30/04/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

ESCENAS DE BELLEZA, DIVERSIDAD Y DIFICULTADES

01/03/2014
Los grupos conservacionistas protestan en contra de la propuesta de construir una refinería petroquímica en el distrito de Changhua, centro de Taiwan, en 2008 con el fin de salvaguardar el hábitat del delfín blanco chino. (Cortesía de Rickman Chien)

Los documentales patrocinados por el Gobierno están llamando la atención hacia la necesidad de proteger el medio ambiente natural de Taiwan.

En un día soleado y hermoso de junio de 2009, el director cinematográfico Rickman Chien finalmente pudo ver los delfines en la costa oeste de Taiwan después de varios intentos fallidos en viajes anteriores. “Ver los delfines, de color blanquecino-rosado, saltando en el mar azul, sobre las olas y el reflejo del sol, fue una experiencia maravillosa”, dice Chien. “Fue emocionante poder capturar esa imagen de ensueño en un filme”.

Estudio de los delfines: una opción de Taiwan, de Chien, fue uno de los 30 documentales patrocinados por el Gobierno exhibidos en el Festival de Cine Ecológico 2013, que fue organizado por el Buró de Asuntos Forestales, subordinado al Consejo de Agricultura. Las películas fueron mostradas desde septiembre hasta noviembre de 2013 en 19 ciudades y distritos en todo el país, junto con otras actividades, tales como conferencias y paseos de campo ecológicos.

Lee Tao-sheng, director general del Buró de Asuntos Forestales, dice que los documentales producidos localmente que participaron en el festival tocaron temas como la ecología acuática, la conservación, los impactos medioambientales, los ­ecosistemas forestales, así como los animales silvestres y las especies de plantas. “Los filmes brindan un registro precioso de la rica biodiversidad y los paisajes ­peculiares de Taiwan; además, muestran el compromiso de los residentes locales con la protección medioambiental”, dice.

La topografía de Taiwan cambia dramáticamente a medida que se eleva del nivel del mar a casi 4.000 metros de altura. En consecuencia, eso crea condiciones climáticas que van de temperaturas subtropicales hasta ­tropicales; así como ecosistemas con más de 56.000 especies, incluyendo 16.000 especies endémicas, según el Buró de Asuntos Forestales.

Aunque Taiwan es rico en flora y fauna, algunos hábitats han sido ­dañados por los proyectos de desarrollo económico, los desastres naturales y el cambio climático, dice Lee. Para llamar la atención hacia estos impactos, el Buró de Asuntos Forestales organizó su primer Festival de Cine Ecológico en 2006, y comenzó a patrocinar la producción de filmes que tratan temas ecológicos en 2007.

Las siguientes ediciones del festival fueron organizadas en 2011 y 2013. Durante los tres eventos, alrededor de 140.000 personas vieron más de 110 películas producidas tanto por el ­sector público como privado, en espacios que incluyeron centros culturales, bibliotecas, áreas nacionales de recreación forestal y otros lugares al aire libre. “Queremos que las películas inspiren al público a visitar las áreas naturales, aprender más sobre especies específicas y pensar en la relación entre los humanos y la naturaleza”, dice Lee.

Las estrellas de la película de Chien son los delfines blancos chinos, también llamados delfines jorobados del Indo-Pacífico o Sousa chinensis. Los delfines blancos chinos pueden encontrarse cerca de estuarios en el Sudeste Asiático; no obstante, en 2002 los investigadores confirmaron que los que viven a lo largo de la costa occidental de Taiwan pertenecen a un grupo genéticamente distinto conocido como la subpoblación Sousa chinensis del este del Estrecho de Taiwan. Se cree que el hábitat de esta subpoblación se extiende desde las aguas en la costa de Miaoli en el norte hasta aquéllas en las costas del distrito de Tainan en el sur.

