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EL GOLF DE TODOS

01/09/2013
Mientras que las reglas y el equipo de woodball puede ser simple, la fuerza física y las destrezas son necesarias para hacer dar golpes largos y preciosos.

El creador del woodball ha pasado 20 años fomentando el deporte.

En 1990, el empresario y ávido golfista Weng Ming-hui tuvo un problema. Con 46 años, Weng era propietario de un terreno en la zona de Shihlin, en la ciudad de Taipei, y había estado pensando en convertir la propiedad en un campo de golf, una idea que parecía originalmente muy atractiva porque le proporcionaría a su padre jubilado un lugar para relajarse y hacer un poco de ejercicio.

Cuanto más pensaba sobre ello, más se daba cuenta de que la idea de construir un campo de golf era completamente irrealizable. “El terreno no era suficientemente grande para construir un campo de golf completo, o para tener varios hoyos”, dice. Sin embargo, Weng continuó trabajando en el terreno, porque pensaba que podría por lo menos ser apropiado para un jardín. “Pero mientras limpiaba las malas hierbas, seguía pensando en algún tipo de deporte con pelota que podría jugarse allí”, dice.

Weng conocía bien el golf, entonces comenzó a pensar en formas de modificar el deporte para jugarlo en un lugar más pequeño. Pronto se dio cuenta que la clave estaba en crear una pelota lo suficientemente grande y pesada que no tomara vuelo a través del aire a grandes distancias. También pensó en reducir la cantidad de caros palos de golf. Pensó en deportes como el béisbol, donde sólo se necesita un bate, y el tenis, donde los jugadores sólo usan una raqueta, y pensaba por qué no podemos sólo usar un palo para jugar un deporte como el golf”, dice.

Primero, Weng resolvió el problema de la bola. La madera dura sólida, como el sándalo rojo parecía ser el mejor material disponible, ya que las bolas hechas con esta madera serían lo suficientemente pesadas para no volar muy lejos, y al mismo tiempo, ligeras y dinámicas para girar bastante bien. Tras decidir el material, Weng volvió su atención al tamaño de la bola. Una tras otra, hizo que artesanos locales fabricaran bolas de diversos tamaños, luego experimentaba con ellas. La respuesta al dilema del tamaño la obtuvo, de forma extraña, cuando su vista se posó en un remate en forma de órbita del pasamano de la escalera de su propia vivienda. Cuando el pasó la mano por el remate, Weng tuvo de pronto la sensación de que ese era el tamaño que estaba buscando.

 

Weng Ming-hui necesitó de dos años para desarrollar el equipo y las reglas del woodball.

Midió el remate y su corazonada resultó correcta, ya que descubrió que la bola de madera sólida de ese mismo tamaño –alrededor de 10 centímetro en diámetro– rodaba bien cuando era golpeada por el mazo de madera, pero era aún suficientemente pesada para no tomar vuelo ni rebotar demasiado lejos.

Con el asunto de la bola resuelto, Weng colocó su atención en el diseño de un mazo. Su meta era producir un mazo que los jugadores pudieran usar en cualquier parte del campo, que era un claro distanciamiento de los muchos palos especializados que se necesitan en el golf. Mientras él pensaba en el mazo, se dio cuenta que estaba buscando un objeto con forma de martillo que tuviese suficiente longitud y superficie grande para golpear y darle un buen impulso a la bola. Durante una reunión con sus amigos, él observaba una botella de cerveza de Taiwan, una de las más populares del país, cuando le llegó otra vez la inspiración. Weng terminó finalmente diseñando un mazo que tiene un palo de 1 metro de largo y una cabeza en forma de botella que mide 21,5 centímetros de largo, con una tapa de goma en el extremo más ancho que sirve como superficie para golpear.

Las calles del woodball no terminan cuando un jugador golpea la bola en un hoyo como en el golf, sino cuando se pasa la bola a través de una puerta. Las botellas de cerveza también inspiraron el diseño que hizo Weng de la puerta, que está formada por dos pilares de madera en forma de botella sostenidos ambos por una varilla de metal que forma un travesaño entre ellos. Otro elemento inspirado en el licor es la copa de madera en forma de copa de vino que cuelga boca abajo desde la mitad de la varilla de metal. Weng agregó la copa para reducir las disputas por la puntuación, ya que la copa se mueve cuando la bola pasa a través de la puerta. Cada pilar posee una vara larga a partir de la base, que permite que las puertas puedan colocarse en casi cualquier lugar y brinda a los jugadores la libertad de diseñar calles que aprovechen las características del terreno local.

