuhsi. Sin embargo, durante la época del nacimiento de Chien Mu, las condiciones económicas de la familia se erosionaron gradualmente bajo el peso de la multiplicación de los miembros de la familia, generación tras generación, en una China que declinaba. Aun cuando se hacían cada vez más pobres, los mayores en la familia nunca descuidaron la educación de los niños. A los siete años, Chien fue enviado por su padre a una sala de educación privada. Tres años después, él fue matriculado en la local Escuela primaria Kuo Yu, que ofrecía la "educación al nuevo estilo" iniciada en los años finales de la Dinastía Ching. Chien mostró una sobresaliente facilidad para el aprendizaje. A la edad de los nueve años, él podía recitar todo el Romance de los Tres Reinos (三國演義), una novela clásica mayor que se fija en el período histórico entre 222-265 D.C. El relata una anécdota con respecto a este logro: Cierto día, varios amigos de su padre le pidieron en forma juguetona al pequeño Pin-ssu a que recitara un cierto párrafo del Romance de los Tres Reinos, ya que su padre les había dicho que el chico lo había estado leyendo. El muchacho lo hizo en el acto, sorprendiendo a la audiencia. Al día siguiente, mientras cruzaba un puente con su padre, su padre le preguntó si él sabía escribir el carácter chiao (橋, puente); él dijo que sí. Su padre siguió insistiendo, "Cuál es el radical lateral de chiao". "Es mu (木, madera), padre." "Ahora, reemplazando mu con otra radical lateral, ma (馬, caballo), ¿Conoces la palabra?" "Es chiao (驕, orgullo), padre." Su padre, sosteniendo el brazo de Pin-ssu, le dijo suavemente, "¿No sientes que ayer estuviste muy cerca de esta palabra?" El inteligente Pin-ssu, desde entonces, nunca más recitó del Romance de los Tres Reinos para hacer demostraciones. Y desde entonces, ya sea en sus escritos, disertaciones o lecciones, el maduro Chien siempre termina con esas palabras familiares de cortesía china ­ "Favor ahora de dispensarme con vuestros valiosos comentarios." Chien se acuerda vivídamente un intercambio con un maestro de la Escuela primaria Kuo Yu con respecto a su su­ puesta memorización del libro: "¿Chien Mu, he escuchado que tú puedes recitar el Romance de los Tres Reinos; verdad?" Chien dijo que sí. El maestro lo amonestó: "no continues leyendo este libro. En un principio, el autor escribe, 'Es inevitable que una nación quede dividida después de un largo período de unidad, y que de nuevo se una después de un largo período de división.' "Los tiempos de paz en nuestra nación se alternaron con tiempos turbulentos debido a que la historia de China ha ido por un camino errado. Ha sido diferente de naciones europeas tales como Francia e Inglaterra. Una vez unidas, ellas nunca se dividieron. E internamente, una vez que vino la paz, no hubo problemas por muchos años. Hemos de aprender de ellos." Las palabras del maestro fueron como semillas, que fueron sembradas en la mente del joven Chien Mu. Cuál es mejor, ¿la cultura oriental o la occidental? Este ha sido un acetijo que siempre ha desconcertado a todos los chinos por más de un siglo. Y durante los últimos 80 años, Chien se ha visto personalmente afligido, cuestionando, buscando y dando vueltas para comentar apropiadamente acerca de esta pregunta. A los 13 años, Chien entró en la Escuela Secundario Chang Chou Fu. Después de tres años, fue transferido a la Escuela Secundaria Chung Ying para terminar su último año de estudios, ya que la situación económica de su familia había ido de mal en peor siguiendo a la muerte de su padre. Chien se recuerda que apenas se vió forzado a descontinuar su educación formal, su maestro le entregó un libro que hizo gran influencia sobre su futura educación: Hsiu Hsueh Pien (修學篇, Sobre el estudio, traducido del japonés), en el que se describe las vidas de un número de europeos que no habían completado su educación escolar formal, pero aun así, finalmente se convirtieron en académicos