04/05/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

SUEÑO URBANO

01/09/2010
El Centro Cultural Ketagalan en Taipei muestra trajes y artefactos tradicionales de los grupos aborígenes en Taiwan, además de ser la sede de exhibiciones artísticas regulares.

Los aborígenes en Taiwan están trasladándose a un ritmo acelerado de la montaña o las aldeas rurales a las ciudades, en búsqueda de mejores oportunidades laborales y educativas. El Gobierno se esfuerza para brindarles ayuda.

La letra de Deseo ir a casa, escrita por el cantante aborigen Dakanow, es simple, pero describe detalladamente los sentimientos y aspiraciones de muchos aborígenes taiwaneses que viven en un ambiente urbano.

Según cuentas compiladas por el Departamento de Registro Familiar bajo el Ministerio del Interior, los aborígenes de Taiwan que residen en las montañas, llanuras y áreas urbanas representaron el 32, 26 y 42 por ciento, respectivamente, de su población total en abril de 2010; en comparación con el 38, 29 y 33 por ciento, respectivamente, registrado en abril de 2002. Recientemente, las cifras muestran una tendencia de migración continua de aborígenes, de las aldeas tribales a las ciudades.

Por ejemplo, Milay Chou, de cuarenta y nueve años, es de la tribu puyuma del Distrito de Taitung, en el sudeste de Taiwan. Ella partió de casa a los dieciocho años para ir a la universidad en Taipei, y no ha vivido en su pueblo desde ese entonces. Aún así, su mayor deseo es volver algún día a su hogar, para establecer un estudio de arte o una cafetería, y vivir la vida simple con su madre, hermanos y amigos de la infancia.

“Cuando era niña, pensaba con frecuencia que algún día dejaría la tribu para ver el mundo exterior”, recuerda Chou. “Pero ahora que estoy envejeciendo, vivo pensando en los recuerdos alegres y extraño mi pueblo cada día más”.

Como casi todas las familias como la de Chou, sus padres vivieron una vida difícil dedicados a la agricultura y la pesca. Para ayudar con la situación financiera de su familia, jugó fútbol en secundaria superior, y ganó un lugar en el equipo nacional, que le permitió participar en competencias internacionales, y lo más importante, ganar premios en efectivo, así como la posibilidad de becas para cursar estudios y otros subsidios del Gobierno.

Después de graduarse de la universidad, y trabajar durante algunos años, Chou comenzó a pensar seriamente sobre su futuro. Estaba interesada en el diseño, y sabía que para seguir una carrera en ese campo, necesitaba proseguir estudios avanzados. Por eso, con sus propios ahorros y dinero prestado con una hipoteca sobre un terreno de su padre, Chou fue a Japón para estudiar diseño de interiores y vivió allí durante siete años. Después de su regreso a Taipei, encontró un trabajo en una firma de diseño arquitectónico, donde tenía buenos ingresos.

“La muerte de mi padre me sacudió. De pronto, me sentí obligada a hacer algo que tuviera conexión con mis propias experiencias culturales y mi vida”, dice Chou. “Las cariñosas relaciones familiares y muchos tótems que veía cuando era niña, comenzaron a aparecer en mi mente uno por uno, inspirándome a transformarlos en obras de arte”. Entonces, en 2007, Chou estableció un estudio y se dedicó a pintar y crear artesanías, accesorios y objetos decorativos que muestran imágenes y figuras aborígenes típicas, así como obras abstractas que expresan sus pensamientos y sentimientos.

Con la asistencia de la Comisión para los Aborígenes (IPC, siglas en inglés), del Gobierno de la Ciudad de Taipei, que le brinda un espacio dentro de una estación del metro de Taipei a bajo costo, Chou vende ahora sus creaciones, junto con piezas elaboradas por sus amigos aborígenes. “Lo que espero es unir a los diseñadores aborígenes taiwaneses para crear obras que puedan mostrar mejor nuestras diversas culturas y conmover a la gente a través de su atractivo estético”, dice. “Por suerte, nosotros los aborígenes podemos desempeñar un papel activo en la industria creativa y cultural promovida por el Gobierno”.

 

La tienda de Milay Chou dentro de la estación del metro de Taipei. Chou vende sus propias creaciones, así como piezas hechas por sus amigos aborígenes.

Chou agrega que se considera afortunada de poder ganarse la vida haciendo lo que realmente le gusta; mientras que otros, particularmente aborígenes, tienen que realizar cualquier trabajo disponible para poder vivir. De hecho, en vista de su etnia aborigen, Chou se incluye entre los pocos afortunados que han recibido educación superior y tiene su propio negocio.