Weng necesitó más de dos años para desarrollar el deporte. Durante ese período, cambió el diámetro de la bola de madera a 9,5 centímetros, y después de consultar las reglas del golf, propuso las 12 reglas del woodball. En 1992, Weng encontró fabricantes que produjeran varios juegos de equipos de woodball, y comenzó a invitar a familiares y amigos a jugar el deporte. El deportista dice que aunque la reacción fue positiva, muchos de sus amigos pensaban que el juego había sido inventado en el extranjero y le preguntaban de qué país lo había importado. Preocupado por esas suposiciones y sintiendo que Taiwan necesitaba un deporte propio, dice Weng “poco a poco tuve la idea de convertirlo en un deporte oficial”.

Algo significativo

Weng decidió dedicarse a promover el woodball, diciendo que se vio motivado por el deseo de lograr algo significativo. “Sabía lo significativo que sería si lograba el éxito”, dice acerca de su deseo de crear un deporte local e internacionalmente popular. En 1993, Weng fundó la Asociación de Woodball Chinos –Taipei (CTWA, siglas en inglés) y comenzó a realizar conferencias y partidos para introducir el deporte al público y profesores de educación física en las escuelas en todos los niveles.

 

Weng, en el centro con traje oscuro y sin corbata, posa junto con invitados y competidores  tras la ceremonia de cierre del XVII Torneo Abierto Internacional de Woodball de Taiwan en noviembre de 2012.  (Cortesía de la Federación Internacional de Woodball)

Nick Chun-ching Huang, profesor asociado en el Departamento de Ejercicios y Ciencias de la Salud en la Universidad Nacional de Enfermería y Ciencias de la Salud de Taipei (NTUNH, siglas en inglés), fue introducido a Weng y al woodball cuando participó en una de las primeras conferencias de la CTWA. El deporte lo atrajo de inmediato, dice Huang, porque no es caro, provoca menos impacto en el cuerpo que otros deportes de pelota, como el golf, tiene un swing gracioso y elegante. Huang quedó enganchado y ahora es el secretario general del CTWA, así como de la Federación Internacional de Woodball (IWbF, siglas en inglés), que tiene una membresía de más de 30 cuerpos organizadores nacionales.

Mientras que los golfistas típicamente pagan una cuota de NT$3.000 a $5.000 (US$103 a /172) para jugar una ronda en un campo de golf en Taiwan, los jugadores de woodball pueden montar su campo en casi cualquier lugar al aire libre y jugar gratuitamente. Entre tanto, comprar un juego completo de palos de golf puede costar varios cientos de miles de dólares estadounidenses, pero el equipo de woodball –compuesto por un mazo, una bola de madera y una puerta– cuesta menos de US$150, dice Huang.

Philip S.T. Cheng, profesor en el Departamento de Educación Física en la Universidad Nacional Normal de Taiwan (NTNU, siglas en inglés) en Taipei, indica que los principiantes aprenden rápido a jugar woodball, necesitando sólo un corto tiempo de aprendizaje antes de comenzar a disfrutar del deporte. “Sólo hay dos tipos de golpe en woodball. Uno es el swing para golpe largo; y el otro es el putt, como el que usan los golfistas en el campo”, dice Cheng. Weng señala que como el deporte es asequible y fácil de aprender, el woodball ha ganado el apodo del “golf de todos”.

Los partidos de woodball se juegan típicamente de manera individual, en parejas o equipos de cuatro a seis personas. Los partidos individuales se realizan generalmente en calles de 12 jugadas, mientras que los de equipo suelen ser de 24 jugadas. El jugador o equipo que complete la ronda con la menor cantidad de golpes gana el juego.

Par para cada calle varía según el terreno, pero generalmente es alrededor de tres golpes, según Cheng. Los participantes consideran que gran parte de la diversión del deporte resulta de las calles diseñadas creativamente para adaptarse a ciertos terrenos. “Por ejemplo, uno puede diseñar una calle ascendente o descendente en una colina o incluso a través de una alcantarilla”, dice. “Hay muchas variaciones con las que se puede jugar”.

