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Vicepresidente Chen asiste a canonización de la Madre Teresa de Calcuta

05/09/2016
El Papa Francisco (izquierda) saludó al vicepresidente Chen Chien-jen y a su esposa poco antes de la ceremonia de canonización de la Madre Teresa de Calcuta el 4 de septiembre en el Vaticano. (Foto cortesía de la Embajada de la República de China ante la Santa Sede, vía CNA)

El vicepresidente Chen Chien-jen llegó el 3 de septiembre a Roma, Italia, acompañado por su esposa Luo Feng-ping, para asistir a la ceremonia de canonización de la Madre Teresa de Calcuta, por invitación de la Santa Sede y en representación de la presidenta Tsai Ing-wen.

La misa de canonización de la Madre Teresa de Calcuta se realizó el día 4 en la Plaza de San Pedro en el Vaticano.

El Papa Francisco anunció que “declaramos y definimos a la Beata Teresa de Calcuta como santa y la inscribimos entre los santos, decretando que ella ha de ser venerada como tal por toda la Iglesia”, por el trabajo incansable de esta figura icónica de la misericordia. Asimismo, el Papa Francisco encomendó a los presentes “que ella sea su modelo de santidad”.

La monja albanesa fundó la Orden de las Misioneras de la Caridad en Calcuta, India, en 1950. La Orden administra actualmente más de 750 hogares, hospicios y refugios en unos 130 países de todo el mundo.

En el trascurso de la ceremonia, el Coro de la Filarmónica de Taipei cantó himnos católicos junto con el Coro de la Capilla Sixtina; al mismo tiempo que Mateo Chiang, un funcionario de Caritas Taiwan, leyó la oración en chino durante la oración universal en la misa.

Poco antes de la ceremonia, el Papa Francisco se reunió brevemente con el vicepresidente Chen y le prometió que va a orar por el pueblo de Taiwan. Durante el encuentro, Chen invitó al Papa Francisco a visitar Taiwan.

Chen comunicó al Papa Francisco los mejores deseos por parte de la presidenta Tsai, y le entregó como regalo un libro y un documental sobre el fallecido sacerdote argentino Ricardo Ferreira Achaval, quien dedicó casi medio siglo de su vida a servir al pueblo de Taiwan, incluyendo 25 años en el distrito de Quemoy (Kinmen) .

El Papa Francisco se sintió muy conmovido por el libro, diciendo que el Padre Ferreira fue su mentor y todavía lo extraña. Tanto Ricardo Ferreira Achaval y como el Papa Francisco son jesuitas argentinos.

Después de 50 años de servicio, Ferreira Achaval murió de cáncer en Taiwan en junio de 2006 a los 80 años de edad, y sus restos mortales reposan en Quemoy.

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