El año pasado, el undécimo intento de Taiwan para ingresar en las Naciones Unidas fracasó después de que la Asamblea General de la ONU descartó el asunto de la representación de Taiwan en el organismo mundial, rehusando colocarlo en su agenda.
Según funcionarios de la República de China, se puede ver una intensa campaña publicitaria para apoyar el esfuerzo del presente año en las cabinas de teléfono, estaciones de buses y tableros de anuncios en Nueva York. También se colocaron anuncios en la radio y los periódicos de la gran metrópolis. Los planificadores esperan atraer la atención de muchos reporteros, políticos, académicos y turistas que vienen de todas partes del mundo a Nueva York, donde se encuentra la sede de las Naciones Unidas. Una campaña publicitaria similar se lleva a cabo simultáneamente en Washington, D.C., y Bruselas.
El tema de la campaña del presente año procura reforzar la petición que Taiwan ha hecho durante mucho tiempo para ser aceptada en la organización internacional. Se explica que excluir a Taiwan de la ONU es, de hecho, una violación a la Carta de las Naciones Unidas. La misma describe que ser miembro del ente mundial es un derecho humano, y al ser negada la participación de Taiwan se está privando de sus derechos humanos a aproximadamente 23 millones de personas en la isla. La campaña denuncia la constante opresión política de China que previene a Taiwan de ser incluida con el resto del mundo.
La entidad responsable del esfuerzo publicitario es la Oficina de Información del Gobierno (GIO, siglas en inglés). Según el director general de la GIO, Lin Chia-lung, el Gobierno de la República de China está preparado para restaurar la imagen internacional del país a través de varias campañas publicitarias en el exterior. "Esperamos que esos anuncios y esfuerzos de mercadeo ayuden a Taiwan a alcanzar un trato equitativo en la comunidad internacional", dijo Lin.
Una de las dos principales tácticas de la campaña es desafiar no sólo la legalidad sino también la justicia al excluir a Taiwan de las Naciones Unidas. Carteles que leen "Injusto" sirven para cuestionar por qué el ente mundial no ha actuado justamente. Los anuncios piden al lector tomar en consideración si las Naciones Unidas están cumpliendo con sus propios altos estándares, que han sido consagrados en su principio fundamental --aquel de la universalidad-- y su promesa de abarcar a todas las naciones y todos los pueblos del mundo.
Las pancartas tienen impresas la palabra unfair, que significa injusto en inglés, en letras mayúsculas, con "UN" y "FAIR" en diferentes colores. Se incluye una mención del primer artículo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, tan valorada por las Naciones Unidas: "Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros".
Otro tema de la campaña publicitaria va dirigido a educar a las personas acerca de cómo China usa el principio de "una China" para obstruir la participación de Taiwan en las Naciones Unidas y otros organismos internacionales.
Las pancartas recuerdan que China autoritaria no es equivalente a Taiwan democrática. El propósito de esos afiches es lograr que la gente conozca que Taiwan es una floreciente democracia, al igual que todos los otros países democráticos, con un líder que ha sido directamente elegido por el pueblo. Lamentablemente, China sigue siendo un régimen autocrático.
"El mensaje que encierra este anuncio es que China no tiene derecho legal para representar a Taiwan", explica Lin. "Los 23 millones de habitantes en Taiwan desean que sus intereses estén representados en las Naciones Unidas", señaló.
Además de imprimir los afiches, la GIO también produjo dos comerciales de radio para contarle a los radioescuchas neoyorquinos acerca de la injusticia que sufre Taiwan en la comunidad internacional.
Tras de ser derrotado por los comunistas en la Guerra Civil China, el Gobierno Nacionalista dirigido por el generalísimo Chiang Kai-shek se retiró a Taiwan en 1949. Desde entonces, los dos lados del Estrecho de Taiwan han sido gobernados separadamente, con la República Popular China ejerciendo control efectivo sobre el pueblo y territorio de la parte continental, y la República de China controlando Taiwan. Como hecho histórico, la entidad política conocida como República Popular China nunca ha ejercido su autoridad sobre la isla.
Por otro lado, la República de China es miembro fundador de las Naciones Unidas y ocupó un escaño en el Consejo de Seguridad hasta 1971, cuando el mismo fue cedido a la República Popular China. Desde entonces, se ha prohibido la participación de Taiwan en el organismo internacional debido a que Pekín insiste en el llamado principio de "una China".
Taiwan es la única nación del mundo que no está representada en las Naciones Unidas. La principal barrera a su admisión en el organismo internacional es la aceptación casi universal por la comunidad mundial del principio de "una China" que arguye Pekín, a pesar que Taiwan es un estado soberano.
Hasta el momento, Taiwan no ha podido conseguir alguna forma de debate público, y mucho menos la aprobación de la comunidad internacional con respecto a este asunto. La razón de ésto se debe a la concepción errada de los principales miembros de la ONU en el sentido de que el gobierno en Pekín representa en realidad a Taiwan.
Excluir a Taiwan de la ONU no sólo va en detrimento del pueblo en la isla, sino que también para las Naciones Unidas en sí, ya que priva a un miembro activo que tiene la voluntad y es capaz de hacer valiosas contribuciones a la comunidad global en una amplia gama de asuntos internacionales.
La única forma real de mantener la paz en el Estrecho de Taiwan, y en la región de Asia y el Pacífico es permitir que Taiwan participe en el desarrollo de un mecanismo de arbitraje sobre la crisis del Estrecho, bajo el abrigo de una verdadera calidad de miembro de la ONU.
Normalmente, la GIO lanza una campaña publicitaria en las principales ciudades del mundo todos los años para apoyar el esfuerzo de Taiwan por participar en las Naciones Unidas.