Durante muchos años, los aborígenes de la isla se han visto desfavorecidos desde el punto de vista económico, social y político. Esta desventaja abarca el acceso a buena educación, que a su vez significa que muchos aborígenes encuentran difícil encontrar empleo o se ven obligados a aceptar trabajos de obrero para poder mantenerse. Las cifras publicadas por el Consejo para los Asuntos Laborales (CLA, siglas en inglés) muestran que en diciembre de 2009, el número de aborígenes empleados era entre 230.000-240.000, mientras que el número de aborígenes que buscaban empleo era alrededor de 20.000. En general, el índice de desempleo entre los aborígenes era del 7,31 por ciento, en comparación con el promedio de toda la isla del 5,74 por ciento.

Actualmente, hay 14 tribus reconocidas por el Gobierno: amis, atayal, bunun, kavalan, paiwan, puyuma, rukai, saisiyat, sakizaya, sediq, thao, turku, tsou, y yami o tao. Por consiguiente, hay alrededor de 507.000 individuos reconocidos como aborígenes, alrededor del 2 por ciento de la población total de Taiwan. Muchos de ellos viven en los distritos de  Hualien y Taitung, en el este y sudeste de Taiwan. Cada tribu tiene su propio idioma, rasgos culturales y costumbres tradicionales diferentes, y es una parte esencial de la sociedad multicultural de Taiwan.

Para tratar las necesidades de los grupos aborígenes y mejorar su bienestar, el Yuan Ejecutivo estableció el Consejo para los Asuntos Aborígenes en 1996, cuyo nombre cambió a Consejo para las Tribus Aborígenes (CIP, siglas en inglés) en 2002. El CIP es la principal agencia encargada de los asuntos relacionados con los aborígenes, y se dedica a planificar, formular y ejecutar las políticas aborígenes y las medidas pertinentes a su cultura, economía, educación, salud, tierra y bienestar. Muchos gobiernos locales han establecido también sus propias comisiones para las tribus aborígenes, que son generalmente responsables de ejecutar las políticas del CIP, y el Consejo coordina también con otros ministerios del Gobierno Central para apoyar los asuntos relacionados con el bienestar de los aborígenes.

 

El festival de la cosecha, organizado anualmente por la Comisión para los Asuntos Aborígenes del Gobierno de la Ciudad de Kaohsiung, procura conservar y promover las culturas aborígenes. (Cortesía de la Comisión para los Asuntos Aborígenes, Gobierno de la Ciudad de Kaohsiung)

Además, se promulgó una estructura legal completa, la Ley Básica de las Tribus Aborígenes, en 2005, con el propósito de proteger los derechos fundamentales de las tribus aborígenes y promover su subsistencia y desarrollo basados en la coexistencia y la prosperidad mutua con la sociedad principal. Por consiguiente, el Gobierno tiene la obligación de brindar suficientes recursos y destinar un presupuesto anual para ayudar a las tribus aborígenes a mejorar su calidad de vida, nivel educativo y destrezas profesionales, así como preservar sus culturas e idiomas.

En general, el presupuesto anual destinado al CIP ha aumentado durante los últimos años, por ejemplo de NT$6.200 millones (US$194 millones) en 2007 a NT$7.200 millones (US$225 millones) en 2010, lo que indica el mayor énfasis del Gobierno en los asuntos aborígenes.

Además, dado que más y más aborígenes se han reubicado en las ciudades,  en 1991 el CIP comenzó un programa de desarrollo a largo plazo para los aborígenes que viven en las zonas urbanas, a fin de ayudarlos a enfrentar varios asuntos con los que viven a diario, a través de subsidios, préstamos a bajo interés, formación laboral, vivienda, becas, cuidado médico, cursos educativos, servicios de empleo y servicios de ayuda legal.

Sun Ta-chuan, ministro del CIP, dice que los principales problemas que enfrentan los aborígenes cuando se trasladan a las áreas urbanas son la vivienda y el empleo. Muchos no tienen capacidad de comprar un apartamento y luchan para pagar la renta debido a sus limitados ingresos. En particular, la importación de mano de obra del Sudeste Asiático en Taiwan desde 1989, ha afectado las oportunidades laborales de los aborígenes, ya que los patronos prefieren la mano de obra más barata importada para muchos trabajos de mano de obra intensiva como en la industria de la construcción.

