¿Se atrevería usted a tomar medicinas que no hayan sido probadas en animales? ¿Confiaría en la exactitud de las pruebas de medicamentos hechos en animales con mala salud?
Los medios de comunicación recientemente enfocaron la atención en el caso de ocho beagles de ocho años de edad.
La Sociedad del Medio Ambiente y Animales de Taiwan (EAST, siglas en inglés) convocó a una conferencia de prensa en enero con el fin de encontrar hogares adoptivos para estos animales, que habían sido retirados de la experimentación y liberados por el laboratorio farmacéutico que los tenía. La EAST aprovechó la oportunidad para exhortar al Gobierno a fortalecer su supervisión de las instituciones de investigación.
Exámenes de salud revelaron que todos los perros sufren de cambios patológicos de sus válvulas cardíacas. Si bien es imposible afirmar con absoluta certeza que estos cambios son el resultado de las pruebas farmacéuticas a las que se sometieron los canes, si hacen hincapié en la naturaleza errática del cuidado que las organizaciones a cargo de las pruebas dan a sus animales de laboratorio.
Millones de animales al año
La investigación farmacéutica y el desarrollo de dispositivos médicos dependen de las pruebas con animales desde sus etapas iniciales hasta los estudios preclínicos que preceden a las pruebas en humanos. En el caso de los estudios farmacéuticos, los animales con mala salud pueden sesgar los datos de los experimentos, aumentando el riesgo para los pacientes humanos a quienes se les administre posteriormente el medicamento. Tales riesgos brindan al menos una razón para que el público esté pendiente del bienestar de los animales de laboratorio.
Según el Consejo de Agricultura (COA, siglas en inglés), existen en la actualidad 218 organizaciones que llevan a cabo experimentos con animales en Taiwan. Estas incluyen universidades, institutos de investigación, hospitales y fabricantes de productos farmacéuticos y biológicos.
Entre 2002 y 2010, Taiwan empleó más de diez millones de animales de laboratorio, de los cuales casi 80 por ciento fueron roedores, más que todo ratas y ratones, pero también más de 200 mil conejos. El resto incluyó a más de diez mil ovejas y cabras, siete mil ejemplares de ganado, tres mil perros, tres mil cerdos miniatura, 600 monos, 500 gatos y 300 caballos.
En promedio, los investigadores en Taiwan experimentaron con cerca de un millón de animales al año.
No se requiere licencia
Las pruebas en animales involucran programas de experimentos, personal de pruebas e instituciones de investigación. Chu Tseng-hung, director general de la EAST, explica que los países que se preocupan por el bienestar de los animales de laboratorio, tales como el Reino Unido, implementan requisitos muy estrictos para dar licencias a los tres niveles.
Taiwan promulgó la Ley para la Protección de los Animales en 1998. Posteriormente, redactó los reglamentos que gobiernan el establecimiento de comités o grupos de trabajo para la protección y el uso de animales de laboratorio bajo dicha ley en 2001. Estos reglamentos requieren que las instituciones que llevan a cabo experimentos con animales formen grupos de trabajo para el bienestar animal, y representaron un primer paso hacia el desarrollo del bienestar de los animales de laboratorio.
No obstante, Chu hace hincapié en que en Taiwan, a diferencia del Reino Unido, no se exigen requisitos para licencias. Chu arguye que la ley demanda muy poco de estas organizaciones, con el resultado de que algunas son mejores que otras en lo que se refiere a cuidar del bienestar de sus animales. Por ejemplo, está el uso de veterinarios. Solamente cien de las más de 200 instituciones en la lista del COA emplean a veterinarios , ya sea de dentro o fuera de su nómina, en sus grupos de trabajo. A muchas personas les preocupa que esta falta conlleve a un cuidado inapropiado de los animales de laboratorio.
En las instalaciones que cumplen los requisitos, el personal examina periódicamente a los animales de laboratorio.
