El gobierno mexicano ha acordado en principio, permitirle a los empresarios privados en la República de China, establecer oficinas comerciales en México para la promoción comercial, informó el diario China Times.
Una misión comercial mexicana visitante, expresó recientemente durante una entrevista con el Sr. Wang You-theng, presidente de la Cámara General de Comercio, que el gobierno mexicano discutirá posteriormente los detalles de un intercambio de oficinas comerciales con la República de China.
Dicha delegación indicó también que las autoridades mexicanas simplificarán los procedimientos de visa para conveniencia de los empresarios de la República de China. Ambos países no han tenido ningún canal formal de comunicación a partir de 1971, después de haber interrumpido sus lazos diplomáticos.
No obstante, el comercio de la República de China con México ha sido de un promedio de US$200 millones anuales, siendo las principales exportaciones, ropa y aparatos eléctricos, en tanto que importa principalmente de dicho país, químicos y productos agrícolas.
Por otra parte, el gobierno de la República de China está gestionando lo relativo al establecimiento de una gigantesca zona de procesamiento para las exportaciones, en la frontera México-EE.UU., para interés
de los fabricantes locales.
Varios departamentos relacionados del ministerio de Economía, continuaron con las discusiones de dicho plan iniciado por el Sr. Wu Kuan-hsiung, vicepresidente del Consejo para el Desarrollo del Comercio Exterior y consejero de dicho ministerio.
Dicho plan proyecta la compra gubernamental de una enorme sección de terreno en la frontera México-EE.UU., desarrollarlo y luego estimular a los fabricantes locales, para que construyan en él instalaciones de producción. Dicho plan sería similar a la zona de procesamiento de exportaciones en Kaohsiung, que ha sido muy útil para la promoción de las exportaciones.
Dicho proyecto seguiría las huellas de las gigantescas firmas japonesas y coreanas que han estado penetrando en México y construyendo plantas de producción.
El financiamiento inicial del mismo estaría a cargo del Banco Central de China, el Banco de Comunicaciones, así como de las empresas privadas y a los fabricantes locales se les permitiría hacer uso de dichas instalaciones.
El plan en mención podría aprovechar los bajos salarios de México, así como la proximidad geográfica a los Estados Unidos, en tanto que reduciría el superávit comercial que la República de China disfruta actualmente con los Estados Unidos.