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LA DIRECTORA DE ORQUESTA AMY CHANG

01/01/2015
Dependiendo de su estado de ánimo, Amy Chang puede ser vivaz o delicada. Su personalidad se evidencia en su estilo de dirección dinámico y limpio.

En el mundo de la dirección de orquestas dominado por los hombres, Amy Chang ha logrado destacarse y alcanzar la fama.

Muchos directores de orquesta fruncen el ceño cuando se concentran. Alguien bromea que la directora  Chang es una mujer dragón. Pero, en realidad, todos saben que sus gestos comunican un mensaje muy serio: auto-disciplina.

De hecho, Amy Chang se exige mucho a sí misma, y espera que los miembros de la orquesta hagan lo mismo. En el mundo de la dirección de orquestas, Chang considera que lo más importante es la sinceridad, la comunicación y el respeto.

Exito a una edad temprana

Chang, de 50 años de edad, es la única directora de orquesta prominente actualmente activa en Taiwan. Con maestrías de la Universidad del Sur de California en dirección instrumental y ejecución del clarinete, Chang imparte actualmente clases en la Universidad de Taipei y la Universidad Nacional de las Artes de Taipei. También es directora de orquesta y directora musical de la Orquesta Profesional Purely.

Chang alcanzó la fama aún siendo joven. A los 32 años, ganó en el grupo de Asia de la Competencia Internacional de Música para Directores de Orquesta de Tokio; y a los 35 años, logró el cuarto lugar en la Competencia Internacional de Directores de Orquesta en Barcelona, España, donde fue la única asiática participante en llegar a la ronda final. Los jueces de diversas partes del mundo han elogiado su estilo, describiéndolo como bien definido, fluido y profundamente musical.

Chang ha fungido como directora asistente de la Filarmónica de Taiwan, y subdirectora  de la Orquesta China de Taipei, así como también ha conducido la Orquesta Sinfónica Nacional de Taiwan y la Orquesta Sinfónica Evergreen. Entre los artistas mundialmente famosos con los que ha cola-borado están Vesselin Paraschkevov, ex primer violín de la Orquesta Filarmónica de Viena; el violinista Salvatore Accardo, y el flautista Peter-Lucas Graf.

En la ceremonia de inauguración de los Juegos Mundiales 2009 en Kaohsiung, Chang dirigió una orquesta de más de 100 instrumentos, uniéndose a la presentación del grupo de Dioses de Neón Tecno-Electrónicos y cantantes de diversos lugares del mundo en un espectáculo que se puede considerar el concierto al aire libre más exitoso en Taiwan en décadas.

Entonces, ¿cómo ha logrado Chang destacarse en un entorno dominado por los hombres?

Inspirada por Helen Quach

Chang tuvo por primera vez la idea de ser directora de orquesta cuando de jovencita, vio a una mujer dirigiendo una orquesta.

Cuando era estudiante del programa especial de música en la Escuela Primaria Católica Kuang Jen, Chang asistió a un concierto. La orquesta estaba dirigida por una mujer. Aunque estaba de espaldas al público, toda su presencia en la escena impresionó a la joven Amy.

La reacción de la joven Amy fue inmediata. “¡Una mujer puede ser directora de orquesta!”, recuerda haber dicho. Ese concierto cambió el concepto de los géneros que tenía hasta ese momento.

La directora de aquel día fue Helen Quach, la primera mujer en Taiwan o en cualquier lugar de Asia que había logrado fama en el campo. Tras muchos años en Australia, Quach falleció en julio de 2013 en Sydney a la edad de 73 años.

Ese día, hace cuatro décadas, Quach plantó una semilla en la mente de la niña. El día de la graduación de la escuela primaria, Amy dirigió por primera vez la coral estudiantil.

En secundaria, Chang dirigió la coral de su escuela en varias competencias en Taiwan, ganando muchos premios. “No había cursado estudios especializados en dirección musical. Sólo imitaba a mis profesores, y comencé a amar esta profesión a medida que pasaba el tiempo”. En su último año de secundaria, durante un concierto en la Sala Conmemorativa a Sun Yat-sen, Chang dirigió por primera vez la orquesta del Colegio Católico de Bachillerato Kuang Jen.

Los logros de Chang garantizaron su admisión al Departamento de Música de la Universidad Católica Fu Jen. Después de transferirse como alumna del segunda año al Instituto Nacional de las Artes (actualmente la Universidad Nacional de las Artes de Taipei), Chang comenzó formalmente a estudiar dirección instrumental. En su tercer año universitario, se trasladó a la Universidad del Sur de California (USC, siglas en inglés), donde estudió ejecución de clarinete. Sin embargo, por su cuenta, Chang continuó estudiando dirección de orquesta con un profesor particular.

 

 La afamada directora de orquesta taiwanesa Amy Chang, que se especializa en música orquestal occidental dirige a grupo de música china clásica durante un ensayo. (Foto cortesía de la Orquesta Nacional China de Taiwan)

Una carrera de pocas mujeres

Después de emprender el curso de maestría en ejecución de clarinete en la universidad estadounidense, la pasión de Chang por la dirección volvió a surgir, y en el último año de sus estudios de maestría, comenzó otra maestría en dirección instrumental.

