05/05/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

Orientación Infantil

01/09/1983
Los colegios de párvulos de Taiwan ofrecen una serie de ambiente pre-escolar "Nuestra meta principal es simplemente mantener a los niños contentos siempre," comenta la señorita Liao Pi-lien, y al fondo, los gritos de los niños comprueban lo que está logrando. En el colegio de párvulos Tsai Hsing en Mucha, en las afueras de Taipei, los niños participan en una carrera de relevos. Un niño, llevando un gorro en la cabeza, corre hacia un extremo y regresa saltando por encima de una llanta. Aproximadamente 80 niños hacen uso de los campos, turnándose con otros 300 que por el momento se encontraban en las aulas. Un total de 800 estudiantes asisten al colegio, ya sea por la mañana o por la tarde. Tsai Hsing no es un típico colegio de párvulos de Taipei en el sentido de que se encuentra en un ambiente al aire libre, compartiendo el campus con una escuela primaria adyacente. Solamente por esta razón, los niños son traídos por sus padres de todas partes de Taipei, quienes prefieren que gocen de un amplio espacio para correr y jugar. La política del colegio también refleja una actitud especial -"eliminar la presión de los niños"- una ansiedad expresada frecuentemente por los padres de Taiwan hoy día. Sin embargo, cuando le pregunté a Liao -la directora­ sobre el programa de estudio, titubeó un poco antes de contestar. "Cada semana tomamos un tópico," explicó. "Podría ser las mariposas y las avispas, como la semana pasada; esta semana, el tópico ha sido 'las excursiones'. Una vez seleccionado el tema, entonces queda enteramente bajo la responsabilidad de las maestras presentarlo y desarrollarlo." Nos dimos cuenta cómo funcionaba eso cuando vimos la representación de La Caperucita Roja, realizada con cantos y bailes. Las paredes están decoradas con dibujos hechos por los niños quienes disfrutan de la merienda en el campo durante la primavera y el pizarrón, con dibujos similares, empezados obviamente por la maestra y terminados con adiciones libres. En la clase, no se ven libros ni bolsones, cosa común en la mayoría de los otros colegios de Taiwan. Liao y su personal consideran que los niños deben aprender a leer, a escribir y a contar cuando realmente estén preparados. También indicó que los niños aprenderán a leer muchos caracteres básicos antes de graduarse del colegio de párvulos mientras miran la televisión alegremente (en Taiwan, la mayoría de los programas tienen los subtítulos escritos para facilitar el entendimiento a las personas de edad avanzada y a los turistas que hablan dialectos regionales). Tsai Hsing es un colegio privado y obviamente, bien dotado, sin embargo, sus cuotas son controladas por el departamento de educación del gobierno. La asistencia básica de medio día está establecida entre NT$3.000 a 3.970 por semestre; y las extras, incluyendo el transporte y almuerzo, podría elevarse a NT$5.000-6.000 (US$125-150) por mes. Tsai Hsing tiene un diseño bien logrado, incluyendo 7 edificions octagonales separados, cada uno con una gran clase central y otros cuartos de juego. Los equipos incluyen piano, televisión e instalaciones especiales de juegos como por ejemplo una cocina que sirve de modelo en uno de los cuartos. Establecido en 1949 y con una sucursal para 320 estudiantes cerca de su localización antigua en la Avenida Hoping del Este, Tsai Hsing es un ejemplo exitoso y progresivo de colegios privados de Taipei. Los niños de Taipei viven en apartamentos, por lo tanto, los que vienen al colegio hacen uso completo de las costosas instalaciones, incluyendo excursiones a las colinas cercanas. Liao siente que la relación demasiada estrecha entre los niños en el cuidado familiar chino está restringiéndolos. También hace notar que en las áreas rurales, los niños pasan más tiempo con niños de su misma edad y aprenden de una manera más natural. Espera que parte de ese proceso natural puede ser proporcionado por su colegio. Al mismo tiempo, describe una influencia de sociabilidad en la cual un niño se siente libre a través de amplios espacios físicos y la ausencia de autoridad familiar, aprenden a relacionarse unos con otros a través de su propia iniciativa y para conocer sus capacidades inexploradas. En cuanto a las maestras, consideran que su papel más importante consiste en el cuidado y la guía hacia los niños y "no permitir que se vuelvan salvajes." Las circunstancias familiares son mostradas por medio de la personalidad de los niños. La mayoría de familias donde trabajan tanto el padre y la madre (el 80 por ciento de las madres de Taipei trabajan; y para madres de niños que estudian, el porcentaje es más alto.) son típicamente más independientes que cuyas madres se quedan en casa. Por el otro lado, donde los abuelos forman parte significativa del cuidado infantil, los niños son, más dependientes emocionalmente e inicialmente tratan de llamar la atención de las maestras en sus necesidades de cuidado. La señorita Chang, directora del colegio de párvulos Leh Leh, en el interior de la ciudad de Taipei, tiene singular predilección por la educación pre-escolar. A ella le gusta enfatizar la importancia de este período escolar como una oportunidad para socializar a los niños, muchos de los cuales tan sólo han experimentado en relación a esto, una existencia familiar muy mimada y