Chien dice que aunque él es nativo de Taiwan, no estaba al tanto de la presencia de delfines blancos chinos en la zona este del Estrecho de Taiwan hasta 2008, cuando los activistas ecológicos comenzaron a protestar en contra del plan de una compañía petroquímica para construir un complejo de refinería en el humedal recuperado cerca del estuario del río Zhuoshui, que fluye a lo largo de la frontera sur del distrito de Changhua, en el centro de Taiwan. El mismo año, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza agregó los delfines del este del Estrecho de Taiwan a su Lista roja de especies en peligro, debido a su pequeña población de menos de 100 delfines. La mayoría de los investigadores creen que el ­número de estos delfines continúa declinando, una situación que atribuyen al cambio climático, el desarrollo ­industrial, la contaminación, y la ­disponibilidad de alimento y hábitats, entre otras amenazas.

La protesta en contra de la refinería petroquímica y la incorporación de los delfines del este del Estrecho de Taiwan a la lista roja, inspiró a Chien a aprender más sobre ellos. El no estaba solo en esta iniciativa, ya en 2008 el Buró de Asuntos Forestales emprendió una campaña educativa que incluye las giras para que el público observe los delfines y el patrocinio de documentales sobre los delfines de la zona este del Estrecho de Taiwan.

Chien pasó cinco años trabajando en Estudio de los delfines, un filme de 50 minutos que incluye metraje de los delfines de la zona este del Estrecho de Taiwan en su hábitat natural, los investigadores realizando su trabajo y los esfuerzos conservacionistas en Taiwan, así como también los realizados en pro de poblaciones de delfines similares que habitan las aguas en las costas de Hong Kong, China continental y Tailandia. Asimismo, el filme regisra las peticiones y protestas de las organizaciones no gubernamentales (ONGs) en contra del plan de la refinería petroquímica y termina con la celebración de la cancelación del proyecto, que contribuye a conservar una parte ­importante del hábitat de estos cetáceos.

 

El documental Deseo del arroz del océano registra el esfuerzo por restaurar los arrozales en las terrazas de Shitiping °Vuna zona costeña en el este de Taiwan°Vdespués de haber sido terrenos baldíos durante 20 años. (Cortesía de Lekal Sumi)

Otro filme en el Festival de  Cine Ecológico fue Deseo del arroz del océano, que narra la historia conmovedora de un grupo de residentes aborígenes de ­Shitiping –una zona costera en el ­poblado de Fengbin, distrito de Hualien, en el este de Taiwan– que restaura los arrozales abandonados de la zona, cuenta Lee. El marcado contraste del terreno desolado al comienzo del filme y la belleza de sus terrazas de arrozales revitalizados al final, ha inspirado a muchos espectadores, agrega.

Deseo del arroz del océano es un documental dirigido por Lekal Sumi, un miembro de la tribu Amis, de 28 años de edad. Lekal Sumi regresó a su pueblo natal en 2007 después de vivir en Tainan durante 20 años. “Durante el primer año (tras su regreso),  estuve allí una temporada; y luego, me fui porque me sentía extraño. Me sentía como un turista, y me di cuenta que casi me había olvidado de mi identidad aborigen”, recuerda. “Si no hubiese sido por mi madre y el trabajo de restauración que hacía, no hubiese regresado, y seguramente, que no me hubiese quedado”.

Arrozales verdes

En épocas anteriores, el paisaje de Shitiping era dominado por los verdes arrozales. Muchos adultos jóvenes se fueron de la zona en búsqueda de oportunidades laborales; sin embargo, los sistemas de irrigación se deterioraron, y el terreno quedó sin explotar durante 20 años.

Dungi Sumi, la madre de Lekal Sumi, retornó a Shitiping en 2000 después de vivir en varios lugares en Taiwan. A ella le preocupaba mucho que los terrenos se estaban vendiendo para la construcción de hoteles y hospedajes. Cuando su preocupación alcanzó el máximo nivel en 2009, ella formuló un plan para continuar cultivando los arrozales con técnicas favorables para el medio ambiente. Luego, ella fue de puerta en puerta por la aldea para solicitar la participación de sus vecinos en el proyecto de restauración. Conmovidos por su entusiasmo por revitalizar la tierra y el pueblo, alrededor de 30 vecinos estuvieron de acuerdo en permitir el cultivo de sus arrozales o participar en la tarea. El proyecto logró ímpetu cuando el año pasado obtuvo el patrocinio del Buró de Asuntos Forestales.

