Taiwan Today

La entrega del "Informe 1992 de Defensa Nacional de la República de China", el primero en la historia del país, ha sido elogiada por los más diversos sectores de Taiwan. Hasta hace unos años, los temas relacionados con la estrategia militar de la isla eran materia de la más estricta reserva, incluyendo el gasto del enorme presupuesto que se destinaba a esta área. Los tiempos han cambiado. El Gobierno, además de cumplir con el derecho a saber de los ciudadanos, quiere que ellos entiendan los temas y estrategias de defensa. Esto es necesario para construir un consenso en la impor­tancia de la seguridad nacional y ganar el apoyo de la población en los esfuerzos por proteger la isla. En el texto, el Ministerio de Defensa Nacional dice que la persistente negativa de China continental a aban­donar el uso de la fuerza contra Taiwan es la amenaza más seria para la seguridad de la isla. Al referirse a la situación militar en el área continental, el informe pone especial atención en tres puntos principales, que podrían tener implicaciones para Taiwan. Uno de ellos es que Pekín ha planeado aumentar su gasto militar por lo menos en un 10% en los próximos 10 años. China continental quiere reforzar su poderío militar en un momento en que las principales naciones del mundo están reduciendo sus presupuestos de defensa, después del fin de la Guerra Fría. Otro punto importante para Taiwan es que el conti­nente ha elevado la capacidad de combate de sus fuerzas armadas, después de iniciar un programa de moderniza­ción militar hace más de una década. El tercer aspecto es la reducción de tensiones en las fronteras de China continental con la ex Unión Soviética y Vietnam. Esto va a facilitar el despliegue de más tropas en las provincias del sur, frente a Taiwan, incrementando sus posibilidades de invadir la isla. Estos factores merecen realmente nuestra preocu­pación. No obstante, los aspectos militares mismos no son los únicos para analizar cabalmente la factibilidad de que Pekín use la fuerza bélica contra Taiwan. Nuestro juicio debería considerar también si es o no posible económicamente que China continental inicie una acción militar contra la isla. Pekín debería saber que un paso de este tipo desbarataría los esfuerzos que está haciendo para reformar su atrasada economía y ahuyentaría a los inversionistas del exterior, especial­mente a los de Taiwan. Además, el repudio internacional no se haría esperar. Diversos países, particularmente Estados Unidos, no tolerarían una invasión de China continental a esta isla. Taipei debe construir y mantener una fuerza militar lo suficientemente poderosa como para disuadir a los chinos comunistas que aún piensan en una invasión. Esto no significa que, al mismo tiempo, no debamos disminuir nuestro presupuesto militar. El gasto en de­fensa aún representa el 5,39% del Producto Nacional Bruto, a pesar del estable crecimiento del PNB a través de los años. Una gradual reducción, que no descuide la fundamen­tal seguridad de la isla es el paso correcto. Porque en nuestra actual etapa de desarrollo, a punto de dar un salto a la modernización, una gran cantidad de otros proyectos necesitan de financiamiento.