Taiwan Today

Los habitantes de la República de China nos encontramos profundamente conmovidos y apesarados por el inesperado fallecimiento de nuestro presidente Chiang Ching-kuo, a quien siempre recordaremos por haberle dado a nuestro país su fuerza y prosperidad. Cuando se dieron a conocer las noticias del fallecimiento del Presidente, el sentimiento general fue primero de asombro y desconcierto y posteriormente de tristeza y aflicción. Resulta dificil para nosotros, aceptar el hecho que el hombre a quienes hemos admirado tanto y de cuya guía firme y capaz hemos dependido, nos haya abandonado tan repentinamente. El presidente Chiang al igual que su padre, el Generalísimo Chiang Kai-shek, pasará seguramente a la historia, como uno de los héroes nacionales más eminentes y respetados, habiendo dejado un vacío que nadie podrá llenar. Sólo las palabras no pueden describir suficientemente la personalidad y los méritos del presidente Chiang Ching-kuo. Cuando fue Primer Ministro, emprendió los famosos Diez Principales Proyectos de Construcción, que no solamente han hecho que el país pueda presenciar una nueva era dentro de su desarrollo económico, sino que también han hecho posible colocar en un plano sin precedentes, el nivel de vida de los habitantes de la República de China y establecer una base sólida para la vibrante economía del país. Como Primer Ministro, viajó también por todos los extremos de Taiwan, para encontrar información de primera mano, acerca de las condiciones de vida de todos los habitantes. Estos viajes le ofrecieron los principios que formaron la base de sus diferentes medidas y políticas, conquistándole la amistad y popularidad dentro de los habitantes. El Presidente condujo y guió a la nación, a través de dificiles y numerosas pruebas y tormentas. El fallecimiento del Generalísimo Chiang Kai-shek, el 5 de abril de 1975, fue la primera de una serie de crisis que el país tuvo que enfrentar en las últimas décadas. Posteriormente, en 1979, los Estados Unidos, un fuerte y fiel aliado de la República de China, cambió su reconocimiento de Taipei a Pekín. El valor, fortaleza y carisma del presidente Chiang Ching- kuo, fueron puestos de manifiesto en forma por demás impresionante en estos días de prueba para la nación, la que gracias a sus cualidades, no sólo permaneció unida y estable, sino que redobló también sus esfuerzos por luchar para alcanzar un desarrollo y progreso aún mayor. Las reformas emprendidas por él durante los últimos años, fueron consideradas como revolucionarias e históricas, tanto dentro como fuera del país, siendo las más importantes, la abolición del decreto de emergencia, la formación de nuevos partidos políticos y permitirles a los habitantes de Taiwan que visiten a sus familiares en el Continente. Debido a estas y a otras iniciativas, internacionalmente se reconoce que sólo en el transcurso de un año, la República de China logró efectuar mayores realizaciones en el campo político, que en todos sus años previos. Además, la nación ha sido considerada como un modelo, no sólo de desarrollo económico, sino que también político, para los demás países en vías de desarrollo. Los logros alcanzados por la República de China bajo la guía del Presidente, han ejercido una poderosa influencia sobre el desarrollo del Continente, al extremo que les ha servido de inspiración para que los habitantes del Continente puedan esperar "aprender de Taiwan". A pesar de todos estos logros tan brillantes, para el presidente Chiang no significaron sino el principio de un largo camino. Lo que tenía en mente era el desarrollo de una total democracia en Taiwan, como el primer paso hacia la reunificación de China bajo el estandarte de los Tres Principios del Pueblo. Fiel al dictado que el mejor gobierno es el que antepone por encima de cualquier otra cosa el bienestar del pueblo, el presidente Chiang viajó frecuentemente por el campo, visitando fábricas y minas, mezclándose y confundiéndose con la gente del pueblo, para inquirir sobre sus necesidades. Ningún otro líder en la historia china estuvo tan estrechamente ligado a su pueblo, como él. En su testamento, el Presidente incitó al pueblo y gobierno, a "luchar por la reunificación de China bajo los Tres Principios del Pueblo", haciendo también un llamado por la adherencia a la posición anticomunista y la persistencia en hacer efectiva la democracia y el gobierno constitucional. Nuestro amado y respetado líder permanecerá con nosotros en espíritu. A pesar de las futuras perspectivas de los numerosos desafios que tenemos por delante, no debemos abrigar temor ni recelo, sino que por el contrario, confiar en un futuro aún más brillante bajo la inspiración de nuestro querido y respetado Presidente ahora desaparecido. Bajo ninguna circunstancia deberemos perder nuestro sentido de dirección. En la lucha por un total gobierno democrático, no debemos olvidar ni por un momento que nuestro enemigo a través del Estrecho de Taiwan se encuentra observándonos muy de cerca y podría. atacarnos sin ninguna misericordia, a la primera señal de división en este bastión del resurgimiento nacional. Sólo si conservamos ésto en mente, nuestro amado líder podrá descansar en paz.