19/05/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

Desfiladero de Taroko

01/09/1983
Los imponentes exteriores y los majestuosos panoramas del Desfiladero de Taroko La Autopista que atraviesa la Isla de Este a Oeste, permite apreciar elevadas paredes de mármol, riscos fluviales y espumosas corrientes; su estrecho sendero montañoso que abraza la cintura de la montaña, ha atraído a millones de turistas que se enfrentan con el emocionante reto de paisajes muy bajos. Cuando empezamos nuestro viaje, a través de la carretera Shuao-Hualien, el día estaba claro; a pesar de los posibles y casi siempre inesperados obstáculos que se nos pudieran presentar, confiábamos llegar al atardecer a Hualien. Los mares azules y las distantes montañas nos acompañaban en todo el camino. Cuando llegamos a Hoping eran las tres de la tarde. Nos dijeron que había derrumbes adelante, sin embargo, no supimos cuán serias eran las condiciones, hasta que uno de los trabajadores dijo enfáticamente: "Será imposible continuar." El señor Hsu, nuestro conductor, fue lo suficientemente amable en aconsejarnos que tomáramos un tren para la ciudad de Hualien donde él se uniría a nosotros al día siguiente, siempre y cuando se despejara el camino. Al enterarnos de esto y como de todas maneras no había cuartos desocupados en los escasos hoteles en Hoping, decidimos que la mejor solución era tomar el tren. Efectivamente el derrumbe no fue despejado sino hasta el mediodía siguiente. Debido a que estábamos atrasados en nuestro horario, nos apresuramos a seguir adelante. Aún antes de entrar al espectacular Desfiladero de Taroko, las canteras de mármol empezaron a aparecer. Continuamos alegremente nuestro viaje alrededor del estrecho y torcido camino, hasta que tuvimos que pasar a través de un puente de barras de acero. Allí apareció ante nuestra vista un bello paisaje, como si fuese una pintura -un templo rojo, circundado por una verja también roja, de ladrillos- construido entre las altas montañas y el profundo cañón. Un camino angosto que algunas veces cuelga del vientre de una montaña o escondido en túneles, conduce al templo Chang Chung. Un total de 222 militares y sus familiares están enterrados y son honrados allí. A cada lado del templo está una puerta en forma de luna, diseñada caligráficamente "Lluvia Brumosa en medio de Ríos y Montañas" y "Placer con Colores Ligeros." Algunos muchachos jugaban alegremente a la orilla de una piscina y las aguas claras y cristalinas caían a través de una cascada río abajo. Un jarrón de flores de loto sobresalía del centro de la pisciha, ofreciendo sus verdes hojas una agradable impresión. A la derecha del templo está una cueva marcada con las leyendas: "Al­ canzando las Estrellas" y "Pintando la Luna". Una escalera de 360 gradas conduce a una estructura con torres llamada "Taroko" que ofrece una vista panorámica del área de Chang Chung. Algunas mujeres con sus trajes aborígenes ganan dinero posando para los turistas. Para no tener que soportar el calor del sol, no paramos hasta alcanzar la famosa "Boca de Gorrión". Esta constituye una hilera de túneles y semitúneles, más parecido a la boca de un tigre que a la de un pájaro. Erosionada por el viento y la lluvia, es peligroso para los turistas explorar dicha cueva, por lo que se hayan colocados signos especiales de prevención en las dos puertas de acceso del túnel. La cima húmeda en el lado opuesto de la Boca de Gorrión está marcada con numerosos agujeros pequeños para albergar los nidos de los gorriones. Al día siguiente visitamos el cercano templo Ta Hsun. Cruzando un puente de sólo seis tablones de 6 pulgadas de ancho, los cuales habían sido puestos a ambos lados de los cables, separando al excursionista de la profundidad del fondo. Los mayores cables de suspensión están tan poco separados entre sí, que sólo con levantar los brazos se consigue alcanzarlos. De allí a Li Shan ("shan" significa montaña), donde habíamos planeado pasar la noche, la altitud fue aumentando. Las señales en la carretera anunciaban: Wenshan 500 metros, Loushao 1.300, Tzeen 1.995 y Tayuling 2.565 metros. Los fuertes cambios de altitud ofrecían también panoramas diferentes. Las nubes nos rodeaban individualmente o en grupo y poco a poco fueron cubriendo nuestro carro. La vegetación, poco a poco, se iba conviritendo en más exhuberante y los paisajes variaban de montañas llenas de florecientes azaleas a cipreses y coníferas ya áreas de elevadas tierras. Algunos puentes colgantes parecían estar suspendidos de las nubes, conduciendo hacia un destino invisible; las cimas de Yu Shan estaban todavía cubiertas de nieve. En la mañana, la montaña coronada de nieve nos parecía tan lejos de alcanzar, como los cielos; no obstante nos llevó solamente tres horas alcanzar sus faldas. Wuling, en la cúspide de la carretera es tambíen la línea divisoria entre los valles de los ríos Tachia y Liwu. Mientras corríamos a través de un túnel, alguien del grupo se dió cuenta que: "Por alguna razón, al tirar papeles en el túnel, estos se elevaban por el aire y permanecían así por un largo tiempo, antes de caer finalmente hacia abajo." Así, empezamos a dirigirnos cuesta abajo y gradualmente las pendientes de la montaña llegaron a estar cubiertas con las