03/05/2024

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Cómo se fabrica un bote dragón

01/05/1985
Foto de LIN BOR-LIANG Construcción masiva de botes dragón
El tallado de los botes para un deporte chino de más de 2.000 años de antigüedad

Nos habían dicho que dos artesanos en Shihlin, “Hou-kang” (literalmente, detras del puerto), en las afueras de Taipei eran sobresalientes maestros en la fabricación de botes dragón y en vista que se aproximaba dicho Festival, decidimos hacerles una visita.

En la esquina de un parque, habían construido un enorme cobertizo cubierto de plastico y dentro de él, dos hombres de mediana edad se encontraban ocupados en la fabricaión de dos enormes botes. Por todos lados podían verse piezas de madera distribuidas desordenadamente sobre la tierra húmeda.

Liu Ching-cheng se encontraba sentado al extremo de un bote, sellando cuidadosamente los pequeños agujeros dejados por los tornillos. Tiene 42 años y ha pasado más de veinte construyendo botes dragón.

"Nuestra familia ha estado en este negocio desde la época de mi bisabuelo y yo lo aprendí de mi padre, desde cuando no era más que un niño", expresó. El problema con este oficio heredado de padres a hijos es que los que participan en él desconocen la base científica de cada etapa de su trabajo, por mucho que la ejecuten con habilidad. Por ejemplo, cuando le pregunté cómo calculaba la inclinación del casco del bote, le pareció una pregunta muy difícil de contestar; finalmente me respondió: "La calculo sólo con mis ojos y por mi propia experiencia."

A continuación nos explicó que cada bote tiene 18 metros de largo por 1,5 de ancho y está equipado con 16 pares de remos. En otras palabras, el bote es tripulado por 32 remadores, sirviendo dos de ellos, uno como timonel y el otro que va marcando el ritmo con un tambor.

"El templo de Chu Yuan poseyó en otra época un par de botes dragón -prosiguió-. Dichos botes fueron construidos durante la dinastía Ching y durante 80 años no sufrieron mayores daños. Hace cierto tiempo, los feligreses del templo decidieron reunir dinero para construir dos botes nuevos en lugar de los antiguos." Le pregunté si estos podrían sobrevivir también por un período tan largo, a lo que Liu honestamente respondió: "Imposible. Los antiguos botes se hicieron de madera de alcanfor, en tanto que los nuevos fueron construidos de enebro chino. La razón de ello es que los bosques locales de madera de alcanfor son muy escasos; además, a la mayoría de esos árboles los destinan para extraer de ellos, aceite de alcanfor."

En 1983 construyeron cuatro botes dragón, dos de los cuales se utilizaron para efectuar prácticas en el río Tamsui; los otros dos fueron enviados al templo Chu Yuan. Liu agregó: "Para construirlos, trabajamos diariamente desde las siete de la mañana hasta las once de la noche."

Su hermano, Liu Ching-yi es el entrenador de los remadores que compiten en las competencias del bote dragón. Con un enorme remo en las manos, saltó hacia el interior de uno de los botes y empezó a demostrarnos lo que un timonel debe hacer para poder guiarlo.

Según la opinión común, las competencias del bote dragón se iniciaron hace 2000 años, en homenaje a Chu Yuan, un fiel ministro del rey Huai (128-199 a.C.), quien fue calumniado pór sus celosos rivales de la Corte. Al ser exiliado, pasó el resto de su vida errante en el desierto, previniendo al rey de la inminente caída de su gobierno y expresando sus sentimientos en versos.

Encuentro con la tristeza, un poema de casi 200 versos, canta sus frustraciones y su inmerecido destino. Chu Yuan, al no poder sobrellevar por más tiempo su amargura, se lanzó finalmente al río Milo, pereciendo ahogado en la profundidad de sus aguas, en el quinto día de la quinta luna; los pescadores de los alrededores trataron desesperadamente de salvarlo, pero todos sus esfuerzos fueron inútiles. Las competencias del bote dragón sirven entonces, para conmemorar esta tentativa. Al no poderlo salvar, los pescadores tuvieron que conformarse con arrojar arroz cocido al río para confortar su espíritu. Un día se les apareció el espíritu de Chu, quejándose que el dragón que vivía en el río, le había arrebatado todo el arroz antes de que él pudiese tomarlo, por lo que les pidió que envolvieran el arroz en hojas de bambú. Así fue cómo se inició la costumbre de comer para esta fecha, arroz cocido envuelto en hojas de bambú.

Durante la dinastía Ching, se realizaron sencillas competencias en Taiwan; posteriormente, dicha tradición fue pro­ movida por los japoneses, llegando así, a ser más elaborada. Actualmente dichas competencias tienen lugar en Kaohsiung, Ilan, Keelung, Tainan y Taipei.

Los botes son largos y bajos, como si fuesen verdaderamente dragones reales, sobresaliendo la cabeza en el extremo principal y la larga cola en el otro extremo, con todo el cuerpo cubierto de es­ camas brillantes y llenas de color, dando la impresión de ser un gigantesco dragón nadando sobre las aguas y flotando de un extremo a otro del río, a los acordes de un tambor y de un gong.

