La presidenta Tsai Ing-wen participó el 10 de diciembre en dos ceremonias con motivo de la conmemoración del Día Internacional de los Derechos Humanos.
Primeramente, la Mandataria presidió la entrega del Premio a la Democracia y los Derechos Humanos de Asia, otorgado este año a la Federación Asiática en contra de las Desapariciones Involuntarias, en la sede en Taipei de la Fundación para la Democracia de Taiwan. Los esfuerzos de esta federación contribuyeron a que las Naciones Unidas adoptaran la Convención Internacional para la Protección de todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas en 2006.
Posteriormente, en una ceremonia realizada en el Parque Cultural de los Derechos Humanos en Jinmei, ciudad de Taipei, Tsai reiteró su decisión de promover la justicia de transición, afirmando que el Gobierno de la República de China presentará un informe nacional sobre el Terror Blanco en tres años a fin de arrojar luz sobre dicho período de la historia en el que miles de personas fueron perseguidas por razones políticas.
A fin de alcanzar el esclarecimiento y la comprensión, señaló Tsai, “tenemos que aprender las historias tanto de los responsables como de las víctimas del Terror Blanco, e incluso la difícil experiencia sicológica sufrida por las familias de las víctimas”.
En los últimos diez años, se venido preparando un informe organizado de los testimonios orales acerca del período del Terror Blanco, y se espera que esté concluido una vez que se reúnan los documentos dispersos en varias organizaciones gubernamentales, que conforman la última pieza del informe de investigación del Gobierno.
Tras la ceremonia, la presidenta Tsai otorgó certificados de “rehabilitación” a los representantes de las víctimas políticas y sus familias.
El Parque Cultural de los Derechos Humanos en Jinmei fue otrora sede de una guarnición militar y centro de detención para presos políticos.