05/05/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

DEPORTISTAS TRIUNFADORAS

01/09/2010
Yani Tseng en el campeonato British Open, donde obtuvo su tercer triunfo en un ”major” de la LPGA el 1º de agosto.

De ningún modo las mujeres son el “sexo débil”, como quedó comprobado gracias al arduo trabajo y la dedicación de tres grandes triunfadoras en diferentes deportes.

Para los amantes del golf, el retiro a principios de mayo de Lorena Ochoa, una golfista mexicana profesional, que mantuvo el primer lugar en el ránking desde abril de 2007 hasta el día que su retiro del deporte, es recientmente la noticia más importante en el mundo del golf femenino. Sin embargo, para los taiwaneses y aficionados de Yani Tseng, la pasada primavera se distinguió principalmente por el extraordinario desempeño de esta golfista taiwanesa de 21 años en el Campeonato Kraft Nabisco en Rancho Mirage, California, a principios de abril. La actuación garantizó otro triunfo importante para Tseng, desde que empezó a jugar profesionalmente en enero de 2007.

A principios de año, Tseng ya había ganado dos campeonatos, el primero, el Abierto de Damas Taifong en el centro de Taiwan en enero; y el segundo, el Abierto de Mujeres Handa en Melbourne en marzo. Pero el título que logró en California es el de mayor importancia, ya que es uno de los títulos más importantes o “major” de la Gira de la Asociación Profesional Femenina de Golf (LPGA, siglas en inglés). La gira de la LPGA incluye una serie de torneos para las mejores atletas de golf en el mundo durante gran parte del año. Esta es la segunda vez que la jugadora taiwanesa gana un torneo importante celebrado por LPGA, con sede en Estados Unidos. La primera vez fue en junio de 2008 cuando Tseng ganó el Campeonato McDonald de LPGA, realizado en Maryland, y que la convirtió en la segunda campeona más joven de un evento de LPGA en la historia de la organización. Taiwan ha producido sobresalientes golfistas en el pasado, tales como Tu Ai-yu, un nombre conocido en los ochenta, especialmente en Japón, donde ganó un total de 71 campeonatos, pero ciertamente Tseng ha pasado a un nivel más alto en el golf mundial.

El triunfo en abril impulsó a Tseng del sexto al segundo lugar en el mundo, aunque su ránking bajó al cuarto lugar a mediados de junio. “Realmente quiero dar las gracias a Annika Sörenstam”, dijo Tseng en una conferencia de prensa después del torneo de abril, agradeciendo a la ex campeona del mundo, de origen sueco, quien es tanto su ídolo como su amiga. “Ella me ayudó a mejorar mi juego, en la parte mental, y me dijo que lo tomara paso a paso”, dijo Tseng.

Entrenamiento duro

Tseng entrenó en Taiwan hasta casi los veinte años, cuando partió a Estados Unidos. Sus logros también nacen de su propia habilidad y dedicación, así como de aquellos que la ayudaron a lo largo del camino hacia el éxito, como sus padres amantes del golf, y Hsu Tien-ya, presidente del Grupo Sunrise, quien se interesó desde un principio en la carrera de Tseng y patrocinó su entrenamiento en Taiwan. “Ella ha tenido un entrenamiento muy duro, que ella describe como un infierno. Pero también dice que sin esa difícil experiencia, hubiese sido difícil lograr el éxito”, dice el empresario sobre los años de entrenamiento de la golfista en el Sunrise Golf and Country Club en el distrito de Taoyuan, en el norte de Taiwan, que es propiedad del Grupo Sunrise.

 

Wu Hui-ju tiene mucha confianza de que alcanzará un lugar en el podio en los 16º Juegos Asiáticos en noviembre, a pesar de tantas rivales formidables.

