04/05/2024

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VIAJE DE DEVOCION

01/11/2010
La estatua de Mazu del Templo Jenn Lann. Hay más de 10 millones de devotos a Mazu en Taiwan, y los 53 pueblos que rodean a Dajia demuestran su creencia con un fervor particular.

La peregrinación de Mazu de Dajia, que dura varios días, revela la hospitalidad y la creencia ferviente de los devotos en la diosa.

“Durante la época cuando era estudiante de primaria, el último día de la peregrinación de Mazu, nuestra clase terminaba a las 10 de la mañana, para que pudiéramos ver el regreso de la deidad a Dajia”, recuerda Li Ming-huai. Li, quien ahora tiene 32 años, nació en el pueblo Da-an, Distrito de Taichung, centro de Taiwan, que es vecino del pueblo Dajia, conocido también como el “hogar” de Mazu de Dajia, llamada igualmente la Diosa del Mar o la Reina de los Cielos, en el Templo Jenn Lann de Dajia. “Nuestra familia y otros aldeanos se apresuraban en ir a Dajia para ver toda la ceremonia en el Templo Jenn Lann”, dice. “El regreso de la estatua es siempre un gran evento para nuestro pueblo. De hecho, es grande para todos los 53 pueblos alrededor de Dajia”.

Los devotos creen que Mazu es el espíritu deificado de una joven mujer, Lin Mo-niang, que nació en 960 y creció en la Isla Meizhou en la costa de la Provincia de Fukien, China continental. Según una versión ampliamente aceptada de la leyenda, a ella se le reconocían poderes supernaturales a la edad de 16, y murió a la edad de 28, cuando ascendió al Cielo.

La adoración de Mazu comenzó en Taiwan ya a principios del siglo XV, cuando los primeros inmigrantes de Fukien comenzaron a llegar a la isla. Según los organizadores del Festival Internacional Mazu del Distrito de Taichung, la estatua que se ha dado en llamar Mazu de Dajia, fue traída de Fukien al área de Dajia en 1730. Después la peregrinación comenzó en el siglo XVIII cuando los devotos comenzaron a llevar a Mazu de Dajia del Templo Jenn Lann al pueblo natal de Lin Mo-niang en la Isla Meizhou, un viaje que se realizaba cada doce años.

Sin embargo, después que Japón comenzó a regir Taiwan en 1985, el gobierno colonial disuadió todos los viajes a través del Estrecho de Taiwan. Para mantener viva la tradición, el destino de la peregrinación tuvo que cambiarse al Templo Chao-Tian en el pueblo Beigang, Distrito de Yunlin, en el sur de Taiwan. El viaje se convirtió luego en un evento anual. En 1988, el destino fue cambiado nuevamente, esta vez del Templo Chao-Tian al Templo Fongtian en el pueblo Xingang, Distrito de Chiayi, que queda al sur del Distrito de Yunlin. El Templo Chao-Tian continúa siendo el sitio de importantes festivales de Mazu y también lleva a cabo su propia peregrinación de Mazu.

Hoy día, hay más de 800 templos dedicados a Mazu dispersos por todo Taiwan, según Chen Jyh-sheng, director general del Buró para Asuntos Culturales del Distrito de Taichung. Chen dice que hay aproximadamente 10 millones de devotos de Mazu en Taiwan y un total de 200 millones alrededor del mundo, incluyendo los de China continental y otros países con considerable población de chinos étnicos, tales como Vietnam, Malasia, Estados Unidos y Australia.

La gira anual de la diosa se realiza durante el tercer mes del calendario lunar en celebración del natalicio de Mazu, que cae el 23º día de ese mes. Durante el Festival de los Faroles, que comienza el 15º día del primer mes lunar, el Templo Jenn Lann decide las fechas de la peregrinación de ese año después de arrojar las bloques de adivinación de madera, llamados bua pueh en taiwanés, que se utilizan para solicitar la “aprobación” de Mazu.

Para Li Ming-huai, la peregrinación de este año fue la tercera vez consecutiva que hace el recorrido en bicicleta. Lin dice que lo ha hecho como una tradición familiar, así lo hicieron su abuelo y su padre en el pasado. “Cuando anuncié que iba a hacer la peregrinación, mi familia me advirtió que si hacía una promesa a Mazu, tenía que mantenerla por tres años consecutivos. Es una regla no escrita de nuestra familia”, explica. “Otra razón por la que quise hacerlo la primera vez, fue que mi esposa estaba embaraza de seis o siete meses, y quería pedir a Mazu su bendición para mi hija por nacer”.

 

El palanquín que lleva a Mazu de Dajia parte del Templo Jenn Lann al comienzo de la peregrinación de este año.

