El discurso presidencial marca la transición de la nación hacia la democracia, dicen los analistas.
En el primer discurso sobre el estado de la nación ante la Asamblea Nacional en más de cuatro décadas, el presidente Lee Teng-hui dijo que nunca ha abandonado el objetivo de unificar China.
"En mi calidad como Presidente de la República de China, lo que siempre he tenido en mente no es sólo el desarrollo y la prosperidad de Taiwan, Penghu, Kinmen y Matsu," dijo Lee a casi 400 integrantes de la Asamblea.
"Siempre he estado preocupado acerca del futuro de toda China ... y ahora me preocupa cómo erradicar el regionalismo y el aislamiento," dijo Lee.
"Estamos seguros de que China se unificará un día, y el camino que tomamos hoyes el que toda China inevitablemente seguirá en el futuro.
"Las autoridades de China comunista deberían abandonar, tan pronto como sea posible, su contradictoria política de avanzar en lo que se refiere a la economía, pero de estancarse en lo que respecta a la política."
El Presidente también exhortó a Pekín a reconocer a Taipei como una entidad política y a aumentar los intercambios privados a través del Estrecho de Taiwan.
"Las autoridades de China continental deberían considerar el futuro de todo el pueblo chino y expandir los intercambios bilaterales con el fin de reducir las diferencias en ideas y sistemas," indicó Lee.
El informe fue el primero que un presidente de la República de China presenta ante la Asamblea Nacional. El discurso fue posible gracias a una enmienda constitucional adoptada el año pasado. Los observadores dijeron que este acto marca la transición de la nación a la democracia al demostrar que el Presidente ahora tiene que reportarse al Parlamento.
En su discurso de 40 minutos, Lee resumió las reformas políticas que inició en 1990, empezando con la Conferencia sobre Asuntos Nacionales, la cual concluyó con las enmiendas de la Constitución por la Asamblea Nacional el año pasado.
El Presidente dijo que el éxito de las reformas prueba la "madurez de nuestras políticas democráticas, dándonos la confianza en el futuro de la nación."
En el frente económico, Lee predijo que la renta per cápita de Taiwan podría duplicarse para el año 2000, alcanzando los 20.000 dólares estadounidenses.
"Cuando se termine el Plan de Desarrollo Nacional de Seis Años, Taiwan, con su ventaja geográfica y desarrollo económico, se convertirá en el centro financiero, tecnológico y del transporte en el oeste del Pacífico," indicó Lee.
En el campo de las relaciones internacionales, Lee dijo que el Gobierno continuará siguiendo políticas internacionales pragmáticas y satisfará sus obligaciones con el objeto de asegurar el retorno de Taipei a las Naciones Unidas.
Al concluir el discurso, muchos diputados del Kuomintang apoyaron la firme postura del Presidente al defender la soberanía del Gobierno de la República de China.