Sun es miembro de la tribu puyuma. Después de graduarse de licenciado en Literatura China en la Universidad Nacional de Taiwan, y obtener una maestría en Filosofía de la Universidad Católica Fu Jen, fue a Bélgica a estudiar Sicología en Katholieke Universiteit Leuven. Desde hace mucho tiempo, ha sido un activista de la cultura aborigen.También ha trabajado como profesor asociado en varias universidades de Taiwan.

En cuanto a la vivienda, Sun dice que el Gobierno Central trabaja con los gobiernos locales para poner a la disposición unidades de vivienda pública con un alquiler reducido para los aborígenes hasta por un período de seis años. Y para familias aborígenes de bajo y mediano ingreso que rentan o desean comprar sus propios apartamentos, el Gobierno ofrece subsidios o préstamos a bajo interés.

El hogar en la ciudad

Dos ciudades con la mayor población aborigen son la ciudad capital Taipei en el norte y la ciudad de Kaohsiung en el sur de Taiwan. Según una encuesta del CIP, del Gobierno de la Ciudad de Taipei, actualmente hay 13.145 aborígenes registrados en la Ciudad de Taipei. Según esta encuesta, alrededor del 49 por ciento renta apartamento, 33 por ciento posee su propia vivienda, y 16 por ciento vive en la casa de un pariente o amigo. En términos de ayuda para vivienda, Yang dice que el Gobierno de la Ciudad de Taipei ha destinado un 3 por ciento de sus viviendas públicas en diferentes distritos para los aborígenes. La cuota de alquiler mensual por estas viviendas es baja, y hay un subsidio para renta mensual de NT$3.000 (US$94) disponible para las familias que ganan menos de NT$23.000 (US$720) al mes.

Eteng Ingay, presidente de la Comisión para los Asuntos Aborígenes (CIA, siglas en inglés) del Gobierno de la Ciudad de Kaohsiung, dice que el número de aborígenes que vive en esa ciudad va en aumento, con 11.364 residentes aborígenes registrados hasta finales de 2009, en comparación con 10.086 a finales de 2006. Muchos de ellos se han trasladado a Kaohsiung en vista de las mayores oportunidades laborales en el sector de la fabricación y servicios, añade.

El gobierno de la Ciudad de Kaohsiung alquila una serie de apartamentos de vivienda pública a los aborígenes a una renta mensual de NT$3.500 (US$110) y ofrece a los que desean comprar una unidad de vivienda pública un descuento del 20 por ciento. Si es su primera vivienda, pueden obtener un préstamo a bajo interés, y este año también pueden obtener un subsidio de NT$200.000 (US$6.250),  ambos provistos por el Gobierno Central.

 

Sun Ta-chuan, ministro del Consejo para las Tribus Aborígenes (Chen Mei-ling)

Para ayudar a los aborígenes a encontrar empleo, el CIP del Gobierno Central coopera con el CLA, de nivel ministerial, para brindar a los aborígenes servicios de empleo y entrenamiento vocacional en varios campos, incluyendo el ensamblaje de computadoras, administración de negocios en línea, oficios mecánicos, artesanías y costura.

En 2009, el Gobierno Central emprendió un plan especial de cuatro años que involucra la cooperación estrecha del CLA y los gobiernos locales a fin de ayudar a los aborígenes a entrar en el mercado laboral, agrega Sun. Se calcula que el esquema brindará 8.236 oportunidades laborales y 4.090 oportunidades de entrenamiento vocacional para el momento en que concluya en 2012.

Yang Hsin-yi, presidenta del CIP de la Ciudad de Taipei, dice que en general, los aborígenes de toda la nación enfrentan problemas similares en cuanto a su situación económica, el acceso a la educación y la conservación de su cultura tradicional. Sin embargo, los problemas son más severos para los que se trasladan a las áreas urbanas, ya que necesitan adaptarse al ritmo rápido de la vida de la ciudad, que es bastante diferente de los estilos relajados y lentos que llevaban en casa. Asimismo, debido a sus niveles educativos y profesionales comparativamente bajos, tienen más dificultad para competir con los chinos han en el mercado laboral, dice Yang.

En respuesta a los problemas laborales para los aborígenes, Yang dice que muchos gobiernos de ciudad y distrito destinan cierto porcentaje de sus cargos para los aborígenes. Por ejemplo, ahora hay alrededor de 800 aborígenes que trabajan en diferentes agencias del Gobierno de la Ciudad de Taipei. El 80 por ciento de los miembros del personal de su comisión son aborígenes, ella misma es miembro de la tribu amis. Una ventaja de emplear un alto número de aborígenes en su agencia, explica Yang, es que conocen mejor lo que necesitan los grupos aborígenes y pueden brindar la ayuda correspondiente.

