03/05/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

PROYECCIONES CLIMATICAS

01/11/2014
Una toma aérea de viviendas y caminos destruidos por la inundación en el sur de Taiwan, provocada por el tifón Morakot en 2009. (CNA)

Las instituciones académicas y de investigación han tomado un papel activo en recolectar, enriquecer y diseminar el conocimiento sobre el cambio climático.

En agosto de 2009, el tifón Morakot trajo niveles de lluvias torrenciales que rompieron récords a las regiones central y sur de Taiwan. Durante los cuatro días que la tormenta se mantuvo alrededor de la isla, algunas áreas experimentaron una pluviosidad de un total de tres mil milímetros –una cantidad que supera la precipitación anual normal para la mayoría de los lugares en el país. Hasta la fecha, Morakot ha sido el tifón registrado que ha traído más cantidad de lluvia y la tormenta más devastadora en azotar a Taiwan.

Los tifones son parte de la vida para los países en el noroccidente del Océano Pacífico. Por ejemplo, Taiwan es afectada por un promedio de tres a cuatro tifones por año. Sin embargo, hay una mayor preocupación en la comunidad científica porque la naturaleza de estas tormentas está cambiando. Durante el mismo mes que Morakot azotó a Taiwan, la Unión de Geofísica Estadounidense, una organización sin fines de lucro que busca promover el descubrimiento en las ciencias de la Tierra y el espacio, acordó publicar un estudio realizado por investigadores taiwaneses y chino-continentales en un periódico científico bisemanal llamado Geophysical Research Letters. El estudio, titulado “Dependencia en la temperatura de las precipitaciones extremas globales”, identificó un aumento alarmante en las lluvias torrenciales causadas por tormentas tropicales, mientras también propone como culpable de este fenómeno al ­cambio climático.

Con base al análisis estadístico de registros que cubre el período de 1979 a 2007 de la base de datos del Proyecto ­Climatológico sobre Precipitación Global, los investigadores determinaron que la cantidad de precipitación del primer diez por ciento de lluvias más copiosas durante el curso de un año habían aumentado en casi 50 por ciento en todo el mundo. A la inversa, la cantidad de precipitación del último 50 por ciento de las lluvias ligeras a moderadas se ha reducido en un diez por ciento. Además, analizando la información del Buró Central de Meteorología, con sede en Taipei, para el período de 1961 a 2005, los investigadores encontraron que la cantidad de precipitación en Taiwan del diez por ciento de las lluvias más torrenciales por los tifones ha aumentado aproximadamente en un 100 por ciento; mientras que la precipitación ligera a moderada por tormentas ha disminuido en un 20 por ciento.

Liu Shaw-chen es un científico en el Centro de Investigaciones sobre Cambios Medioambientales (RCEC, siglas en inglés) en la Academia Sínica, la más importante institución de investigaciones de Taiwan, y el autor principal del estudio. Según Liu, hay poca duda de que el calentamiento global es el mayor factor contribuyente tras el incremento de la precipitación copiosa procedente de tifones, lo que hace que las inundaciones sean más frecuentes y severas al tiempo que simultáneamente se aumenta la posibilidad de sequías debido a la disminución de la precipitación ligera a moderada. Dicho ésto, Morakot no hubiese traído la abundante precipitación  a Taiwan sin el calentamiento global. “Los cambios en los extremos de las precipitaciones tienen un serio impacto en el bienestar de los seres humanos y el ecosistema entero”, dice Liu, quien fue galardonado con el rango de académico, un título honorario vitalicio, en la Academia Sínica en 2012. “Afortunadamente, el Gobierno toma en consideración nuestra investigación cuando formula estrategias nacionales para el control de inundaciones, uso de la tierra y gestión de los recursos acuíferos. Quizás el estudio pueda ayudar a elevar la conciencia pública sobre los efectos del cambio climático”.