Aparte de los asuntos familiares y la tradición, Li también quería participar en el peregrinación para expresar su apreciación a la deidad por la asistencia que le había brindado en el transcurso de su vida. “Cada vez que teníamos que tomar una decisión difícil, nuestros padres nos decían que ‘preguntáramos a Mazu’. Estar en la procesión es una manera de mostrar mi agradecimiento por la gran ayuda que me ha dado por tanto tiempo”.

Durante muchos años, los tres eventos importantes de la peregrinación han sido la partida de Mazu de Dajia del Templo Jenn Lann, la celebración de su natalicio en el Templo Fongtian, generalmente el tercer o cuarto día de la gira, y su regreso al Templo Jenn Lann. Este año, los devotos partieron del Templo Jenn Lann el 16 de abril, participaron en el natalicio de Mazu en el Templo Fongtian el 18 de abril, y regresaron al Templo Jenn Lann el 25 de abril, un total de nueve días, o un día más de lo normal. El recorrido fue de 330 kilómetros, y la peregrinación pasó por 102 templos dedicados a Mazu a lo largo del camino. El número de creyentes y observadores, incluyendo aquellos que sólo acompañan la procesión por un día, así como los que completan todo el viaje, ha sido alrededor de 1 millón o más cada año desde 2005, según Chen Jyh-sheng, del Distrito de Taichung, quien dice que la cantidad va en aumento cada año.

Experiencia de peregrinación

Para Joyce Hsiu-yen Yeh, profesora asociada en el Departamento de Cultura Aborigen en la Universidad Nacional Dong Hwa en Hualien, en el este de Taiwan, la experiencia de la peregrinación comenzó cuando abordó el tren en Hualien y partió para la Estación del Tren de Dajia. Yeh dice que aunque los taiwaneses raramente hablan con los desconocidos, el tren que iba a Dajia era diferente. “Comenzamos todos a conversar tan pronto vimos el equipaje y el equipo para la peregrinación”, dice.

De todos los momentos asociados con la  peregrinación, el inicio es el más espectacular. El día que la procesión comenzó este año, grupo tras grupo de viajeros con maletas pesadas, incluyendo a Yeh, llenaron la estación del tren de Dajia. Poco después del mediodía, los creyentes y visitantes comenzaron a reunirse en la plaza del Templo Jenn Lann, aplaudiendo a los grupos de artistas que se presentaron de Jenn Lann, así como de otros templos alrededor de la isla.  A las 7 p.m. del día de la partida de Mazu de Dajia, el área alrededor del templo ya estaba repleta con decenas de miles de devotos, curiosos, bailarines, tamborileros, caminadores en zancos y otros artistas.

“Dajia se convierte en un pueblo que no duerme la noche de la partida”, dice Kenji Sugata, un fotógrafo japonés dueño de Duck Entertainment Ltd., con sede en Taiwan. Sugata, que participó en la peregrinación de Mazu de Dajia por primera vez este año, está familiarizado con los eventos culturales en Taiwan, y previamente había documentado otros festivales en la isla. “La gente aquí se enloquece con las ceremonias religiosas, así como los japoneses”, dice.

Cuando se acerca el momento de partir, el “informante” de la procesión —que tiene la tarea de informar a los residentes informantes de los pueblos de la zona sobre la llegada de Mazu Dajia— hace su entrada, junto con los guardias de honor y los equipos con banderas formados principalmente por mujeres. Justo a las 11 p.m., el director del Templo Jenn Lann anunció “La peregrinación parte ahora”. El anunció hizo estallar un ruido ensordecedor de fuegos artificiales y triquitraques que pintaron el cielo de rojo.

 

El presidente Ma Ying-jeou, segundo desde la izquierda, el primer ministro Wu Den-yih, izquierda, y Yen Chin-piao, presidente del Templo Jenn Lann, tercero desde la derecha, sostienen la estatua de Mazu de Dajia antes del inicio de su peregrinación.

Una vez en movimiento, en la procesión se observan muchas escenas espectaculares. Los miembros de la guardia de honor, por ejemplo, llevan un par de “banderillas dragón-fénix”, así como una vara de dragón, una vara de fénix, 12 placas y 18 tipos de armas. Los voluntarios que forman la guardia de honor se dividen en dos equipos, para garantizar que uno de ellos siempre está disponible para garantizar la seguridad de la estatua de Mazu de Dajia, mientras que el otro descansa. Este año, la guardia de honor estuvo compuesta por 240 miembros aproximadamente, la mayoría de más de 40 años.

