03/05/2024

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Hsinchu: Cambiante ciudad que no pierde su sabor del ayer

01/07/1986
"Vientos en los bolsillos, vientos en las mangas, vientos en la cara y vientos en los oídos". Es la mejor descripción de Hsinchu, la famosa "ciudad de los vientos" situada en la parte norte de Taiwán. Un lugar donde nunca está ausente una brisa, por leve que sea.

La brisa que sopla acaricia frescos y húmedos fideos de arroz, alineados en anaqueles de bambú para su secado. El famoso mi fen de Hsinchu está siendo preparado para el mercado. Peculiarles linternas irradian un haz de luz de antaño a través de Innumerables puestos de comida que sirven de antesala al antiguo Templo del dios de la ciudad de Hsinchu. Las bulliciosas voces de los que comen se mezclan con los olores que surgen de las cocinas y los incensarios dentro del templo.

A poca distancia de la ciudad encontramos rodeada por el elegante Jardín Mei, la Universidad Nacional Tsinghua, donde entre suaves pétalos de la flor del ciruelo palpita todo el alma de la universidad tecnológica del país. Y como toque adicional, el Parque Industrial basado en la ciencia, dando una atmósfera vigorosa y floreciente de alta tecnología.

Lo viejo y lo nuevo coexisten casi en forma incongruente, pero, sin embargo nutriendose uno con otro. Así es Hsinchu.

La vieja arquitectura de la Estación de Ferrocarril de Hsinchu envia un clásico mensaje de duradera belleza a los visitantes, creando una atmósfera claramente diferente de la Taipei metropolitana.

Caminando solamente unos cinco minutos desde la estación, en la intersección de la Avenida Chung Cheng y la calle Tung Men, se eleva entre estructuras urbanas contemporáneas la Puerta del Este, con la tradicional configuración china de "Ying Hsi" (Recibiendo el sol de la mañana). Construido en 1829, es parte de la actualmente desaparecida vieja muralla de la ciudad de Hsinchu. Sus aleros elegantemente estilados hacia arriba hacen una curvatura hacia el firmamento eterno. Arriba de su arco de entrada, en un bloque de piedra se hallan inscrita los caracteres chinos Ying Hsi, tallados en trazos fuertes que aun hoy día están claramente discernibles. Y no muy lejos, un riachuelo fluye con su murmullos bajo el moderno puente Tung Men, reminiscencia de lo que fue el foso de la antigua ciudad.

Originalmente una villa de la tribu aborigen de los Taokas, antepasados de la actual tribu Saishet, Hsinchu era conocido originalmente como Chuchien (una transcripción al chino del nombre de la tribu).

En un intento para consolidar la defensa de Tamsui y Keelung en 1682, el general Cheng Ke-shuang (nieto del famoso Koxinga, quien liberó a Taiwán de la ocupación holandesa) ordenó a los Taokas a ayudarle transportar abastecimientos para sus tropas. Debido a que la supervisión militar sobre los miembros de la tribu era muy dura, ellos se sublevaron contra Cheng. Este "amotinamiento" fue subsecuentemente aplastado, y los Taokas huyeron hacia las montañas. Posteriormente, un oficial fukinés, Wang Shih-chieh se ofreció voluntariamente para desarrollar la ahora abandonada área de Chuchien.

El proyecto de Wang se demoró en algo por la caída de la Dinastía Ming en China. Finalmente, en 1691, él condujo unos 180 voluntarios hacia Chuchien para explotar sus tierras, iniciándose una completa colonización Han del área.

En 1723, el asiento de la prefectura distritorial de Tamsui se estableció en Chuchien, teniendo entonces jurisdicción sobre todo el norte de Taiwán. Unos diez años después, se la denominó formalmente Chuchien, en alusión a los bambúes que rodeaban y protegían la creciente ciudad. Obras defensivas fueron añadidas en al "muro" de bambúes y reforzadas varias veces, hasta que en 1829 se construyó una muralla de ladrillos con cuatro puertas de la ciudad, incluida la puerta Ying Hsi.