blancas flores de los huertos de manzanas y peras. Para apuntalar los árboles fueron colocados soportes de bambú, extendiéndose desde una gran distancia, tanto que su fresca vista los hacía parecer viejos; llegamos a la pequeña aldea de Lishan a las 2 de la tarde. Al otro día nos levantamos a las 5 de la mañana. Nos habían dicho que Tien Chih (Lago Maravilloso) estaba a diez minutos de camino de un rancho, viajando por carro y así, dispusimos contemplar desde allí la salida del sol, teniendo la ventaja de la altura de 2.575 metros sobre el nivel del mar. La mañana estaba congelada y la tierra estaba envuelta en velo de neblina, reflejando poca luz. Vimos que el sol se escondía detrás de una cima y podría aparecer de repente como un niño travieso. Sin perder tiempo nos apresuramos a subir a la montaña. Nuestros labios estaban rojos por el frío y nuestro estado de ánimo tenso, porque después de todo, nos habíamos propuesto como petir con Apolo, quien demostró que los seres humanos nunca pueden igualarse con los inmortales. Pero Apolo nos ganó. Cuando llegamos a nuestro destino, el sol sonreía triunfantemente en el límpido cielo. La historia cuenta que durante la ocupación japonesa de la isla, las tropas de artillería ocuparon Tien Chih. De los diez cañones que permanecieron en dicho lugar, dos fueron dirigidos a Wushe y dos a Lishan para bombardear a los aborígenes. Sin embargo, encontraron fuerte presión de su parte, con sus valientes contra ataques. Los guerreros aborígenes iban y venían como sombras entre los bosques de pinos del área del lago, tendiendo una emboscada a los soldados japoneses. En represalia, estos quemaron el bosque. Después de dar un paseo alrededor del Lago Maravilloso por un rato, nos subimos al carro para protegernos del frío. En nuestro viaje de regreso a Lishan, tuvimos tiempo para disfrutar realmente los paisajes a lo largo del camino. Todavía hoy son visibles las huellas del fuego. De pronto puede verse el tronco de un pino entre el frío viento con su corteza quemada por las implacables llamas. Solamente los agricultores conscientes de la parte baja llegan a veces a hacerle compañía y a escuchar sus tristes lamentos. Lishan es la estación central en la carretera Este-Oeste. De aquí a Tungshih, el final de nuestro viaje, la altitud desciende considerablemente y las escenas parecen repetirse, aunque el extenso camino es tan tortuoso como siempre. Señales de tránsito como "'PELIGRO!", "¡PIEDRAS RODANTES!", "¡CUIDADO!", "¡CARRETERA EN ZIG-ZAG!" o " ¡DERRUMBES!" parecían saltar a nuestra vista. Cuando hubimos viajado más lejos, las azules aguas de la presa parecían como si fuesen nuestras sombras. No fue sino hasta que atravesamos un majestuoso derramadero que nos dimos cuenta que era la Reserva Techi, la cual, al reunir las aguas del Río Tachia, constituye la presa más alta de la República de China. Cheng Te-mo, jefe de la sección de ingeniería mecánica de la estación de Techi, señaló que con una altura de 180 metros, la presa tiene 4.5 metros de espesor y 20 metros en la base. Su diseño de arco de doble curva, permite a la delgada presa resistir el azote de las aguas", explicó. "Llevó 25 años y se gastaron NT$ 5.13 billones (cerca de US$130 millones) para completar el proyecto. Costó también las vidas de 31 expertos ingenieros, incluyendo tres italianos. Hoy, la capacidad total de la estación de energía es de 234.000 kilovatios, distribuidos principalmente a 15 condados y pueblos de Fengyuan, Taichung y Tunghsih", añadió Cheng. Luego nos condujo a un elevador: "Este es el elevador más alto de Taiwan. Baja más de 200 metros, equivalente a la altura de tres y medio hoteles Hilton de Taipei." Estábamos jadeantes dentro del elevador, el cual bajaba rápidamente, haciendo creciente presión en nuestros oídos. Lo más emocionante era que parecía que nos encontrásemos protagonizando una de las misteriosas películas de ciencia-ficción tan populares en Estados Unidos. Nos pareció que alguien podría tendernos una emboscada en cualquier momento, en el débil túnel que conduce a los tres enormes generadores. El ruido ensordecedor de estos, parecía hacer temblar toda la construcción. Nos "escapamos" inmediatamente. Para reafirmar nuestra seguridad en la presa, Cheng comentó: "Hace dos años, en diciembre, tuvo lugar a dos kilómetros de aquí el epicentro de un terremoto; sin embargo, no pasó nada. Así es que no se preocupen." Antes que abandonáramos la sala de control, señaló numerosos letreros en las paredes: "Piense antes de tocar." "Ese es nuestro proverbio", dijo. Afuera de la presa, el sol brillaba deslumbrador. Como continuáramos cuesta abajo, la vegetación llegaba a ser cada vez más parecida a los bosques frondosos de la isla: maleza enredada, parras entrelazadas y plantas en forma de sombrilla. Luego nos encontramos con una anciana del lugar llevando una pesada carga en canastas de bambú. Estábamos felices de llevar de regreso con nosotros una visión permanente de este viaje que representó tanto la majestuosidad de exhuberantes panoramas, como la atmósfera mística de una pintura de un paisaje chino, sus diminutas figuras humanas, empequeñecidas por elevadas caídas de agua y escarpadas e inexploradas cimas de montañas. □

Popular

Más reciente