04/05/2024

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Lee: debe darse prioridad a los intereses de Taiwan

06/11/1999
Los políticos y medios de comunicación extranjeros quizás se pusieron a pensar cuando el presidente de la República de China, Lee Teng-hui, propuso por primera vez los términos “nuevo taiwanés” y “relación especial de estado a estado” para explicar la realidad entre Taiwan y China continental.

Pero la mayoría del pueblo en Taiwan, indistintamente de su afiliación política, apoya esos dos conceptos, a pesar de que no han sido bien aceptados por la comunidad internacional debido a las interpretaciones erradas.

Para aclarar exactamente esta situación, el presidente Lee ha escrito un artículo titulado Entendiendo a Taiwan: salvando una brecha de percepción, que será publicado en la edición de noviembre-diciembre de la revista estadounidense Foreign Affairs.

En el artículo, Lee explica que en su término “nuevo taiwanés”, él trata de representar a sus compatriotas que desean luchar por la prosperidad y supervivencia del país. Esta es una realidad, sin distinción del trasfondo provincial o del idioma hablado.

Esta nueva identidad está basada en los principios de que a los intereses de Taiwan se les debe dar prioridad y que el pueblo de Taiwan comparte un destino común.

La conciencia del nuevo taiwanés presenta también la idea de que ha armonizado gradualmente los diversos elementos de la sociedad, creando un terreno neutral estable para el desarrollo nacional.

El nuevo sentido de identidad, señala Lee en su artículo, se manifiesta en cada aspecto de la vida social y política de Taiwan.

El sentimiento popular de que la democracia debe permanecer como núcleo de la sociedad es un particularmente fuerte en el pueblo de Taiwan, añade.

En este sentido, la forma en que se perciban los valores democráticos en la región, particularmente en Pekín, podría tener un impacto más grande en la seguridad de Taiwan de lo anticipado por la comunidad internacional, indica Lee.

Con respecto a las relaciones entre ambos lados del Estrecho de Taiwan, el Presidente refuta la pretensión de Pekín de que Taiwan es una provincia renegada de la República Popular China.

La realidad política de que la República de China ha permanecido como un estado soberano desde 1912 no puede ser negada, señala Lee, añadiendo que la jurisdicción de la misma abarca actualmente la isla de Taiwan, y las islas cercanas de Penghu, Quemoy y Matsu.

Sin embargo, Pekín nunca ha ejercido su soberanía sobre el área de Taiwan desde la fundación de la república popular en el territorio continental en 1949. Según el Derecho Internacional, Pekín tampoco tiene base legal para reclamar a Taiwan. Por ende, ninguno de los lados en el Estrecho puede ser considerado como subordinado del otro, explica Lee.

Sin embargo, Pekín sigue tratando de rebajar a Taipei a la posición de un gobierno local bajo la jurisdicción de la República Popular China. Y mientras insiste en su concepto hegemónico de “una China” y la fórmula de “un país, dos sistemas”, Pekín también rehusa renunciar al uso de la fuerza en contra de Taiwan como medio para alcanzar la unificación, señaló Lee.

Pekín está haciendo todo lo posible para aislar políticamente a la República de China en la comunidad internacional, señala Lee. Las realidades antes mencionadas han sido distorsionadas por Pekín y han sido pasadas por alto durante muchos años por el resto del mundo.

Claramente, la realidad es que Taiwan y China continental existen bajo una relación especial de estado a estado. Si se le permite a Taipei definirse meramente como un ente político al negociar con el régimen de los chinos comunistas, la República de China se estaría colocando a sí en una posición desigual que no representa la realidad.

Las relaciones a través del Estrecho son inherentemente especiales, resalta Lee, debido a que Taiwan y China continental comparten los mismos orígenes históricos, cultura y lazos étnicos.

El pueblo en ambos lados del Estrecho ha tenido muchísimos intercambios sociales, económicos y de otra índole, y tiene un nivel de interacción que no se encuentra en ninguna otra nación dividida.

Si ambos lados logran reconocer y apreciar esta relación especial, ellos superarán las diferencias políticas y fomentarán una atmósfera que posteriormente conduzca a una final unificación pacífica y democrática de la nación china, dijo el Presidente.

La comunidad internacional también tiene un papel que desempeñar, enfatizó Lee. Primero, poniendo al día las percepciones sobre Taiwan y su democratización; y segundo, trabajando para permitir que Taiwan tenga la participación que le corresponde en el escenario global.

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