El dinamismo urbano de Chuchien persistió por un siglo y medio. En 1875, cuando la prefectura distritorial de Tamsui se eliminó y Taipei se convirtió en el nuevo centro político, la ciudad de Chuchien, ahora denominada Hsinchu, pierde gradualmente su lustre.

El surgir y la caída de la ciudad de Hsinchu encuentran ecos en las vicisitudes de las venerables familias Cheng y Lin.

Cheng Yung-hsi, el primer chin shih (candidato éxitoso en los más altos exámenes imperiales del servicio civil), y Lin Chan-mei, el ciudadano más rico de la ciudad, fueron hombres del momento en la Hsinchu histórica.

El Jardín Peikuo, construido por Cheng fuera de las murallas de la ciudad en 1851 y el Jardín Chien construido por Lin dentro de los límites de la ciudad en 1849, eran conocidos respectivamente como la Propiedad de afuera y la Propiedad de dentro por los habitantes de Chuchien. Con sus artísticas construcciones y hermosos cultivos, los dos vastos jardines eran lugares muy predilectos para reuniones de celebridades y literatos. En dichas reuniones, poemas y vinos corrían entre las elegantes arquitecturas de los jardines.

La gloria de los dos renombrados jardines fueron sin embargo transitorias, como una pasajera nube, buscando una existencia momentánea entre un sol que desaparece.

Cansado de la vida, tras una larga enfermedad y molesto por el involucramiento de la familia en interminables y enredados litigios, Lin Chan-mei se suicida a la edad de 48 años. Al perder su dueño, el Jardín Chien se convierte en un solar baldío donde crecen hierbas y ruinas, hasta que es finalmente demolido durante la ocupación japonesa de Taiwan para dar paso a una carretera. Hoy día, el exquisito par de leones esculpidos en piedra que montaban guardia en la entrada del espléndido Jardín Chien, señalan ahora la entrada a la sede del Consejo distritorial de Hsinchu. En la actual avenida Hsi Ta, donde quedaba anteriormente el Jardín, aun quedan un portón con los caracteres caligráficos con el nombre del jardín escritos a puño y letra por el mismo Lin Chan-mei, así como un pozo octagonal, un pedazo de pared y algunas viejas estructuras dilapidadas -vestigios fantasmas para despertar las emociones en nuestros días.

El Jardín Peikuo no encontró mejor suerte. Con el decline de la familia Cheng, los espaciosos terrenos fueron vendidos en subastas, y sólo subsisten hoy día una pequeña porción de sus ruinas.

Más afortunado que Lin Chan-mei en términos de una posteridad material, Cheng Yung-hsi aun queda representado hoy día con un cementario intacto, donde espléndidos y artísticos leones y caballos tallados en piedra, así como estatuas de oficiales civiles y militares acompañan al letrado que duerme eternamente. Además, su residencia oficial en Hsinchu y su templo ancestral, situados en la actual calle Pei Men, aun se hallan bastante bien preservados.

Siendo receptáculo histórico de tan sincera costumbre tradicional, a Hsinchu no le faltó nunca su extensión en las creencias religiosas. De hecho, entre los 104 kilómetros cuadrados de la ciudad, hay 83 templos registrados, más un número de templos menores no registrados.

Entre las estructuras antiguas más renombradas tenemos los templos Chang Ho y Tien Ho, conocidos también como los Templos de Matsu de Fuera y Dentro. También tenemos el Templo Chin Shan, de 200 años de antigüedad, localizado dentro del Parque Industrial basado en la ciencia en Hsinchu; el Santuario Wu Sheng (dedicados al dios de la guerra, General Kuan Yu y al General Yueh Fei, un héroe de la Dinastía Sung); el Templo Chu Lien, famoso por la inesperada aparición de una estatua de la diosa Kuan Yin, que se dice que cruzó el estrecho desde el continente chino por sí sola; y por último pero no de último, el prestigioso Templo del dios de la ciudad, construido en 1748. Dicho templo era originalmente un lugar para los rituales de rezo de los magistrados locales, y actualmente es el mayor templo del dios de la ciudad en toda la isla.