Detrás de la determinación de la golfista se encuentra sin dudas una gran ambición de sobresalir en el deporte, como indica Hsu que “tanto Tseng como su padre, se han puesto como meta desde hace mucho tiempo que ella se convierta en una profesional y competir en Estados Unidos”, donde se celebra la mayoría de los campeonatos de LPGA.

Ya famosa en Taiwan y otros lugares, Tseng espera que su actuación le ayude a desarrollar el deporte en la isla, atrayendo a más patrocinadores corporativos, así como hizo la leyenda del golf coreana, Se Ri Pak, campeona de cinco campeonatos de LPGA, que ha tenido éxito promoviendo el deporte en su tierra natal Corea del Sur, donde hoy día hay excelentes golfistas. “Se debería celebrar un torneo de LPGA en Taiwan, preferiblemente en Taoyuan porque Tseng creció y entrenó allí. Haré lo posible por lograrlo”, dijo el jefe del distrito de Taoyuan, Wu Chih-yang, en una conferencia de prensa celebrada el 25 de abril para dar la bienvenida a la golfista.

Parece que nada es imposible cuando se trata de Yani Tseng, como lo demuestran sus éxitos inspiradores hasta la fecha. “Ni siquiera pensé en ganar cuando competí en el torneo de junio 2008, pero sabía que tenía la oportunidad de ganar esta vez (abril de 2010)”, dijo la golfista en la conferencia de prensa. Las próximas metas, dice Tseng, son llegar a ser la número uno en el mundo y ganar los cuatro torneos principales de la LPGA. En el momento en que Lorena Ochoa anunció su retiro en abril, la golfista de 28 años había ganado dos títulos importantes de la LPGA. Con dos de estos honores a los 21 años, Tseng parece que tiene buena oportunidad de lograr algunos récords mundiales en golf.

Casi igual de ambiciosa es la arquera Wu Hui-ju, quien actualmente vive en el Centro Nacional de Entrenamiento Deportivo en Zuoying, ciudad de Kaohsiung, mientras se prepara para los XVI Juegos de Asia en Guangzhou, China continental en noviembre. “Mi meta es por supuesto la medalla de oro en los juegos”, dijo la estrella de arquería, a pesar de las formidables competidoras de Corea del Sur y China continental.

Wu dice que comenzó en el deporte cuando una maestra la seleccionó para el equipo de arquería de su escuela primaria, porque ella “se portaba bien”. Aunque el deporte es poco familiar para la mayoría de los taiwaneses, no dejó de interesar a la pequeña niña, quién descubrió que tenía talento y era capaz de progresar y lograr buenos resultados en las competencias de arquería. Ha practicado el deporte durante casi 20 años, y ha entrenado a tiempo completo en el centro Zuoying desde 2003. “Practicar arquería puede ser bastante aburrido, especialmente cuando el puntaje es bajo. Pero una vez que se comienza a desempeñar bien, el sentido de logro te hace seguir hacia delante”, dice la atleta.

Así como Yani Tseng, Wu comenzó a distinguirse en su deporte a temprana edad. En su adolescencia, como estudiante de secundaria, participó en la competencia eliminatoria preliminar para el equipo Chinos Taipei que participaría en los Juegos Olímpicos Sydney 2000, aunque todos los otros arqueros eran estudiantes universitarios. Sin embargo, al final, no logró participar en el equipo nacional. No obstante, cuatro años después, lo logró en los juegos de Atenas, ganando una

medalla de bronce en el evento por equipo con otras dos arqueras taiwanesas, la primera medalla olímpica en arquería femenina para Taiwan. En el Campeonato Mundial de Arquería al Aire Libre celebrado en Alemania, avanzó logrando una medalla de plata para Taiwan en el evento por equipo.

“Wu es la arquera sicológicamente más estable en Taiwan”, dice In Soo Chun, de Corea del Sur, quien es el entrenador principal del equipo nacional de Taiwan desde junio de 2009 en preparación para los próximos Juegos de Asia y las Olimpiadas de Londres en 2012. Chun, ex entrenador del equipo nacional de Corea del Sur, señala la importancia de la calma y una mente totalmente enfocada en la arquería, que, según él, explica parcialmente el avance de Wu en el deporte. “No se puede saber si está enojada o feliz durante una competencia”, agrega.

