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Presidente Chen alaba a la SEF y urge a Pekín al diálogo

26/06/2002
El presidente Chen Shui-bian urgió recientemente a las autoridades de China continental a reasumir el diálogo que conduzca a la normalización de las relaciones comerciales a través del Estrecho de Taiwan. Este llamado surge en respuesta a una nueva directriz por parte de Pekín que hace que la vida de los empresarios de Taiwan que tienen negocios en China continental sea más difícil.

Chen hizo estos comentarios el 17 del corriente en una cena para empresarios que mantienen negocios en China continental. En la reunión, patrocinada por la Fundación para los Intercambios a través del Estrecho de Taiwan (SEF, siglas en inglés) basada en Taipei, Chen reiteró la importancia de la confianza y los intercambios mutuos a través del Estrecho.

"La normalización de los lazos a través del Estrecho será el fundamento para la paz", dijo Chen. "Y eso comenzará con la normalización de las relaciones comerciales. Espero que los dos lados puedan cooperar de buena fe y reasumir el diálogo tan pronto como sea posible para traer paz permanente a través del Estrecho", añadió.

Chen aprovechó la oportunidad para expresar su agradecimiento a la Fundación por todos sus logros. Además, exaltó su trabajo de manejar los asuntos a través del Estrecho y proveer servicios a los grupos de empresarios de Taiwan. "La Fundación ha estado trabajando por mucho tiempo en primera línea, cargando con grandes responsabilidades. Espero que pueda seguir con su buen trabajo de asistencia al Gobierno solventando los problemas que los empresarios de Taiwan encuentran en China continental", afirmó Chen.

El problema más reciente es que instituciones oficiales en China continental se niegan a aceptar documentos notariales de Taiwan. Aunque los procedimientos de notaría no han cambiado, los empresarios han encontrado que las autoridades de China continental se niegan a aceptar la validez de los documentos que hasta hace poco tiempo eran reconocidos. Este aparente cambio en la política con respecto al tratamiento de Pekín hacia los inversionistas taiwaneses es solamente el último ejemplo de los problemas que ha tenido que manejar la Fundación.

La SEF fue creada para actuar como un ente de enlace con el fin de tratar con asuntos no gubernamentales con respecto a las relaciones a través del Estrecho debido a la ausencia de lazos oficiales. Ha jugado un papel muy importante en supervisar las conversaciones formales llevadas a cabo en la década pasada entre su presidente, Koo Chen-fu, y su homólogo de China continental, Wang Daohan, presidente de la Asociación para las Relaciones a través del Estrecho de Taiwan. Esas reuniones básicamente sentaron las pautas para manejar asuntos prácticos tales como disputas por pesca, inmigrantes ilegales y repatriación de secuestradores de aviones.

En años recientes, sin embargo, las autoridades de China continental han boicoteado esta fundación semioficial y sus intentos por resolver los problemas logísticos a que se enfrentan los empresarios a través del Estrecho. Pekín rompió negociaciones abruptamente cuando el entonces presidente de la República de China, Lee Teng-hui, describió los lazos bilaterales a través del Estrecho como "relaciones especiales de Estado a Estado" durante una entrevista para una radio alemana en 1999. Ya que las autoridades de Pekín no consideran a Taiwan como un Estado, estas declaraciones fueron tomadas como un paso hacia la independencia.

Mientras miembros de la Fundación esperan con afán que el diálogo se reinicie, la reciente obstinación de Pekín con respecto a la notarización de documentos representa un nuevo obstáculo que los empresarios deben confrontar. Este último juego político, sin embargo, afecta la vida de las personas que tratan de hacer negocios con China continental, una actividad aparentemente en beneficio de ambas partes.

De acuerdo con la SEF, las oficinas en China continental han rechazado más de cinco mil documentos notariales de Taiwan, la mayoría relacionados con matrimonios y herencias, desde principios de este año. Empresarios quienes han recibido este tipo de trato reportan que los funcionarios de China continental están ahora ofendidos por el nombre de "República de China" usado en el sello notarial.

El vicepresidente de la Fundación, Shi Hwei-yow, dijo la semana pasada que esta última acción de China continental viola el acuerdo sobre estándares de notarización firmado por las dos instituciones en 1993. Explicó además que Pekín no había tenido objeción sobre el sello desde que fue adoptado en 1998 y que ha sido aceptado por años. "Este hecho podría afectar gravemente los derechos de las personas de ambos lados".

Es difícilmente sorprendente que, a pesar del impassé en las negociaciones oficiales y el reciente rechazo de documentos, las actividades comerciales continúen. Incluso antes de que la República de China liberalizara la política de inversión sobre China continental, las estadísticas oficiales indican que 2.800 millones de dólares norteamericanos en inversiones indirectas pasaron a través del Estrecho desde Taiwan durante el año pasado. Economistas estimaron que la cifra real podría duplicar el monto.

A lo largo de este año, el Gobierno aprobó una inversión que llega a los 1.270 millones de dólares --un 13 por ciento por encima que el mismo período el año pasado-- gracias al aflojamiento de las restricciones económicas. En el pasado, no era permitido que las compañías invirtieran en el sector de alta tecnología o en proyectos de infraestructura en China continental y además, había un estricto tope de inversión para cada propuesta.

Empero, este pujante comercio parece que ha tenido poco efecto estimulante sobre Pekín para que adopte una política sensible con respecto a los asuntos a través del Estrecho. Funcionarios en Taipei, sin embargo, tienen esperanza en lo mejor. El Gobierno está examinando la viabilidad de levantar la prohibición de hace una década sobre comercio, transporte y servicios postales directos entre Taiwan y China continental. Una versión limitada ha sido ya puesta en práctica por 18 meses entre las islas de Quemoy y Matsu con algunos puertos de China continental. El Gobierno y los empresarios continúan esperando por un gesto de buena voluntad por parte de Pekín.

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