09/05/2024

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La leyenda del buey

01/03/1985
Habiendo recibido con mucho entusiasmo el año del buey, el pueblo de la República de China lo ha celebrado disfrutando del més alto nivel de vida dentro de los 5.000 años de la historia de China. Por otro lado, el buey ha sido víctima del infortunio, al haber sido reemplazado por las máquinas. Los documentos históricos demuestran que en 1910 existian 480.000 cabezas de ganado, cifra que representa probablemente la éopaca de mayor apogeo en lo referente a la crianza de bueyes en Taiwan. Setenta y cinco años después, su número e importancia han ido disminuyendo cada vez més. Sin embargo, en los corazones de los chinos la maquinaria nunca reemplazará al buey. Su milenaria contribución a la civilización china ha sido preservada a través del idioma. en la historia, por las tradiciones y especialmente, por medio del folklore. Shuo Wen chieh Tzu, un diccionario etimolóaico recopilado por Hsu Shen, enumeró aproximadamente cien términos para "buey" incorporados por la escritura china, los que tienen que ver con la edad, color, temperamento y otras características. Aunque muchos se encuentran actualmente fuera de uso, su prolongada existencia literaria hace un llamado de atención a los jóvenes en cuanto a la importancia del buey en los anales de China. La historia no puede decirnos cuándo fue domesticado el buey. Los antiguos chinos hicieron de él un animal de carga, pero también lo utilizaban para los sacrificios; en China, como en otras partes, el sacrificio de un buey se consideraba la más alta expresión de reverencia en el altar. Los informes en relación al uso del buey en la agricultura se remontan a la dinastía Chou (siglo XI-III a.C.) cuando se descubrió que constituía una fuerza bastante útil como el método más eficiente de arar los campos: una gran innovación para la agricultura antigua. La introducción de la fuerza animal, combinada con la invención de implementos agrícolas de metal, se extendió al cultivo de la tierra y a la producción de cultivos. En la China antigua, el 80 por ciento de la población se dedicaba a la agricultura, estimulada por los diferentes gobiernos. Hacia finales de la dinastía Chin (221-207 a.C.), la corte imperial inició el Rito del Buey en el primer día de la primavera, que se celebraba normalmente cada 4 ó 5 de febrero, las oficinas gubernamentales colocaban fuera de sus casas Imágenes de barro de un agricultor junto a su fiel buey para darle la bienvenida a la primavera y desde luego, para rendirle homenaje a las faenas agrícolas. A través de las generaciones, esta costumbre ha atravesado una variedad de cambios, dándole énfasis al rito simbólico de quebrar la figura del buey hecha de barro. El 4 de febrero de este año, el vicepresidente Lee Teng-hui efectuó ese antiguo rito, golpeando al buey con un látigo hecho de mimbre, hasta hacer despedazar el barro. Arroz, maní, longans y bolitas hechas de tierra cayeron al suelo siendo recogidos por la multitud que participó en dicho ritual. El arroz, prometía una buena cosecha, expresó uno de los asistentes, agregando que las bolitas de tierra traían buena suerte para los animales domésticos, al mezclarlas con agua y revestir el horno de lodo. En las provincias de Kiangsi, Kweichow y Fukien, en el continente, la posición social de una familia era tasada de acuerdo con el número de ganado que poseyese. No se permitía que un hombre se casase con una mujer de diferente posición social. Los agricultores de ese entonces se sentían tan orgullosos de tener un buey como en la actualidad una persona podría sentirse orgullosa de poseer un automóvil. Existían diversos manuales relacionados con las características que debía reunir un buen buey. Sin embargo, todos concordaban en que debe tener el pelo corto y delgado y cuernos finos, debiendo ser el tejido de alrededor de las rodillas duro y protector. Su cola no debe tocar nunca el suelo. De acuerdo con los antiguos expertos en bueyes, un agricultor no debe exponer a sus animales a los extremos del frío o del calor, ni tampoco cansarlos por exceso de esfuerzos. Especialmente, durante el verano, el agrícultor debe hacer trabajar a sus bueyes ya sea tarde por las noches o temprano por las mañanas, en el aire frío y sobre todo, debe alimentarlos bien y regularmente. De acuerdo con los astrólogos, el buey le otorga características especiales a los nacidos en el Año del Buey, siendo diligentes, prudentes y serios en sus trabajos, no inclinándose a correr riesgos. Dudan siempre antes de emprender algún plan, pero una vez que lo empiezan, no lo abandonan sino hasta que lo terminan. Los nacidos en ese año tienen también el temperamento del buey siendo la obstinación su característica más notable; otra de ellas es la terquedad. Además, para otras cosas son con­ servadores, no desafían las viejas creencias ni son partidarios de las soluciones radicales. Son poco románticos, pero muy confiables. Los hombres nacidos en el año del buey son buenos esposos y las mujeres, excelentes esposas. En Taiwan, el buey cuenta con un notable pasado en la forma del carabao, un animal de la misma familia. Después de haber expulsado a las fuerzas holandesas y establecerse en la isla, el General Cheng Cheng-kung (Koxinga) le hizo entrega a su criado de ocho carabaos. Existían vastas tierras arables, pero no habían suficientes carabaos y esos ocho se murieron muy pronto debido al exceso de trabajo. Desde que los soldados de Koxinga los enterraron, empezaron a acontecer cosas muy extrañas en el vecindario. Los espíritus de los carabaos tenían fuerzas milagrosas, afirmaron los residentes, por lo que decidieron construir un templo en su honor. Para el buey de Taiwan, ha pasado ya la época de oro y no retomará jamás. En 1980 en Taiwan no habían más que 100.000 cabezas de ganado. Los expertos ven actualmente la posibilidad de extinción del buey por el año 2005, pudiendo verlo solamente en el zoológico. Sin embargo, todos continuarán celebrando cada segundo año del ciclo de doce, en conmemoración al paciente animal, que fuera una vez el fundamento de la vida china. □

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