Los cambios medioambientales se están acelerando en todo el mundo, representando retos complejos para la humanidad. En Taiwan, varios académicos e instituciones de investigación están luchando por determinar la extensión de estos cambios y conocer sus causas, impactos y riesgos. Establecido en 2004, el RCEC es una de las instituciones de investigación sobre el cambio climático más importantes de la nación. Surgió de un proyecto iniciado por el Instituto de Ciencias de la Tierra de la Academia Sínica a finales de 1999 con el objetivo de tratar los problemas de la contaminación del aire y el agua, así como el cambio climático en Taiwan.

Los proyectos de investigación implementados por el RCEC se enfocan en la calidad del aire; la química atmosférica; los ciclos biogeoquímicos de los sistemas de agua fresca en Taiwan y los océanos circundantes; el cambio climático regional; y los recursos acuíferos. Los programas ya han producido algunos resultados significativos. Además de los hallazgos sobre la correlación entre el calentamiento global y el aumento en la precipitación torrencial, el equipo de Liu descubrió que la causa principal de una reducción de casi 15 por ciento en la duración de la luz solar en Taiwan desde la década de 1960 hasta la de 1990 fue el incremento en aerosoles así como el albedo de nube –una medida de cuánta luz solar puede reflejar una ­nube– como resultado de las mayores emisiones de contaminantes del aire antropogénicos, o causados por los humanos.

El entorno en Taiwan, dice Liu, se ha deteriorado severamente durante las últimas cinco décadas debido al aumento en el uso de la energía y la seria contaminación del aire. “El incremento de los aerosoles y el albedo de nube conduce a la disminución de la duración de la luz solar, la oscilación de la temperatura diurna y la humedad relativa cerca de la superficie, junto con el aumento en la intensidad de los eventos de precipitación extrema”, señala.

La investigación relacionada con los problemas de esta magnitud es con frecuencia mejor lograda a través de esfuerzos de cooperación. En 2011, el Consejo Nacional de las Ciencias (NSC, siglas en inglés), que se convirtió en el Ministerio de Ciencias y Tecnología en febrero de este año, emprendió un proyecto de cinco años de duración, llamado Estudio Consorcio para el Cambio Climático (CCliCS, siglas en inglés) que reúne a investigadores del RCEC y profesores de las principales instituciones de educación superior de Taiwan, incluyendo la Universidad Nacional de Taiwan (NTU, siglas en inglés) y la Universidad Nacional Normal de Taiwan (NTNU, siglas en inglés), ambas ubicadas en Taipei.

 

Dos estudiantes de la Universidad Nacional de Taiwan recolectan información para su investigación sobre el cambio climático en una plantación de té en la ciudad de Nuevo Taipei, en la parte norte de Taiwan.

Modelos y simulacros

El componente central del CCliCS es el Laboratorio para la Investigación del Cambio Climático (LCCR, siglas en inglés), que aloja al RCEC. Lee Wei-liang, investigador asistente en el RCEC, dice que a medida que aumentan las preocupaciones sobre los efectos del calentamiento global, muchos países están invirtiendo en el desarrollo de sofisticados modelos para mejorar la precisión de los pronósticos del clima. El propósito del LCCR es cimentar las capacidades de Taiwan en las áreas de modelos y simulacros climáticos.

Hasta ahora, más de 20 modelos climáticos han sido desarrollados en el mundo, y hay un considerable consenso entre los científicos de que los modelos son herramientas imprescindibles para comprender el comportamiento de la atmósfera del planeta. Crucialmente, los modelos pueden brindar perspectivas valiosas en cuanto a los cambios que están ocurriendo debido a las actividades humanas, la variabilidad natural o la interrelación entre ambas. “El LCCR funciona como un eje de investigación sobre el cambio climático en Taiwan, que reúne a expertos en el campo. Empleando los recursos académicos y gubernamentales, tenemos el objetivo de desarrollar un modelo climático para facilitar las proyecciones precisas”, explica Lee. “Nuestra meta final es construir una gama que oscile desde modelos de sistema terrestres globales de baja resolución hasta modelos regionales de alta resolución”. Los intereses de investigación del equipo abarcan cambios en precipitaciones extremas debido al calentamiento global, el monzón del Este Asiático y el monzón de verano en India, y la oscilación del sur de El Niño.

