La reforma constitucional es absolutamente necesaria si Taiwan desea continuar transformándose en una nación moderna y sobrevivir a los efectos de la globalización, reveló el primer ministro, Yu Shyi-kun, el 23 del mes pasado en una entrevista con la Radio Deutsche Welle de Alemania.
Si bien el Gobierno pretende impulsar una reforma a la constitución, Yu explicó a los radioescuchas que no se realizarán cambios en lo referente al nombre del país o sus límites geográficos, que incluyen a China continental y Mongolia, tal y como lo define la actual constitución. Cambios como éstos son posibles solamente si se llega a un consenso dentro del pueblo de Taiwan, destacó Yu, añadiendo que lo que la nación realmente necesita es una constitución que esté actualizada y definida de acuerdo con la democracia en la isla. Solamente así podrá satisfacer las necesidades del pueblo.
El presidente Chen Shui-bian estableció 2006 como la fecha límite para llevar a cabo un referéndum sobre la nueva constitución y ha prometido adoptar esta nueva versión para 2008. El ha explicado que éste es un plan acerca de la reforma constitucional y democrática, no uno sobre la independencia o unificación. A pesar de su insistencia, los líderes en Pekín temen que las reformas constitucionales en Taiwan llevarán finalmente a la isla a formalizar su ruptura con China continental.
Por otro lado, existe un consenso entre los partidos en Taiwan acerca de que la Constitución requiere ser reelaborada; no obstante, los diversos partidos políticos están en desacuerdo acerca de la forma que debe tomar la nueva constitución. Por ejemplo, la legisladora del Partido Democrático Progresista, Hsiao Bi-khim, sugirió reformar las cláusulas pertinentes a la estructura gubernamental, los derechos civiles y principios económicos; mientras que el presidente del opositor Kuomingtang, Lien Chan, prometió apoyar una revisión constitucional.
En una conferencia realizada del 27 al 28 del mes pasado y organizada por un gabinete de estrategia privado, los académicos discutieron la necesidad de tener un documento básico más apropiado. Lee Yung-chih, profesor de Historia de la Universidad Nacional de Taiwan, hizo un llamado por una nueva constitución que pueda confirmar la soberanía de Taiwan. El profesor de Derecho Chen Tzu-yang, agregó que cualquier nueva constitución debe establecer claramente un sistema judicial independiente y separado.
El Presidente ofreció sus propios comentarios acerca del tema de la reforma constitucional en una reunión realizada el 30 del mes anterior con miembros de una delegación del Congreso de Estados Unidos. Chen aseguró a los congresistas estadounidenses que él seguirá fielmente los procesos legales para reformar la Constitución de la República de China, en sus esfuerzos por hacer de este documento básico algo más apropiado para la situación actual de Taiwan. Chen prometió que ninguno de los cambios violará su promesa de los "cinco noes".
De acuerdo con la ley actual, explicó Chen, se tendrá que convocar a la Asamblea Nacional para poder ratificar los cambios constitucionales. Irónicamente, estos cambios contemplan la abolición de la misma entidad, transfiriendo los poderes de reforma constitucional de este ente anacrónico al pueblo por medio del referéndum.
Una vez que sea aprobado el borrador, continuó Chen, el pueblo votará acerca del mismo en un referéndum a nivel nacional en 2006. Si es aprobado, la nueva constitución será adoptada en 2008, y en ese momento se disolverá la Asamblea Nacional por última vez.
Tras referirse al asunto de la reforma constitucional, Yu habló a los radioescuchas acerca del enfoque de la administración para resolver el estancamiento político a través del Estrecho de Taiwan. También describió brevemente cómo Taiwan se transformó de un régimen autoritario a una democracia multipartidista, y habló acerca de las estrategias dirigidas a prevenir la marginalización de la isla frente a la expansiva economía de China continental. Finalmente, hizo un llamado a la cooperación económica y política entre Alemania y Taiwan.
Yu señaló que la difícil situación de Taiwan es muy similar a la experiencia de Alemania, y que, tal y como lo hicieran las dos Alemanias antes de su reunificación; China continental y Taiwan deben establecer un diálogo basado en los buenos oficios y la igualdad. Yu dijo que su Gobierno no ha descartado ninguna posibilidad en las conversaciones a través del Estrecho, siempre y cuando la solución a que lleguen los negociadores obtenga el consentimiento del pueblo de Taiwan.
Yu detalló que si bien la unificación puede ser una opción, a la mayoría de los habitantes de Taiwan no les agrada el mecanismo por el cual China continental pretende llevarlo a cabo. Específicamente, el pueblo de Taiwan no quiere unirse a China continental bajo el sistema "un país, dos sistemas", fórmula en la que Pekín insiste, ya que ha sido testigo de su fracaso en Hong Kong.
Según Yu, la democracia es un valor universal fundamental que ha servido hasta ahora como el mejor sistema para la sociedad. Si bien aceptó que la democracia en Taiwan todavía no está completamente desarrollada, y que el proceso enfrenta múltiples obstáculos, Yu atribuyó el éxito de su nación al remover pacíficamente a un gobierno autoritario del poder a la firme creencia de su pueblo en la democracia y a la devoción de su partido por la reforma.
Finalmente, Yu agradeció al parlamento alemán por pasar una resolución oponiéndose a la propuesta del canciller alemán, Gerhard Schröeder, para levantar el embargo en la venta de armas de la Unión Europea a China continental. Yu declaró que esta resolución muestra que la aversión del público alemán a la guerra y el respeto a los derechos humanos sobrepasan el deseo por ganar dinero. Asimismo, manifestó su esperanza de una colaboración más cercana entre ambos países, y pidió a Alemania que exhorte a China continental a renunciar a sus amenazas por anexar la isla y que apoye los intentos de Taiwan por obtener el estatus de observador en la Organización Mundial de la Salud.