29/04/2024

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Declaración de seis puntos del presidente Chen Shui-bian

26/03/2005

El presidente Chen Shui-bian emitió el 16 de marzo una declaración de seis puntos con relación a la "ley anti-separación" (la así llamada ley anti-secesión) aprobada recientemente por China continental. A continuación se presenta una trascripción oficial del contenido de la misma.

1. La República de China es un estado soberano independiente; la soberanía de Taiwan pertenece a los 23 millones de habitantes de Taiwan; y solamente los 23 millones de ciudadanos de Taiwan pueden decidir cómo cambiar el futuro de la isla. Esta declaración expresa el más grande consenso dentro de la sociedad taiwanesa actualmente acerca de los asuntos de la soberanía nacional y el futuro de Taiwan. También es el mayor común denominador entre los partidos gobernante y de oposición. Recientes encuestas de opinión pública indican que más del 90 por ciento del pueblo de Taiwan está de acuerdo explícitamente con una declaración tal. Si las autoridades chinas desean genuinamente "traer esperanza al pueblo de Taiwan," ellas deben escuchar la voz de la mayoría del pueblo de Taiwan, aceptar el hecho de que la República de China existe en realidad, y respetar la elección que el pueblo de Taiwan hace con su libre voluntad.

2. El proceso de formulación y aprobación de la "ley anti-separación" aporta más pruebas sobre las múltiples diferencias institucionales que existen de hecho hoy en día entre ambos lados del Estrecho de Taiwan. Nosotros no necesitamos hacer hincapié deliberadamente en cuán grande es la diferencia entre lo democrático y lo anti-democrático, o entre lo pacífico y lo no pacífico. No obstante, la solución no yace en la formulación de una "ley anti-separación" que es al mismo tiempo anti-democrática y no pacífica. Insistimos en que las diferencias entre ambos lados del Estrecho deben de ser resueltas por medio de un diálogo basado en los principios de democracia, libertad y paz. Cualquier medio anti-democrático o no pacífico, indistintamente de la razón que tenga, no debe ser tolerado por la comunidad internacional; ya que solamente servirá para aumentar la división en las relaciones a través del Estrecho y separar aún más a nuestros pueblos.

3. A pesar de la generalizada objeción por parte de la comunidad internacional y repetidas manifestaciones de seria preocupación, el testarudo Gobierno de la República Popular China siguió adelante sin conciencia ni autocontrol para aprobar esta legislación agresiva. Aún ahora que los comentarios internacionales han puesto en claro los errores inherentes en la aprobación de esta ley, las autoridades de Pekín todavía no han mostrado señales de autorreflexión. Debemos aprovechar esta oportunidad para indicar claramente al Gobierno de la República Popular China que cualquier ley que expresamente estipula el uso de la violencia para infringir los derechos básicos e intereses de otros, no importa por qué razón ni bajo qué pretexto, equivale a la degradación de los valores universales de libertad, democracia y derechos humanos, al igual que un paso atrás para la civilización humana.

4. El pueblo de Taiwan respeta la democracia y la paz. Estamos decididos y obligados a unirnos a la comunidad internacional para salvaguardar los sistemas democráticos, la paz en el Estrecho de Taiwan, y la estabilidad regional. Si bien nos complace ver el surgimiento estable de China continental, las autoridades chinas deben también demostrar al mundo su "despertar pacífico". Por mucho tiempo, China continental ha estado expandiendo su armamento y desplegando más misiles que nunca antes en dirección a Taiwan. Su reciente aprobación de una ley no pacífica que legitimiza el uso de la fuerza en contra de Taiwan, en desafío a la opinión internacional, no solamente es inaceptable para cualquier país que respeta la libertad, democracia y paz; ni siquiera obtendrá su consentimiento tácito. Nadie tampoco se convertirá en un cómplice agresor. Expresamos solemnemente nuestra preocupación una vez más: antes de que las autoridades chinas puedan brindar garantías de paz y abandonar cualquier intento de acciones "no pacíficas", la Unión Europea no tiene ninguna razón para levantar el embargo sobre la venta de armas para un agresor en potencia.

5. La aprobación por parte de Gobierno de la República Popular China de su "ley anti-separación" que unilateralmente cambiaría el estatu quo en el Estrecho de Taiwan, ha dado lugar a tensión regional y conmoción internacional. Aún más, ha causado severos impactos adversos en las relaciones a través del Estrecho, que estaban mostrando síntomas de mejoría. Como líder de la nación, tengo la grave responsabilidad de garantizar la seguridad de la nación y el bienestar de nuestro pueblo. Mi Gobierno y yo enfrentamos esta situación solemnemente y respondemos con prudencia. No vamos a alterar nuestra establecida posición de "reconciliación pero sin vacilación, firmes pero evitando una confrontación"; empero, al enfrentar el acostumbrado método de doble cara que esgrimen las autoridades de China continental, particularmente, su truco de ofrecer favores de poco valor tras montar la guillotina, el pueblo de Taiwan definitivamente no puede ser insensible, ni mucho menos, crédulo. Por mucho tiempo, hemos estado anuentes a compartir nuestras experiencias acerca del desarrollo en todas las áreas con el otro lado del Estrecho, con el propósito de fomentar el bienestar del pueblo en ambos lados del Estrecho de Taiwan. De hecho, lo que el pueblo al otro lado del Estrecho necesita más son los tres productos especiales de Taiwan que nos complacen más en compartir: nuestro sistema democrático, completa libertad, y protección a los derechos humanos. En cuanto a este punto, tampoco iremos a cambiar.

6. La historia nos muestra que cuando la gente buena escoge quedarse callada o no hacer nada, ésto conlleva a la expansión de los poderes malignos e inclusive a la destrucción. Justo como ahora, conforme las nubes oscuras "no pacíficas" se ciernen sobre el Estrecho de Taiwan, ninguno de nosotros puede permanecer al margen. En un momento en que la comunidad internacional habla como una sola voz, el pueblo de Taiwan --sin distinción de género, edad, punto de vista político y profesión-- debe estar unido y expresar su opinión inclusive más aún. La marcha del 26 de marzo, con el fin de "Salvaguardar Taiwan con Democracia y Paz", representa la vocalización más pacífica, más racional, más humilde del pueblo de Taiwan, con un estimado de un millón de personas que saldrán a las calles para rechazar firmemente esta agresiva ley no pacífica. Ellas gritarán a través del Estrecho a las autoridades de China continental: "Los más de dos mil delegados del Congreso Nacional del Pueblo de la República Popular China no pueden votar por el destino de los 23 millones de habitantes de Taiwan. Solamente el gran pueblo de Taiwan puede tomar las decisiones sobre el futuro libre, democrático y pacífico de Taiwan".

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