La escuela de música de la USC acepta sólo a dos estudiantes al año para su programa de maestría en dirección instrumental, y ese año Chang fue la única aceptada. El resto de los participantes en las clases, tanto instructores como alumnos, eran hombres. Desde el día de su admisión hasta el día de su graduación, nunca vio a otra mujer en el campus que estudiara dirección de orquesta.

Tras su regreso a Taiwan, otra vez era la única mujer en la escena de la dirección de orquesta. “No perdí tiempo pensando en el tema de los géneros. Me concentré en algo que realmente disfrutaba y había estudiado”, señala Chang.

“Utilicé mi técnica, habilidad y actitud para aprovechar las oportunidades a medida que se presentaban, y para desarrollarme como una directora de orquesta”, explica.

El famoso director de orquesta ruso Vasily Petrenko dijo una vez que las orquestas “reaccionan mejor frente a un hombre que lleve la batuta”, y que “cuando las mujeres tienen familias, se les dificulta dedicarse a este trabajo tan exigente”. Chang sólo está de acuerdo con la mitad de los comentarios de Petrenko.

Tras tomar el camino de la carrera como directora de orquesta, realmente comprendió que en esta profesión es difícil cuidar a una familia.

Su propio horario de trabajo es prueba de ello. Aparte del tiempo que pasa en los ensayos y presentaciones, más del 90% del tiempo se dedica a leer las partituras para poder sentir el trabajo como un todo, comprender la interacción entre los diferentes instrumentos musicales e identificar dónde la música llega a un crescendo o decrece en un segmento más suave. Este trabajo requiere de concentración extrema.

Un director de orquesta que lee una partitura, dice Chang, es como un monje que se retira de la sociedad humana por un período extendido de tiempo en el que se dedica a meditar. Cada vez que Chang se retira para estudiar una partitura, pasarán por lo menos tres horas hasta que vuelva a aparecer. Ninguna música puede llegar a sus oídos durante este tiempo. Cada pequeño detalle debe ser digerido lentamente. Y antes de la presentación, toda la pieza debe practicarse una y otra vez.

Un director de orquesta necesita tener además un conocimiento básico de cada instrumento en la orquesta. Por ejemplo, en la Escuela Julliard, de los cuarenta y tantos estudiantes que se han graduado en dirección de orquesta desde 1996, solamente cuatro han sido mujeres.

Un grupo diferente

Dirigir una orquesta es algo como dirigir un batallón del ejército, y cuando el director se enoja, los músicos se llenan de resentimiento. El sentimiento es capturado en un antiguo chiste que recorre los círculos de la música: “¿Por qué enterraron al director 20 pies bajo la tierra? Porque muy en el fondo, él era una buena persona.” Sin embargo, bromas aparte, Chang siente que el género no tiene necesariamente nada que ver con el estilo de liderazgo de un director.

Desde el punto de vista de Chang, un director competente que se comporta con clase será respetuoso no sólo consigo mismo sino con el público, pero también con los músicos. “El director realmente tiene mucha autoridad. A veces, yo también hablo bruscamente, pero no en una manera que realmente hiera”.

En el tema del estilo físico de llevar la dirección, se dice que generalmente los hombres tienden hacia el yang, y las mujeres hacia el yin. Sin embargo, Chang no ve la conexión con el género, y afirma que una directora puede también ser explosiva en sus movimientos, mientras que un director puede ser muy delicado, depende de lo que la música en sí misma exija.

En cuanto a la vestimenta que emplean los directores. Tanto los hombres como mujeres que dirigen orquestas llevan un traje con pantalón negro largo, que da la impresión de que la mujer que realiza este trabajo carece de femineidad.

Chang explica que la naturaleza del trabajo determina la vestimenta. Los movimientos de un director deben ser claramente definidos. Cada movimiento de la batuta es un ritmo, por lo que las mujeres que realizan este trabajo deben usar pantalón para asegurarse de que nada tropezará con la batuta –como aretes, mangas anchas, faltas anchas o pelo largo– que puedan confundir a los músicos.

Como la variación del vestuario es tan limitada, tener un toque personal único es mucho más importante. A diferencia del corbatín que llevan los directores, Chang usa una bufanda o un lazo de seda atado al cuello de la camisa. Este pequeño detalle se ha convertido en algo como su sello característico.

Estilo como reflejo de personalidad

A Chang le preguntan con frecuencia qué director le gusta más, y ella siempre responde: “Hay muchos. Cada uno tiene su propio rasgo especial y único”.

Por ejemplo, el afamado director alemán Wilhelm Furtwängler dirige piezas románticas con increíble aplomo y delicadeza; el austríaco Carlos Kleiber realizó un trabajo inolvidable con las óperas y valses; el director judío Bruno Walter tenía un estilo tranquilo y extremadamente simple que denotaba en un claro sentimiento en su música; y el director italiano Claudio Abbado, que falleció en enero del año pasado, era muy apasionado y preciso.

Cada uno tuvo sus características únicas de las que Chang quisiera aprender para convertirse en una directora de orquesta más completa.

Se dice que el estilo de un director es el reflejo de su personalidad, y Chang está de acuerdo. Ella señala que los movimientos de un director pueden ser limpios y firmes y producir música que es gentil y llena de sentimiento, así como a ella le gusta hacer caligrafía china de grandes tamaños pero también le gusta armar rompecabezas. A su vez vivaz y delicada en su vida cotidiana, a Chang nada le gusta más que usar una batuta para deleitar a los oyentes a través de la música.

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