Casi al mismo tiempo, Lekal Sumi descubrió el patrocinio para ­documentales con la temática medioambiental que otorga el  Buró de Asuntos Forestales. Sin embargo, tuvo que armarse  de valor para presentar una solicitud, ya que no tenía experiencia previa en ­cinematografía. Para su sorpresa, su propuesta para Deseo del arroz del océano fue aprobada, y usó los fondos resultantes para comprar un equipo de producción de video y aprender sobre cinematografía.

El documental de 40 minutos comienza con la cámara siguiendo a Dungi Sumi mientras da una vuelta por la aldea, comunicando sus ideas a los vecinos en el esfuerzo por ganar su consentimiento. Luego, la película pasa al lanzamiento del proyecto, cuando los aldeanos se reúnen para eliminar la maleza, buscar fuentes de agua, preparar el terreno y plantar las semillas. En las últimas escenas, los agricultores orgullosos recogen la cosecha en el verano de 2011.

“Hacer la película fue importante para mí en un nivel personal –me ayudó a encontrar una dirección en mi vida, así como comprender y acoger mi identidad étnica”, dice Lekal Sumi. Los eventos mostrados en el filme también beneficiaron a la comunidad. “Me conmovió tanto ver reaparecer las bellas terrazas de arroz de mi niñez a través de mi ­lente, y creo que todos los demás residentes sintieron lo mismo también”, dice. “Al mostrar las aves, las ranas y los insectos que llegan a los arrozales, quise transmitir a los espectadores la importancia de la agricultura y el respeto por la naturaleza”.

Dungi Sumi se esfuerza ahora por ampliar la extensión de los arrozales restaurados, de las actuales 6 hectáreas a 12 hectáreas, a fin de impulsar la eficiencia productiva. Otros planes incluyen la producción de variedades de cultivos en terrenos baldíos y desarrollar la industria del ecoturismo local, a fin de crear empleos, y así persuadir a más jóvenes residentes a seguir en el área. Según Lekal Sumi, el ecoturismo brinda una esperanza para Shitiping, ya que muchos visitantes vienen a la aldea a echar un vistazo a las hermosas terrazas de arroz y las aguas azules del Pacífico.

Sin embargo, el trabajo de Dungi Sumi y el documental de su hijo no han curado todos los males de la zona. Lekal Sumi dice que le entristeció ver mientras filmaba que algunos carteles de “en venta” aún permanecían al frente de los arrozales. Algunas de esas propiedades fueron vendidas a compañías de construcción, que rápidamente aplanaron los campos y comenzaron a echar bases de cemento para nuevas edificaciones. “En el filme, mi madre explica que quiere preservar los arrozales y usar técnicas ecológicas de ­cultivo, porque esa es la mejor manera de garantizar la sostenibilidad a largo plazo”, dice. “Espero que mi película inspiere la discusión pública sobre el impacto que los diferentes tipos de construcciones pueden tener en el entorno”.

Lee dice que Deseo del arroz del océano toca el corazón de los espectadores porque logra transmitir los lazos emocionales de la comunidad aborigen con su terruño. En cuanto a un impacto mayor, la película muestra un buen plan para restaurar las áreas agrícolas con técnicas de cultivo ecológico, que pueden aplicarse en otras partes de Taiwan, agrega.

 

Un pinzón acollarado se baña en aguas poco profundas. Los espectadores disfrutan del filme de Liu porque el baño es uno de muchos comportamientos que realizan tanto los animales como los seres humanos. (Cortesía de Liu Yamm-ming)

El director general del Buró de Asuntos Forestales también invita a prestar atención a El baño de las aves, otro filme que participó en el Festival de Cine Ecológico 2013, diciendo que registra bellamente el comportamiento a la hora del baño de las aves terrestres y acuáticas en su entorno natural. El director Liu Yamm-ming, de 62 años, cree que su documental de 42 minutos resuena entre los espectadores ­porque el baño es un buen ejemplo de los ­muchos comportamientos que realizan tanto los animales como los ­seres humanos.

Liu hizo su primera película ecológica en 1984, cuando filmó las aves migratorias que paraban en Guandu, un humedal en el río Tamsui, en la ciudad Nuevo Taipei. Desde entonces, él se ha dedicado a capturar imágenes de la vida silvestre de Taiwan, particularmente de las aves. En 1991, su obra Macaco formosano recibió un galardón en el Festival Internacional de Cine ­sobre Vida Silvestre, en Missoula, Montana, y obtuvo otro premio de ese festival en 1992 por el documental Una familia de urracas azules formosanas.