Eteng Ingay, de Kaohsiung, dice que su agencia también trata de solucionar el problema laboral de los aborígenes. Ofrece una variedad de programas de formación para que aprendan destrezas, la comisión ofrece un pago en efectivo de hasta NT$10.000 (US$312) a los que obtengan un certificado de destreza profesional emitido por el CLA. Aún más, el gobierno de la ciudad brinda espacios comerciales para que los aborígenes vendan sus artesanías y celebren campañas publicitarias para presentar sus obras de arte aborigen de vez en cuando.

Enfasis en la educación

Sin embargo, la solución fundamental para el problema de mejorar la situación general de los aborígenes, enfatiza Sun Ta-chuan, de CIP, es ayudar a las generaciones más jóvenes para que reciban una educación en el sistema escolar principal, desde la primaria hasta la secundaria, y luego en el nivel universitario y superior. En este aspecto, el Gobierno ofrece subsidios y becas para financiar los costos de educación para los estudiantes aborígenes en Taiwan, así como aquellos que buscan educación avanzada en el exterior.

Yang Hsin-yi, de la ciudad de Taipei, dice que en el pasado, ha sido difícil que muchos padres aborígenes ofrezcan una buena educación a sus hijos debido a la pobre situación económica de muchas familias. Sin embargo, así como Sun, Yang cree que la educación es la clave para mejorar la vida de los aborígenes. Ella indica que el CIP ofrece varios subsidios de educación, transporte, y almuerzos para los estudiantes, desde el nivel preescolar hasta el universitario, así como becas para los que se desempeñan bien académicamente o en otros campos, incluyendo el deporte, la danza o la música.

En la ciudad de Kaohsiung, el CIA ofrece subsidios educativos desde NT$2.000 (US$64) hasta NT$5.000 (US$156) cada semestre para los estudiantes aborígenes que estudian desde preescolar hasta la universidad. Igualmente brindan almuerzos gratuitos a los estudiantes de primaria y secundaria de familias de bajo y mediano ingreso.

Otro aspecto de la asistencia para los aborígenes son los muchos esfuerzos centrados en la preservación de sus culturas e idiomas tradicionales. En la ciudad de Taipei, el CIP está dedicado a ayudar a los grupos aborígenes que viven en la ciudad para que preserven sus idiomas, dice Yang. Además de patrocinar varias escuelas en el área de Taipei, para que enseñen cursos de idioma aborigen, el CIP ha invitado a maestros especializados de diferentes tribus para que enseñen sus idiomas en 35 comunidades durante los fines de semana. Actualmente, 400 a 500 padres aborígenes y sus hijos participan en las clases, agrega.

En cuanto a la preservación y promoción de las culturas aborígenes, Yang dice que el CIP organiza un festival de cosecha anual, y en 2002 el gobierno de la ciudad estableció el Centro Cultural Ketagalan en Beitou, al norte de Taipei, en donde se exhiben artefactos tradicionales de diferentes tribus, así como se celebran exhibiciones de arte regulares, eventos musicales y conferencias.

Del mismo modo, la agencia del Gobierno de la Ciudad de Taipei estableció un colegio comunitario tribal en Nangang, al este de Taipei en junio de este año para promover el aprendizaje de por vida, que ella considera especialmente importante para las culturas aborígenes. “En este colegio, esperamos que los aborígenes puedan aprender más sobre sus propias culturas, historia, sistema social, idioma y artesanías antiguas, incluyendo el tejido y la escultura. Los chinos han también son bienvenidos a participar en los cursos para que comprendan mejor las culturas aborígenes”, dice Yang. “Nos esforzamos en promocionar las culturas aborígenes porque juegan un papel crucial en el desarrollo cultural de Taiwan”.

Eteng Ingay, de la ciudad de Kaohsiung, enfatiza que ayudar a los grupos aborígenes que viven en la ciudad para que conserven sus culturas e idiomas es una tarea importante para su agencia. De esta manera, el CIA organiza varias ritos anuales importantes, incluyendo el festival de la cosecha y la ceremonia de mayoría de edad, junto con cursos que introducen el significado de los eventos. La agencia también organiza programas de aprendizaje de idiomas para gente de tribus diferentes y anima a los jóvenes a tomar el examen de dominio de idioma, que también puede ser útil para créditos adicionales en la escuela, y así aumentar sus oportunidades de continuar estudios superiores en el sistema escolar normal.

