04/05/2024

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La República de China observa con cautela la cumbre Clinton-Jiang

06/07/1998

El ministro de Relaciones Exteriores de la República de China, Jason C. Hu, adoptó una actitud “cautelosamente optimista” frente a las conversaciones que tuvieron el presidente estadounidense, Bill Clinton, con el líder de China continental, Jiang Zemin. La cumbre entre los dos gobernantes, que se realizó el 27 del mes pasado, fue seguida muy de cerca por las autoridades en Taiwan.

El Gabinete de la República de China creó un grupo especial para analizar las negociaciones entre Washington y Pekín. El equipo está integrado por funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores, el Consejo de Seguridad Nacional y el Consejo para los Asuntos de China continental.

Según el vicecanciller, David Tawei Lee, Washington ha prometido informar a Taipei sobre la cumbre después que Clinton termine su gira por China continental, que duró del 25 de junio al 3 de los corrientes. Por otro lado, Lee informó que el Gobierno de la República de China preparó planes de contingencia en caso que Clinton y Jiang hubieran llegado a acuerdos que fueran perjudiciales a los intereses de Taiwan.

La República de China no tiene intenciones de interferir con los esfuerzos de Washington para mejorar sus relaciones con Pekín, siempre y cuando las conversaciones Clinton-Jiang contribuyan a la paz en el Estrecho de Taiwan y la estabilidad en la región de Asia y el Pacífico, indicó Lee.

En una declaración conjunta dirigida a Clinton, los miembros de la Cámara de Representantes de EE UU urgieron al Presidente estadounidense antes de partir a su viaje a China continental, que no formalizara en acuerdos escritos cualquier aspecto que tenga que ver con Taiwan.

Al ser entrevistado por la prensa en el segundo día de su visita de Estado a China continental, Clinton negó que hubo cambios en la política de EE UU hacia Taiwan como resultado de su viaje.

“Nuestra posición con respecto a Taiwan está incorporada en los tres comunicados; en el Acta de las Relaciones de Taiwan, y en los hechos de nuestra relación a través de los años”, dijo Clinton a los reporteros.

Sin embargo, en una reunión a puertas cerradas con líderes de comunidades en Shanghai el 30 del mes pasado, Clinton reafirmó el compromiso de EE UU hacia la política de “una China”. En la reunión, celebrada en la Biblioteca de Shanghai, el Presidente estadounidense dijo: “He tenido la oportunidad de reiterar nuestra política hacia Taiwan la cual no apoya la independencia de Taiwan; la fórmula de ‘dos Chinas’ ni de ‘un Taiwan-una China’”.

“Y no creemos que Taiwan debe ser miembro de cualquier organización donde se requiera la categoría de Estado”, agregó Clinton. Estos tres puntos han sido considerados como los “tres noes” de la política de EE UU.

La declaración causó una fuerte reacción por parte del Gobierno de la República de China, ya que si bien otros funcionarios estadounidenses habían dado a entender esta política de EE UU, esta es la primera vez que Clinton la menciona en forma explícita.

El primer ministro, Vincent Siew, manifestó que no había necesidad de que Clinton mencionara la política de los “tres noes” hacia Taiwan. Siew indicó que si EE UU se preocupa realmente de Taiwan, los funcionarios estadounidenses pueden venir en cualquier momento a conversar con los funcionarios de la República de China.

Comentando acerca de las declaraciones de Clinton, el ministro de Relaciones Exteriores, Jason C. Hu, declaró que aunque no es algo nuevo, no era necesario que Clinton lo mencionara en estos momentos. Hu calificó la acción como un esfuerzo para complacer a las autoridades de Pekín, quienes han estado presionando para que EE UU codifique su política.

En un comunicado de prensa, el Ministerio de Relaciones Exteriores manifestó que Estados Unidos y China continental no tienen ni el derecho ni la posición para llevar a cabo negociaciones bilaterales sobre asuntos que tienen que ver con la República de China. De lo contrario, ésto le causará una falsa impresión en China continental y la comunidad internacional, indicó el comunicado.

La Cancillería enfatizó que la política de EE UU hacia Taiwan debe permanecer inalterada y adherirse al Acta de las Relaciones de Taiwan, al mismo tiempo que el asunto a través del Estrecho de Taiwan debe solucionarse por medios pacíficos.

Días antes de la llegada de Clinton, un portavoz de China continental declaró que Pekín estaba pidiendo que Clinton garantizara que Washington no respaldará la independencia de Taiwan o el esfuerzo de la República de China de retornar a las Naciones Unidas.

En Taipei, simpatizantes de la independencia de Taiwan iniciaron el 25 del pasado mes una sentada de tres días frente a la representación no oficial de EE UU, en protesta por la “traición” contra Taiwan.

Los residentes de Taiwan temían que Estados Unidos traicionara los intereses de la isla a medida que mejora sus relaciones con China continental, y por lo tanto, observaron de cerca la visita.

En vísperas del viaje de Clinton, la Asociación para las Relaciones a través del Estrecho de Taiwan envió una invitación a su homóloga en Taiwan, la Fundación para los Intercambios a través del Estrecho de Taiwan, para que los negociadores de ambas organizaciones reanuden las conversaciones entre ellas.

China continental suspendió unilateralmente las negociaciones en 1995 en protesta a un viaje del presidente Lee Teng-hui a Estados Unidos, aduciendo que dicha acción era prueba de que se estaba abandonando la meta de la unificación nacional.

Los medios de comunicación de Taiwan reaccionaron con escepticismo, indicando que dicha invitación fue un truco publicitario para quedar bien antes de la cumbre Clinton-Jiang. China continental desea sacar ventajas de la atención a los asuntos chinos para quitarse la culpa por haber estancado las conversaciones, indicó el Independence Evening Post.

En una declaración conjunta después de la cumbre, Estados Unidos y China continental acordaron entre otras cosas, dejar de apuntar los misiles nucleares entre sí, promover el intercambio entre los dos países y reafirmar sus compromisos en la protección de los derechos humanos y las libertades fundamentales. Sin embargo, en todos esos aspectos, ambas partes guardaron ciertas reservas y manifestaron tener diferencias, especialmente en el asunto de los derechos humanos.

En una conferencia de prensa celebrada momentos después de la cumbre, Jiang Zemin comparó el problema del Tíbet con Taiwan. Cuando Clinton instó a Jiang a sostener un diálogo con el líder espiritual tibetano, Dalai Lama, Jiang respondió que aceptaría si éste acepta que Tíbet y Taiwan son partes de China.

“Si él (Dalai Lama) reconoce que Tíbet es una parte inseparable de China, –al mismo tiempo también debe admitir que Taiwan es una provincia de China– entonces, hasta donde sé, la puerta de la negociación está abierta”, indicó Jiang.

El rechazo por Pekín al uso de la fuerza para resolver el problema de Taiwan y su intento de aislar internacionalmente a Taipei son asuntos esenciales que afectan las relaciones a través del Estrecho y una variante importante en la paz y estabilidad de Asia y el Pacífico.

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