 

 Los promotores continúan mejorando el equipo de woodball y están usando materiales como aluminio de aleación para reemplazar las antiguas cabezas de los mazos que eran de madera sólida.

La diversión a bajo costo del woodball contribuyó a que el deporte se diseminara rápidamente hasta países vecinos. En 1999, la gran popularidad condujo al establecimiento de la Federación Asiática de Woodball, la Federación Europea de Woodball y la IWbF. Luego ese año, el Consejo Olímpico de Asia (OCA, siglas en inglés) reconoció el woodball como uno de sus deportes oficiales, lo que significa que el woodball puede ser incluido en cualquier evento deportivo realizado por el OCA, incluyendo los Juegos Asiáticos  y los Juegos Asiáticos de Playa.

La obtención de este reconocimiento fue poco común considerando la historia relativamente corta del woodball, dice Huang. Otros deportes que recibieron el reconocimiento del OCA en 1999 incluyeron bridge, muay thai, lanzamiento en paracaídas y el triatlón, los cuales todos tienen largas historias que se remontan a más de 100 años, dice.

En los años siguientes, más y más países y regiones comenzaron a realizar torneos abiertos. Hasta ahora, países que han organizado competencias de woodball incluyen a Taiwan, Bulgaria, China continental, Hungría, India, Japón, Malasia, Filipinas, Rusia, Singapur, Suecia y Tailandia, para mencionar sólo algunos. Aunque los partidos de woodball aún no han aparecido en los Juegos Asiáticos, han sido jugados en los Juegos Asiáticos de Playa desde que el evento bianual comenzó en 2008. Taiwan se ha desempeñado bastante bien en estas competencias internacionales, dice Huang, indicando que el país siempre ha quedado en primer o segundo lugar en el número total de medallas en cada edición de los Juegos Asiáticos de Playa.

A pesar de la simplicidad de las reglas y el equipo de woodball, Cheng dice que el deporte exige fortaleza física y destrezas. “Por ejemplo, no es una tarea fácil golpear la bola 70 a 80 metros con un solo golpe largo”, dice, agregando que estos golpes largos diferencian al woodball del cróquet, que también requiere de golpear bolas a través de aros con un mazo, pero requiere en gran medida golpes cortos.

Lisa Wu, estudiante de último año de ciencias deportivas y de la salud, en  la NTUNH, ha jugado woodball desde la escuela secundaria y fue recomendada para cursar estudios en su universidad en base a su desempeño en este deporte. Para ser una contendiente destacada en las competencias de woodball, Wu dice que ella y otros miembros del equipo entrenaban intensamente durante sus años escolares de secundaria básica y superior, así como los estudiantes que son atletas lo hacen en otras disciplinas deportivas. Los jóvenes jugadores practicaban cada día después de clases y casi todos los fines de semana y días feriados. Cuando estaba en secundaria, Wu dice que un día de entrenamiento típico no sólo incluía jugar woodball, sino también correr largas distancias en la mañana y subir escalera y levantar pesas en la tarde. Ivy Pan, una jugadora del equipo de woodball en la NTUNH, dice que los ejercicios ayudan a los jugadores a desarrollar gran resistencia, que es esencial porque un partido generalmente requiere alrededor de una hora para completarse y se juegan varios partidos en un mismo día. “El deporte puede parecer estático, pero realmente requiere bastante concentración y fuerza”, dice Pan.

 

Una competencia de woodball en un campo de golf en Malasia. Los campos de woodball pueden colocarse en cualquier espacio abierto, dando a los jugadores la libertad de diseñar calles según el terreno diverso. (Cortesía de la Federación Internacional de Woodball)

Wu dice que uno de los mayores beneficios que ha obtenido con el woodball es el desarrollo de su capacidad de mantener la calma mientras enfrenta dificultades tales como dar un golpe difícil o ver el número de golpes aumentar sobre par. “Los jugadores constantemente tienen que pensar cómo hacer la próxima movida”, dice.

Para Huang, la parte más importante del deporte es la habilidad de tomar la decisión correcta en el momento apropiado, ya que los jugadores enfrentan continuamente la decisión de golpear o no la bola para pasarla a través de la puerta con cada golpe. Un golpe malo desde muy lejos puede forzar a un jugador a dar varios golpes para recuperarse y poder acercarse a la puerta otra vez, pero si no se trata de pasar la puerta rápido también se pueden agregar golpes extras a la puntuación del jugador.