El baño de las aves, que revela los hábitos de aseo de 30 especies de aves, es notable porque es el primer documental local que se enfoca en un solo tipo de comportamiento animal. Las aves se bañan para eliminar la suciedad y los parásitos de su plumaje, lo que les ayuda a mantenerse saludables, explica Liu. Por otro lado, el baño hace que las aves sean más vulnerables a ataques de predadores, ya que se les dificulta volar con las alas mojadas. Por ello, así como los humanos, generalmente realizan  su lavatorio en lugares apartados.

Liu dice que filmar cualquier tipo de vida silvestre puede ser un reto, ya que hay que estar preparado para largas esperas al tiempo que se está expuesto a la intemperie. Los lugares ocultos que las aves eligen para bañarse dificultan aún más la tarea de encontrarlos realizando dicha actividad, dice. Como consecuencia, algunas de las especies en la película fueron filmadas durante encuentros fortuitos; y en otros casos, tuve que esperar en lugares prometedores hasta por una semana a veces para capturar algunas escenas. “Poca gente, incluyendo a los observadores de aves, logra ver a las aves bañándose”, dice. “Quiero compartir esas escenas especiales. Espero que mi filme despierte el interés en los espectadores y aumente su compasión por estas adorables criaturas”.

Hábitos de baño

Los hábitos de baño de las aves difieren ampliamente, dice Liu. Por ejemplo, la increíble habilidad de volar de la golondrina común y del monarca azul nuquinegro, les permite lanzarse al agua para un baño rápido, y después, volver a volar a un posadero para acicalarse. El gorrión prefiere bañarse con arena en hoyos que hacen con sus pezuñas en terrenos arenosos y calentados por el sol; mientras que el drongo real se ve con frecuencia limpiando sus plumas en la lluvia. Algunas especies prefieren bañarse solas, dice él, y para otras se trata de una actividad familiar o en un grupo.

Con el paso de los años, Liu dice que ha aprendido mucho sobre la vida silvestre de Taiwan a través de la filmación de especies durante paseos por  sus hábitats nativos. Mientras que algunas especies enfrentan las amenazas del cambio climático y el desarrollo de bienes raíces; otras como la urraca azul de Formosa y el macaco formosano se han recuperado gracias a los esfuerzos conservacionistas dirigidos por grupos civiles y agencias gubernamentales, así como también la mayor conciencia del público acerca de la necesidad de proteger el medio ambiente.

El patrocinio del Buró de Asuntos Forestales brindó a Liu la satisfacción personal de entrelazar el rodaje, que había filmado a través de muchos años en El baño de las aves; así como la recompensa de que su trabajo recibiera gran publicidad en el Festival de Cine Ecológico 2013. Sin embargo, el mayor beneficio del patrocinio del buró a los filmes ecológicos es que incentiva a los cineastas amantes de la naturaleza a realizar contribuciones al movimiento conservacionista, dice.

Lee está de acuerdo, y dice que mientras que el trabajo conservacionista es una de las principales responsabilidades del Buró de Asuntos Forestales, también es vital aumentar la conciencia del público acerca de la belleza, la diversidad y los problemas del medio ambiente de Taiwan, que es el motivo por el que el buró continúa financiando la producción de documentales orientados hacia la ecología. En el futuro, él espera que el Festival de Cine Ecológico reciba el apoyo de otras agencias gubernamentales, tales como el Ministerio de Cultura y el Ministerio del Interior, ya que este respaldo podría ayudar a que el festival se convierta en un evento anual, y de este modo, aumente su influencia.

“Los buenos filmes sobre el medio ambiente capturan los detalles fascinantes del comportamiento de las especies y exploran el papel que los humanos desempeñan en el equilibrio del ecosistema. Son entretenidos, educativos y, principalmente, inspiradores”, dice Lee. “Continuaremos promoviendo estos filmes porque ofrecen un registro importante de la historia natural de Taiwan, así como también son un ­medio efectivo para la educación sobre el medio ambiente”.

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