Muchos devotos llevan sus propias banderas, que consisten de una pieza triangular de tela bordada ligada a una vara que lleva en la punta una pequeña campana y un talismán de papel del templo. La bandera simboliza la protección que brinda Mazu al portador durante la peregrinación. Antes de que empiece la gira, cada bandera debe pasar a través del humo que se eleva del incensario del Templo Jenn Lann, un acto que se cree las cubre con el espíritu de Mazu. Las personas que ya tienen sus banderas de peregrinaciones anteriores, deben quemar el talismán del templo obtenido durante la procesión del año anterior, y amarrar uno nuevo. Li Ming-huai dice que como la misma bandera puede usarse año tras año, los peregrinos muestran respeto por los miembros del equipo cuyas banderas se han ennegrecido por el humo del incienso, lo que indica que ese devoto ha participado muchas veces en la peregrinación.

Las banderas se pasan por el humo de los incensarios de otros templos a lo largo de la ruta antes de llegar al Templo Fongtian, de Xingang. Las banderas que se pasan a través del humo del incienso ardiente en el Templo Fongtian, deben estar enrolladas para que puedan “retener” el espíritu de la diosa. Sólo se desenrollan cuando el devoto regresa a casa, explica Huang Dun-hou, maestro en la Escuela Secundaria de Dajia, que ha hecho la peregrinación durante más de 20 años seguidos.

Otra escena común durante la procesión son las filas de seguidores que se arrodillan en medio de la calle, esperando que el palanquín les pase por encima. Ocho hombres —cuatro de cada lado— llevan el palanquín, que va suspendido por dos varas largas. Lo levantan en lo alto por encima de los devotos, quienes rezan por las bendiciones de Mazu y expresan su gratitud hacia ella, arrodillados mientras la diosa pasa por encima de ellos, explica Huang.

Durante sus tres peregrinaciones, Li Ming-huai ha aprendido que una de las partes más significativas es la relación estrecha que existe entre aquellos en la procesión y la gente local en los pueblos y aldeas por los que pasa. A lo largo de la ruta de Taichung a Chiayi, enormes multitudes salen a recibir a los peregrinos con ofrendas y rezos. “Es un importante evento anual y la gente local se prepara para la llegada de la estatua de Mazu de Daji cada año”, dice Li. “Para ellos, es similar a la anticipación del Año Nuevo Lunar”.

A lo largo del camino de la peregrinación, muchas escuelas ponen sus patios o aulas de clase a la disposición del público, para que los devotos  tengan un lugar donde dormir un poco por la noche. Algunos hoteles colocan avisos ofreciendo la posibilidad de duchas gratuitas para los devotos. El alojamiento, las ofrendas y las oraciones de los locales son apreciados, pero una de las cosas que más aprecian los devotos, es la comida gratuita que les ofrecen.

La preparación de la comida en los pueblos incluye típicamente recoger y preparar las verduras, así como el trabajo en grupo para hacer empanadillas, entre otras cosas. Mientras que los residentes de algunos pueblos preparan toda la comida por sí mismos, otros contratan chefs para que preparen las comidas de los peregrinos. La abundancia de comida es bien conocida por los veteranos de la peregrinación, quienes se han vuelto expertos y ya saben donde detenerse para saborear las mejores especialidades locales. “Aprendí con ellos, que las bolas de arroz al final del Puente Xiluo son un “imperdible” y que el maíz en el pueblo Huwei es uno de los más dulces que hay”, dice Li.

Hay varias razones por las que la gente hace ofrendas voluntarias de alimento a los peregrinos. Una es simplemente seguir el ejemplo de bondad de Mazu, que inspira a los locales a mostrar la misma compasión por los demás. Li describe el acto de dar alimento como una dedicación desinteresada a Mazu. “Cuando uno va a dar las gracias a alguien, algunos dicen ‘No soy yo la persona importante aquí –es Mazu quién te está invitando”.

 

Los compañeros ciclistas de Li Ming-huai se encuentran con un equipo del Templo Tianhou de Dongluo, en el Distrito de Changhua, mientras esperan por la llegada de la estatua de Mazu en 2009. (Cortesía de Li Ming-huai)

La devoción sincera a la deidad es uno de los aspectos más conmovedores de la peregrinación, según la profesora Joyce Hsiu-yen Yeh. “Ellos nos presentan la comida respetuosamente con ambas manos y también nos desean un viaje seguro”, explica. Yeh, quien ha visitado alrededor de 40 países en el mundo y participado en procesiones religiosas en España y Francia, dice que la peregrinación de Mazu de Dajia es la única que ella conoce, en la que los devotos pueden disfrutar de comida gratuita durante todo el trayecto. De hecho, es tal la generosidad de las comunidades locales que Yen Chin-piao, un legislador y presidente del Templo Jenn Lann dice “nadie necesita llevar dinero para participar en nuestra actividad”.

