Taiwan Today

El presidente Lee Teng-hui recordó al extinto mandatario Chiang Ching-kuo como una gran patriota, un hombre compasivo y un reformador que se adelantó a su época, durante el acto con que se conmemoró el primer aniversario de su fallecimiento. Lee, que pronunció el mensaje laudatorio durante el homenaje efectuado en el Palacio de Gobierno, elogió particularmente a su predecesor por su magnanimidad y tolerancia. El presidente recordó que poco antes de morir, en el que sería su último en­cuentro, Chiang le dijo: "En nuestra presente situación, la armo­nía es primordial. Comó líder, uno jamás debe encolerizarse, sin importar cuán injustamente uno sea calumniado y debe, por encima de todo, evitar la adopción de medidas drásticas. Uno debe colocar en el primer lugar al interés público. Uno debe demostrar la mayor de las tolerancias por el bién de la seguridad nacional, la estabilidad social y el bienestar público". "El desprendimiento y la flexibilidad de criterio del presi­dente Chiang deberían servir como un modelo que deberían emular todos los políticos", agregó Lee Teng-hui. Al revivir los largos años de servicios públicos rendidos por el extinto mandatario, Lee dijo que Chiang había entregado hasta su último resto de energías a la nación y a su pueblo. Pa­rangonándolo con un guerrero indomable, agregó: "Literalmente, murió con las botas puestas". Finalmente, Lee Teng-hui manifestó que, pese a que aún queda un largo camino por recorrer, "Chiang nos guió a través del tramo más dificil de nuestra trayectoria, y nos señaló la direc­ción hacia la que debemos orientar nuestros máximos esfuerzos". Concluido su mensaje, el presidente se inclinó dos veces, en señal de respeto, ante la esposa de Chiang Ching-kuo, que con­currió al homenaje acompañada por miembros de su familia. Más tarde, Lee Teng-hui, a la cabeza de los líderes gubernamentales, visitó el mausoleo que guarda los restos del extinto man­datario en Tahsi.