Weng coincide con el aspecto mental del woodball, diciendo, “Para jugar el deporte, también hay que ejercitar el cerebro”. Cada ronda y calle de woodball es diferente, dice, lo que significa que los jugadores deben poder visualizar la mejor secuencia de golpes para alcanzar la puerta en cada calle.

Mientras que el woodball ha obtenido reconocimiento en un tiempo relativamente corto, los involucrados en el deporte están muy al tanto de los obstáculos que ha tenido su desarrollo.  Por ejemplo, los adinerados golfistas no se sentirán atraídos al bajo costo del woodball y su capacidad de poder jugarse en casi cualquier espacio público, dice Huang, ya que la mayoría preferiría jugar en los exclusivos campos de golf, que generalmente reciben mejor mantenimiento, son más atractivos y espaciosos. “Los estudiantes y adultos de la tercera edad son los principales participantes en el woodball en Taiwan”, dice, como los estudiantes necesitan generalmente administrar sus gastos sabiamente y la mayoría de los ancianos prefieren sitios de fácil acceso.

Otro problema es que mientras que el woodball requiere de concentración, fortaleza y estrategia, es aún un deporte relativamente de baja intensidad. En base a la experiencia que ha obtenido de la enseñanza del woodball durante las clases de educación física en NTNU, Cheng dice que generalmente hay estudiantes que prefieren más emoción y velocidad que la que ofrece el woodball.

También hay poco incentivo financiero para los jugadores de woodball a fin de avanzar en el deporte. Por ejemplo Wu dice que no sabe de ningún jugador de woodball en Taiwan que pueda ganarse la vida con el deporte. Asimismo, tampoco han aparecido profesionales en el extranjero, según la IWbF. Los pocos fondos y la falta de patrocinio son los mayores retos para los futuros jugadores de woodball, dice Weng. Una importante parte de los fondos para las operaciones de la CTWA y la IWbF en Taiwan aún viene de su propio bolsillo, dice, agregando que ha sido forzado a vender varias parcelas de terreno durante los años para promover la expansión del deporte.

Perfección y mantenimiento

Aunque el woodball aún no se ha convertido en un deporte profesional en Taiwan, Cheng dice que su desarrollo debería considerarse un éxito por su rápido crecimiento tanto en el país como en el exterior. “El deporte ha alcanzado cierto nivel de madurez, y ahora es cuestión de cómo perfeccionarlo y mantenerlo”, dice. El profesor de la NTNU cree que los promotores del woodball deberían continuar haciendo mejoras a los equipos e instalaciones. “Por ejemplo, aún no se puede jugar el deporte en sitios techados durante los días lluviosos”, dice Cheng. “Una opción a considerar sería establecer instalaciones de woodball similares a los campos de golf techados que cuentan con gráficos computarizados para dar la sensación de estar jugando al aire libre”.

En cuanto al equipo, hace alrededor de dos años, la CTWA comenzó a reemplazar los mazos de madera por los hechos de aluminio de aleación y fibra de vidrio. Con los nuevos materiales se reduce significativamente el tiempo y el gasto de producir un mazo y se facilita la producción en masa, dice Huang.

Después de dedicar sus esfuerzos al woodball durante dos décadas, Weng dice que está preparando pasar la tarea de desarrollar el deporte a los entrenadores y atletas más jóvenes. Para generar más fondos, está planificando también cobrar una cuota por membresía para los actuales y futuros miembros de la IWbF y vender equipo de woodball autorizado por la IWbF. Hasta la fecha, la federación no ha cobrado la cuota a los miembros para que el deporte siga creciendo.

Aunque tiene planes de alejarse un poco, Weng sigue siendo optimista sobre el futuro del juego. “Mi meta final es ver al woodball convertido en el deporte más popular del mundo”, dice. “En este momento,  creo que es el fútbol, pero el fútbol es sólo para gente más joven. El woodball tiene el potencial de atraer a más jugadores porque es adecuado para personas de 8 a 80 años de edad”.

Echando un vistazo a los últimos 20 años, Weng no se arrepiente del dinero y tiempo que ha invertido en el woodball. “Inventé el deporte de la nada y senté sus bases para su desarrollo”, dice. “Creo que eso ya es un éxito”.

 

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