El LCCR ha adoptado modelos climáticos desarrollados por dos instituciones estadounidenses –el Modelo de Sistema Terráqueo Comunitario (CESM, siglas en inglés) del Centro Nacional de Investigaciones Atmosféricas (NCAR, siglas en inglés) y el Modelo Atmosférico de Alta Resolución (HiRAM, siglas en inglés) del Laboratorio de Dinámica de Geofísica Fluida. Los modelos funcionan en grupos de computadoras en la Academia Sínica y el Centro Nacional para Computación de Alto Rendimiento, que está ubicado en el Parque Científico de Hsinchu en la parte norte de Taiwan. Los simulacros del CESM son para las pruebas de variabilidad climática a largo plazo; mientras que las del HiRAM son para análisis espacial de alta resolución.

La mayoría de los modelos climáticos, según Lee, no pueden simular tifones muy bien debido a su baja resolución espacial. Por lo tanto, el LCCR utiliza simulacros de HiRAM a fin de analizar las características de los tifones, tales como el origen, intensidad y trayectoria. Los resultados tentativos muestran que la cantidad de tifones parece estar disminuyendo, mientras que la intensidad promedio de las tormentas está aumentando.

Los científicos en el LCCR han recolectado una enorme cantidad de información de varios modelos climáticos globales y construido una base de datos en línea a fin de compartir los resultados de los simulacros con la comunidad de investigadores local. Además, Lee indica que el laboratorio organiza foros internacionales que presentan a denodados conferencistas locales y extranjeros, y cooperan estrechamente con el NCAR. Los investigadores del CCliCS viajan a Estados Unidos a participar en talleres del CESM y los científicos del NCAR visitan el RCEC para ofrecer tutorías e intercambiar ideas e información.

Los proyectos, tales como CCliCS, no serían posibles sin los esfuerzos de las principales universidades de la nación. La NTU ayudó a impulsar la educación y la investigación sobre el cambio climático en Taiwan mediante el establecimiento del Centro de Investigaciones sobre el Cambio Global, subordinado a su Facultad de Ciencias en 1992. El centro ofrece cursos y realiza investigación básica, con un enfoque especial en temas relacionados a Taiwan y el Sudeste Asiático. Lin Jiun-chuan, el director del centro, dice que el hecho de que fue fundado hace más de 20 años, demuestra que los académicos locales han estado al tanto de la necesidad de tratar el tema del cambio climático desde algún tiempo.

En los años subsiguientes al establecimiento del centro, muchos países han experimentado un aumento alarmante en la frecuencia y la magnitud de los desastres naturales. Los eventos de precipitación extrema están incrementando en muchas áreas, olas de calor peligrosas están volviéndose más comunes, y los niveles del mar están elevándose. Estos eventos intensifican las presiones políticas, económicas y sociales. “Como una nación isleña, Taiwan es especialmente vulnerable a los efectos de la elevación de los niveles marinos”, dice Lin. “Hoy, nuestro centro siente aún una obligación más urgente de ayudar a nuestro país a sobrellevar estos retos, preparando a investigadores talentosos y usando nuestro conocimiento para contribuir en la creación de políticas sobre el cambio climático”.

El director dice que más recursos deberían dedicarse a la educación sobre el cambio climático en las universidades, lo que él cree debería ser interdisciplinaria y holística. Actualmente, su centro ofrece programas educativos en tres campos principales –Ciencias sobre el Sistema Terráqueo, Tecnología Energética y Recursos Sostenibles– e invita a profesores de diversas disciplinas tales como Ciencias Atmosféricas, Ingeniería, Geografía y Salud Pública a dictar cursos. Los programas del centro están diseñados para aumentar la sensibilidad de los alumnos hacia los potenciales impactos del cambio climático y equipar a aquéllos interesados en seguir una carrera en análisis del cambio climático con los conocimientos necesarios.