famosos. No siendo capaz de entrar a la universidad por sí mismo, Chien resolvió por emular el ejemplo de ellos. En 1911, Chien empezó enseñando en la escuela primaria rural San Chien. De allí, el compiló diez años y medio en escuelas primarias, nueve años en colegios secundarios, y varias décadas en colegios mayores y universidades y en su propio "instituto" residencial. Enseñando, leyendo y escribiendo se llenaron los años de su vida. Mirando atrás a todo esto, él considera que su década de enseñanza en las escuelas primarias del campo fueron los años más alegres y también la fase más personalmente progresiva en su carrera; de allí el pasó hitos en el estudio, en el aprendizaje de cómo conducirse a sí mismo, y avanzó por el gran curso de su vida. Una sencilla vida de campo y una penetración diaria con la naturaleza le dieron la paz para ampliar su mente. Después de las clases, él se concentraba fácilmente en su lectura; él tuvo éxito de obtener un excelente fondo académico durante esta década. De allí, señala, él no sintió dificultad alguna cuando fue transferido a enseñar en colegios secundarios y posteriormente, a universidades. Un importante hábito de estudio que él cultivó desde temprana edad, y ha mantenido desde entonces, fue extraído de Las cartas caseras e instrucciones de Tseng Wen Cheng Kung (曾文正公家書家訓). Tseng Kuo-fan (曾國藩, 1811-1872, posteriormente designado Wen Cheng Kung), fue un gran escolástico de la Dinastía Ching a quien se le acredita haber aplacado la Rebelión Taiping, amonestaba a sus jóvenes familiares a leer completamente cada libro antes de empezar otro. En aquel tiempo, se acuerda Chien, su próximo libro era la Historia del Han posterior de Fan Yeh (范曄, 後漢書); y desde este volumen, Chien nunca se ha desviado de la regla de Tseng. Chien cultivó una extensiva rutina de estudio. El se auto-reguló para tomar las obras más difíciles, tales como la filosofía y los clásicos de Confucio para temprano en las mañanas; leer historia en las noches; y reservar otras categorías de libros para otros períodos oportunos. Y él anotó continuamente lo que ha aprendido en sus lecturas diarias, una práctica que no cesó hasta que empezó a enseñar en las universidades. El primer libro de Chien, Lun Yu Wen Chieh (論語文解, Una colección de anotaciones literarias sobre los Analectas de Confucio) fue publicado en sus años como maestro de escuela primaria. Y uno tras otro, él publicó libros concernientes a las cuatro áreas tradicionales chinas del saber-ching, shih, tzu, chi (經, 史, 子, 集, los clásicos de Confucio, historia, filosofía y literatura fina). Chien aun se siente especialmente complacido con una obra crítica que es­ cribió mientras enseñaba en el Colegio Secundario de Soochow. Las universidades en Pekín estaban en ese entonces abrazando una nueva teoría basada en los "nuevos clásicos", cuando Chien publica un artículo, Las crónicas de Liu Hsiang y Liu Hsin (劉向歆父子年譜), en nombre de los "antiguos clásicos". Al no ser capaces de refutar las salidas de Chien, las universidades suspendieron los cursos. Este artículo, posteriormente publicado en forma de libro, en realidad terminó una disputa basada en los "nuevos" y "antiguos clásicos" que había estado creando problemas a varios escolásticos desde la dinastía Han. Debido al libro, Chien fue fuertemente recomendado por el distinguido historiador contemporáneo Ku Chieh-kang (quien en realidad sostenía opiniones opuestas a las expuestas por Chien, pero que aun así lo admiraba) para que enseñara en la Universidad Yenching de Pekín. Así, a los 36 años, Chien comenzó enseñando en la Universidad Yenching. Fue el último año en que pudo enseñar gramática china. A partir de 1931, él comenzó a enseñar historia en forma rotativa, en las universidades de Pekín, Tsinghua, y la Normal de Pekín. El gobierno chino había ordenado que era obligatorio dictar un curso completo de historia china en las universidades, y la Universidad de Pekín