El dios de la ciudad de Hsinchu es de extraordinariamente gran respeto debido a su "servicio meritorio" en el año de 1891. Se le atribuye como fuente de una manifestación divina que ayudó a defender la ciudad en contra del ataque de hordas de bandidos. El Emperador Kuanghsu lo honró en forma particular, confiriéndole una placa de madera designándolo divino "guardián de la puerta de la nación".

En la séptima luna llena de cada año, el dios de la ciudad de Hsinchu sale en una "gira de inspección". Para entonces, una masiva parada de peregrinos llegan provenientes de todas partes de la isla, especialmente de los centros religiosos de Chingshui, Tachia y Hsinying, ya que es una gran ocasión para los círculos budistas de la nación. Inclusive en los días ordinarios, el templo está repleto de creyentes durante todo el año.

En el centro de la ciudad de Hsinchu, frente al templo del dios de la ciudad, de cuarenta a cincuenta puestos de comidas se aglutinan en una plazoleta. Ellos han estado allí desde los días de la ocupación japonesa. Los platos más populares naturalmente son los fideos de arroz y las bolas de carne, muy afamadas comidas de la ciudad.

Los fideos de arroz de Hsinchu se hicieron famosos desde tiempos atrás, cuando no había tanta automatización. Sin obstáculos topográficos que los de­ tengan, los monsones hacen una fuerte entrada en Hsinchu. Como condición primaria para la producción de fideos de arroz de alta calidad, en los días de antaño, eran los vientos que podían completar el proceso de secado en el lapso de un día. Hsinchu se convirtió en un famoso centro para procesar los fideos. En otras localidades menos favorecidas, la excesiva exposición de los fideos húmedos a poca circulación de aire los convertían en flácidos, quebradizos e inclusive se tornaban negros. Aun cuando en nuestros días las modernas secadoras son tan capaces como cualquier buen viento, los fideos de arroz secados al aire natural de Hsinchu continúan siendo particularmente favorecidos por el público.

Igualmente de conocidos son las bolas de carne (kung wan), caracterizadas por su textura especial crujiente y elástica. Su nombre en chino lo describe mejor. La palabra Kung significa "tributo", ya que hubo momento en el pasado que eran ofrecidos a la corte imperial. En el dialecto taiwanés, Kung es también la onomatopeya del golpe que se aplica para hacer la bola de carne (wan).

Además de los fideos de arroz y las bolas de carne, la pastelería de Hsinchu también goza de fama especial, sobresaliendo el pastel Chuchien hecho por la Panadería Hsin Fu Chen, situada al frente del Templo del dios de la ciudad. De la pastelería, los negocios de Hsin Fu Chen se han expandido a un cine y un parque de recreo. La popularidad de sus pasteles posee un atractivo magnético.

Comparados con el status actual de sus famosas recetas y comidas, los polvos faciales y linternas de Hsinchu, que fueron en otrora igualmente famosos, no han sido del todo afortunados.

Las persistentes fragancias que inundaban toda la calle Chu Lien (la calle de los polvos perfumados) se han ido literalmente con los vientos de Hsinchu. Aun cuando su principal ingrediente, un mármol molido puro y fino - totalmente libre de plomo y que no causa daño a complexión alguna, los polvos faciales de Hsinchu han perdido gradualmente sus mayores mercados a exóticas marcas modernas muy anunciadas comercialmente.

Sin embargo, gracias a sus funciones religiosas especiales, las tradicionales linternas de Hsinchu aun siguen en las líneas de producción en los talleres de las familias Chou y Hsieh cerca del Templo Chang Ho. Aun así, su popularidad general ya no es lo que fue antes.