Mejor capacitación
Lin Zong-yi, jefe de la Sección de Protección Animal del Departamento de Industria Animal del COA, explica que la Ley para la Protección de los Animales de Taiwan está basada en el sistema de Estados Unidos. Enfoca en la autoadministración por instituciones experimentales y auditorías externas por parte del Gobierno. Cuando el Gobierno realizó los cambios en los dos mecanismos anteriormente mencionados en agosto de 2013, lo hizo basado en las opiniones de la comunidad de ciencias animales y los grupos de protección animal.
El primero de estos cambios requiere que los miembros del grupo de trabajo, ya sean veterinarios o no, tomen un curso y un examen del COA sobre la administración de laboratorios para animales cada tres años.
Lin hace hincapié en que como parte de los esfuerzos del Gobierno para fortalecer la autoadministración, también se requiere que los experimentadores incorporen un programa explícito de “3R” en sus aplicaciones, y que abran los detalles del programa al grupo de trabajo para su evaluación.
Las “3R” implican reemplazo, reducción y refinamiento. Tales programas requieren que los experimentadores y los grupos de trabajo consideren las siguientes preguntas: ¿son las pruebas con animales solicitadas en el plan absolutamente necesarias, o existen otras opciones? ¿Cómo se puede reducir la cantidad de animales empleados? ¿Cómo pueden ser refinados los experimentos a fin de disminuir el sufrimiento de los animales?
Lin señala que las instituciones deben incluir auditorías de las “3R” en sus informes anuales, y entregarlos al COA para su evaluación. Estas auditorías son tomadas en consideración cuando se decide cuáles instalaciones inspeccionar.
Inspecciones anuales
La Ley para la Protección de los Animales encarga al COA la responsabilidad de supervisar y administrar las instituciones experimentales. Las enmiendas del año pasado plantean explícitamente que el COA debe llevar a cabo al menos 40 inspecciones in situ cada año. Lin indica que las inspecciones descubren que, cada año, cerca de diez por ciento de las instalaciones no llena los requisitos del código. La mayoría de éstos son operados por compañías farmacéuticas y pequeñas instituciones.
Chu Tseng-hung, de la EAST, señala que las instalaciones para animales en cerca de 70 de los más de 200 centros de experimentación de Taiwan son “innecesariamente de mala calidad, y un mal enlace”. Chu argumenta que deberían ser eliminadas gradualmente.
No obstante, debido a que el COA no otorga licencias a las instalaciones para animales, las instalaciones que están por debajo de los estándares no tienen ninguna presión para clausurar. Lin explica que en la actualidad, el COA solamente da seguimiento al proceso de investigaciones y recomienda que el Ministerio de Ciencia y Tecnología (MOST, siglas en inglés) y el Ministerio de Salud y Bienestar (MOHW, siglas en inglés) consideren rechazar los planes de investigaciones y los registros de los productos farmacéuticos de instituciones que estén por debajo de los estándares.
Desde el punto de vista del bie-nestar de los animales de laboratorio, el COA espera que estas instituciones dejen de llevar a cabo sus propios experimentos con animales y en su lugar, los subcontraten con otras organizaciones.
El Centro Nacional de Animales de Laboratorio (NLAC, siglas en inglés) y las organizaciones de investigaciones por contrato de Taiwan (CROs, siglas en inglés) han sido acreditadas por la Asociación Internacional de Evaluación y Acreditación de Cuidados de Animales de Laboratorio (AAALAC, siglas en inglés), ya que cumplen los estándares internacionales para el bienestar animal y el personal de las instalaciones. Genie Chin, directora de la División de Planificación y Promoción del NLAC, señala que esta acreditación es muy atractiva para los fabricantes farmacéuticos y las empresas de biotecnología que están considerando subcontratar las pruebas en animales.