obedeció, pero vió que era difícil encontrar un profesor competente para dictar el curso completo por sí sólo, y el curso era compartido entre varios profesores quienes se especializaban en varios períodos de las Dinastías. En 1933, Chien se ofreció voluntariamente y la Universidad de Pekín le confió la enseñanza de la historia completa de China. Las subsecuentes disertaciones de Chien sobre la historia china alcanzaron considerable popularidad. Kung Ling­ cheng, ex-director general de la Administración Nacional de Policía de China y una vez estudiante de Chien en la Universidad de Pekín, se recuerda que habían, un promedio de 300 estudiantes, muchos de ellos de otras universidades y colegios, apiñados en esa clase. Durante la maratónica Guerra de Resistencia de China contra Japón, Chien enseñó en la Universidad Asociada del Sudoeste, que para tiempos de guerra combinó las originales universidades de Pekín, Tsinghua, y Nankai en el refugio de Kunming, provincia de Yunnan. En 1939, Chien Mu publicó el masivo y autoritativo Kuo Shih Ta Kong (國史大綱, Introducción a la historia china), que se ha convertido desde entonces en un libro de texto universitario. En su prefacio al Kuo Shih Ta Kong, Chien declara: "... He pensado una y otra vez, y he llegado a la conclusión que nunca podrá existir una nación de nuevo en que su pueblo desdeña universalmente su propia historia nacional mientras que su nación aun subsiste en el mundo; ni tampoco aquellos quienes han concentrado su atención en las divisiones e interpretaciones lejanas podrán obtener una imagen completa de su historia... " "Los ciudadanos de cualquier nación, especialmente aquellos que consideran que sus conocimientos están por encima de un nivel general, deben tener un conocimiento fundamental de su propia historia nacional... Cuando realmente se percaten de su historia nacional, ellos generarán una clase de sensible sentimiento y respeto hacia esa historia casi automáticamente." Leyendo este libro mientras se tiene en mente su propósito declarado, el lector irá a percibir que Chien se dedicó a sí mismo a su proposición. El profesor Ho You-shen de la Universidad Nacional de Taiwán comenta: "Muchas personas no entienden porqué, al organizar el libro, el autor puso gran detalle en las Dinastías Han y Tang, pero toca muy levemente las épocas de Liao, Chin, Yuan y Ching." "La respuesta es debido a que Liao, Chin, Yuan y Ching fueron extranjeros que subyugaron y dominaron sobre el pueblo chino, sus épocas fueron tiempos turbulentos en la historia china; mientras que los perlodos de las Dinastías Han y Tang fueron épocas doradas y tiempos de paz para los chinos. Si ho hubieran distinciones, ¿No significarla esto que los japoneses pueden justificar su acción siguiendo los ejemplos de Liao, Chin, Yuan y Ching para conquistar y gobernar sobre nuestro territorio y pueblo?" "La historia como lo escribe Chien no es meramente interesante, sino que va profundamente al meollo de los problemas. Frecuentemente, de los detalles menores que muchos otros historiadores han menospreciado, Chien extrae opiniones penetrantes y superiores en el más justificado espíritu del historiador." En el año 1949, mientras la insurrección de los comunistas chinos arrasaba con el continente chino, Chien Mu se refugia en Hong Kong. Para servir a la inmensa cantidad de estudiantes que habían abandonado China continental, él fundó el Colegio Nueva Asia de Hong Kong. Durante los siguientes 15 años, para poder mantener la "única escuela privada en Hong Kong que no había sido creada con un propósito lucrativo", Chien trabajó asiduamente en búsqueda de asistencia financiera. Posteriormente, el Colegio Nueva Asia, en asociación con los Colegios Chung Chi y Unido, se convirtieron en colegios de la nueva Universidad China de Hong Kong, y Chien recibirla doctorados honorarios de Yale y la Universidad de Hong Kong debido a sus logros distinguidos en la educación. A los 