De la cultura al aula

Aparte de ofrecer un lugar especial para que las tribus aborígenes celebren sus propias reuniones sociales y otras actividades, el CIA patrocina más de 50 eventos artísticos, musicales de danza y deportes al año, que son organizados por los grupos aborígenes y las iglesias. Además, un colegio comunitario tribal opera desde 2003, y se ofrecen más de 200 cursos relacionados a la cultura, danza, artesanías, finanzas y economía aborígenes, así como al desarrollo industrial, con 2.000-3.000 participantes en las clases.

 

El Gobierno de la Ciudad de Kaohsiung organiza programas de aprendizaje de idiomas para los aborígenes de las diferentes tribus. (Cortesía de la Comisión para los Asuntos Aborígenes, Gobierno de la Ciudad de Kaohsiung)

Alice Takewatan, miembro de la tribu Bunun, es la presidenta de la Asociación para el Desarrollo de la Empresa Cultural Aborigen de Taiwan. Ella se ha dedicado desde hace mucho tiempo a la promoción de las culturas aborígenes a través de la enseñanza, la escritura, conferencias, drama, desfiles de moda y producciones de video y programas de televisión. Es frecuentemente invitada por las agencias gubernamentales en Taiwan para organizar exhibiciones en el país y extranjero a fin de mostrar el arte, artesanías, escultura, fotografías y costumbres tradicionales, así como ritos de los aborígenes.

En su opinión, el Gobierno ha hecho mucho por ayudar a los grupos aborígenes, particularmente en las áreas de la educación y el bienestar social. Lo que ocurre es que algunos aborígenes no aprovechan bien esos recursos para mejorar sus destrezas, y terminan trabajando como obreros, dice Takewatan.

“Es el momento de que todas las comunidades aborígenes se esfuercen en avanzar, en lugar de mirar atrás y continuar discutiendo con la sociedad sobre los derechos humanos y los derechos de la tierra”, dice la Presidenta de la asociación. “Ellos necesitan pensar mejor cómo sacar provecho de su patrimonio cultural distintivo en un sentido económico; por ejemplo cómo ganar dinero a través de sus actuaciones”.

Entre tanto, el Gobierno ha actuado lentamente en la promoción del uso del arte y la cultura aborigen en la industria creativa y cultural, dice también Takewatan. Ella piensa que eso es una gran lástima porque este tipo de promoción no sólo tiene potencial económico sino que serviría como una manera de diplomacia cultural para aumentar la visibilidad de Taiwan en el ámbito internacional.

En los últimos años, Takewatan dice que ha realizado muchos esfuerzos para desarrollar las industrias culturales aborígenes, incluyendo la organización de desfiles de moda y espectáculos dramáticos, así como en la creación de productos tales como títeres y artículos de escritorio basados en los personajes de los espectáculos. Ella también ha escrito varias obras que incluyen baladas y danzas aborígenes, y la actitud de los aborígenes hacia la naturaleza. Ella espera que sus guiones puedan adaptarse algún día a películas animadas en 3D, programas de televisión o contenido de libros electrónicos para una mayor circulación.

“Mi objetivo es ayudar a establecer una cadena industrial completa, a través de diversos sectores comerciales, a fin de aumentar las oportunidades laborales para los aborígenes. Por ejemplo, para presentar una obra de teatro, necesitamos preparar a personas con una variedad de talentos, tales como director, guionista, administrador y actores, entre otras cosas”, dice Takewatan. “Ayudando a la gente a adquirir destrezas, esperamos que los integrantes de diferentes tribus aprendan a intercambiar sus propios recursos con la sociedad, para así mejorar su situación económica y social, al mismo tiempo que promueven sus culturas a una mayor escala”.

La tarea de mejorar las oportunidades de los aborígenes de Taiwan continúa a través de los esfuerzos conjuntos de muchos artistas sobresalientes y ambiciosos, tales como Alice Takewatan y Milay Chou, junto con las agencias especializadas en los asuntos aborígenes dirigidos por representantes aborígenes. Una parte importante de estos esfuerzos es centrarse en las comunidades aborígenes en las áreas urbanas, que buscan maneras de cambiar su destino y alcanzar un futuro mejor.

“Yo misma he tenido muchas oportunidades de dirigir importantes tareas y participar en misiones internacionales para presentar el arte y la cultura aborigen de Taiwan”, dice Takewatan. “Espero que mis experiencias puedan inspirar a otros aborígenes”.

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