No obstante, el alto costo de contratar las obras hace dudar a los contratistas. Por ejemplo, el NLAC cobra un dólar estadounidense por día por cuidar de las ratas de laboratorio, y esta cifra es mayor que el máximo de 50 centavos de dólar que cobran las instalaciones de animales en las universidades. Los cobros son más altos en los CROs orientados al lucro y que cuentan con acreditaciones de Buenas Prácticas de Laboratorio .
Chin considera que los ministerios y las agencias asociadas con las pruebas en animales necesitan colaborar para exhortar a las instalaciones por debajo de los estándares a salir del mercado. “Si el COA encuentra instalaciones para animales que no llenan los requisitos, el MOST debe rechazar las solicitudes de investigación de las mismas y el MOHW debe rehusar aceptar sus datos experimentales. Todos debemos estar de acuerdo. Es difícil aplicar las medidas si alguien deja pasar las cosas”, señala Chin.
Los grupos de bienestar animal también recomiendan clasificar las instituciones de pruebas en animales y usar estas calificaciones para establecer la frecuencia de las inspecciones, enfocando en aquéllas con notas más bajas para ser sujetas a inspecciones intensivas mientras que a las que tengan mejores resultados se les dará mayor autonomía.
Los cerdos Lanyu criados por el Instituto de Investigaciones en Ganado del COA, en la Estación de Propagación de Animales en Taitung, se encuentran entre los mejores animales de investigación biomédica en Taiwan.
Institutos compasivos
De hecho, las mejores instituciones de investigación biomédica de Taiwan ya han establecido mecanismos para sus instalaciones de animales que les permiten llenar las expectativas de la experimentación científica, al mismo tiempo que se encargan del bienestar de los animales.
Por ejemplo, tenemos a la Academia Sínica. Tras la aprobación de la Ley para la Protección de los Animales, la Academia Sínica estableció el Comité de Cuidado y Utilización de Animales Institucionales (IACUC, siglas en inglés), que revisa todas las solicitudes internas a fin de llevar a cabo programas de experimentos en animales y supervisa diez instalaciones para animales en otras organizaciones de investigación. Cada una de estas diez instalaciones también ha establecido su propio comité de cuidado y tiene a un veterinario entre los miembros de su personal.
Liu Fuhua, secretario ejecutivo del IACUC, explica que la Academia Sínica recibe un promedio de 100 a 150 solicitudes para pruebas en animales al año. El comité sólo aprueba solicitudes que hayan llenado los requisitos de los "3R".
“Una vez que el programa ha sido aprobado, los investigadores deben presentar informes periódicos en línea, indicando cuántos animales usan cada día, cada semana y cada mes”, explicó Liu. “Estos son entregados al IACUC para seguimiento y auditoría”, indica Liu.
El Centro de Laboratorio Animal (LAC, siglas en inglés) del Centro Médico de la Defensa Nacional, fue la primera institución educativa y de investigaciones en Taiwan que recibió la acreditación de la AAALAC, lo que añade otra capa de control de calidad a las evaluaciones del COA. Después de que el Centro Médico de la Defensa Nacional evalúa las solicitudes para investigaciones con animales, obliga a los experimentadores a tomar cursos de entrenamiento en procedimientos para animales, cuidado animal y acerca de la Ley para la Protección de los Animales antes de permitirles usar animales en sus instalaciones.
Además de los usuales pequeños roedores y conejos, el LAC cría beagles y cerdos miniatura para propósitos experimentales, al igual que macacos formosanos, que el COA ha aprobado para investigaciones científicas. Todos sus animales viven junto a otros de su misma especie, y cada especie es ubicada en su propio cuarto con clima controlado.
Cuidando de nosotros mismos
Lin Zong-yi, del COA, afirmó que aunque Taiwan está enfrentando el cuidado y administración de los animales de laboratorio en forma sistemática, hay todavía mucho por mejorar, especialmente en el área de la autoadministración institucional.
Con la investigación farmacéutica prácticamente dependiente de las pruebas en animales, los experimentadores y las instituciones responsables deben reconocer que proteger el bienestar de los animales de laboratorio es esencial para el bienestar de los seres humanos.