En su discurso de inauguración, Ma indicó que indistintamente de su trasfondo étnico y por quién votaron en las elecciones, todas las personas que viven en Taipei son “ciudadanos de Taipei”. El nuevo alcalde también recalcó que fortalecerá la protección para las personas menos privilegiadas en la sociedad, especialmente los minusválidos, los ancianos, las mujeres, los adolescentes y los aborígenes.
Ma, quien fue ministro de Justicia hace algunos años, prometió una administración incorruptible, determinada, con iniciativa y de fácil acceso al pueblo.
Los 15 “libros blancos” que presentó durante su campaña electoral serán entregados a los departamentos del caso para ser puestos en práctica gradualmente. Entre sus promesas durante las elecciones, Ma juró mejorar la situación del orden público en un plazo de dos años, así como mejorar el tráfico y reforzar la protección ambiental.
Mientras tanto, en Kaohsiung, ciudad situada al sur de Taiwan, Frank Hsieh prometió no defraudar a los residentes de dicho puerto. “Sé que administrar la ciudad es una misión difícil, pero confío en poder desarrollar la ciudad y transformarla en el más prominente centro económico de la isla”, manifestó Hsieh en su discurso durante la ceremonia de investidura.
En el mismo día, se instalaron los ayuntamientos de Taipei y Kaohsiung, procediéndose a elegir a los presidentes y vicepresidentes de estos dos entes. El Kuomintang (KMT), partido en Gobierno, logró conquistar la presidencia de ambos ayuntamientos, en una estrategia donde compartió la vicepresidencia con el Partido Nuevo, en Taipei; y con los independientes, en Kaohsiung. Wu Pi-chu, del KMT, fue electa presidenta del Ayuntamiento de Taipei y es la primera mujer que ocupa la dirección de un concejo municipal en Taiwan.
Tanto los alcaldes como los concejales de Taipei y Kaohsiung fueron elegidos el 5 del pasado mes por los residentes de estas dos metrópolis.