 

Estudiantes de la Universidad Nacional Normal de Taiwan participan en un estudio de campo geológico en el distrito de Pingtung, en el sur de Taiwan. (Cortesía de la Universidad Nacional Normal de Taiwan)

Plataformas de información

Asimismo, Chen Cheng-ta, profesor del Departamento de Ciencias de la Tierra en la NTNU, hace hincapié en la importancia de emplear un estilo interdisciplinario en la educación sobre el cambio climático. Su departamento consiste de unos 20 profesores de diferentes campos; a saber: Astronomía, Ciencias Atmosféricas, Geología, Geofísica y Oceanografía. La investigación representa un aspecto clave del trabajo en el departamento y muchos de sus profesores participan en proyectos iniciados por el Gobierno o instituciones de investigación. Por ejemplo, Chen participa en la Plataforma de Información y Proyección sobre Cambio Climático de Taiwan (TCCIP, siglas en inglés), que fue lanzada por el NSC en 2010. Los investigadores que participan recolectan información climática histórica sobre Taiwan, respecto a la humedad, precipitación, niveles del mar, temperatura, tifones y velocidad del viento; analizan las variaciones en la información con el paso del tiempo; y desarrollan métodos estadísticos para cuantificar los cambios esperados en el clima regional.

En los últimos años, Taiwan se ha centrado en los esfuerzos por mitigar del cambio climático, animando el uso de energía eficientemente y la reducción de la huella de carbono. Sin embargo, Chen indica que prepararse para los efectos ­inevitables del cambio climático es de igual importancia, y que el diseño de iniciativas de adaptación requiere de un entendimiento de los  futuros patrones climáticos. El proyecto del TCCIP, explica el profesor, ayuda en la toma de decisiones sobre la mitigación del cambio climático y las medidas de adaptación. Se espera que esta plataforma de información tenga usos prácticos en diversas áreas, desde la agricultura, la seguridad nacional y la planificación del uso de la tierra, hasta la salud pública y la gestión de los recursos acuíferos. “Necesitamos identificar los posibles riesgos futuros, tales como sequías, inundaciones y olas de calor, para poder tomar medidas y prevenir o minimizar el daño que puedan ocasionar”, señala. “Los programas tempranos y bien planificados de adaptación pueden salvar vidas y dinero en un futuro”.

Para cada país, y particularmente para las naciones isleñas como Taiwan, el cambio climático ya no es un concepto abstracto, sino un factor principal que afecta la política gubernamental en una cantidad enorme de áreas. A fin de informar apropiadamente a los encargados de tomar decisiones, una amplia gama de estudios tendrán que hacerse para esquematizar todo, desde las ­ramificaciones mundiales a las consecuencias regionales específicas del calentamiento global. Respecto a este asunto, los científicos taiwaneses ya han logrado resultados significativos con su trabajo sobre los niveles de precipitación y duración de la luz solar. Incluso, proyectos tales como el TCCIP y la investigación sobre modelos climáticos realizada por el LCCR ayudarán a comprender aún más cómo el cambio climático está afectando a la nación.

Los científicos locales son apasionados a la hora de compartir su trabajo, y esperan que su investigación y esfuerzos educativos puedan ayudar a orientar al momento de tomar medidas que resuelvan el problema del calentamiento global. “Los académicos y los investigadores experimentan un fuerte sentido de misión por aumentar nuestro entendimiento del cambio climático a través de la colaboración interdisciplinaria, y motivar y empoderar a individuos y organizaciones a fin de tomar medidas efectivas”, afirma Liu. “Del mismo modo, tenemos la esperanza de que compartiendo nuestro conocimiento con la comunidad científica internacional, podremos contribuir a la proyecciones climáticas en una escala global”.

 

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