De acuerdo con el mayor de los hermanos Liu, cuando recibe un pedido, tienen que viajar a Lotung, Chiayi y Taitun en búsqueda de los troncos de madera apropiados. "La mayoría de árboles de gran tamaño del occidente de Taiwan ya han sido cortados, localizándose actualmente la mayor parte de aserraderos en la costa oriental de la isla", agregó. Los troncos tienen entonces que ser curados, puesto que de otra manera, los cambios de temperatura hacen que se produzcan grietas en ellos.

Foto de LIN BOR-LIANG

Uno de los botes realizando práctica en el río Tamsui

Para ellos resulta muy importante empezar a trabajar pidiendo la protección de los dioses, en una ceremonia sencilla pero significativa. Dicha protección es tanto para los botes como para el trabajo que implica su construcción. Enseguida los trabajadores proceden a cortar las piezas de madera adecuadas de diferente forma y espesor, colocándolas a partir de la parte baja o sea en el fondo del bote.

De hecho la construcción de un bote dragón es una combinación artística que requiere la coordinación de los oficios de carpintería, tallado en madera, pintura de aceite y teoría de arquitectura marítima. El tallado de la cabeza y la cola del bote dragón es un trabajo que constituye un desafío para cualquiera. Un par de enormes ojos saltones producen el efecto de las fosas nasales y las enormes quijadas de un elefante, además del pelo que se agita en el aire. La impresión que ofrece la cabeza de un dragón no sólo es fuerte sino que también muy marcada. La cola enrollada es tallada minuciosamente para poder mostrar así, las escamas del dragón.

Dos días más tarde, los visitamos nuevamente para ver cómo los pintores aplicaban los colores sobre ambos botes. Dos de ellos, tomaron cada uno un enorme pincel para pintar de color amarillo la parte inferior del bote, puesto que ya tenían suficientes colores verde y azul. Pintar la cabeza del dragón es algo en verdad fascinante. El pintor aplica sobre ella, tonos de color rojo, azul, verde y amarillo, colores representativos de los motivos tradicionales de los templos chinos. Bajo los pinceles, el dragón parecía cobrar más vitalidad. Las manos de los pintores eran tan rápidas que finalizaron la "pintura" de los botes en un día solamente. Según el hermano mayor de los Liu, su trabajo sobrevivirá al menos, por otros 25 años. Señaló también que algunos compradores prefieren tener tallados los cascos de los botes antes de aplicar cualquier pintura, lo que representa más tiempo, habilidad y gastos.

Cuando le preguntamos cómo se podía preservar mejor un bote dragón, Liu nos dijo: "Hay que guardarlos en un cobertizo para botes después de concluidas las competencias, para protegerlos del viento, la lluvia y los insectos dañinos. Al momento de aparecer una grieta, hay que rellenarla con corteza de árboles de enebro y luego aplicarle un aceite especial para prevenir grietas mayores. Es aconsejable darle cada cierto tiempo, una nueva capa de pintura. Anteriormente, usábamos bambú y clavos de madera en lugar de los tornillos que usamos ahora, o sea que antes no estaban sujetos a la oxidación, como lo están hoy en día. En la Isla Orquídea, los aborígenes usan todavía clavos de madera para la construcción de los botes, pero ésta implica por lo menos, un año de trabajo, con varias familias participando en la misma. Para nosotros, resulta imposible hacerlo así, debido a que nuestros clientes siempre suelen darnos muy poco tiempo para entregarles los botes ya terminados."

"Hace dos años se necesitaron dos equipos de personas para llevar los botes al templo; para facilitar la operación de transporte, hicieron uso de un chasís especial con ruedas. Al deslizarse los botes dragón a través del pueblo, era como si las criaturas de la mitología china hubiesen vuelto a cobrar vida. Delante de ellos, iban dos personas vestidas de dragones, danzando y saltando en medio del alegre estallido de cohetes y las miradas de los espectadores, mostrando cuán felices se sentían de saludar a sus dos nuevos compañeros de navegación."

"Al llegar al templo, un representante oficial del mismo pintó los ojos del dragón, finalizando así, la ceremonia. Luego fueron colocados en un altar especial, dejando ver las olas pintadas a sus lados. Permanecieron allí, en donde fueron reverenciados y se les rindieron honores, hasta el año pasado, cuando nuevamente fueron llevados en un desfile a través de toda la ciudad", nos refirió.

De acuerdo con el mayor de los Liu, él ha construido hasta la fecha, 36 botes dragón y los más impresionantes fueron los que se enviaron a la comunidad china de Chicago, en Estados Unidos.

Si usted le pide que le diga algo especial acerca de sus botes, sonreirá seguramente con cierta timidez y responderá con humildad: "No sé, pero algunas personas dicen que mis botes son los más bellos y los que navegan más rápido." No es de sorprenderse: con más de 20 años dedicados tan devotamente a dicho arte, los Liu han logrado cosechar muchos triunfos en una de las más arraigadas artes folklóricas chinas. □

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