estrecha. El colegio Leh Leh está localizado en una casa de dos pisos, con un pequeño jardín y rodeado por edificios de apartamentos. Alrededor de las 8:30 de la mañana, llegan los autobuses wa­ wa. En algunos colegios, cada bus transporta alrededor de 50 niños. Este colegio está tratando de poner en práctica lo que se considera menos de la capacidad de los niveles de los otros. Mantener la capacidad de las aulas en no más de 25 alumnos y la envidiable proporción de 12:1 alumnos por maestra, es parte de esta política. La vieja casa tiene una serie de pequeñas aulas, muchas de las cuales proporcionan variado aprendizaje a través de experiencias de juego -un taller de carpintería, una casa de muñecas, un lugar con arena, así como un salón de actos. La división básica de clases son las usuales: tamaño pequeño (3-4 años), medio (4 y 5) y para los mayores (5-6). La variedad de cuartos en la casa permite a cada clase permanecer físicamente separada de las otras y por el simple y aún raro extendimiento de algunas alfombras, el nivel de ruido es muy agradable. Aunque cada día realizan muchas de las actividades usuales que estructuran los colegios de párvulos, no intentan enseñar a escribir o las habilidades matemáticas, ni exámenes, ni tareas para la casa; se da énfasis a la propia expresión. En el día de mi visita, estuve entretenida por algunos relatos de sueños de terror de parte de los niños de 4 y 5 años. Se dedica también algún tiempo al juego libre, aunque las maestras están siempre alertas para unirse a ellos cuando son invitadas. Del mismo modo que los colegios de párvulos de Taipei, algunos días se dedican a las actividades al aire libre. En contraste a estos colegios está el Colegio Público de Párvulos Chu Che, una pequeña escuela rural gubernamental, localizada en las afueras de Taipei, a inmediaciones de una aldea tranquila en las riberas del río Hsin Tian. Dominando el patio y la escuela, se yergue un enorme árbol. Bajo sus ramas, 45 niños disfrutan jugando en columpios o resbaladeros o volando aviones de papel de colores, hechos por niños mayores o profesoras. Por pertenecer al área inmediata, los niños llegan a pie, por autobús o sus padres los llevan en motocicletas. Los juegos aquí son un poco violentos y los niños sumisos de los colegios de Taipei, encontrarían muy difícil poder adaptarse a esta atmósfera más natural. En la clase, se le da bastante énfasis a los libros, aunque el trabajo es apropiadamente simple. El trabajo está marcado y calificado; sin embargo, con un pequeña ayuda cuando sea necesario, todos pueden obtener una calificación alta. Se observa un relativo control para que los que se aburren de las actividades de la clase puedan escapar al patio, aunque son regresados periódicamente. La señorita Chang, una profesora asistente, prepara un almuerzo para los niños -en esto, como en las relaciones entre maestra-alumnos, es en lo que demuestran los colegios de las aldeas su naturaleza familiar. Por lo general, todos los niños tienen hermanos entre los otros compañeros y algunos están emparentados con las profesoras. El sentimiento de bondad y de honestidad entre la comunidad escolar resulta refrescante para un visitante de Taipei. No muy lejos, en el estado de clase media de Ciudad Nuevo Jardín, está el colegio que es el típico de la mayoría de los colegios de Taipei. Aunque tales colegios como Tsai Hsing y Leh Leh representan una marcada tendencia, muchos padres sienten todavía que las políticas de la "vieja escuela" son un mal necesario para sus niños en orden a prepararlos para los rigores intensos de la escuela posterior de Taiwan. El colegio de Ciudad Nuevo Jardín, desde el principio tiene una política de adiestrar a los niños para el siguiente escalón, la escuela primaria. Después que los autobuses wa-wa llevan a los niños por espacio de 10 kilómetros, se vuelve un pandemonium, el patio se convierte en un salón de juego contando ahora con 90 estudiantes. Después de las campanas, empiezan los ejercicios calisténicos y una serie de canciones con acompañamiento. Formarse en línea y mantenerse callados o en silencio son las disciplinas necesarias. Una vez entran en sus aulas, se incluye en el currículum controlada enseñanza de escritura y cálculo, y el trabajo de clase es reforzado con tareas para la casa y exámenes. Una gran ventaja de este colegio de párvulos son los ilimitados jardines que lo rodean, incluyendo el acceso a una piscina en la propiedad. Igual a la mayoría de los colegios de párvulos de Taipei, Ciudad Nuevo Jardín provee las necesidades de muchas madres trabajadoras. Ofrece jornada escolar completa, con alimentación y siesta para los niños, muchos de los cuales pasan allí diez u once horas diariamente. En total, en Taiwan, cerca de 200.000 niños de edad pre-escolar asisten a 1.300 colegios de párvulos. El número de profesores en estas escuelas es de aproximadamente 7.500, con una proporción de 30:l alumnos por maestro. Los colegios registrados alcanzan el 90 por ciento. El sistema comercial ofrece a los padres un gran campo de selección, y como hemos visto en esta oportunidad, cada uno ofrece su propia especialidad. No importa cuál sea la meta de los maestros o las políticas en estos medios seguros, los niños, en su mayoría, parecen crear felices sus propios juegos. □

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