Sin tomar en cuenta los destinos de tales asuntos empresariales, la composición urbana y las facilidades de Hsinchu permanecen constantemente encantadoras y deleitosas.

El lago artificial Ching Tsao, en las faldas de la Montaña Ku Chi es un importante sitio de recreación. Construido en 1956 como una fuente de irrigación para los cultivos del área, el lago se ha convertido ahora en sitio para remar en botes. La hermosura del Lago Ching Tsao es multifacética.

En la base de la Montaña de los Dieciocho Cerros se extienden los amplios campos de la Universidad Nacional Tsinghua. El Jardín Mei y el Lago Cheng Kung dentro del campus son lugares escénicos que atraen muchos turistas. En memoria del muy honrado ex-decano de la Universidad, Mei I-chi, se creó el Jardín Mei con cuatrocientos árboles mei (ciruelos) plantados allí. En cada primavera, miles y miles de flores de ciruelos (mei) adornan las viejas y retorcidas ramas, creando un escenario asombrantemente hermoso.

El Lago Cheng Kung expone una belleza más complicada: su vasta y clara superficie de agua refleja claramente las imágenes invertidas de pabellones, puentes, pequeñas embarcaciones, árboles verdes en sus orillas y un cielo cambiante. Los pinos que surgen suavemente entre los caminos y las azaleas en sus vistosos colores dan bienvenida a los visitantes en tiempos de primavera.

A pesar de sus atrayentes paisajes dentro del campus, la Universidad Nacional Tsinghua era una universidad totalmente orientada hacia las ciencias hasta muy recientemente, cuando se inauguró una facultad de artes liberales. La sucesora del Colegio Superior Tsinghua de Pekín, que fue fundada en el año de la revolución de 1911 con el propósito de promover las ciencias y tecnología moderna en China, la Universidad Nacional Tsinghua ha logrado mucho prestigio con sus programas de ciencia y tecnología nucleares. Junto con la vecina Universidad Nacional Chiaotung, constituyen la cuna de los científicos, ingenieros y técnicos de la República de China.

Una continuación del Instituto Público Nan Yang de Shanghai, la Universidad Nacional Chiaotung de 91 años de edad, es ahora la única universidad en la República de China sin una facultad de artes y es especialmente conocida por sus propramas de ingeniería eléctrica. El primer aparato de televisión diseñado en el país, así como la primera computadora y el primer robot hechos en el país han sido todos productos de esta institución.

Contando con modernas facilidades, fuertes programas de educación cooperativa, excelentes facultades y cuerpos estudiantiles, y un énfasis en la educación física y las actividades de entretenimiento, la Universidad Nacional Tsinghua y la Universidad Nacional Chiaotung, con la mayoría de sus estudiantes y profesores residiendo dentro del campus, constituyen un "suburbio campus-cultural" especial de Hsinchu.

Con el establecimiento en 1980 del Parque Industrial basado en la ciencia en Hsinchu en un lugar contiguo a las dos universidades nacionales, el área se ha estado forjando como una de las zonas de alta tecnología más importantes en la República de China - un "Valle del Silicio" chino. Obviamente, la vieja "ciudad de los vientos" ha entrado en una fase de transformación y proyecta una imagen más bien complicada y que no pueden describir en forma detallada estas cuantas páginas.

Pero, desde la vieja plazoleta con puestos de comida frente al antiquísimo Templo del dios de la ciudad hasta las contemporáneas oficinas, laboratorios y plantas de alta tecnología en su parque industrial, la ciudad de Hsinchu registra fielmente la trayectoria de los esfuerzos del pueblo chino es una isla eternamente encantadora.

Dentro de su marcado contraste de lo antiguo y nuevo, ¿cuál será la futura configuración de Hsinchu en el futuro? Se convertirá en un avant garde científico completamente modernizado, o ¿una mejor mezcla o aglomeración irremediable de lo antiguo y lo nuevo? Podremos buscar la repuesta solamente en el viento. □

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