71 años, Chien se retira de su cargo como decano del Colegio Nueva Asia. El se muda a Taipei en 1967, y se radica en Waishuanghsi el año próximo. En 1971, él completa otra obra maestra (de 90.000 palabras), Chu Tzu Hsin Hsueh An (朱子新學案, Nuevos estudios acerca de Chu Tzu), discutiendo en detalles los puntos de vista y las contribuciones académicas de Chu Tzu, el gran letrado de la Dinastía Sung del Li Hsueh, una escuela confucianista de filosofía idealista que fue especialmente popular en las Dinastías Sung y Ming. A invitación del Rector Chang Hsiao-feng del Colegio de la Cultura China, después que Chien completó el Chu Tzu Hsin Hsueh An, Chien comienza a dar cursos de posgrado en historia dos horas semanalmente, con los estudiantes viajando a Su Shu Lou para las disertaciones. Chien Mu creció en una era cuando el dinamismo de Occidente gradualmente se sobrepuso encima de las tradiciones chinas. En vista de esto, muchos chinos perdieron el respeto y confidencia por su propia herencia cultural. En los días de juventud de Chien, el "Nuevo movimiento cultural" estaba de moda en toda China, desde el período final de la Dinastía Ching hasta los primeros años de la República. Pero Chien leyó los clásicos chinos en esos años, quedando más perturbado todavía: El sentía que el criticismo del pueblo chino que se dirigía ahora hacia sus propias raíces había sido refutado en sus propios anales históricos. "La falla común de nuestro pueblo consiste en criticar duramente a sus antepasados sin una base histórica apropiada. Esas palabras las he dicho en toda mi vida y las vuelvo a repetir ahora: 'No condenes duramente a tus propios antepasados si no conoces verdaderamente a China'," dice Chien. ¿Cómo puede uno realmente entender a China? "Debe leer libros chinos, sobre todo, los clásicos originales." Chien desaprueba el movimiento de traducir tales escritos al lenguaje vernacular, cosa que se promovió en los primeros años de la República. "A diferencia de los lenguajes extranjeros, el lenguaje chino escrito y hablado son separados. No conociendo el estilo de escritura clásica significa que uno no está capacitado para entender los clásicos chinos. ¿Cómo podría un chino contemporáneo elogiar la herencia de sus antepasados si él no entiende China?", pregunta Chien. Chien sostiene que un letrado debe ser un hombre de gran erudición, no simplemente un "experto". Y para ser un letrado chino, "uno debe leer las cuatros áreas clásicas del estudio chino­ los clásicos de Confucio, historia, filosofía, y la literatura fina- que no son idénticas a las clasificaciones occidentales de filosofía, ciencia, artes, literatura, etc." No pocas personas señalan rápidamente que los puntos de vista y escritos de Chien Mu son muy "inclinados" hacia el nacionalismo. Los más moderados simplemente reconocen que Chien es un patriota apasionado; los más extremistas lo ven como un romanticista obstinado, que mira atrás en tiempos pasados de moda. Pero Chien no se preocupa. Por el contrario, el parece estar complacido que en los círculos académicos libres, él es el más notorio entre aquellos que los ideólogos chinos comunistas trataron de derribar. A los 92 años de edad, Chien Mu, que vive en China Libre, es considerado como una amenaza básica a las justificaciones ideológicas de los comunistas chinos. Ellos le temen, probablemente, debido a que el pueblo chino también ha demostrado una inalterable adherencia a los preceptos ortodoxos del confucianismo, y se les da una oportunidad, un afecto incontrolable por la cultura china tradicional. Las condiciones físicas de Chien Mu reflejan su gran edad. Su visión ha de­ caído gradualmente en los últimos ocho años. El año pasado, una marcada lentitud fue discernible en sus movimientos. Pero él aún está intensamente preocupado con la esperanza del futuro de China, que depende, a su sentir, del legado real de su pasado. □

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