02/05/2024

Taiwan Today

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Un paso adelante

26/04/1993
La próxima reunión entre el director de la Fundación para los Intercambios a través del Estrecho de Taiwan (SEF, siglas en inglés), Koo Chen-fu, y su homólogo de la Asociación para las Relaciones a través del Estrecho de Taiwan (ARATS, siglas en inglés), Wang Dao-hang, será observada por los chinos del mundo con gran interés. Aunque la SEF y la ARATS son entidades comisio­nadas por Taipei y Pekín para tratar asuntos de orden civil y no político, las llamadas conversaciones Koo-Wang serán un acontecimiento histórico para Taiwan y China continental y tendrán un efecto significativo en el futuro de la nación china. No en vano es el primer contacto pacífico y de alto nivel entre ambas partes en 44 años. En todo este tiempo, millones de chinos han sufrido la división de sus familias debido a la separación política. Además, la brecha ideológica ha llevado a ambos lados del Estrecho a gastar gran parte de sus presupuestos en armamento, lo cual ha hecho temer la eventual irrupción de un conflicto bélico. Taipei, sin embargo, desde hace un tiempo viene tomando medidas significativas para remover el hielo que existía en las relaciones y crear las condiciones para un acercamiento productivo. Desde el levantamiento de la ley marcial en 1987, y la consecuente autorización para que los residentes de la isla puedan visitar a sus familiares en China continental, los in­tercambios privados se han hecho cada vez más intensos. Como es lógico, esto ha traído ventajas y desventajas. El comercio y las inversiones indirectas han ido en aumento; pero, simultáneamente, se han producido problemas tales como crímenes y contrabando, ingresos ilegales de conti­nentales a Taiwan y disputas entre pescadores. La SEF y la ARATS fueron establecidas en 1991 para tratar estos asuntos y, como es natural, han tenido altos y bajos en su labor intermediaria, ya que representan a partes aún no reconciliadas del todo. Hasta ahora, ambas entidades habían negociado diversos asuntos a través de funcionarios de mediano rango. Nunca antes se habían entrevistado sus directores. Koo y Wang tienen, por lo tanto, la importante misión de ratificar la voluntad de Taipei y Pekín de abrir una nueva etapa en las relaciones. Este es un paso fundamen­tal en un proceso de acercamiento que, en el largo plazo, deberá llevar a la reunificación nacional. Ese objetivo será de gran beneficio para ambas partes. Taipei disfrutará del enorme mercado y los abun­dantes recursos naturales del territorio continental. Y Pekín, a su vez, tendrá acceso a la experiencia comercial e industrial que Taiwan ha conseguido con su espectacu­lar desarrollo y progreso financiero. La economía de China reunificada sería la más grande del mundo y la de más rápido crecimiento. Nadie puede poner una fecha a la reunificación na­cional, ya que aún hay mucho camino por recorrer. Uno de los primeros requisitos es que Pekín muestre su sin­ceridad. Para ello, lo primero que tiene que hacer es dejar de amenazar a Taiwan con una eventual invasión y no obstaculizar más la participación de la República de China en organismos internacionales. Entonces, como ha sugerido el Gobierno en Taipei, se podrá avanzar hacia la meta de un país unido en el que los valores primordiales serán la distribución equitativa de los recursos, la democracia y la libertad.

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