La técnica precisa también juega un papel en el deporte, dice el entrenador coreano, y la fuerza física es mucho menos importante. “Para un hombre sin entrenamiento sería difícil halar el arco, pero una arquera con buenas destrezas técnicas puede hacerlo fácilmente”, dice, y agrega que la actuación en este deporte tiene muy poco que ver con las diferencias físicas entre ambos sexos. Por eso es que, dice Wu, que atletas con más de sesenta años e incluso mujeres embarazadas se ven participando en competencias de arquería, incluso en el nivel olímpico.

La búsqueda por la perfección

Wu dice que ella ha hecho progresos obvios en su técnica, gracias a las instrucciones del entrenador coreano. “Solía sentir a veces que la mano que sostiene el arco me temblaba, aunque la gente que me veía normalmente no lo notaba”, dice, explicando que un cambio sutil en el movimiento del cuerpo puede afectar en gran medida el resultado. A diferencia de los arqueros taiwaneses, los atletas coreanos tienen más madurez técnica. “Son como robots”, dice Wu. “Un buen arquero tiene que ser como un robot –perfecto en cada movimiento”.

 

Su Li-wen gana la medalla de oro en los Juegos Asiático Doha en 2006.

De hecho, los arqueros coreanos son la principal barrera para que Wu y sus compañeros logren las medallas de oro en los Juegos de Asia en noviembre. “La competencia entre los arqueros coreanos mismos es muy fuerte, lo que a su vez estimula que cada uno mejore”, explica el entrenador en cuanto a una de las principales diferencias en el entorno de entrenamiento en Taiwan y el de su país de origen. Además, señala que hay un máximo de dos arqueras taiwanesas que pueden tener la destreza de Wu, pero en Corea del Sur hay más de 50, con la misma o mejor destreza.

Dicho eso, la medallista olímpica mantiene su esperanza de ganar los más altos honores en los eventos de 2010 y 2012 en Guangzhou y Londres. Ella también está feliz de ver a otras atletas jóvenes que están alcanzando mejores niveles para tomar el testigo. En los Juegos Nacionales Universitarios de la República de China en mayo de este año, una arquera universitaria rompió el récord nacional de 664 puntos en el evento individual femenino por dos puntos. El récord anterior fue establecido por Wu en 2004. “Eso significa que hay nueva sangre en este campo. Eso es bueno para el desarrollo del deporte en Taiwan”, dice Wu.

Una veterana en el campo del taekwondo, Su Li-wen, de 29 años, no es menos memorable que cualquier medallista olímpica.

Para los taiwaneses que vieron a Su en la televisión cuando intentaba luchar por una medalla en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, lo que importó fue el espíritu competitivo que demostró durante los combates, y no los resultados.

En el primer round del evento femenino de menos de 57 kilos, sufrió una torcedura de ligamentos en su rodilla izquierda y una fractura en un dedo del pie, perdiendo la batalla a la atleta de Corea del Sur, quien luego resultó la medallista de oro. En la siguiente repesca, Su, cojeando,  logró vencer a su rival y pasó a la siguiente etapa donde se decidiría la medalla de bronce, aunque  su entrenador tuvo que sacarla cargada. A pesar de aconsejársele desistir en este momento, la atleta decidió competir por la medalla de bronce, cayéndose una y otra vez durante el último combate en Pekín debido al intenso dolor. Al final, Su casi gana la medalla, pero su espíritu luchador conmovió a muchos hasta hacerlos llorar, y creó un momento de gloria que pocos olvidarán.