Uno de los principales festivales religiosos del mundo 

Otra razón por la que los locales ofrecen alimento es su creencia de que cuánta más comida consumen los peregrinos, más bendiciones recibirá el que la da. Aquellos que suministran alimentos creen que la acumulación de esas bendiciones puede rendir beneficio luego en la forma de la realización de deseos personales o una mejora en el estado financiero, explica el maestro Huang Dun-hou.

En 2004, el Buró para los Asuntos Culturales del Gobierno del Distrito de Taichung comenzó a cooperar con el Templo Jenn Lann a fin de promover la peregrinación de Mazu de Dajia como uno de los mayores eventos religiosos del mundo. Así, el gobierno del distrito ha procurado crear la fama de la procesión para promover la cultura de Taiwan en las áreas de la religión, drama, turismo, artes marciales, industrias locales y las artes. Según Chen Jyh-sheng, en 2009 más de 7 millones de visitantes participaron en la serie de eventos durante todo un mes, relacionados con la procesión de Mazu de Dajia.

Además, en 2004, el Canal Discovery dio más visibilidad internacional a la peregrinación de Mazu de Dajia al clasificarla como uno de los tres festivales religiosos principales del mundo, junto con la peregrinación musulmana a la Mecca y el rito hindú del baño en el río Ganges. Según el canal, que produce documentales para la televisión que enfocan en gran medida la historia, ciencia popular y tecnología, estos tres eventos religiosos son los únicos que son espontáneos, celebrados anualmente y que atraen a más de 1 millón de peregrinos cada año.

En 2008, el gobierno del distrito respaldó los esfuerzos del Templo Jenn Lann a fin de aunar fuerzas con los devotos de Mazu en China continental, y propusieron la designación de la creencia a Mazu y sus costumbres relacionadas como un ejemplo de patrimonio cultural intangible, ante la Organización para la Educación, Ciencias y la Cultura de las Naciones Unidas (UNESCO). La propuesta conjunta fue presentada a principios de 2009 y aprobada formalmente por la UNESCO en septiembre de ese año, cuando la organización dijo que “la adoración y las costumbres relacionada a Mazu han sido reconocidas por las respectivas comunidades como un símbolo de su identidad y continuidad, y pasadas durante siglos de generación en generación”.

El fotógrafo Kenji Sugata dice que ha observado similitudes entre los esfuerzos de Taiwan y Japón a fin de preservar las tradiciones religiosas. En Japón, algunos templos organizan procesiones en las que se llevan palanquines con las estatuas de los dioses. No obstante, a Lin Ming-huai, le preocupa que la peregrinación haya perdido su sentimiento de reverencia religiosa. “La gente no muestra tanto respeto a la estatua como antes”, dice. En épocas antiguas, cuando el palanquín se acercaba, la gente simplemente se arrodillaba y rezaba hasta que Mazu dejara la zona, recuerda Li. Era imposible que nosotros pudiéramos tocar el palanquín, como algunas personas hacen hoy día”.

 

Las mujeres del equipo de banderas del Templo Jenn Lann en 2008. La ruta de la peregrinación de este año cubrió 330 kilómetros. (Cortesía de Li Ming-huai)

Algunos devotos de Mazu desde hace mucho tiempo expresan igualmente su preocupación por las cada vez más grandes multitudes de personas que atrae el festival. Huang Dun-hou, residente de Dajia, entiende cómo se sienten, añadiendo que él solía sentir  consternación con el mayor número de turistas en la peregrinación, particularmente en el Templo Jenn Lann al inicio del viaje. “Parecía como que Mazu de Dajia ya no nos pertenecía más”, dice Huang. Agrega que poco a poco comprendió, que éste era su problema, y no el de Mazu. A Mazu no le importan las multitudes, explica, siempre y cuando los devotos muestren su sinceridad, la diosa los bendecirá.

La profesora Joyce Hsiu-yen Yeh admite también que se ha preguntado el porqué la procesión atrae a tantos participantes. Ella encontró la respuesta en 2009 cuando registró un equipo para el evento, y se dio cuenta que la mayoría de los miembros querían unirse a la procesión por motivos espirituales. Algunos deseaban participar para cumplir una promesa, otros deseaban hallar paz espiritual a través de la presencia de Mazu durante la peregrinación.

Una mujer de más de 60 años que había participado en la peregrinación durante 42 años consecutivos le dijo a Yeh que cada año ella espera con ansias el comienzo de la peregrinación. “Le pregunté, ‘¿no se siente cansada después de caminar durante tantos días seguidos?’”, recuerda Yeh. “Ella respondió ‘No, en lo absoluto, porque lo estoy haciendo por Mazu’”.

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