Taiwan Today

La reanudación de la reunión de Peitaho por los comunistas chinos, después de un breve aplazamiento, demostró su conocimiento de la seriedad del prolongado quebranto económico de la China continental. La explicación más reciente acerca del aplazamiento fue dar tiempo al presidente del Partido Comunista Chao Tzu-yang y otros altos líderes, para asistir a las celebraciones del "Día de Ejército". Obviamente, fue una excusa coja para ocultar la quiebra de la reunión, engendrada por el desacuerdo sobre las cuestiones claves de las reformas de precios y del sistema de propiedad pública, que es el cimiento del comunismo chino. Pero, el fracaso sin precedentes de la reunión anual de la cúpula comunista, la semana pasada, reveló profundas discordias y confusión dentro del Partido Comunista mismo. El fiasco dejó a los altos funcionarios sin saber de cómo seguir con la campaña de nueve años de Teng Hsiao-ping para reducir la rígida planificación central de estilo soviético y, en su lugar, combinar medidas económicas de estilo capitalista con la ideología marxista. China "Roja" está entrando en aguas que no han sido aún "exploradas" por otro régimen comunista, dijo una fuente informativa. Los altos jerarcas comunistas admitieron que el programa de reformas ha navegado por "mares tempestuosos" pero clamaron por cambios específicos,tales como eliminar los subsidios agrícolas y castigar la corrupción. El intervalo de Pei-taho es la primera indicación abierta de que los problemas aún son más serios y, a los ojos de algunos economistas chinos, requieren acciones que pueden sacudir los cimientos de un sistema comunista, e incluso acabar con la propiedad estatal de ciertos sectores de la economía. Esa "herejía" fue rechazada de plano en la reunión. "Parece que estos economistas quieren el capitalismo, " indicó una fuente. Se registraron acalorados debates sobre la cuestión clave de eliminar los controles de precios para que los mismos lleguen a niveles del mercado. La ruptura de la reunión se debió a las preocupaciones de los elementos más conservadores, de que la velocidad y amplitud de tales cambios vayan socavando el marxismo ortodoxo e incubando un alzamiento social. Algunos líderes comunistas chinos llegaron reprochar el "celo excesivo" de Chao Tzu-yang por lanzar los cambios sin una planificación adecuada, lo cual ha desestabilizado la economía. Los esfuerzos efectuados en el presente año de levantar algunos controles de precios fueron inculpados de haber causado una inflación de doble dígito, una ampliación de la brecha entre ricos y pobres, la corrupción oficial y las actividades rampantes del mercado negro. Los funcionarios tienen miedo de que hayan más protestas efectuadas por campesinos, tales como el choque con la policía cerca de Pekin, en junio. Pero hasta ahora no han logrado ningún remedio fundamental para estabilizar la situación económica y frenar la inflación galopante. La situación es obviamente la más perturbadora desde el punto de vista del liderazgo comunista chino. La crítica abierta contra Chao, no sólo que no ayuda consolidar su prestigio, sino que produce el efecto adverso de perjudicar su posición en el régimen. El nombre de Li Peng no fue mencionado, pero pudo haber jugado. un rol prominente, entre bambalinas, en fomentar todas las divisiones y diferencias arriba mencionadas. La identidad de la llamada "influencia conservadora" tampoco fue mencionada públicamente. Pero podría imaginarse rápidamente quienes pertenecen a ese grupo. De esta forma, ha quedado muy claro que una intensa lucha por el poder se entabló en Peitaho entre los líderes comunistas chinos de alto rango, como resultado del fracaso de las reformas económicas del pasado encabezadas por Teng y Chao. El resultado de esa lucha por el poder significará la vida o la muerte del grupo reformista, si no puede frenar las subas de precios y salvar a la propiedad estatal de un colapso eventual.