hina continental descubrirá a un Taiwan completamente renovado después de las elecciones presidenciales que se realizarán el próximo 20 de marzo en la isla, y ambos lados enviarán representantes al otro lado del Estrecho de Taiwan, expresa el presidente Chen Shui-bian en su nuevo libro.
En su más reciente obra, titulada Confíe en Taiwan --Informe del presidente A-bian al Pueblo, que está a la venta en las librerías locales desde el 15 de los corrientes, el presidente Chen indica que el problema de China continental reside en su vasto territorio, y no en Taiwan.
En el libro de ocho capítulos, Chen comparte sus pensamientos acerca de los tres años de su administración, ofreciendo detalles con respecto al proceso de toma de decisión en las políticas más importantes del país durante su mandato.
En dicha obra, el segundo libro escrito durante su mandato, Chen también habla de los temas relacionados con la paz entre los dos lados del Estrecho, la diplomacia internacional, la seguridad nacional, las reformas políticas, las inversiones en el futuro, la justicia social y la dignidad del pueblo.
Chen manifiesta que hizo el compromiso de no cambiar el estatu quo entre los dos lados del Estrecho de Taiwan en su discurso de investidura en 2000 con miras a promover el acercamiento entre ambos lados, pero Pekín respondió a su buena voluntad seduciendo a un aliado diplomático de Taiwan en el Pacífico, Nauru, en julio de 2002, hecho que el Presidente describe como un acto de "provocación deliberada".
Después de establecer relaciones diplomáticas con China continental, Nauru rompió relaciones con la República de China en 2002.
Según el autor, la "democracia" es vista por China continental como la mayor provocación, y denominó la actitud de Pekín como la "Doctrina Monroe" china, cuyo propósito es establecer una hegemonía regional en Asia.
Con respecto a las relaciones a través del Estrecho después de las elecciones presidenciales, Chen dice que China continental se enfrentará a un nuevo Taiwan y que ambos gobiernos necesitan reforzar la confianza mutua.
En el libro, Chen escribe que la subsistencia y el desarrollo de Taiwan están estrechamente relacionados con la paz a través del Estrecho, y por ende, él ha puesto gran prioridad a los asuntos a través del Estrecho desde que asumió el cargo en mayo de 2000.
El Mandatario indica que a pesar de haber presentado ramos de olivo a Pekín en muchas ocasiones, los líderes de China continental nunca han respondido con buena voluntad a su llamado para que los líderes máximos en ambos lados del Estrecho discutan conjuntamente el futuro del asunto de "una China".
"Pekín solamente demanda unilateralmente que Taiwan acepte su esquema de unificación ‘una China, dos sistemas’. Pero, como el principio de ‘una China’ ignora el estatu soberano de Taiwan y rebaja a Taiwan a una provincia bajo la jurisdicción de Pekín, el mismo resulta completamente inaceptable para nosotros", indica Chen.
El Presidente advierte que si Pekín logra controlar Taiwan y forma una administración pro-China continental en la isla, al igual como hizo en Hong Kong, todo el Mar de China Meridional caería bajo su control.
Si ésto llegase a ocurrir, China continental se convirtiría en una potencia del Pacífico Occidental y toda la situación de seguridad de Asia y el Pacífico se enfrentará a un grave desafío, agregó Chen.
Con respecto a las reformas internas, Chen citó la condena del ex presidente del Consejo Municipal de Kaohsiung, Chu An-hsiung, como una señal que ha terminado la impunidad que durante tanto tiempo tuvieron los funcionarios públicos para evitar las responsabilidades legales.
En el capítulo que versa sobre la seguridad nacional, el autor discutió el papel misterioso del Buró de Seguridad Nacional y sus esfuerzos por institucionalizar las operaciones del fondo secreto de dicha entidad. Estos esfuerzos surgieron después de descubrirse las cuentas del fondo secreto del buró, donde hubo partidas que involucran operaciones de cabildeo ilegal en el exterior y subvenciones a ciertas organizaciones privadas.
Las cuentas de los fondos secretos fueron creadas durante la administración del ex presidente Lee Teng-hui, y fueron gradualmente legalizadas después que Chen insistió que el dinero fuese devuelto al tesoro nacional y se institucionalizase las operaciones de tales fondos.
En el último capítulo de su obra, titulado "Taiwan no será derrotado", el Presidente puntualiza que las próximas elecciones presidenciales serán el último combate de su carrera política y que está convencido de que el pueblo de Taiwan le proporcionará la oportunidad para completar sus reformas y consolidar la democracia del país isleño.