03/05/2024

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China comunista, partidaria de las insurrecciones mundiales

26/04/1988
Por: Eusebio Fui Lin
Desde los inicios de la historia humana, las guerras han dejado incontables páginas trágicas, pero la gente no se ha desilusionado de las lecciones para descartar las carniceras actividades como medio de solución de los asuntos internacionales. Hoy en día, se leen con bastante frecuencia en los medios informativos, reportajes de ataques terroristas, conflictos, guerrillas y guerras que se están ensañando en todas partes del mundo. De acuerdo con los cálculos, las bajas que se registraron desde la posguerra hasta ahora, llegan a 17 millones de vidas y son mayores que las de la segunda guerra mundial. Esto nos hace dudar si nos encontramos viviendo en una época de paz.
Los países que se encuentran en estas acciones armadas pueden tener sus razones, que pueden ser políticas, militares, económicas, raciales u otras, pero los resultados de las mismas, para los vencidos o para los victoriosos, nunca llegan a ser beneficiosos ni satisfactorios; por eso, todos debemos de evitar estas calamidades.
Sin embargo, no se carece de pruebas que evidencian la intervención de las hegemonías en el fomento de las guerras en lugar de impedirlas. Estamos de acuerdo en proveer ayuda a los países atosigados por las invasiones, para defenderse de los ataques inadecuados, pero estamos absolutamente en contra de la venta de armas, motivada sólo por razones lucrativas o por causas revolucionarias, como los están haciendo entre otros, los comunistas chinos.
En el Medio Oriente, los comunistas chinos están vendiendo ametralladoras, cañones, tanques, misiles e incluso aviones a Irán e Iraq simultáneamente, sin darse cuenta realmente que los dos países en mención están en plena contienda y que las armas vendidas podrán causar más victimas inocentes. Por añadidura, últimamente han embarcado para Arabia Saudita los misiles sofisticados de largo alcance del tipo CSS-2, poniendo en peligro toda esa zona, incluido Israel, quien ha intimidado a destruir las instalaciones de lanzamiento, como lo hacía contra Iraq en 1981, lo cual ha incrementado la inquietud de dicha zona y servido como la mecha de un sinfin de conflictos.
Venden también armas en gran escala a Pakistán, Egipto, Somalia, zambia, Zimbabwe y el Brasil, con el objetivo de reunir suficientes recursos para modernizar sus fuerzas militares y lograr sus objetivos bélicos en todo el mundo. Los esfuerzos por extender sus tentáculos en el mercado de armas los han colocado en el quinto exportador de este rubro y con las ganancias, están exportando su perversa ideología al Tercer Mundo para derrumbar por medio de la violencia a sus respectivos gobiernos, perforando así todas las partes de la tierra con el impacto de sus proyectiles.
Hoy, cuando los países desarrollados están gozando de una paz disfrazada, muchos están padeciendo las más severas tormentas e infortunios de las tretas comunistas, tales como:
Filipinas, Tailandia, Malasia e Indonesia, en Asia y El Salvador, Colombia, Perú y Bolivia en América Latina. Aún en Europa Occidental, región que se considera como la más pacífica de todo el globo, se producen también incesantes ataques de los terroristas, los cuales según evidencias, reciben directa o indirectamente, ayuda o adiestramiento de los comunistas chinos.
A medida que todo el mundo libre está librando esfuerzos para calmar la inquietud mundial mediante las mediaciones o negociaciones, lo más importante sería detener las exportaciones de armas y teorías nocivas de los comunistas.
En este sentido, los Estados Unidos y los países europeos deben suspender absolutamente la transferencia científica y tecnológica a los comunistas chinos, para que éstos no puedan aprovecharla para mejorar su capacidad bélica. Debemos también hacer todo lo que esté a nuestro alcance para mejorar la estructura económica de los países en vías de desarrollo, sin dejar a los comunistas oportunidades para socavar la armonía mundial.
Situada en la encrucijada de un país en vías de desarrollo a uno desarrollado y habiendo experimentado contiendas con los comunistas chinos durante los últimos cuarenta años, la República de China es capaz de compartir sus experiencias con los países en vías de desarrollo, a través de la cooperación económica, militar, politica y social.
Aparte de las guerras y muertes, el mundo es bello y puede ofrecer mucho más.!Unámonos y luchemos por la paz de la humanidad!

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