“Desde que empecé en este deporte, he entrenado constantemente con una lesión en algún lugar de mi cuerpo, pero esa vez fue la más seria”, dice Su, ahora de 29 años, quien estuvo hospitalizada durante tres meses después de regresar a Taiwan, inmediatamente después de la competencia en Pekín. “No estoy segura si pudiese luchar una segunda vez así”, dice del atroz dolor que sufrió durante esos combates hace dos años.

Su dice que espera que su retiro de la competencia sea temporal. Entre tanto, con las cicatrices que le quedaron después de la cirugía en su rodilla lastimada, como una insignia de coraje, Su ha estado entrenando al equipo nacional de taekwondo en destrezas técnicas desde que salió del hospital, y es la más joven de sus ocho entrenadores. “Ella está retirada del deporte como atleta, por eso entiende mejor lo que necesitamos y pensamos”, dice Jean Liao, una joven de 18 años integrante del equipo. “A diferencia de los entrenadores mayores que solamente observan y dan instrucciones generales durante los entrenamientos, ella practica con nosotros, y por lo tanto, conoce nuestras debilidades mejor”, agrega.

De vuelta en el cuadrilátero

Sin embargo, la situación de esta atleta convertida en entrenadora no durará demasiado tiempo. “Prefiero ser una atleta”, dice Su, “Realmente me gusta practicar el deporte”. Además, es muy agotador ser entrenadora, en vista de los diversos deberes que hay que desempeñar, tales como cuidar de cada atleta, participar en reuniones y redactar los informes. “Es físicamente más agotador ser atleta, pero lo único que tengo que hacer como atleta es entrenar. Practico con los atletas cuando entreno, entonces me agoto mental y físicamente”, dice.

Según Su, es difícil entrenar a los atletas porque a veces suelen retar la autoridad del entrenador. “Nunca he cuestionado las órdenes que me han dado mis entrenadores, sin importar cuán difíciles sean las sesiones de entrenamiento; pero los atletas de las generaciones más jóvenes, preguntan ¿Por qué? Cuando deseo que hagan algo”, dice. “También son débiles de voluntad ante las frustraciones. Pero cuando los atletas de alto nivel compiten, la voluntad es el factor decisivo en el resultado”.

Para Su, el entrenamiento duro comenzó cuando empezó a practicar taekwondo a los 10 años animada por sus padres, que esperaban que el deporte sirviera para mejorar la salud de su hija, quien se resfriaba frecuentemente. “Veía a mis compañeros que practicaban taekwondo, y empecé a practicar también. Pero al final, ellos lo abandonaron y yo continué”.

De niña, “le gustaba jugar con los varones y tenía bastante energía”, recuerda Lee Shan-lung, el primer entrenador de Su, “y nunca aceptaba la derrota”. Los años de dedicación al deporte han convertido a Su en una atleta de primera. Después de ser compañera de entrenamiento de los atletas del equipo nacional en 1998 en el centro Zuoying, ella se convirtió en una de ellas al año siguiente. El primer triunfo de su carrera llegó en 2002 cuando ganó la medalla de oro en el Campeonato Mundial de Taekwondo Universitario. Antes de que las lesiones que sufrió en los Juegos Olímpicos de Pekín detuvieran su carrera, había ganado la medalla de plata en el Campeonato Mundial de Taekwondo en 2005, seguida de medallas de oro en los Juegos Asiáticos en Doho en 2006, los Juegos Mundiales Universitarios en 2007 y el Campeonato Asiático de Taekwondo en 2008.

Tras doce años de entrenamiento en el Centro Zuoying, al que llama su casa lejos de su hogar, Su está dispuesta a volver al cuadrilátero del taekwondo como competidora. “Siento que mi cuerpo ha vuelto a la normalidad en un 90 por ciento. Y estoy tratando de estar lista físicamente para volver en cualquier momento que mi país lo necesite”, dice cuando se le pregunta si competirá en las Olimpiadas de Londres 2012. Con suerte, esta veterana dará un ejemplo de espíritu deportivo a las generaciones más jóvenes durante muchos años más.

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